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Final Fantasy: El destino del héroe

Capítulo 1: La huida

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27/12/2022, 10:31
Director

Aquel niño miró a Lavinia con gesto confundido, más como si no entendiera qué estaba haciendo que como molestia o pesar. Se notaba por su expresión que aún no terminaba de procesar lo que había ocurrido. Aun así asistió a la colocación de la lápida y las palabras de la joven maga roja en silencio, asintiendo quedamente al final antes de volver con paso dubitativo con los adultos de la caravana, subiéndose al pescante de un carro para ir acompañado de la conductora, que le abrazó con una mano con una lágrima rodando desde sus ojos.

Por otro lado, el grupo se puso en marcha de nuevo, en completo silencio, solamente interrumpido por ocasionales voces de los que vigilaban vanguardia y retaguardia, discutiendo cómo deberían continuar. Parecía que la opción más aceptada, por lo que habían podido escuchar, era enviar a un par o tres de personas a reconocer el terreno más adelante, de manera que no les pillaran con más sorpresas. Era curioso cómo podían organizarse de manera medianamente eficiente, al menos teniendo en cuenta que la mayoría de los orígenes de esas personas eran humildes.

Agatha llevó a Lavinia con su tío, quien se removía en sueños. Tenía algo más de color en la cara, gracias probablemente a los cuidados que había recibido por parte de Saphir. No pasó mucho tiempo hasta que finalmente abrió los ojos, mirando hacia todas partes, confundido y con una debilidad patente.

— ¿Dónde...? ¿Qué ha pasado? - preguntó, viendo primero a Agatha, hasta que reconoció con la mirada a la maga roja. — ¡Lavi! ¡Estás bien! - gritó, aliviado, intentando levantarse de golpe para abrazarla. No obstante, lo único que ocurrió fue que se topó con el suelo, debido a que sus piernas no respondían en absoluto, como ya se sabía por parte de Saphir. El tabernero se miró los pies, confundido, hasta que comprendió lo que había ocurrido. — Vaya... parece que no voy a poder servir más cervezas - musitó con un tono irónico. Sonrió, no obstante, mirando con infinita ternura a Lavinia, hasta que la preocupación volvió a su rostro al darse cuenta del estado sucio y herido de la joven. — ¿Qué te ha pasado? ¿A dónde vamos? - Las dudas de Amet eran razonables, teniendo en cuenta que había permanecido inconsciente hasta ahora. En su mirada se reflejó el reconocimiento mientras observaba a los demás integrantes del grupo, que compartían la misma carreta. 

Notas de juego

Perdonad que haya tardado tanto, la Navidad y un examen de oposiciones a las puertas hacen mucho :(.

Fecha y hora "límites": Viernes, 30 de Diciembre a las 20:59.

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27/12/2022, 12:30
Lavinia

Cuando Amett intenta levantarse me lanzo hacia él para intentar detenerlo, pero no llego a tiempo.

No puedo evitar llorar por mi único ojo. Él, que siempre estaba tan lleno de vida y de energía, y ahora va a tener que quedarse postrado para siempre.
¡No es justo!

Y tanto que puedo hacer, con todos mis poderes, con toda mi magia. Y no soy capaz de salvarle
 

Así que sonrio, como él me ha enseñado. Sonrio y le abrazo disimulando lo que me está devorando el corazón.
"Ya ves, viejo. Me vas a obligar a hacer tambien tu turno en la próxima posada"

Es lo mejor que puedo hacer. Aprender todo lo que me trasnmita, y no dejar que se pierda jamás.
 

"Lo bueno es que has salvado a un buen puñado de toda esta gente, y ahora vamos a... a... Y eso es una buena pregunta, Tito Amett. Agatha ¿A donde estamos yendo?"

Notas de juego


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28/12/2022, 09:57
Saphir Ihma

Después de tanta desgracia, por fin la Madre les había bendecido con una pequela alegría. Se le iluminó el rostro cuando vio levantarse al tendero. Sin embargo no pudo quitarle ojo a su estado, deseando que ojalá pudiera haber hecho más.
¿Cómo os sentís? —Le preguntó a Amett, mientras observaba detalles que pudieran revelar su estado— ¿Tenéis frío, calor...? Si tuviérais alguna sensación extraña decidme sin demora — Se le marcó una sonrisilla amable.
Solo esperaba que pudieran llegar cuanto antes a la capital o donde quiera que fuese el destino final. Un merecido descanso era vital para terminar de reponerse, no solo el grupo, sino también el resto de refugiados.

