Partida Rol por web

Has sido invitado a la mansión del conde en virtud de tu puesto.

En principio te decepciona un poco. No tiene pinta de ser muy señorial, pero bien es cierto que destaca por encima del resto de viviendas, que a su vez son mejores que las que has visto en el trayecto. El coste de una mansión en una luna pequeña debe ser muy superior al que tendría si dispones de todo un planeta donde edificar.

Es un edificio de 3 pisos, de suficiente calidad, con varios guardias en la entrada y en las terrazas de los pisos altos, todos con la librea de los Hawkwood. 

Cuando entras dentro, compruebas que la apariencia externa no hace justicia al interior. A pesar de no estar profusamente decorada, denota lujo y calidad. Se respira el estilo Hawkwood, sin ostentación y con practicidad, pero desde luego éste no parece que sea el lugar donde el conde gestiona las tareas administrativas.

Te hacen esperar en una sala adyacente al despacho del gobernador.

Al cabo de unos pocos minutos, aparece una mujer joven de mediana estatura y fibrosa, piel nacarada y cabello casi color ceniza. Viste de negro y blanco y solo porta los emblemas de la casa Li Halan nuevos (la cruz) y antiguo (la rosa) en parches cosidos a las prendas.
El emblema del portal de los Espadas de Lextius lo lleva prendido sobre el hombro izquierdo sin ninguna cuenta de servicio pendiente a la vista.

Nada más llegar se abre la puerta y aparece el Conde Byron Juan Hawkwood, el gobernador de Galapaga.
 

Has sido invitada a la mansión del conde en virtud de tu puesto.

En principio te decepciona un poco. No tiene pinta de ser muy señorial, pero bien es cierto que destaca por encima del resto de viviendas, que a su vez son mejores que las que has visto en el trayecto. El coste de una mansión en una luna pequeña debe ser muy superior al que tendría si dispones de todo un planeta donde edificar.

Es un edificio de 3 pisos, de suficiente calidad, con varios guardias en la entrada y en las terrazas de los pisos altos, todos con la librea de los Hawkwood. 

Cuando entras dentro, compruebas que la apariencia externa no hace justicia al interior. A pesar de no estar profusamente decorada, denota lujo y calidad. Se respira el estilo Hawkwood, sin ostentación y con practicidad, pero desde luego éste no parece que sea el lugar donde el conde gestiona las tareas administrativas.

Te hacen llegar a una sala adyacente al despacho del gobernador, donde espera sentado un hombre con al inequívoca pinta de noble bregado en batallas.

Nada más llegar se abre la puerta y aparece el Conde Byron Juan Hawkwood, el gobernador de Galapaga.

El conde os hace un gesto para que entréis en su despacho y os sentéis en un par de butacones delante de su escritorio.

El estilo de la sala es eminentemente práctico, sin adornos ni florituras.

Bienvenidos y gracias por la pronta respuesta. Como supongo que ya sabréis, hace un par de días fuimos atacados por un maldito pirata, un Hazat renegado, el barón Antonio de León y Brigante.

Aparte de infligir algunos daños al puerto y a las defensas, consiguió asaltar la cuidad y saquear una parte. No obstante, su verdadero objetivo era raptar a la Dama Sophia Narta Li Halan, que acababa de llegar a la ciudad en un carguero propiedad del contrabandista Andrei Fukuma.

Esta es una afrenta que no nos podemos permitir como nobles, pero ahora mismo mis efectivos son escasos. No hay ninguna nave disponible para emprender la persecución, ni de la nave del barón ni de la del contabandista.

Lo que sí que hay es una expedición para recuperar una nave perdida, que está organizando un ingeniero local.

Os querría solicitar como favor personal, que colaborárais con esa expedición para poder recuperar la nave y utilizarla para el fin necesario.

