Partida Rol por web

Volvéis a la taberna para celebrar la victoria, pero sobre todo para descansar. Después de unas horas de celebración y posterior descanso despertáis como nuevos.

Tal y como había dicho Evelynn os dirigís hacia el responsable de todo, el gremio de Erekar. Por lo que os dirigís hacia su santuario. Esta pequeña fortaleza se alza junto a la muralla norte de la ciudad, construida con una piedra de tono amarillo y rodeada de grandes olmos. Un enorme grabado de un libro y un ojo, símbolo de Erekar, dios del conocimiento, decora la fachada frontal. En su interior, protegida por paladines y clérigos, se encuentra una enorme biblioteca repleta de todo tipo de conocimiento.

Un paladín os para en la entrada:

-¿Cuál es el motivo de vuestra visita?

La noche me ha sentado bien y me despierto como nueva y con las energías renovadas. Al salir a fuera tras tomar el desayuno casi todo sigue como lo dejamos, los escombros bloquean parte de la calle y los soldados y los habitantes de Tabalard trabajan para atender a los heridos y reconstuir lo derribado lo antes posible.

Nosotros por supuesto, empezamos la tarea que aceptamos de la Guardia y nos dirijimos a la Cofradía de Erekar, yo ya quería ir, pero hubera preferido que fuera por iniciativa propia en vez de por todo el desastre, espero poder echar un ojo a su biblioteca un rato por lo menos...

Al llegar un paladín nos intercepta para conocer el motivo de nuestra visita y se lo cuento amablemente.

- Buenos días a vos también - digo con ironía al ver que no nos ha saludado siquiera - Venimos en nombre de la capitana de la guardia, Bethari Drakpa, en calidad de investigadores, supongo que habrá oído que ayer por la noche un constructo sin control aparente derribó varios edificios y por poco acabamos nosotros igual... Y al parecer fue fabricado por algúno de vuestros miembros - Saco el trozo del constructo que me guardé con el simbolo de la cofradía, enseñándoselo de lo suficientemente lejos para que no me lo pueda confiscar pero que sea capaz de ver el símbolo... no me fio de él de momento - Nos gustaría hablar con algún... responsable... si es que hay alguna figura parecida, disculpadme, no conozco vuestra jerarquía. -  le digo con una sonrisa de sincera disculpa.

Wynona se acercó al paldín con gesto evaluativo y le dió un buen repaso visual de arriba a abajo, sin disimulo. Parece que le gustó lo que veía.

-Wynonna Bergmont. Paladín del Peregrino. Como dice mi compañera, hemos venido en una misión de investigación. Negocios. Nada de placer. Hablando de placer, ¿Con quién tengo el gusto?

Larina acompañó al grupo de aventureros realmente feliz, muy atenta a sus palabras y gestos. Lo cierto es que a pesar de la gravedad del incidente con el constructo estaba más interesada en interaccionar con sus nuevos acompañantes que con la investigación en sí. Ni siquiera la  cercanía de la magnifica biblioteca de la cofradía de Erekar la tentaba tanto como debería. Al fin y al cabo sus estudios se centraban más en seres vivos, en su costumbres, pensamientos y vivencias. Ningún libro podía suplir la experiencia directa... en todo caso ¡el libro pensaba escribirlo ella!  Se estaba plateando en como sacar a colación el tema del "espacio personal" sin causar alarma cuando llegaron a su destino. Larina reparó en lo previsora que había sido Evelynn al llevar aquel trozo de constructo. A ella ni se le había ocurrido.

Algo retirada y procurando llamar la atención lo menos posible, con su casi dos metros de estatura, la araina espero la respuesta del paladín. Esperemos que quiera colaborar. Larina odiaba cuando la gente era agresiva y maleducada. Afortunadamente Wynonna, Wynie, parecía que también iba a mediar. Les dejaría la charla a ellas y procuraría tener sus ocho ojos y sus dos oídos bien abiertos.

 El clérigo estuvo sombrío durante la celebración. 

Nuevamente se había dado cuenta de que no había hecho su trabajo de forma perfecta. 

Estuvo con sus compañeros, bebió sus tragos,  ceno y se retiró a su habitación. 

Al otro día fue con sus compañeros a conocer al dichoso edifico de la cofradia de Erekkar.

Algo había escuchado sobre este lugar,  mas nunca le había interesado lo suficiente como para realmente averiguar mas.

Al llegar un paladín estricto está en la puerta. 

Uno podía darse cuenta de su porte y su actitud nada más llegar a su lado. 

Debía ser uno de los paladines más estrictos que hubiera conocido en su primer encuentro,  y le llamo poderosamente la atención que la hechicera fuera tan despreocupada al hablar con el en términos rudos.

Shakaste - se limitó a decir el clérigo - servidor de la luz y la vida. 

Que tengas un buen día!! - exclamó contento. 