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30/12/2022, 20:49
Raven Drannor

Hago un gesto despreocupado hacia Saphir con mi mano en cuanto esta agradece mi ofrecimiento, sin darle demasiada importancia al asunto. No era difícil notar que le costaba un poco aceptarla, por lo que buscaba abordar el asunto de la manera más relajada posible.

Ya en la carreta decido buscar un espacio para acomodarme y revisar mi arco, mirando de tanto en tanto a nuestros alrededores por si ocurría algo, pero mayormente centrado en asegurarme de que mi arma se mantuviese en el estado óptimo para funcionar, visto lo visto, aunque esperaba que hubiese aunque sea un rato de paz mientras la caravana avanzaba. Mientras tanto aprovechaba de escuchar lo poco que se iba comentando, y sin dudarlo mucho me ofrecí de voluntario para el grupo de reconocimiento. Se estaban organizando increíblemente bien para ser un grupo de aldeanos sin demasiada experiencia, pero... Aún así quería poner mis habilidades a buen uso. -Quizá un soldado retirado les esté dando instrucciones...- Murmuro para mi mismo, levantándome.

Estaba apunto de levantarme de la carreta cuando oí la voz del tabernero, llevándome a alzar una ceja y a mirarle con cierta sorpresa. Era un hombre fuerte... Con buen ánimo y una sonrisa hasta al enterarse de que no podría mover más las piernas. -Hey, tabernero. Bienvenido de vuelta. Estamos yendo a la capital... Con algo de suerte ya te perdiste la parte fea del viaje y llegaremos sin más inconvenientes.- Acomodé mis cosas. Ojalá. El rugido de la bestia de antes aún me rondaba por la cabeza.

-Iré a ver si necesitan ayuda con los grupos de reconocimiento.- Dije bajando de un brinco de la carreta, no sin antes despeinar el cabello a Lavinia. Buscaba molestarla un poco, pero también darle una pequeña muestra de afecto -¿Ves? Sí que es un sujeto fuerte tu tío. Háganle caso a Saphir.- Y... Si todo salía bien, iría a ayudar con el grupo de reconocimiento. Si no, bueno. Volver a la carreta tampoco es tan terrible.

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03/01/2023, 20:50
Mortimer Bals

En la carreta en la que viajaba, Morti estaba algo ocupado con una tarea secreta, atendiendola con mimo. Cosas de mago negro se podría pensar... y él no lo desmentiría. Aunque no le impide alzar la cabeza y sonreir cuando escucha la voz del tabernero.

Una buena noticia para Lavinia, aunque no vaya a poder andar seguirá pudiendo dar las órdenes necesarias.

Confiab en que las palabras de Raven fuesen ciertas, que la peor parte hubiese pasado. Con suerte así sería... para los refugiados. Pero ¿Y para ellos? Si es que realmente eran un "ellos" la coordinación entre el grupo había brillado por su ausencia. Vale, era un ataque sorpresa, pero aún así... En cualquier caso, si el "ellos" era real... no le cabía duda que al grupo del cristal le quedaba mucho por delante.

O eso o la barda les había encantado con alguna ilusión.

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05/01/2023, 02:37
Kallista Skyfall

Kallista observó como cada uno fue dedicandose a lo suyo en lo que el viaje continuaba. Escuchar la voz de Amet y de Lavinia le trajo la paz mental que había perdido cuando durante el ataque había sido incapaz de proteger la taberna. El rostro de Dronn se vino a ella junto a los de su querida familia a la que probablemente no volvería a ver.  Agradeció a quien estuviera guiando su camino que al menos la joven mesera no se hubiese quedado sola. No tuvo cara para hablar con Amet, quizás temía que este le recriminara su trabajo mal hecho.

Por lo que solamente se acomodó en la carreta, medio sentada envuelta en una vieja manta que le cubría la cabeza y se durmió esperando que con el sueño se alejaran los sentimientos amargos que volvian a  ella cada vez que tenían un momento de paz. También sabía que debía reunir fuerzas, para ella lo peor siempre estaba por venir o mejor dicho lo más importante. Un cuerpo sin energía no era lo que sus compañeros necesitaban.

