Miron asintió, aunque no demasiado convencido.
- Estoy seguro de que los elfos antiguos podían obrar maravillas que incluso ahora escaparían a nuestra comprensión, y ya he visto pruebas de ello. Sin embargo, no estoy seguro de lo que quiero encontrar. Si en este viaje descubrimos algo, siempre habrá alguien que pierda.
Se quedó en silencio, miró a Aisha y desvió en seguida la mirada hacia el suelo.
- Creo que no me explico. Ya sabes que no defiendo a los humanos por lo que hicieron, pero si pudiéramos confirmar con información legítima que, efectivamente, gran parte de la culpa la tuvimos nosotros... me sentiría tan decepcionado... Pensar que todo un imperio de grandeza, cultura y magia fue reducido a nada por la codicia de mi raza... Supongo que es una manera bastante egoísta de ver las cosas, lo cual es irónico porque precisamente ésa es la principal motivación de...
Volvió a callarse y suspiró. El silencio del bosque era tan agradable que no se atrevía a romperlo con más divagaciones sin sentido.
- Lo siento, no sé exactamente adónde quiero llegar con esto. Creo que te he hecho la pregunta que debería haberme hecho a mí mismo. ¿Y si la Capilla escondió muchas más mentiras de las que ya sospechamos? ¿Y si yo mismo fuera el descendiente de uno de los tiranos que esclavizó a tu gente? No me parece justo. Ojalá hubiera vivido en esa época de esplendor e inmortalidad.- sonrió con aire soñador, imaginándose cómo habría sido.- Un mundo donde los magos no eran monstruos y ninguna institución oprimía a sus iguales.
Soltó una breve carcajada sarcástica, se giró y avanzó unos pasos. Se detuvo y miró una vez más a la elfa.
- Dejaré de atormentarte con mis propias dudas. Veo que estás muy segura de lo que crees, y eso está muy bien.- dijo con una media sonrisa.
La mujer le miró sin dejar de tensar el cabo con el que sujetaba la lona de su tienda. Su mirada era una mezcla de curiosidad, diversión y socarronería. Por otra parte, era una mirada que había visto muchas veces en sus ojos.
-No serás de esos hombres que nos miran por encima del hombro, ¿no...? -Su voz era grave, pero no ronca. Se movía con una fluidez asombrosa, y en un segundo ató el cabo a una rama con un nudo intrincado y firme. -"¡Pobre indefensa y débil mujercita! Iré a ayudarla, no sea que se rompa una uña haciendo fuerza..." -Añadió con retintín.
Pero se plantó ante él, los brazos en jarras, mirándole a los ojos, la cabeza algo ladeada. Sonreía llanamente.
-No te preocupes, sé que no. Me estoy riendo de ti...
Me río abiertamente y sin tapujos por su chiste.-Nunca me atrevería a ver así a una mujer que probablemente pueda freírme como a un huevo sólo con pensarlo-Le respondo divertido, y aliviado por ver que no todo en ella era esa "seriedad" y silencio que la habían caracterizado hasta entonces-Si quieres que te diga la verdad, estoy tratando de conocer al grupo. Se ve que vamos a pasar más tiempo juntos de lo que esperé al principio, así que me gustaría ver de qué pasta estáis hechos-Divago-Y espero que esté rica... me encanta la pasta...-
¿En serio, ya empezamos...?
-Jeje... ¡Claro, ríete de este pobre y desvalido mago de creación que lo máximo que puede hacer es que corras más rápido o curarte cuando te rompas esa uña!-Río de nuevo, aún más fuerte que antes. Estaba bien encontrarse con alguien que entendiera que la atmósfera ya estaba demasiado cargada como para andarse con discursos profundos...
Pensé en lo que me había dicho Hawke-Cómo no... si estás que te bebes los vientos por él, pichoncete...- y me estremecí ante la seriedad que desprendía.
Toco el nudo, un nudo muy fuerte y bien hecho, esta mujer había ido de acampada mucho más a menudo que yo.
-Vaaaaya... vine aquí con intención de ayudar a la maestra. ¿Me ayudas tú con mi tienda? creo que está un poco inclinada...-Asiento, y sin perder la sonrisa añado-Y así de camino me cuentas un poco más sobre a dónde vamos y por qué. Tiene que ser importante si Hawke... digo... el campeón de Kirkwall está por aquí-Me sonrojo un poco, aunque en realidad no me he dado cuenta de ello.
- Hm. - Tuerce el gesto cuando habla de lo que puedan perder durante el viaje.
- No te culpo a ti de nada de eso, Miron. Sólo contestaba a tu pregunta, perdona si me he ido por las ramas o me he expresado mal. - Se disculpa, y luego sonríe al escucharle hablar sobre los magos, 'monstruos', y su opresión.
- Por lo que veo los dalishanos no somos los únicos que idealizamos y añoramos el pasado sin conocerlo a ciencia cierta, ¿No? - Pregunta de buen humor.
