querran escapar por a otra puerta...

Se mueve...

Se mueve...

Se mueve...

Las puertas estan abiertas, pero ellos dos parecen que estan esperandole en la entrada...

Kurokyoukan comenzo a avanzar lentamente, las notas de su violín resonaban como ecos de un destino inevitable. A medida que caminaba por los pasillos, la sensación de control que tanto disfrutaba parecía tambalearse. Los héroes habían logrado algo que él no esperaba: habían abierto las puertas. La sinfonía en su violín se volvió más sombría y frenética a medida que la realidad se volvía clara: su presa había escapado de su melodía... 

Cuando llegó a la entrada, la escena lo recibió como un golpe: Alise Sweet y Bloody Mary estaban allí, esperando. La puerta abierta detrás de ellas simbolizaba la libertad, pero su presencia en el umbral mostraba que no se irían sin enfrentarse a él por última vez. Kurokyoukan se detuvo, manteniendo la calma, aunque la tensión se deslizaba lentamente en su postura. Aún con el violín en mano, las cuerdas tensas como su mente, supo que este era el acto final.

-Interesante...

Dijo con voz suave pero afilada

-Las puertas abiertas, y sin embargo, decidís quedaros. Admirable, aunque imprudente.

La melodía que flotaba en el aire cambió una vez más. Esta vez, el ritmo se hizo más denso, más visceral, como si las sombras que lo rodeaban se hubieran vuelto más pesadas, más amenazantes. Kurokyoukan no tenía intención de dejar que simplemente se marcharan. Aunque la puerta estuviera abierta, su objetivo seguía siendo desmoronar la moral de sus enemigos. Tocando las cuerdas con maestría, comenzó a canalizar todas las emociones acumuladas durante el combate: el miedo que había intentado sembrar, la duda que había querido implantar.

Las notas flotaban, buscando a Alise y Bloody Mary, como una red que intentaba atarlas a ese lugar, como si la misma música se rehusara a dejarlas ir. Sabía que habían demostrado ser tenaces, pero el agotamiento emocional también era una herramienta que él podía explotar en este último enfrentamiento.

Con un gesto elegante, Kurokyoukan levantó el arco de su violín y lo deslizó por las cuerdas una vez más con su mirada fija en les aprendices.

-Un último baile, ¿no es así?

Preguntó, su sonrisa fantasmagórica reflejando la oscuridad que intentaba proyectar

El sonido de su violín se intensificó, las Cuerdas del Destino vibraron nuevamente, buscando alcanzar a los héroes antes de que cruzaran esa puerta. Él no necesitaba detenerlos físicamente; solo tenía que hacer que sus emociones los traicionaran, que el miedo o la duda los hicieran retroceder. La sinfonía continuaba, y Kurokyoukan estaba dispuesto a llevar este último acto hasta el final.

Y mientras las notas de la música oscura llenaban el aire, el desenlace de esta batalla se acercaba, con la puerta abierta y la decisión de enfrentarse o escapar en sus manos.

No estaba preparado para que el villano llegara tan rápido -Eh eh- me levante lo mas rápido que pude dispare sin apenas apuntar y pose sin la menor gracia, estaba tan sorprendido que hasta me quede sin palabras.

Me di la vuelta cuando escuché que llegaba el violinista terminado de poner un par de globos de caramelo en la pista de baile. Con una sonrisa lo saludé cortésmente e hice un par de pasos de baile antes coger el platito de dulces.

- Bienvenido a nuestra pequeña fiesta de té sin té - le ofrecí los dulces al tiempo que lo cubría con pegajoso caramelo y se lo lanzaba.

Después, saqué el Girl Power y me lancé al ataque intentando seguir el ritmo de su música.

Aquel villano tocó aquella melodía tan particular y con esta canción tanto Alise Sweet como Ichigo Furukawa sintieron en sus carnes el dolor de ser desgarrado por finísimas cuerdas o hilos a lo largo y ancho de su cuerpo. Incluso cuando los escudos y trajes de héroes estaban intactos.