En sus sueños volvió a estar con sus hermanos mayores, recordó el sabor de las galletas de su madre y lo feliz que era subiendo a los hombros de su padre cuando era pequeña, o escondiendose detrás de el cuando algo la asustaba. Es una pena que no se pueda vivir soñando.

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06/01/2023, 00:57
Director

Amet sonrió a su vez, estrechando a Lavinia con ternura entre sus brazos. Su rostro mostraba, ante todo, felicidad por haber podido estar junto a su preciada ahijada. Incluso pudo reír un poco ante el comentario de la joven sobre los turnos, demostrando que, incluso en una situación tan catastrófica, aún podía centrarse en lo bueno. Apoyó la espalda sobre la lona de la carreta, apoyándose ligeramente en Lavinia. Parecía un poco torpe en sus movimientos por el momento.

— Lo que ha dicho tu amigo, Lavi - respondió Agatha ante la pregunta concerniente a su destino. Ahora que Amet estaba despierto parecía también más animada, aunque su rostro preocupado evidenciaba que había algo que la mantenía algo incómoda. — Será un viaje largo, estamos a una semana a pie de la capital. Eso si no tenemos ningún contratiempo más, claro.

De repente se escuchó un piar en la carreta, aunque era difícil determinar el origen del sonido. Otro más sucedió al mismo, más flojito, y esta vez quedó claro que provenía del interior de la carreta. Agatha miró con curiosidad por todas partes, pero al no ver nada se encogió de hombros, pensando quizá que podía haber sido su imaginación. 

Raven salió a ver si podía unirse a la avanzadilla de exploración, haciendo gala de su experiencia pasada y sus excelentes cualidades físicas, lo cual le valió la aprobación instantánea por parte de aquellas gentes, que agradecían cualquier ayuda que pudieran prestar. Fue así como se marchó a reconocer el terreno por delante, como tantas otras veces había hecho en el pasado.


El grupo tuvo tiempo para descansar los días siguientes*. No hubo más ataques por parte de animales salvajes, así como tampoco hubo mayores señales de persecución o búsqueda. Los tafeldianos pudieron relajarse un tanto, y los heridos sanaron rápidamente con las habilidades de Saphir y los conocimientos que poseía. Así mismo, la caravana se esmeraba en cuidar todo lo posible a los integrantes del grupo, proveyéndoles de alimento y las pocas comodidades que podían otorgar, ya fueran mantas, hierbas del campo secadas al fuego para hacer lechos en su respectiva carreta, o incluso infusiones y ropa por si querían tener mudas limpias. No podían ofrecer gran cosa con lo que tenían, pero aun así se preocupaban por que el grupo estuviera cómodo, ya fuera por hospitalidad o como muestra de agradecimiento.

Notas de juego

*Recuperáis completamente la Salud y el Maná.

Me gustaría, si es posible, que describáis cualquier cosa que se os ocurra sobre vuestros personajes para estos días que han pasado (4, para ser exactos). También, si queréis interaccionar entre vosotros es un buen momento de calma.

Fecha y hora límites: Martes, 10 de Enero a las 20:59.

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06/01/2023, 01:28
Lavinia

Durante todo el tiempo del viaje, me pongo al servicio de la comitiva. Al fin y al cabo, 'No se puede pensar bien, amar bien, dormir bien, si no se ha cenado bien'. O eso dijo una barda mejor incluso que Agatha1. Y entre las recetas y trucos de Amet y mi ánimo por mantener el espíritu elevado, intento convertir las raciones, la caza o lo que recolectemos de la naturaleza en un banquete propio de aventureros.


— Ya verás, Tio Amet. Seguro que alguien puede hacer que te recuperes en alguna de las ciudades que encontremos —  le aseguro, intentando fingir una sonrisa, intentando fingir que no me preocupo, ni me culpo de la herida de mi tio — Así que no te acomodes ¡Porque cuando consiga que te levantes, te tocará recuperar las horas perdidas!

