Partida Rol por web

Negué con la cabeza nerviosamente.

- No, Susi, he dicho de irnos mañana por la mañana. No ahora. Además, ¿Que es eso de "aveces les da por hacer bromas"? ¿Qué experiencia tienes tú con esto de la ouija? ¿En qué lío nos has metido? - Casi sin darme cuenta, fui alzando la voz con mis preguntas. 

Yo no me iba a creer fácilmente que lo que había sucedido era una broma perfectamente disimulada por Ric. Él no era del tipo de personas que se curraba bromas tan sofisticadas. Él era más de hacer el comentario jocoso, la observación hiriente o la broma de dudoso gusto, pero que se desvelaba enseguida como tal y de la que se vanagloriaba ante los demás.

Tenía los nervios crispados.

Retire el dedo del vaso y me levante molesta, observaba a todos confundida, sin duda nadie había prestado esa broma.

Miro a Susana y la desconocí, ¿donde esta la Susana que conocía?, tomo mi botella de cerveza y bebo un largo trago, tras eso me largo a reír.

-JAJAJAJAJAJA, habéis quedados como papel, como he gozado mirándole las caras de espanto, no puedo creer que de verdad se tragaron todo esto- era la única forma de que este viaje no terminara mal, después de esto nos separaríamos y como estaban las cosas, seguro cada uno tomaría un ritmo distinto, con el quiebre de Susana y Pablo, la amistad grupal se había roto, ya era hora de reconocerlo -el vaso lo he movido yo- dije sin pensarlo mucho y con seriedad.

Sin esperar respuesta, fui a la cocina por otra botella de cerveza y salí de la casa, para sentarme en la escalera del pórtico de la cabaña, necesitaba aire fresco y dejar a los demás odiándome un buen rato, mañana iríamos de excursión y luego al lago, eso no cambiaría, ni por un fantasma ni nada.

Al girar para ir a la cocina, mire de forma sutil a Pablo, mi expresión no era la de alguien que acabada de jugarle una broma a sus amigos, si no de preocupación y algo de nostalgia, quizás si en palabras se pudiese expresar seria "lo siento".

Cuando el ambiente estaba empezando a ponerse demasiado tenso, súbitamente Julia se autodeclaró como la autora de la broma. La verdad, ni era de su estilo, ni sus caras de desconcierto durante la conversación con el supuesto espíritu me parecieron impostadas. Nos conocemos desde hace demasiado tiempo como para no identificar una reacción genuina de confusión y miedo entre mis amigos ante la situación que acabábamos de vivir.

De todas maneras, entendía las razones de su mentira, y buscaban el mismo propósito que yo mismo me había marcado como dogma personal para este fin de semana: Conseguir a toda costa hacer de este fin de semana una gran experiencia que disfrutemos y recordemos con cariño en el futuro. Así que, a falta de una explicación mejor, decidí seguirle la corriente.

-Pero Julia, ¿estas loca? ¡Menudo susto nos has metido a todos en el cuerpo! Este tipo de macabradas me las podía esperar de Ric, pero de ti... A ver si vas a estar pasando demasiado tiempo con tu hermano y se te están pegando cosas suyas.

A pesar de mi comentario, vi que no me hacía demasiado caso. Cogió una cerveza de la nevera y salió de la casa sin decir una palabra más. Pensé en seguir su ejemplo, y le dije al resto:

-En fin, todo este rollo me ha dejado la garganta seca, necesito una cerveza. ¿Alguien quiere que le traiga algo fresco de la nevera?

El miedo inicial que se había apoderado de Susana dió paso al enfado ante las reprimendas de Pablo, de buena gana le hubiera espetado cuatro frescas pero si lo hacía luego dirían que la mala era ella... bueno la idea de la ouija había sido suya, pero tampoco había esperado que el espíritu se pusiera tan violento.

- La Ouija es una cosa muy seria... pero no tiene por qué salir mal- entonces Julia intervino declarándose la autora del movimiento del vaso, Susana la miró de refilón con el ceño fruncido, la rubia sabía perfectamente que ella no había sido la autora de aquello, la Ouija había salido bien... sólo que el esprítu contactado, parecía un poco rencoroso. Dió un suspiro al ver como ella y Mario salían a tomar una cerveza y se dispuso a recoger el tablero y las velas para guardarlo en su sitio. No tenía ganas de hablar con nadie y sólo quería terminar aquella noche y terminar aquella excursión.

Niego ante el comentario de Mario y aún más ante la intervención de mi hermana. Es muy obvio que no ha sido ella, tal vez, bueno, puede que existan cosas que no entendamos...

