- ¡Na! Era una broma. ¿Astrofísica yo? Si no sé ni mi horóscopo. - Y me eché a reír. Además, con esa frase no quería más que aclarar que no tenía ni pajolera idea del tema. - La verdad es que no tengo claro aun qué estudiar. - Sopesé las palabras de Susana, aunque estaban lanzadas como un puñal, quise obviar la intención primera e hice como si tal cosa. - ¿Psicología dices? Pues no es mala idea. Pero para eso debería irme un par de años a Buenos Aires, a ver si se me pega el acento argentino y parecer un psicólogo de verdad. - Cualquier diría que me subía sin contemplaciones al carro de los chistes malos de mi amigo Mario.
- ¿Ingeniería? - Me sorprendió Julia. - ¿De qué especialidad? - Encontré muy interesante que Julia barajase la posibilidad de una ingeniería. Lo cierto es que era lo que más me tiraba. Era una forma de adquirir conocimientos prácticos y con una buena salida laboral.
Tampoco esperaba que Pablo se mostrara sorprendido por mi opción de estudios, pero no pude evitar esbozar una sonrisa...Pues eso si que no lo se, quizás una Civil o Automatización, tendría que ver las opciones, soy buena con los números, así que una Ingeniería no me complicaría, el diseño de tecnología industrial también es un buena opción, aunque ahora esta algo de moda la Electrónica y Automatización...son tantas las posibles elecciones que me abruma.
Me gire a ver a Pablo...La próxima semana tengo pensado ir a algunas universidades para pedir mas información y tomar la decisión correcta.
Dire, ¿cómo lo ves, voy narrando sobre que estamos llegando a nuestro destino, o aguanto un poco a ver si da algo más de sí la conversación de la universidad? La charla está siendo interesante, pero me da que a lo mejor está teniendo un ritmo un poco lento.
Yo veo que es un momento perfecto para que narres que estáis llegando. Es una conversación interesante sin lugar a dudas pero tampoco podemos estancarnos en ella, así que bien visto ;)
Pablo, no empieces tu también ahora que Mario está concentrado conduciendo -le suelto a Pablo para que deje los chistes. Y, de paso, meterme con Mario.
Las ingenierías son un coñazo, tantos números para nada, si luego hacen todas las cuentas los programas de ordenador -añado, tratando de sumarme a la conversación.
Susana escuchó al resto de sus compañeros de viaje, cuando comentaron lo de las ingenierías arrugó el gesto... tantos números no son buenos, a ella siempre se le habían dado fatal las matemáticas y la física... o cualquier cosa que llevara números incluidos.
- Yo opino como Ric, las ingenierías además de estar saturadas están perdiendo utilidad. Todas las operaciones importantes als hace un ordenador en un rato... pero no seré yo quien os quite la ilusión. Yo por mi parte cada vez lo tengo más claro... estaría bien conocer gente nueva ¿Eh Ric? ¿A donde tienes pensado ir? Yo la verdad es que me encantaría Inglaterra... a cualquier punto y lo bueno es que hay muchos programas de intercambio que te facilitan las cosas, aunque la verdad es que no he empezado aún a mirarlos.
Parece que la conversación sobre nuestro posible futuro en la universidad estaba animando al grupo. Estaba tan entretenido que casi me pilla por sorpresa que estábamos acercándonos a nuestro destino. Observo la indicación del desvío que tenemos que tomar con el tiempo justo para reducir sin brusquedades la velocidad y tomar la salida de la carretera principal. No sé si el resto del grupo se está dando cuenta, pero por si acaso, me decido a comentar brevemente:
-La verdad, tenemos un futuro por delante que aun no sabemos que nos deparará, lo que resulta apasionante. Pero nuestro futuro más cercano, igual de apasionante, está ya a menos de diez kilómetros de esta salida que acabamos de coger. ¡Id preparándoos chicos, que en cinco minutos llegamos a nuestra casita rural!
Asentí a la iniciativa de Julia. - Eso es buena idea. ¡Me apunto! - Me subí al carro sin pensarlo. - Por lo menos, si no es por la carrera, que sea el ambiente universitario el que nos haga decidir. - Sonreí con pensar en ello. - Universitario. - Pensé en esa palabra y en que no me quedaba mal.
- Tranquilo, Ric, que no le quiero pisar el terreno a Mario. - Le respondí riéndome.
Luego Mario anunció que estábamos a punto de llegar y resolví que aceptar venir había sido una muy buena idea. Antes de llegar ya me sentía mejor que todos los días previos a la escapada.
El viernes 20 cambiaremos de acto ¡aprovechad si queréis hacer o decir algo en especial mientras dure el trayecto en coche!