 

Es en las horas de viaje, en algunas de las guardias, en las que me acerco a Mortimer

— Morti, quería guardarlo, quería esconderlo. A veces le tenía autentico terror, pero con las bestias acorralandonos, creo que era el momento de hacerlo. — Y tomo la mano del diminuto Lalafel  —  Si, puedo hacer magia, pero sólo conozco hechizos de hielo. No lo domino como tú ¿Te importaría ser mi maestro? ¿Me enseñarías el poder del Fuego?

 

 


En otra ocasión me acerco al pequeño, al que perdió sus padres, y a su vez le intento transmitir lo que sé. Transmitirle como mantenerse firme, como medir a un enemigo, y sobre todo que su vida vale. Vale muchisimo. Que debe de cuidarse, por él mismo y por sus seres queridos.
Y de paso, le enseño a defenderse con el bastón, con la daga y con todo tipo de armas cortas y medias

Notas de juego

La cita es de Virginia Woolf, en "Una habitación propia".

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08/01/2023, 13:26
Saphir Ihma

Saphir dedicó aquellos días de reposo a eso mismo, aunque siempre se mantuvo cerca por si resultara necesaria. Sus meditaciones, mañana, tarde y noche, ocupaban gran parte de su tiempo. Esta era una vida, así en conjunto, que convirtió en rutina desde bien pequeña: servir, orar, descansar. Una noche, sin embargo, se pudo oir un ligero murmullo sordo proviniendo de su jergón; como si retuviese entre dientes lo que estuviese diciendo.
Otro de los días, ya entrada la tarde, decidió realizar una revisión en la caravana sobre quienes ya estaban recuperándose. La cosa terminó pronto, pero no vio necesidad de volver a sus asuntos aún. Al contrario: se sentó cerca de algunos críos que, por una u otra razón, no parecían muy activos. Apagados de ánimo incluso. La samhín consiguió su atención y les comenzó a contar algunas historias de su gente: divinidades vengativas que acabaron derrotadas por su arrogancia y el desprecio contra las fuerzas de un Bien universal; leyendas de héroes y heroínas que recorrieron el mundo, logrando hitos imposibles con los que mejorar la vida de sus iguales. Narrativas que casi parecían un calco de las historias del resto de los otros pueblos del mundo. Pero fue la última historia la que desencajó con lo que había dicho hasta el momento. Miró las caras de los niños, ahora quizá con algo más de inspiración en sus rostros.
La historia de Herah "el Impávido", hijo del marino Sinoá, es una de grandes azañas, aunque tendrían un preludio con pequeños retos de valor —Cerró los ojos, como intentando recordar con exactitud, sin perder la sonrisa— Porque aunque hubo de perder a su querido padre en un día de pesca, nunca tuvo miedo a la oscuridad. Fuera en la noche, bajo tierra o bajo mar. Primero, resistió el miedo ante la idea de tener que afrontar su primera prueba: entrar en la madriguera de un gran topo de garras rápidas — con las que excavaba a toda velocidad — para quitarle un mechón de sus pelos con los que ayudar hacer un brebaje. Cuando le vio, ¡se agarró con fuerza a su pelaje! Justo cuando pasó excavando con más rapidez de la que os valéis para devorar el desayuno. Y aún después de varios minutos aferrado al animal, por muy profundo que excavase, no cejó hasta conseguir el preciado cabello. Después, se antepuso al terror de tener que pescar a garra desnuda dieciséis erizos de mar muy venenosos —hizo un gesto con las manos, como aproximando el enorme tamaño de los erizos— justo en el fondo del océano oriental, y así cocinarlos para una cena con los dioses —Fingió que cogía aire.— Cogió todo el aire que pudo y se tiró de cabeza al agua. Nadó y nadó, sumergiéndose hacia lo más profundo. Dejó de ver bien, por lo que afinó la vista para esquivar los peligros. Dejó de oir la superficie y solo escuchaba las ondas del agua con a saber qué seres marinos rodeándole, pero no tuvo miedo y siguió descendiendo —Se le comenzó a notar un leve temblequeo en la garra que se aferraba al báculo— Se sumergió y nadó, hasta que dejó de ver nada de nada —Apretó con fuerza el palo, y el tono jubiloso con el que relataba se fue apagando.— No vio nada, ni al más terrible de los peces. Solo se sentía flotar. Pero no tuvo miedo —Ya con la mirada perdida en un charquillo fangoso de la tierra, se limitó a repetirse— Nadó y nadó, y no veía nada —Los críos se miraron entre sí, sin saber qué decir o esperar— Nadó y nadó... Y respiró. Dejó de sentir nada —La ratona se quedó con vista perdida observando el charco casi un minuto entero. Algunos niños le buscaban la mirada. Después de esos instantes, se levantó con el mismo ánimo del suelo y se alejó paso a paso, apoyándose en su báculo. El resto del día lo pasó como solía, sin cambiar ni un ápice su rutina.