Julia, es obvio para todos que tu no has sido. No hace falta buscar respuestas paranormales, estoy seguro de que existe una respuesta científica. Leí en un artículo algo sobre que la presión colectiva puede hacer que el individuo actúe de una manera determinada sin que él mismo se percate de ello. Tal vez hemos enviado nosotros mismos un mensaje sin darnos cuenta, es más razonable que cualquier otra explicación -expongo tratando de normalizar un poco la situación -si, de vez en cuando leo cosas así para impresionar a las mujeres, especialmente si al final acabo en una carrera llena de chicas como psicología -aclaro, tratando de romper la tensión. Cuando veo a Susana ir a su cuarto disgustada decido ir tras ella, tratando de ayudarla...

Mire a mi hermano muy seria, tanto para darle a entender que no estaba para bromas; no respondí a nada, solo salí de la casa, necesitaba aire fresco y algo de silencio, la situación se había tornado bastante incomoda.

Con una cerveza recién abierta salí de la casa y me senté en la escalera.

Afuera en la tranquilidad que me brindaba la noche y la oscuridad del bosque, no sentía miedo, tenia otras preocupaciones, deje la cerveza a un costado y mirando al suelo me sujete la cabeza con las manos, estaba bastante decepcionada.

Quizás sea buena idea marcharnos mañana, este jueguito nos corto el rollo a todos y los ánimos andan bastante cabreados, que mal, ¿por que nadie ponía el mínimo esfuerzo en hacer de esto algo fantástico?...por fin logro una cercanía con Pablo, esperaba poder acercarme mas, pero tampoco es muy cómodo todo, quizás lo mejor sea marcharnos.

Bebí un trago de cerveza.

Susana parece otra persona, ni pensar en como podría reaccionar si se entera de lo nuestro, tampoco se si al volver a casa Pablo cambie de opinión y terminemos por separarnos todos...maldición...no esperaba que pasara esto.

Comencé a sentirme bastante triste por lo acontecido, el viaje perfecto que venia planeando hace tiempo estaba convirtiéndose en el peor de todos.

Cuando Ric entró en el dormitorio encontró a Susana guardando la Ouja en la gran maleta que había traído consigo, había varias cosas revueltas por el suelo, la rubia quiso recogerlas pero se le volvían a caer al tratar de guardarlas, estaba claro que la chica era un manojo de nervios y no parecía dar pie con bola. Al escuchar un ruido se giró bruscamente haciendo ue toda la maleta cayese al suelo.

- ¡Ah Ric!- exclamó aliviada al verlo- perdona, no te había oido pasar... mierda- comentó al percatarse de la caida de la maleta- perdona el desastre...- se disculpó mientras se agachaba para poner un poco de orden.

Había salido al porche de la casa, donde Julia acababa de tomar asiento y empezaba a beberse su cerveza. Se la veía con cara de preocupación, y no era para menos. Supongo que si tuviera un espejo delante vería una expresión bastante parecida en mi propio rostro. Antes de salir, me pareció que Susana y Ric habían subido a la zona de las habitaciones, y Pablo permanecía en el salón, parecía seguir dándole vueltas a lo que había pasado. Supongo que acabaría por salir a unirse con nosotros.

Le dí un par de tragos a mi cerveza, acompañando en un respetuoso silencio a mi amiga. Pero después de un par de minutos se me hacía insoportable, necesitaba abrir la boca y comentar algo con ella. Así que solté:

-Julia, ¿estás bien? Espero que sí, o al menos que lo estés mañana por la mañana. Tenemos que encargarnos de que este finde siga adelante y animar al resto. Durante todo el día de mañana y gran parte del domingo hay un montón de tiempo para hacer un montón de cosas juntos y disfrutar, ¿verdad?- Tras lo cual sonreí, buscando otra sonrisa complice, o al menos unas palabras que me demostraran que no tenía intención de seguir afectada por el asunto de la OuiJa y pasar página por el bien del plan.

Admito que yo todavía estaba algo afectado por lo que acababa de ocurrir con esa dichosa tabla. Maldita propuesta absurda de la rubia... Las palabras que acababa de dedicarle a Julia, en realidad me las estaba diciendo en parte también a mí. Como si necesitara decírmelas en voz alta para asimilarlo mejor.

Me agacho para ayudar a la joven a recoger las cosas mientras trato de tranquilizarla -No te preocupes por nada Susana, todo está bien. Si vieras mi cuarto no te disculparías de este pequeño desorden -bromeo -lo que ha pasado en el salón, es mejor no darle vueltas. La verdad es que entiendo que todos estéis nerviosos porque no lográis explicar lo ocurrido pero, a mi parecer, la emoción de la vida es que existan preguntas sin respuesta. Además, este es nuestro último fin de semana juntos, tenemos que aprovecharlo antes de que me vuelva millonario y esté demasiado ocupado para viajar con vosotros -concluyo levantando las cejas para maximizar el tono jocoso de mis palabras.