Le daba mucha alegría no tener que conversar con otro gremio de ladrones. 

Efectivamente,  andamos investigando unos sucesos,  en los que una especie de gorila,  atacó la ciudad,  dejando muuuchos destrozos- hizo hincapié en muchos,  por si el mismo paladín preguntaba algo más.

-Pailys Holysteel -dijo el paladín en respuesta a Wynonna, su semblante parecía más relajado al mirar a una igual- El preceptor Neokazu podrá responder a todas vuestras preguntas

Os acompaña hasta la biblioteca central. Un pequeño y anciano karasu es el principal responsable de las investigaciones según os cuenta el paladín, tanto históricas como arcanas, realizadas en la cofradía.

Nada más llega el paladín transmite la información que le habéis proporcionado, el anciano escucha atentamente dirigiendoos miradas en aspectos claves de la historia

-El autómata descontrolado del que habláis es cierto que es propiedad de la cofradía, Akalis Krovo lo ha tomado hace algunas semanas. Akalis es uno de los miembros más antiguos y uno de los magos de mayor conocimiento de la cofradía

Vaya, lo ha reconocido, menos mal... Nos ahorraremos interminables discusiones... pero hay algo que todavía no le hemos dicho, ni siquiera al paladín...

- Akalis Krovo... - Memorizo el nombre en mi memoria... algo me dice que ése tipo no es trigo limpio... -  Hay algo más señor... Dentro del automata había un cristal... parecía Xion sin lugar a dudas, pero tenía un color... inusual. ¿Sabría decirnos qué és exactamente? Aunque quizá lo mejor sea ir a hablar con este tal Akalis..., ¿No os parece chicos? Digo dirigiéndome al grupo

Le muestro el cristal que nos guardamos con Wynnona a Neokazu. La preocupación puede verse claramente en mi rostro mientras se lo enseño.

-Ciertamente no sé que es este cristal -el anciano comienza a girarlo, estudiandolo-, sin duda tiene magia, magia maligna. Me gustaría quedarmelo para estudiarlo, ¿aceptaríais... 15 monedas de oro por él? También me gustaría tener el resto del autómata, os pagaría 25 monedas de oro por sus restos. Akalis lleva varios días sin aparecer por aquí, tampoco sabemos nada de Malisa Samk, una joven mida que ejerce como su aprendiz. Akalis tiene aquí su despacho, pueden entrar si quieren, pero no vive en el santuario, tiene una pequeña casa en el distrito sur de la ciudad, junto al mercado de carne

"Este hombre cree que nos chupamos el dedo" "¡¿25 monedas por sus restos? ¡Ha estado de matarme esa maldita cosa!"

La enana miró con mohín a Evellyn a quien había prometido mantenerse en silencio para no meter la pata. Sin embargo se cruzó de brazos sin tratar de ocultar su enfado.

A la enana, como siempre, no le entusiasmaba la idea de entrar en las fauces del león o, en este caso, en la de un nuevo gremio. A veces, rebotada, se preguntaba por qué seguía en esta inacabable aventura cuando podría estar sirviéndo jarras, pero luego rápidamente se le olvidaba. No cambiaría por nada estar rodeada de sus compañeras... aunque a veces mirase a Wynonna con cierta molestia producto de la envidia. La miraba envidiosa desde abajo mientra intentaba flirtear y persuadir al guardia.

- Estos humanos clasistas... siempre se dejan engatusar facilmente por las elfas. Son tan simples. - refunfuñaba mientras se masajeaba con fuerza la sien. Toda la felicidad y los bailes y la cerveza que había alzado con entusiasmo el día anterior le pasaban factura en una enorme resaca que ella adjudicaba más al embrujo de Shakaste que a las cervezas consumidas. 

Y así, molesta y resacosa, decidió callar y dejar hablar a sus compañeras.

Wynnona enarcó una ceja ante la oferta del anciano. Sospechaba que ofrecia un precio rodiculo y, aunque ella no se preocupaba en demasia por lo material, no le gustaba que le tomaran el pelo.

No parece haber maldad en las palabras del anciano aunque sí un interés científico, era cierto que parecía desconocer aquel cristal y quería investigarlo para resolver el misterio que pudiera entrañar

Creo que este hombre tiene verdadero afan cientifico y que ofrece lo que considera una justa suma. Yo confio en él.

Conté por encima las cantidades ofrecidas tocan a 8 monedas por cabeza, no está mal, pero...

- Ese tal Akalis puede haber creado un autómata con magia maligna y os preocupa la cantidad de oro que nos den por pura chatarra? es alucinante... en fin, señor Neokazu, me gustaría echar un vistazo ahora mismo al despacho del señor Krovo si no le importuna y si se diera el caso poder utilizar su biblioteca. Y por supuesto aceptamos los pagos ofrecidos, es usted muy amable.