Las manos, que tengo apoyadas sobre el regazo, me tiemblan casi imperceptiblemente dentro de sus guantes.
Reconozco que es una situación a la que la falta de costumbre me hace sentir mas nerviosa de lo usual.
Sin embargo no me puede servir de excusa.
Su señoría ha sido muy conciso y la tarea es muy clara. No debería eludir mi deber.
Para que quede firme en mis convicciones me apresto a expresar mi compromiso en voz alta.
Honráis a esta humilde servidora de la fe con vuestra confianza, Sire. Tened seguro que disponéis para esta empresa de toda mi voluntad y mis recursos.
Tened esperanza en que con ellos, los de mi compañero y nuestras sentidas plegarias el Creador, nos garantice el éxito.
Pero me he precipitado a contestar y no he dejado hablar a mi noble adlátere. Seguro que él tendrá algo que decir o que añadir. Disculpadme, por favor

Entrar en aquella mansión le recordó a sus años jóvenes como miembro de los Hawkwood, y sin embargo el recuerdo se le vuelve amargo. En absoluto estaba desagradecido o asqueado con el trato que le dieron, que aun así le ofrecieron la hospitalidad de la casa, pero sin duda podía comparar su vida antaño, con la de ahora.

Todas esas cosas las recordaba mirando desde la ventana de la sala de espera al exterior. Hasta que una mujer hizo acto de presencia. Era elegante, de cabellos rizados, rubios y bien peinados. En comparación con Braden, la mujer era toda una noble. Jeremiah era caracterizado por ser desgarbado, tosco y sin embargo solía ser seductor con algunas mujeres.

Pero aquella mujer no le atrajo lo suficiente, al menos no a primera vista. Por la mente de Braden pasaban otras cosas.

Mientras miraba al horizonte fue invitado a entrar, a presentarse ante el Conde Byron Juan Hawkwood. Éste les mandó a ambos un favor, uno que la mujer aceptó casi sin dudarlo. Tras hablar ella y dar paso -con disculpas- para que Jeremiah hablase, éste respondió:

-No se preocupe, señora. Como bien ha dicho el Conde Byron, estamos aquí para hacerle un favor. Por supuesto, no puedo rechazarlo.

Por un instante, mi reacción instintiva es la de aclarar que no hubiera rechazado ningún tipo de petición de ayuda, pero no termino de formar las palabras en mi garganta. Mis labios dudan un momento mas largo pero luego los cierro.
Remarcar el deber de uno en voz alta es altanero y proselitista, me digo.
Seguro que estos hombres no necesitan recordarse las obligaciones que se comprometen a tomar.
Le devuelvo sincera la cortesía con un leve gesto de asentimiento y una sonrisa mas tranquila, y alterno la mirada de uno a otro.
Me reconfortais, sire. Mi experiencia en estas lides, me temo, es magra. - no puedo evitar bajar un poco la vista avergonzada - Sola, estoy segura que la misión hubiera sido mucho mas compleja.
Completo mi agradecimiento juntando las manos por sus palmas frente a mi pecho.
Os doy gracias , aunque creais que no os las deban.

-No me debe nada, mi señora. Estoy gustoso de ayudarla. Así bien... ¿donde podemos encontrar a ese ingeniero local, conde? Braden pregunta cruzándose de brazos, esperando una respuesta para salir de inmediato a cumplir las exigencias del noble. 

Con calmada paciencia aguardo la respuesta de nuestro anfitrión mientras observo de reojo a mi noble acompañante.
Mi primera impresión es que es directo y claro lo que dada la situación puede ser beneficioso pero siempre dentro de unos limites. Las cicatrices de su rostro cuentan que ha estado muy cerca de las consecuencias de la cruda batalla. Quiero pensar que por bravura y audacia no por temeridad. No, no parece ser esto ultimo, pero no me es posible leer con mas profundidad en sus ojos y sus gestos sin llegar a importunarlo.
Intento concentrarme en el asunto que nos compete y guardar la formalidad regresando mi atención al Conde Hawkwood

Has sido invitado a la mansión del conde en virtud de tu renombre.

En principio te decepciona un poco. No tiene pinta de ser muy señorial, pero bien es cierto que destaca por encima del resto de viviendas, que a su vez son mejores que las que has visto en el trayecto. El coste de una mansión en una luna pequeña debe ser muy superior al que tendría si dispones de todo un planeta donde edificar.

Es un edificio de 3 pisos, de suficiente calidad, con varios guardias en la entrada y en las terrazas de los pisos altos, todos con la librea de los Hawkwood. 