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08/01/2023, 13:50
Saphir Ihma
Sólo para el director

Notas de juego

La idea es ir asentando el descalabro emocional de Saphir a medida que transcurran los eventos de la historia. Algo que nace de la impotencia de no poder evitar algunos males (la paraplejia de Amett, el posible destino de su gente, etc), además de su crisis se fe tras la revelación del cristal, mezclada con la desilusión a la que su clero la ha ido llevando. Un batiburrillo de males que solo se agravan cuanto más se recrudezcan las cosas para el grupo. 

Se mantendrá activa en lo que respecta a sus labores como sanadora, aunque sea a costa de ir disociando cada vez más. 

Aquí ya dejo a tu criterio cómo lo prefieres enfocar. Personalmente suelo maltratar bastante a mis personajes, así que vía libre nsksndm. Y si crees que en algún momento me vaya a chupar mucho foco, dame un toque, aunque siempre intento no estar en el centro. 

Espero que te eche un cable para saber hacia dónde llevar a la ratuela esta. Que ya digo, yo lo que me eches lo asimilo y construyo a partir de ahí.

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08/01/2023, 17:09
Lavinia

Cuando escucho a Saphir contar la historia, me falta tiempo para preparar unas tacitas de cacao con lo que tenemos, y dárselo a los niños.

En verdad es una excusa para quedarme, medio escondida, y poder prestar oidos a la historia con ansia. Lo necesito. Necesito una historia que me aliente, pues de tanto intentar levantar la moral a los demás estoy cada noche más apagada, más consumida. 
En otra ocasión habría bebido hasta caer en la inconsciencia, o quizá habría buscado refugio en los brazos de cualquier patrón de la posada y habría hecho algo de lo que me habría arrepentido a la mañana siguiente. Pero ahora no puedo permitirme ni uno ni otro.

Cada minuto que pase necesito estar aguda y afilada, como la espada de Kallistra. Para que no vuelva a suceder ni lo de la ciudad, ni lo de los lobos en la encrucijaga.

Tras darle un tiempo, me acerco a Saphir. Anuncio mi llegada pisando de forma imponente, y haciendo que mis tacones suenen lo bastante fuerte como para que sepa que estoy llegando. Como es costumbre de hacer en mí.

— Menuda historia, Saphir ¿Entonces Herah nadó hasta ahogarse? ¿O algo le cambió al llegar al fondo? — te pregunto si en algun momento dejas que me acerque, llevándote un licor de queso batido (Tan irresistible para roedores, como la hierba gatera es para las Mithras) — Si querías animar a los niños, diria que has conseguido lo contrario.

 

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09/01/2023, 10:47
Mortimer Bals

Durante un par de días Mortimer se comporta de manera extraña. Peculiar, como poco, retirándose a comer solo y cuchicheando mientras hacía algo fuera de la vista del resto. Su temor es que alguien decida reclamar a los pequeños que ha encontrado. Pero pasados un par de días ya le han cogido afecto como su "madre" y él a ellos. Si alguien decide intentar quitárselos, se llevará un calambrazo. Como poco.

Y es que entre las pertenencias del hombre que murió en el araque Mortimer encontró dos huevos. Estaban a punto de eclosionar y eso hicieron cuando los cuidó un poco, llegando al mundo dos pequeñas crías de chocobo. De una raza diminuta, incluso para el estándar lalafel, pero muy inteligente.

Tras esos días dejó de ocultarlo y todos podían ver como los chocobitos viajaban en el sombrero del mago. La ruidosa e inquieta Xan y el calmado Nax.

La petición de Lavinia lo coge muy por sorpresa. Después de todo él es un gran mago ¡Pero no un maestro! ¿No hay que tener barba o verrugas en la nariz para eso?

