Partida Rol por web

El ladrón sonrie plácidamente al ver el respaldo de su jefa y observa como la cara de Tordek se va enrojeciendo poco a poco de la ira -Acaso crees que un cordel que es fácilmente cortado con una daga, puede sostener toneladas de roca sobre el techo... ohhh noo -Continua Ikaru acercándose y dándole una palmada en el hombro, sabiendo que lo enfurecería mas -Eso no es lógico mi barbudo amigo.

Voltea su mirada y se interna en el pasillo, buscando cuidadosamente en el suelo y las paredes, siguiendo la estratégia de siempre; no sin antes lanzar un último comentario -Y tu gunnar, ya oiste a Tordek, deja de estar derrumbando túneles a donde quiera que vayas..... él lo ha dicho, no yo!!

Se pierde de sus compañeros con una sonrisa de oreja a oreja.....

Dudo de que un enano derrumbe túneles así porque si- gruñe Tordek- pero si queréis engañaros a vosotros mismos me da igual- las pruebas eran claras para el enano: corta el cordel y al poco rato, se derrumba uno de los túneles. 

Y usted, viejuna- le dice a la elfa mirándola severamente- tenga la bondad de dejar los chistes de altura en otro momento. 

-Está bien, está bien--finge disculparse Gunnar al tiempo que retoma su posición en el grupo--Lo siento, chicos. Debo reconocerlo. Esta vez no fue culpa de Ikaru. No pude evitarlo. Me tiré un buen pedo en cuanto estuve a solas y, como no quería importunaros, me lié a palos con las paredes para simular el derrumbe.

-¡Ja, ja, ja! Anda que...

-Venga, ya tenéis un culpable. Ahora, ¿seguimos?--concluye el enano del cadena armada dedicando una amplia sonrisa de complicidad a Tordek.

-¡Por el amor de mi madre! En lugar de quejarse, deberían darme las gracias por ayudarles a evitar discusiones con el camino a tomar.

Bueno, pues si ya habeis terminado de romper cosas... dijo Pandarg. Creo que Ikaru y Gunnar han dejado clara la elección de camino.

Sabía que la culpa era del enano pero no podía pasar la oportunidad de meterse con su primo, al que hizo una reverencia acompañada de un gesto para que continuara por el camino al que se dirigían.

Ikaru había desactivado la trampa, aún así, avanzasteis con cuidado, expectantes a lo que pudiera pasar. 

Al final del pasillo, un adorno en la piedra con forma de cabeza de león se encuentra en el muro, posicionado a vuestra altura con la boca abierta, como si rugiera.

El pasillo gira a la derecha. Lo seguís hasta que os ofrece dos opciones, continuar o ir por un pasillo hacia la izquierda

Pandarg observó la cabeza un instante. Estoy seguro que, de activar este cable, esto haría un flambeado de enano que ni en las mejores tabernas orcas...

Misma rutina, ¿no? confirmó el elfo. Ikaru inspecciona primer pasillo y nos da confirmación de avanzar. Gunnar esta vez se queda quietecito.

Sin replicar a las provocaciones que le llegaban desde la retaguardia del grupo, principalmente porque razón no le faltaba al clérigo, Gunnar caminó por el pasillo en silencio para luego estudiar atentamente la tallada cabeza del león cuando llegó a su altura:

-¡Buen trabajo, orejotas!--concluyó el pícaro brujo felicitando a Ikaru por la más que eficiente desactivación de la trampa.

En aquel grupo había dos formas de lidiar con las trampas mazmorreras: uno era dejar que Ikaru las desactivara. La otra era que alguno de los enanos las hiciera saltar por los aires.

El resultado solía ser el mismo: ninguna pérdida grave. Pero la verdad es que la opción enanil solía dar pie a muchos más chascarrillos y bromas al salir del enredo, frente a una buena jarra de cerveza.

Un guiño de ojo es la respuesta del ladrón ante las felicitaciones del otro Enano, algo le decía que su comentario podría estar cargado de ironia típoca en los barbudos.

con sumo cuidado, Ikaru realiza su aproximación a la estatua del león, inspeccionando el piso para no activar nada y posteriormente tocando y tanteando la estatua, como si buscara algo que quizá ni exixstía, era su costumbre buscar TODO, y mas de una vez esa costumbre lo había salvado de volverse pasta Elfica.

