Partida Rol por web

Bill volvió a hablar, haciendo comentarios sobre la posibilidad de hacer un guerra química, basándose en las propiedades que tenían algunas plantas, diciendo unas palabras que le resultaban realmente raras a la camarera, pero no pudiendo evitar sentir que era el hombre más inteligente del mundo, a pesar de que no hubiera tiempo como para destilar principios activos con el fin de dañar a los esclavistas.

Organa no solo les dio armas, si no además les mostró una sustancia que si ponían en las flechas, dormiría a sus enemigos. La pelirroja veía en sus sueños un éxito rotundo del plan, uno que se basaba en acciones improvisadas y sin seguridad de que les llevara a conseguir lo que pretendían, pero ¿qué más podían hacer?. Era o arriesgarse o huir, y de lo segundo, ya habían tenido bastante.

Andrés era un hombre muy práctico, y prefería usar balas a ese armamento rudimentario que les ofrecían, pero no estaban en posición de exigir. No había más de lo ofertado, lamentablemente. 

- Andrés yo voy con vosotros, debo hacerlo, son mis padres... - Dijo la joven acercándose a él, comprendiendo lo que pretendía - Gracias, pero no puedo permitir que os juguéis la vida por mi familia y quedar yo atrás... Si os pasara algo, no lo soportaría... - Le dio un suave abrazo, transmitiendo el afecto que le tenía, suspirando quedamente por el nerviosismo del momento y lo que estaba por venir.

Sintió la mano de Lucke en su hombro y Lily le miró con afecto, aquellos tres eran sus "chicos". ¿Cómo no estar celosa de un par de extrañas que pretendían arrebatárselos? Quizás en ese punto Benz no estuviera siendo justa, pero no deseaba perder a ninguno de ellos, fuera cual fuese la causa.

- Os quiero... - Hizo las señales oportunas con las manos para que Freak también lo supiera - Y ojalá todo salga bien... - Dicho esto cogió flechas y un arco, mojó sus flechas con la morfiusa y caminó sin dudar hasta el sitio donde estarían los esclavistas con sus familiares, los supervivientes del refugio 252.

Suspirando ante lo imposible de la empresa que estaban a punto de acometer, el muchacho asintió a las palabras de Organa. No había tiempo para trazar un plan más elaborado que el de jugársela el todo por el todo y rezar. Al menos dispondrían de aquella suerte de somnífero pero, si dependían de la puntería para alcanzar a los enemigos y debían ir uno a uno las posibilidades rozaban el cero absoluto.

-¿Habéis probado a quemar la substancia? Quizás los vapores causasen un efecto narcótico de área...-Bill se negaba a darse por vencido en su intento de encontrar una solución milagrosa que les ayudase a igualar fuerzas con los esclavistas.

-Tienes razón, si hay que hacerlo hay que hacerlo ya. Cada minuto que perdemos reduce nuestras posibilidades de éxito. Vamos.

Chadwick se afanó en ayudar a preparar todo lo que fuese necesario, cargando material y equipamiento. Cuando estaban listos para partir se acercó a la camarera, poniéndole las manos sobre los hombros.

-Claro que puedes venir, nosotros no somos nadie para negártelo... Y tampoco soy nadie para poner condiciones, pero me gustaría que me prometieses que si la cosa se llega a poner fea- aplanó los labios, para luego humedecérselos-Fea de verdad, quiero decir. Si te pedimos que te pongas a salvo, lo harás. Necesito saber que al menos tú sales de esta...-dijo con un pequeño matiz de desesperación tiñendo su voz- ¿Te parece bien...?

Asentí con la cabeza por las palabras de Lily y correspondí su abrazo con cariño, acariciando un poco su espalda antes de que se separara. Y allí estaba, pensando las opciones antes de caminar y tomar un arco, flechas y un cuchillo artesanal, antes de volver al grupo. -Ya estoy listo... Bill, si podemos ir a la sala de seguridad y sabes hackear las terminales, podríamos usar las cámaras para saber exactamente donde están los esclavistas, y si quieres hacer esa idea de drogar a todos, podríamos buscar alguna forma de filtrar el humo de esa planta por el sistema de ventilación y concentrarlo en donde están los esclavistas, pero ya eso sería demasiado...-

Finalmente, todos os pusisteis en marcha. Lily, y Ferak, Bill y Andrés, Organa y tres radianos, todos dispuestos a hacer un poco una locura, pero ante todo, algo que podía suponer recuperar una parte de lo que habíais perdido. 

Kummy se marchó junto los demás al otro asentamiento, quedando así apartada del peligro, pero los demás tendríais que enfrentaros a algo nuevo y diferente. Los esclavistas eran peligrosos y tenían recursos, pero vuestros amigos y familias os necesitaban. Era eso, intentar rescatarlos... o condenarlos a una muerte cierta e incluso una larga agonía, en forma de criaturas terribles, muertas por dentro, putrefactas por fuera, y meras sombras de lo que una vez fueron.

Vuestro camino estaba marcado. Solo el destino sabía en dónde y cómo acabaría.