-Puedo intentarlo Lavi pero no sé.... si no tienes formación y ya tu maná está "acondicionado" para el hielo igual no hay... pero lo podemos intentar. ¿Por qué quieres aprender? Osea... CLARO que todo el mundo quiere aprender magia negra, es lo mejor que hay en el mundo.- la pequeña Xan recalca la afirmación con un claro "pio" mientras estudia a Lavinia. -Pero ¿Por qué ahora?

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09/01/2023, 18:49
Saphir Ihma

La ratona se entretenía colocando sin mucho sentido su colección de recipientes, hierbas y otros utensilios, casi más como un ejercicio mecánico para tener la mente en blanco que otra cosa.
Oyó los pasos de alguien acercarse, que quizá por la falta de familiaridad no reconocía como los de Lavinia. Miró el obsequio con la atención algo dispersa, y le hizo falta un poco más de tiempo para asimilar las palabras de la humana, pero terminó por recobrar el sentido del todo.
No... —Recogió la botella y la colocó junto a sus cosas tras mirar el contenido. Era abstemia por convicción religiosa, pero quizá su estado la invitase a aprovechar el regalo.— Es una historia con un final alentador, de verdad. Solo que quizá... —Agrió el gesto cuando le mencionó el estado de los niños— Quizá no era el mejor momento para dejarme decaer así, en público. Lo siento. Una debe "experimentar la dicha por el que no la siente; así se lustran las ánimas de los malos vicios", como decía la Suma Sacerdotisa Ghenne —Agachó la cabeza— De veras lo lamento... —Sin saber cómo proceder, sacó su tema recurrente.— ¿Y cómo está vuestro tío? ¿Puede ya valerse de comer por su mano? —La pregunta era interesada, pero también honesta.

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09/01/2023, 23:01
Kallista Skyfall

Aquellos dias Kallista se permitió todo menos descansar, dormía si en las horas que parecían estar más tranquilos, usualmente de día lo que había cambiado por completo su rutina. Se le veía ojerosa, ya que no llegaba a descansar mas de cuatro horas por día. En la noche hacia guardias negandose a dormir por más que se lo pidieran, le aterraba pensar lo que podría pasar si cerraba los ojos. De día cazaba, hacia trabajo pesado y acompañaba a los adultos como ella intentando darles animo como solía hacer con los soldados de la guardia. Lavaba la ropa cuando conseguian agua, ayudaba en la cocina y basicamente todo lo que le enseñan a un buen soldado.

Temía sumergirse demasiado en el mundo de los sueños, tanto que no supiera como escapar luego ya que la dulzura de esos momentos le daban la calidez que ahora  no encontraba. Pensó en cuidar de los niños, pero estos parecían estar bien atendidos por Lavinia y Saphir, miraba con ternura la atención que los pequeños prestaban a esta última cuando contaba sus historias. Aunque hubiese querido socializar más con ellos, aún sentía culpa por no haberle dado mejores noticias a Lavinia sobre Amet, por lo que no tuvo el valor de enfrentarla ahora que el hombre aunque recuperado había perdido la capacidad de caminar.

Con Mortimer fue un poco diferente, ya que se veía concentrado en algo... algo que hacia que la mirara mal o la alejara cada vez que intentaba acercarse. Prefirió entonces dejarle solo, preguntandose si habia cometido algun error o serían cosas de Lalafel o de mago. Cuando el misterio fue resuelto se apresuró a conseguir algunos granos para los pequeños polluelos.

- Ten Morti, que bonitos amigos te has conseguido.- De vez en cuando y solo si Mortimer se lo permitía acariciaba a los polluelos en la cabeza.

Le animaba ver que los animos generales estaban a la alza y se aseguraba de mantenerse ocupada para que los suyos propios no fueran a decaer.  Una tarde habiendo despertado de su siesta  mañanera, se acercó a Raven con un plato de una carne de algun animal indeterminado que habían cazado mientras ella descansaba y un poco de agua fresca.

- Tanto trabajo va a desgastarte- le dijo al arquero ofreciendole las provisiones.- No te olvides de comer y de mantenerte hidratado.