Cuando entras dentro, compruebas que la apariencia externa no hace justicia al interior. A pesar de no estar profusamente decorada, denota lujo y calidad. Se respira el estilo Hawkwood, sin ostentación y con practicidad, pero desde luego éste no parece que sea el lugar donde el conde gestiona las tareas administrativas.

Te hacen entrar directamente al despacho del gobernador, que está reunido con al parecer un par de nobles o caballeros.

Una de ellos es una mujer joven de mediana estatura y fibrosa, piel nacarada y cabello casi color ceniza. Viste de negro y blanco y solo porta los emblemas de la casa Li Halan nuevos (la cruz) y antiguo (la rosa) en parches cosidos a las prendas.
El emblema del portal de los Espadas de Lextius lo lleva prendido sobre el hombro izquierdo sin ninguna cuenta de servicio pendiente a la vista.

El otro es un hombre con la inequívoca pinta de noble bregado en batallas.

La puerta se abre y aparece un veterano caballero, con pinta de llevar tantos años viajando por las estrellas como los combates en los que ha estado implicado.

Ah, el señor Justinian, supongo. Vuestra fama os precede.

Os presento a la Dama Varma Li Halan, Espada de Lextius y a Branden Jerremiah, Caballero de la Búsqueda.

Este es Markus Justinian, conocido veterano de Estigma y Auxiliar de los Hermanos de Batalla.

Tomad asiento.

Como estaba contando, fuimos atacados por el pirata Antonio de León y Brigante.

Raptó a la Dama Sophia Narta Li Halan, y necesitaría que os uniérais a una expedición para recuperar una nave perdida y utilizarla para rescatar a la Dama.

Vuestros compañeros están dispuestos a emprender esa tarea.

Intento mantener un aura de estoicismo que no deje entrever mi agitación.
¿Señor todopoderoso que pruebas le deparas a nuestra fe, que recurres a un Veterano contra los simbiontes y a un elegido del Emperador, y a esta tu débil servidora?
¿Este Barón de León y Brigante, es una de tus sendas con mas de lo que que en principio aparenta?
Sea lo que sea debo mantener mi cabeza fría, debo tener el corazón sereno y el alma dirigida al Creador.
El resto son los nervios y esa inseguridad que combates
Cruzo las manos sobre mi regazo y escucho a nuestro recién llegado acompañante, sin poder evitar el jugar inconscientemente con el anillo de la hermandad en mi dedo.

Mis pertenecias han quedado en la entrada de la mansión del Conde. No tengo la etiqueta nobiliaria muy fresca, pero no sería de recibo presentarse ante el supuesto dirigente del lugar con equipaje. Al menos me han dejado lavarme la cara antes de presentarme. Me pregunto que extraña coincidencia ha llevado a que mi viaje al sistema Elorado halla sido interceptado prontamente por un representante de la casa Hawkwood.

Al llegar a la estancia, constato que este no es un lugar de trabajo, sino la propia residencia del Conde. Extraño. Hago un intento futil de alisar mis ropas y ajustar mis armas, tratando de parecer menos... amenazante. Al trasponer la puerta, la presentación del Conde me golpea como una lanzadera espacial desbocada. El noble local, dos individuos pertenecientes a prominentes Órdenes del Imperio y la Iglesia, y el rapido planteamiento de un problema particular, seguido de una petición de ayuda. Todo ello en menos de lo que se tarda en beber un par de sorbos de vino, el cual por cierto, empiezo a echar en falta.

- Saludos Conde, ante todo agradecerle su invitación. Como noble prominente en este sistema sin duda debéis ser un hombre ocupado. - dirijo un gesto de reconocimiento al Caballero y la Dama - Señor, Señora, es un placer encontrarme ante tan ilustres representantes del Imperio y la Iglesia - tomo asiento con un movimiento algo envarado, propio de alguien de cierta edad. - Sin embargo, entended que me encuentro un poco abrumado. Acabo de llegar al sistema y me hallo embarcado en una búsqueda personal que no admite retrasos. Sin embargo, escucharía algo más sobre esa desgracia que se abate sobre vuestro dominio, con una copa de vino si fuerais tan amable. La Casa Justinian no suele dejar de lado los problemas de los Hawkwood - una mirada seria dirigida al Conde termina mi breve departición.