Me conviene ser amable si quiero acceder a sus conocimientos, ardo en deseos de pasarme horas y horas en la biblioteca de la cofradía, a ver qué secretos podía descubrir!

Larina miro dubitativamente a todos los implicados en al conversación a medida que hablaban: Estaba bastante sorprendida. Pero ¿el gorila mecánico es nuestro? se preguntó sorprendida.

Así debía ser pues ni siquiera la paladina había puesto objeción ninguna a venderlo y desde luego sido el representante del gremio el primero en proponerlo. La araina cerró firmemente la boca para no meter la pata preguntando sobre el tema delante del director. Supongo que no nos meteremos en problemas con la guardia entonces. Se dijo, pensando en la capitana de la guardia que les había hecho el encargo y que tendría a alguien ahora mismo controlado los restos. Esperaba.

Aun quedaba una cuestión que le gustaría aclarar antes de ceder todas las pistas que tenían sobre la investigación.

Estimado señor, se animó a preguntar Larina . ¿Sería posible que nos informará de si descubre algo de interés en el cristal o en los restos del autómata?

La paladín, expeditiva, como siempre. Se mostró a favor de encarar el problema directamente.

-Por supuesto que me da igual el oro! Lo que me preocupa es la posibilidad de que tengamos al enemigo en casa. Hay que pedirle explicaciones a ese tal Akalis pero ya!

- Bueeeno chicas... Akalis "Bobo" no está, su aprendiz tampoco, el autómata está destruido, el daño está compensado, ya tenemos una buena suma de dinero y una posada en la esquina, LO CUAL es muy oportuno -dijo enfatizando el hecho y levantando el dedo, llamando la atención sobre el dado-  ... y sobre todo, en este pueblo no se nos ha perdido nadaaaaaUUAAAA -la enana se desperezó abriendo los brazos sobre su cabeza - ... en definitiva, ¿nos vamos?

La enana, que siempre iba a lo suyo y no tenía ganas de meterse en más problemas ajenos a ella, no perdía nada por intentarlo. Además, si dijeramos que había piedras preciosas o cosas brillantes -como una mítica espada de por medio- o alguien de buen corazón a quien salvar... no podría decir que no. Pero, - ¿ir hacia la boca del lobo y buscar un malvado mago que ya ha desaparecido? ¿Para qué? - se preguntaba Nana anticipando los pasos de sus compañeras mientras seguía masajeando su sien resacosa.

El clérigo miró a sus compañeros con renovado interés. 

Mientras habían algunos reticentes a aceptar el dinero,  otros no prestaban problemas. 

Miró a la enana de la misma forma que uno mira a un hijo y su corazón se compadecio.

Si, Nana,  iremos,  pero primero hay que aclarar ciertos temas - dijo como quien apunta lo mas lógico del mundo - la idea es que,  quien sea que haya fabricado o corrompido esas bestias de metal,  pague por lo que hizo,  y repare el daño de mucha gente inocente que sólo por vivir en esta ciudad la están pasando terrible,  sin casa!!

El clérigo miró severamente al tal Neokazu y repitió la duda de sus compañeras. 

Efectivamente,  la jefa de guardia nos indicó que la ayudaramos en la investigación de este asunto y si usted lo permite,  nos gustaría inspeccionar las habitaciones del tal Akalis. Puede acompañarnos si lo desea. 

Hizo una reverencia ante el hombre y esperó su  respuesta.

-Si averiguo algo sobre el cristal seréis los primero en saberlo -aseguró el anciano a la petición de la araina-. De ser necesario pueden usar la biblioteca, sois bienvenidos de usar todas las instalaciones, incluidas el despacho de Akalis, tengo interés en lo que ha estado haciendo, no queremos problemas con la guardia y aún menos con el pueblo.

El anciano os lleva hasta el despacho de Akalis. Este pequeño habitáculo huele como si no se hubiese abierto en varios días. Una enorme mesa de madera gobierna la estancia, cubierta de un batiburrillo de libros y pergaminos abandonados sin ningún cuidado

Wynonna se encontraba incómoda entre tanto papelujo, libro y pergamino.

-Todo tuyo, Evelynn, a disfrutar!

Larina inspeccionó el pequeño despacho con atención y algo de emoción. Cotillear con permiso un lugar ajeno era una oportunidad que se presentaba pocas veces. Y para alguien tan curiosa/cotilla como Larina una bien recibida.

Estaba algo sorprendida con la buena acogida que estaba recibiendo el grupo de aventureros en el gremio. No obstante pensaba emplearla al máximo. Así que se pasaría por la biblioteca más tarde para visitarla  por lo menos pero sin intención de perder el tiempo allí, ya que pasar tiempo con sus nuevos compañeros era prioritario... Por otro lado habría que colaborar en la búsqueda de información sobre el incidente así que quizás si que tendría que pasar tiempo en la biblioteca. Bueno, ya se verá. Pesó la araina.