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09/01/2023, 23:49
Lavinia

Algo hastiada, harta de mi misma y de lo que me sucede, te confieso la situación

— ¿Por qué quiero aprender ahora? Porque si hubiese sido más capaz, más poderosa, quizá nada de esto hubiese sucedido. Si me hubiese aplicado a los estudios en lugar de beber, de servir copas, de tontear con los soldados o de simplemente confiar en que el talento bruto y el encanto, mi tio caminaría, y ese niño aun tendría a su padre.

 

Estoy llena de odio.
Odio hacia mi misma. Y entierro mi soledad en el fondo de mi ojo, y la tristeza de ser impotente en la sonrisa con la que siempre sirvo a los demás.

Todos me han visto sonreir.
Aun nadie ha conseguido verme llorar.

— ¿Crees que podremos hacernos más fuertes, juntos?

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09/01/2023, 23:53
Lavinia

¿Y cómo está vuestro tío? ¿Puede ya valerse de comer por su mano? —La pregunta era interesada, pero también honesta.

 — Por su mano, si. Sus manos siguen siendo firmes, llenas de callos y aun tienen el perenne olor a cocido, a cervezas casera y al tabaco de los soldados  — sin embargo, todos sabemos que no son sus manos las que le han fallado.
Alguien perceptivo, alguien tan empático como Saphir, y que sepa tratar con una bruta (como lo es la propia Lavinia) se dará cuenta de que ella está conteniendose.
Que quiere explotar, maldecir al mundo entero y a todas sus deidades. Por que alguien tan lleno de energía, alguien tan vivaracho como él esté condenado a apagarse.

Y como tabernera que es, que debe de tragarse sus emociones, y sonreirle por igual tanto a todos los patrones, sin importar si son zafios o cultos, Lavinia intenta cambiar el tema.
 

 — Supongo que, si lo que quieres es animar a los niños, lo suyo es más contarles algún chiste. Algo más liviano. Y si si lo que quieres animar a los que son algo más mayores...  — y al oido, le susurra un chiste verde.
Uno bastante bueno, la verdad.

 

Casi no se notan los ojos enrojecidos, de poco dormir, y de contener las ganas de llorar.

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10/01/2023, 11:12
Saphir Ihma

En un inicio se alegró con lo que escuchaba, aunque en cuanto reconoció el torrente de emociones que reprimía la joven, trató de reconfortarla con palabras que susurraba más que hablarlas. Al menos hasta que le cuenta el chiste, que entonces no pudo evitar que se le erizasen las orejas y que se le abrieran mucho los ojos. Se puso de pie como un resorte, y con una cara que mezclaba vergüenza y agradecimiento le contestó en un tono más vivo de lo normal:
¡E-e-está muy bien, Lavinia! ¡Os agradezco de veras la ayuda! —Sin saber muy bien dónde meterse, tomó la botella y se la enseñó a la humana, intentando distraer un vicio con otro.— ¿Es... es buena? Tan solo había probado un poco durante mi ceremonia de consagración —Dudó unos instantes, pero entre palabra y palabra cogió un pequeño bol y se sirvió un poco, lo suficiente para cogerle el gusto. La cara de no creerse lo que hacía cambió a una de casi revelación. Aquella intensidad del lácteo macerado en el alcohol le repugnaba a la vez que la embriagaba (en ambos sentidos).
¡Muy bueno! Deja un regusto un tanto desagradable, pero no puedo parar de beberlo. ¡Oh, qué cabeza! —Se volvió y recogió otro cuenco para servirle una ración a Lavinia, bastante superior a sus chupitos— Aquí tenéis —Se lo entregó con ambas zarpas, como quien hace una ofrenda— B-bebamos, ¿sí? —Alzó el bol y dijo algo solo moviendo la boca, en silencio— Por vuestro tío y el futuro de nuestra misión —Esperó a que Lavinia cerrase el brindis antes de beber.

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11/01/2023, 17:40
Mortimer Bals

Algo apenado por las palabras de la chica... por su tono más que nada... Mortimer suspira. Lo peor de todo es que lo que le va a decir le duele a él más que a nadie, porque le habría pasado lo mismo.