Un breve vistazo me ha bastado para notar la ausencia de cuantas en el símbolo de la Dama Li Halan. Alguien a tener en cuenta sin duda, movida por ¿fé, fanatismo, lealtad? Quizás una mezcla de todas. En cuanto al miembro de la Compañía Fénix... se supone que pertenecen a Casas Nobles, y no reconozco su apellido... sin duda le acompaña una historia excepcional.

En un inicio me confunde la clara seriedad del tono del Hermano. Pero enseguida recuerdo las historias del celo de sus compromisos.
Asi habla un hombre que conoce, por vivencias y años, el filo de lo que verdaderamente importa. Y asi es capaz de, cortes y sutilmente, exigir saltarse lo rodeos.
Los escruto a los tres, Conde, Caballero y Hermano con humilde atención esperando los siguientes derroteros de la reunión.
El sabio escucha y escoge sus palabras, nos machacaba constantemente nuestro preceptor.
Bueno, pues Escucha y escoge, me repito.
Pero que hago con la pregunta o preguntas que me acucian desde la boca de la garganta y me esta costando resguardarlas hasta el momento apropiado.
Si vamos a buscar a ese pirata ¿Que podemos saber de ese facineroso Barón de León y Brigante?¿Quien nos puede encaminar al lugar donde encontrarlo?

Como podréis entender un enfrentamiento directo con el pirata no es muy recomendable. No sólo porque posee una fragata bien equipada y tripulada, si no porque podría decidir prescindir de la vida de la Dama antes de que se la arrebaten.

El barón es conocido por ser un mujeriego impenitente, que parece tener un interés especial en "redimirse" casándose con una dama noble.

Uno de los problemas es que no tenemos ninguna nave con la velocidad o el armamento o los sensores para perseguir al capitán. De hecho no tenemos ninguna ahora mismo, pues están todas desperdigadas por el sistema y no llegará ninguna en menos de una semana.

La única posibilidad de evitar a la Dama unas vivencias llenas de penalidades y vejaciones, pasa por recuperar y reacondicionar la nave perdida y emprender la caza.

Ya me he ocupado de que el ingeniero que organiza la expedición esté más que dispuesto a no reclamar la nave.

Se estará reuniendo esta tarde en un local de la ciudad, el Loro Azul, para reclutar al resto de la tripulación.

Entonces nos cominais a que nos encaminemos hacia ese local, ese Loro Azul y nos reunamos con el ingeniero que mencionasteis - comento en un tono neutro - Como bien decís no ha lugar a planes mas elaborados si no tenemos el medio para ponerlos en practica.
Por mi parte, cuando gustéis, estoy lista.

-Tiene sentido. Puedo asegurarle de que recuperaremos a la dama sin que sufra el más mínimo daño. -Braden se levantó mientras asentía a la petición del Conde Byron-. Nos pondremos en marcha al Loro Azul, y reunirnos con el ingeniero. 

Sacudo la cabeza ligeramente, perdido en pensamientos del pasado que me alcanzan de nuevo. A pesar de que los años avanzan a veces el tiempo gira como una rueda y parece que me encuentro en un lugar familiar. Una mujer de noble linaje raptada por unos piratas. Puede que esta vez pueda hacer algo al respecto. Empiezo a echar de menos ese vino que el Conde insiste en no ofrecernos...

- Nave perdida... puede que algo perdido contenga un conocimiento perdido... y esa mujer... - me agarro las rodillas con un sonoro crujido de mis nudosas manos. - Estoy dispuesto a interceder en vuestros asuntos Conde. Os ayudaré en vuestro brete. Me gustaría solicitaros algo a mi también si os parece. Primero, vuestro beneplácito para viajar por el sistema con una carta vuestra como aval y presentación. Y segundo acceso a los bancos de información de esa nave por recuperar, que nos hace falta para salvar a la noble Li Halan. Si añadís a eso una copa de vino, al acabarla estaré en camino a ese Loro Azul... - termino alzando ligeramente las palmas de las manos.

El conde pide un refrigerio por un comunicador de su mesa y mientras llega comenta:

No sé en qué os pueden ayudar los bancos de información de una nave que lleva 500 años abandonada, pero puesto que vais a tomar posesión de ella en mi nombre, podréis acceder sin problema.

Volved con la nave y tendréis esa carta.