¡Malditos! -dijo Tillis mirando el horizonte desertico y pensando algo-. Esos perros llegan, observan y esperan refuerzos... Será mejor continuar nuestro camino -concluyó-, si dan con nosotros en medio de la nada -se refería al propio desierto- no podremos huir a ninguna parte...
Tras atar su carreta, Frank hizo lo mismo con su caballo, y luego todos recogísteis vuestras últimas pertenencias antes de salir de aquel viejo fuerte.
¡Andando! -ordenó Tillis mientras vigilaba ya montado en su carruaje cómo iba saliendo poco a poco el ganado-. ¡Recordad! ¡Los ojos bien abiertos! ¡Tened a mano vuestras armas, y si véis a alguien acercarse por algún lado, pegad un tiro al aire y señalad la dirección!
Parecía como si Tillis hubiera estado en el ejército, pues sabía bastante bien cómo planear las cosas y más con negocios de tan grnde calibre.
El sol desértico era aterrador, y sin daros cuenta había pasado ya casi dos horas desde que amaneció. Continuábais conduciendo ganado como hasta ahora.
Antes de ponernos a trabajar nuevamente me acerco a todos, ignorando a los hombres de Tillis y al propio Tillis, porque aun desconozco si esto tiene algo que ver con ellos y con la misteriosa carreta y les digo lo que he visto -Escuchadme, cof, cof, no se si Buck no, cof, cof, se ha fijado o que...Pero, cof, cof, los que nos han disparado no eran, cof, cof, indios para nada. Tened cuidado- Les aviso lo más bajo que puedo mientras me dirijo a mi posición para dirigir el ganado
-El niño tiene razón señor Tillis- dijo Frank a viva voz,- los indios no son buenos tiradores a menos que no sean parte de una comunidad de indios. Creo que quienes nos siguen son un grupo de bandidos, que pueda haber entre ellos algunos indios, será otra historia-.
Thomas no daba crédito a cómo se estaban desarrollando los acontecimientos. Esto no era nada parecido a lo que se había imaginado. Lo peor de todo es que Tillis, además de caerle cada vez peor, le parecía de lo más sospechoso. Tras volver de recuperar las reses que habían escapado, Dwayne les daba otra mala noticia.
- ¿No son indios?- Al menos contra indios a Thomas no le hubiera importado disparar su rifle. Esos salvajes merecían desaparecer de la faz de la tierra. Thomas escupio al suelo.- ¡Que me aspen si esto cada vez no es más raro!- El viejo evitó que el Sr. Tillis o alguno de sus secuaces pudiera oir lo siguiente.- Como dice el crío- Refieriendose a Dwayne- Esa carreta es bien sospechosa. Puede que lo que persiguen los bandidos sea lo que lleva Tillis en ella. Quizá debamos preguntar a Tillis directamente si hay algo que no nos haya contado.- Dicho esto Thomas toma su posición para guiar al ganado, con cara de preocupación. Si ya en condiciones normales se le había dado mal, no quería ni pensar con la presión de ser perseguidos por un grupo de forajidos.
Hoy pude escribir :). Nos vemos el lunes