- Está bien, Miron. No me molesta. Tenemos cosas más importantes de las que preocuparnos como para dar tantas vueltas por el pasado. Los tuyos y los míos han sufrido, y sólo eso es algo que nos molesta, lo hayamos vivido o no, por que no entendemos los motivos, o no queremos, o idealizamos otros tiempos, o lo que sea. En cualquier caso, si alguna vez encontráramos alguna respuesta incómoda o descubriéramos alguna mentira, todos esos 'Y si' que no tienen vuelta atrás, poco daño pueden hacer ya. Solo quedaría hacerse a la idea de los nuevos descubrimientos, que aunque pudieran sorprendernos o decepcionarnos, siguen siendo mejor que las mentiras o el desconocimiento. -
Queda un momento en silencio, pensativa.
- Lo que quiero decir es que, es importante conocer lo que podamos del pasado y del origen de nuestras culturas, pero no podemos estancarnos en algo tan lejano. Los hijos de mis hijos seguirán llorando la pérdida de Arlathan y Elvhenan, y está bien que lo recuerden, pero... Tanto lamento... - Rueda los ojos. - Aburre. Hay que vivir el presente, adaptarse y actuar en consecuencia. - Concluye su opinión.
- Tú ya no vives oprimido, y yo ahora tengo un hogar. - Le sonríe, siendo optimista de cara a la unión de ambos a la Inquisición, aun sabiendo que no es la solución a todos los problemas de los magos y los elfos, de Thedas... Por el momento se dará por más que satisfecha con salvar su mundo.
Con la mirada tan sesgada como su sonrisa Morrigan siguió a Mickel hasta donde éste había empezado a plantar su tienda.
-¿"Hawke", eh...? ¡Oh! Y vaya... su tienda justo está junto a la tuya. -Sus ojos chispearon.- ¿O será al revés...? Hum. Debo advertirte que tu... Campeón... es un hombre muy... fogoso. No le ha quitado ojo a Eva desde que la conoció. Y eso que dicen que dejó atrás, por alguna parte, a más de uno con el corazón atrapado. Incluso a un elfo más distante que nuestro propio Solas...
Comprobó una de las cuerdas, la desató y la tensó para volverla a atar mientras seguía hablando.
-¿A dónde vamos? Al Templo... de Mythal. ¿Por qué? Porque allí es posible que podamos hablar con Abelas, un Centinela de la gente de los Antiguos Elfos, quien tiene en su poder uno de los Orbes de los Evanuris. ¡No me hagas explicarte toda la historia élfica, compañero! Que te sirva que lo necesitamos, simplemente...
Estaba apretando un nudo justo cuando Morrigan dijo algo que me hizo perder la concentración, y sin darme cuenta acababa de atarme la mano a la tienda de campaña.
-¿Oh, en serio? No me había fijado...-Ya... claro que no. CLARO QUE NO. ¿De verdad eres tan transparente, Mickel? ¿Y tú llevas más de 10 años ahí fuera haciéndote pasar por una persona normal y corriente? Tss...-La verdad es que no me extraña. A ver, es una leyenda, y tiene muchas cualidades... interesantes...-Pero justo en ese momento me doy cuenta de que mi subconsciente me ha traicionado (¡Qué novedad!) de nuevo y, nervioso añado-Ya sabes, ¡Es un hombre interesante! No es que me parezca apuesto ni nada por el estilo...-¿Ah, no?-Er... ¡Aunque tampoco estoy diciendo que sea feo, ni nada de eso!-¿Por qué no te calmas un poco? No es que esté escuchándote... pero si sigues gritando QUIZÁ empiece a hacerlo...-Ehm... ya me entiendes-Hago el intento de cruzarme de brazos, pero claro, todo el mundo sabe lo que pasa cuando tratas de cruzarte de brazos teniendo una mano atada a una tienda de campaña a medio montar. Acabas sin tienda.
-No... no puede ser. ¿Cómo puedo ser taaan torpe? Y pensar que una vez leí sobre un conjuro para montar tiendas de campaña y pensé que por qué alguien investigaría un conjuro tan inútil... Pss...-Agacho la cabeza y vuelvo a levantarla. Con todo eso de los nervios había olvidado algo importante.
Le gusta la chica rubia que parece que tiene un limón permanentemente en la boca...
Bueno, DOS cosas importantes. ¿Acababa de hablar de intentar hablar con un elfo milenario? ¡Tenía que estar de broma! ¿Iban a entrar en el velo o algo así? Entonces recordó las palabras de Hawke "Y por eso la magia, amigo..." ¿Por qué tuvo que decirlo con ese tono tan sexy? ¡Maldito campeón de Kirkwall!
-Uh... vamos a "hablar" con un elfo que debe llevar muerto... ¿Cuánto? ¿Un par de miles de años?-Abro los ojos con asombro-¿O es que hay una tribu rara por allí viviendo en el templo?-¿Y por qué será que no me sorprende en absoluto no saber nada al respecto? ¿Y por qué sigo hablando conmigo mismo en mis pensamientos?