Por parte de Alise Sweet esta lanzaría el Sticky Sloope por el area cercana al villano, aunque inevitablemente también afectaría a Ichigo Furukawa y a ella misma... aunque al ser tambien de caramelo esto no le hubiera afectado. Tras esto, trato de atacar al enemigo con el bate y... fallaría.

Y por parte de Ichigo Furukawa este trataría de posar y disparar con su arco eléctrico... ninguna de las dos cosas parecían estar demasiado bien...

Kurokyoukan tocaba su violín con una precisión fría y calculada, cada nota cargada de poder y dolor invisible. La melodía que llenaba el aire era diferente esta vez: más aguda, más cortante, como si las cuerdas que vibraban bajo sus dedos fueran cuchillas etéreas que rasgaban la carne de sus enemigos. Era como si hilos invisibles se deslizasen a través de sus cuerpos, desgarrando sin tocar la piel, una sensación que ignoraba sus trajes de héroes y cualquier protección física. El dolor era real, profundo, y la música lo amplificaba a cada compás.

El villano, aunque ágil, sintió cómo sus pies se hundían ligeramente en el terreno carameloso. La pegajosidad del suelo limitaba sus movimientos elegantes y fluidos, y aunque no lo paralizaba por completo, le hizo más difícil moverse con la gracia sobrenatural con la que había esquivado antes. 

Observó el fracaso de sus ataques, con una leve sonrisa formándose en su rostro pálido. Las cuerdas del violín seguían resonando. La sinfonía que tocaba era una canción de sufrimiento y control, y los héroes, aunque valientes, parecían estar al borde de su resistencia.

-Dolor, desesperación... es lo que mejor compone mi música.

Dijo, sin dejar de tocar, su voz tan fría como las notas que flotaban en el aire

-Pero esto es solo el preludio. Si no pueden soportar estas cuerdas... no sobrevivirán el último acto.

Levanto mi arco, para luego disparar y posar, parecía que podía mantener mis poses (Al menos mientras no fuera tomado por sorpresa), pero mi puntería no parecía responder… entonces las palabras de Recovery Girl sonaron en mi cabeza, tomé la mano de Cherry y la jale hacia la salida -Lo siento señor, pero su desagradable sinfonía terminará por arruinar mis gustos musicales- le digo mientras camino fuera del recinto junto a mi compañera -Sinceramente si quería llenarme de terror, solo bastaba con traer a Crow o a Proxy- le hago una pequeña reverencia y término de caminar hacia la salida.

Di un par de pasitos para tomar distancia del villano, admirando sus movimientos mientras su música volvía a alterar mi caramelo. Forcé una sonrisa y volví a lanzarme al ataque.

- Un último baile para terminar la velada - con la pequeña reverencia que hice me puse de nuevo el traje de gala - Candy Armor y me acerqué a mi compañero - ¿querrías ser mi compañera de baile para esta canción?

Blood Mary tomó mi mano, pero o bien no había entendido mis palabras o tenía unas intenciones muy diferentes. De pronto, me vi  arrastrada fuera del lugar por la puerta de salida.

- ¿Mary? ¿Y el último baile? Ara ara - con una sonrisa de disculpa me despedí del violinista - siento no poner broche de oro a nuestra velada, mi apreciado violinista, te invitaré a mi próxima fiesta del té como músico como disculpa.

Por parte de Alise Sweet esta trato de atacar al enemigo con el bate y... fallaría. Viendose acorralada, esta usaría su habilidad para meterse dentro de la armadura de caramelo y así recuperar un poco de la vitalidad que le había robado aquel violinista con su canción.

Aquel villano tocó aquella melodía tan particular y con esta canción tanto Alise Sweet como Ichigo Furukawa sintieron en sus carnes el dolor de ser desgarrado por finísimas cuerdas o hilos a lo largo y ancho de su cuerpo. Incluso cuando los escudos y trajes de héroes estaban intactos.

Y por parte de Ichigo Furukawa este trataría de posar y disparar con su arco eléctrico... ninguna de las dos cosas parecían estar demasiado bien... por lo que Alise e Ichigo huyeron.

¡BATALLA A FINALIZADA!

¡DERROTA!