Parece seguro -pensaba, pero no se atrevía a llmar a sus compañeros hasta no estgar seguro, ante los recientes acontecimientos, no quería otro chascarrillo, una vez y te caen estos barbados, dos veces y te muelen; no habría taberna que aguantara las horas de burlas y comentarios que generarían ese par de supuestos compañeros -Como está Otis? -Fue lo único que preguntó mientras sus guantes rozaban la estatua..

Ikaru inspeccionó la imagen de piedra. En la boca abierta encontró un virote con la punta ennegrecida.

Mientras, los demás le esperaban para que encabezara la inspección de los nuevos caminos que se abrían delante vuestra.

Jumm. vaya vaya,,,,, parece una trampa.... una flecha envenenada?.... miremos que tiene para nosotros.

La intención de sacar la flecha era evidente, pero unos centímetros antes de hacer contacto con la flecha, un chillido de Otis le hizo perder la concentración.

Pobre, está nerviosa.

El Elfo desiste siquiera de tocar la flecha y decide pasar fuera de la línea de acción de la flecha, atravesandola estatua para llegar al otro lad del pasillo.

-Una flecha, una flecha sale de su boca, quizá con veneno!!, tengan cuidado de no pasar sobre la linea de acción, vamos, vamos..... los venenos no me....... no me traen confianza, vamos!!

El elfo permanecía cerca de la estatua para ayudar a sus compañeros a sobrepasarla de la amnera mas segura posible.

Venga, Ikaru, que no es una estatua como aquella que Gunnar y Pandarg se empeñaron de tratar de sacar de aquella tumba en Vilhon ni es una de esas caras con un agujerito con las que tanto te divertías en ese burdel de Cormyr... bromeó, como siempre, Pandarg. Venga, como siempre, primer pasillo, revisas, desactivas y nos das el visto bueno para que podamos avanzar, derribatúneles incluido.

Tamara solía preferir saltarse las trampas a tratar de desarmarlas; no sería la primera vez que cortaban el cable equivocado, o que interrumpían el mecanismo que no tocaba.

Además, ver a los dos enanos tratando de pasar sin pisar las piedras marcadas o saltando finísimos hilos de seda casi imperceptibles mientras cargaban con sus hachas y sus armaduras siempre era un espectáculo digno de ver.

-¡Por el Manto Brillante de Dugmaren! ¿Es que tengo que ir llevándolos siempre como a un rebaño de ovejas descarriadas?--se preguntó a sí mismo Gunnar mientras bufaba de aburrimiento. Luego el enano sonrió al imaginarse "azuzando" a alguno de sus compañeros con la cadena armada.

-¿Seguimos adelante o qué? Parece que sea la primera trampa que hemos visto en la vida...--volvió a quejarse el pícaro brujo al tiempo que guiñaba un ojo a Pandarg con complicidad.

Parece que hoy hay poco ganas de trabajar a este grupo- dice Tordek, apoyándose su hacha en el hombro- espero que nadie se haya acojonado por las cuatro arañitas y las trampas de este lugar. Porque sino vamos apañados.

El Elfo permanecía al lado del grabado, avisando donde pisar a sus compañeros a medida que pasaban.

-Esa vez estaba muy borracho -Respondía al Elfo mientras este pasaba con su ayuda -y era porqué la mujer sin dientes y horrible berruga en el labio iba tras de mi a hecharme mano, una suerte que estabas tu para quitarme esa amenaza de encima!! ohh amigo, si que me harás falta si llegas a caer en este agujero que de seguro lo harás JAJA, ya no tendré de quien burlarme luego de una noche de copas.

Finalmente, el Elfo seguía con su camino solitario por el pasillo que volteaba a la izquierda, no iba a perder tiempo a que sus compañeros discutieran que pasillo tomar.... ya los Enanos le sacaban el quicio, solo esperaba encontrar alguna criatura para distraer a los barbudos, pero quizá sus deseos pronto se harían realidad y probablemente ya no lo desearía.