Mario llego a mi lado, la verdad no esperaba su compañía, pero lo agradecía; aun seguía con la cabeza en mis pensamientos utópicos de lo que seria este viaje, pero nada estaba resultando como quería...bueno al menos una parte si.

-No lo se Mario, la verdad estoy analizando la opción de regresar mañana, este juego termino por arruinar la primera noche, a eso sumado la tensión constante entre Pablo y Susana, terminaron por desanimarme, de verdad esperaba que esto fuera genial-

Bebí un trago se cerveza y mire hacia el cielo.

-Estos años con ustedes han sido los mejores, hemos creado una amistad maravillosa, me da una tristeza enorme que todos nos separemos-

La rubia estaba nerviosa, había algo que la preocupaba sobremanera.

- Ya...- dijo con mirada esquiva mientras trataba de ordenar un poco tanto la habitación como su propia cabeza- lo malo es cuando parece que tienes algo controlado y luego... no es así- Susana ocultaba algo, la culpabilidad estaba reflejada en su mirada.

Entonces comentó lo del dinero y sonrió levemente

- ¿Vas a hacerte millonario? ¿Cómo?- indagó mirando a Ric con curiosidad siguiéndole la broma, al cabo de unos segundos miró al muchacho tratando de disculparse- he metido la pata Ric... pero por quien más lo siento es por tí- se sinceró con el hermano de su mejor amiga, era el que más se estaba preocupando por ella y lo cierto es que le estaba cogiendo bastante afecto.

Me había quedado consternado. Aunque seguramente la palabra se quedaba corta para lo que sentía. Si aquella voz tenía algo de verdad, estábamos jodidos. Si no era así y solamente eran alucinaciones mías, el que estaba jodido era yo. De cualquier forma, aquello se escapaba de las manos para cualquiera.

Luego intenté razonar un poco la situación. Aquello de los espíritus no podía ser cierto. Entonces la única respuesta lógica es que mi imaginación me había jugado una mala pasada. Quizá, entonces, fuese yo mismo quien movía el vaso, guiado por esa parte descontrolada de mi cerebro que había provocado esas palabras en mi mente cuando estábamos en el lago.

Se me pusieron los pelos de punta. Aquello tenía implicaciones muy difíciles de aceptar. Pero quizá no era tarde. Quizá aún pudiera arreglarse, de algún modo. Debía buscar ayuda de un especialista en cuanto regresáramos a casa. Un psiquiatra o un psicólogo o un exorcista. - ¡Qué sé yo! - Pensé finalmente, levantándome de la mesa.

Me había quedado solo. Susana se había ido a su habitación, seguida de Ric; Julia fuera, con Mario, creí. No había color. Salí a fuera.

Salí fuera de la casa para encontrarme con Julia y Mario.

Yo miraba al suelo y no sabía bien qué decir. Aquella experiencia de la ouija había sido demasiado fuerte para mí y aún estaba algo conmocionado.

- La que se ha montado, eh? - Acerté a decir, mientras buscaba un lugar para sentarme al lado de mis amigos.

La brisa fresca de la noche contrastaba fuertemente con el calor del día, aunque resultaba agradable, de estar mucho tiempo en la intemperie acabaríamos por necesitar algo de más abrigo.

Alce la vista para observar a Pablo, se nos había unido, le hice una seña indicándole que se sentara a mi lado.

-Si, el error mas absurdo que hemos tenido, no se en que momento a Susana se le ocurrió hacer eso- 

Ya llevaba la mitad de mi botella de cerveza, cuando volví a beber un largo trago; estaba silenciosa y con una expresión de preocupación.

-Mario proponía continuar mañana con lo que habíamos planeado, pero ya me estoy cuestionando seguir con todo esto, estoy bastante desanimada-

Me senté junto a Julia con tranquilidad, aunque con la mirada aún perdida en mis pensamientos. Negué con la cabeza, no a lo dicho por Julia, sino a mis propias cavilaciones.

- Al final lo ha conseguido. Creo que Susi tenía el propósito de amargarme la excursión desde el principio. Seguramente se le ha ido bastante de las manos, pues diría que nos la ha amargado a todos.

Miré a Julia y a Mario.

- Lo que he dicho ahí dentro... quizá no sean más que imaginaciones mías y producto del pavor que me dan estas cosas. La sensación que he sentido es de auténtico miedo. Pero no por mí. Miedo por todos vosotros. Supongo que he sufrido mucho estrés estos días y eso debe haber ayudado a mi cabeza a imaginar cosas macabras.

Crucé los brazos sobre mis rodillas y apoyé mi frente en ellos, mirando hacia el suelo que había entre mis pies.

- Puede que lo único que debamos hacer para salvar la noche y la excursión es volver ahí dentro y jugar a otra cosa que nos haga olvidar las paranoias de la tabla esa.