-Si hubieses sido capaz de lanzar hechizos diferentes no habrías logrado cambiar nada de nada. Salvo quizá... que te matasen. Habría que ser un mago terriblemente poderoso para poder enfrentarse a todo lo que cayó sobre la ciudad y ganar. ni siquiera yo podría...

Acaricia la cabecita de los chocobos asomados al borde de su sombrero.

-Pero no te quepa duda, nos haremos más fuertes. Y si te puedo enseñar mientras aprendo yo, lo haré.- asiente cofiado.

-Lo primero que tienes que aprender es a no dejarte guiar por tus emociones. Eso es básico para todo lo que necesite concentración. La emoción puede venir después cuando ya lo domines. Pues no hay nada más emocionante que ver como tu rayo hace saltar goblins con el culo electrocutado. Pero antes hay que saber lanzarlo... estando concentrada.

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11/01/2023, 21:47
Raven Drannor

Los días siguientes fueron un no parar para mí. Las expediciones eran entretenidas, conocí a unas pocas de aquellas personas que se encargaban de mantener la seguridad y poner el pecho si fuera necesario. Me sentía un poco como en viejos tiempos, cuando peleaba con mis compañeros por aquello que creíamos que era justo... y por lo que nos pagaban, también. Sin embargo, sus orígenes humildes y su general despreocupación por el futuro eran algo que compartía, por lo que no me costaba tampoco empatizar con ellos en ese sentido.

Tampoco les quitaba el ojo de encima a mis nuevos compañeros cuando volvía. Mientras bebía de las infusiones que nos ofrecían, y descansaba los ojos y las piernas, me esmeraba en observar los hábitos y las costumbres de aquellas nuevas personas en mi vida. Un antiguo dicho que mentaba mi padre decía: "Una persona no se define por lo que dice, sino por lo que hace". Y eso era exactamente lo que yo creía, también. Quería saber más de cómo eran aquellas personas que, por azares del destino, habían quedado vinculadas a mí. Cada una era especial a su manera, y tenían menos cosas en común de las que compartían. Quizá, en la diversidad, estaba la dicha del cristal.

— Quizá no debas preocuparte por mí más que por ti misma, soldado - repliqué cuando Kallista vino a asegurarse de que estaba bien. — Veo esas ojeras, y tu cuerpo grita por un buen descanso. Recuerda que requiere de cuidados adecuados para funcionar bien - comenté, ofreciéndole mi cantimplora llena de aquella infusión que tanto hacían los tafeldianos. Me habría gustado bastante más que fuera cerveza, pero a chocobo regalado no se le miraba el pico. — Si terminas por desfallecer seré yo quien ponga el pecho por ti - añadí con una media sonrisa. 

Notas de juego

Holi, soy el dire (?)

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11/01/2023, 21:58
Agatha

En un momento dado Agatha rompió el silencio, mirando por costumbre a Lavinia mientras hablaba, aunque dirigiéndose al grupo en general.

— He estado pensando estos días, revisando lo que estudié en la academia... y lo que nos pasó no pudo haber sido una coincidencia. Los lobos crepusculares no atacan así como así a los humanos, y menos aún un grupo tan numeroso. Además, era de día, y esa especie es más bien de hábitos nocturnos...

La preocupación en la cara de la joven era patente. Su pelo, anteriormente cuidado y lustroso, ahora estaba recogido en una coleta sucia y desgreñada. También presentaba ojeras, quizá no tan patentes como las de Kallista, pero definitivamente había tenido problemas para conciliar el sueño. Por supuesto también estaba el hecho de que, junto a Saphir, era la única que tenía los conocimientos adecuados para tratar a los enfermos y heridos, aunque ciertamente con mucha menos pericia que la samhín.

— Creo que fue una emboscada. Lo que no comprendo es por qué... Aunque tengo mis sospechas. ¿Ha pasado algo extraño como para que nos sigan? Me he preguntado eso día sí, día también... Y he llegado a la conclusión de que es por culpa del jinete de grifos. Seguro que nos vieron con él, y de alguna manera usaron a los lobos para atacarnos, pensando quizá que seguía estando con nosotros. ¿Qué otra cosa podría ser si no?

Notas de juego

Las conversaciones que tenéis son muy interesantes, así que si queréis llevarlas en paralelo me parecería estupendo.

Fecha y hora límites: Lunes, 16 de Enero a las 20:59.