Partida Rol por web

Ofrezco una plegaria corta, silenciosa y sencilla por el pequeño hermano de batalla y su pericia.
Sin llegar a enfundar ayudo a Markus con los primeros pasos del desmontaje para que acabemos lo mas rapido pues el fondo de la coletilla de William me es tambien propia.
El manejo de las herramientas despeja con adrenalina y sudor algo los temores.
Vuelvo a empaparme dentro del traje. Cuando todo esto termine echare de menos un baño.
La Coz me cuelga sin su bayoneta en uno de los enganches y indisimuladamente la compruebo manteniendo la atencion en el canal de voz.

Parte de la inquietud que me asaltaba se desvanece al oir que el problema estaba resuelto en la otra nave.

Pronto comienzo a ayudar en el despiece siguiendo fielmente las instrucciones que me van dando y amontando las piezas para despues llevarlas a nuestra nave.

Siento cierta satisfacción al realizar un trabajo que me permite liberar la mente de la tensión que nos estaba acosando aunque solo sea durante un rato, ademas del gusto por la rapiña, claro.

Conectada a la tarea de servir de mano de obra a las indicaciones de desmontaje del ingeniero desde dentro del traje dirijo la mirada a Markus y modulo mi tono de voz para ser lo mas respetuosa posible.
Hermano...Sinceramente...¿Habeis oido de este tipo de comportamiento antes? - le pregunto indicandole que si lo prefiere podemos desconectar la caja de voz momentaneamente - se oyen historias pero no se si creerlas.

Markus interrumpe por un momento el trabajo ante la pregunta de Varma. Era algo ridículo, pero en el frío del espacio, doblando el espinazo, se estaba pegando una buena sudada. Ya no tenía veinte ni treinta años, y los cuarenta habían quedado también atrás. Este tipo de ejercicio continuado, le hacía rememorar toda una serie de viejas heridas y achaques que no daban la cara hasta que no se ejercía este tipo de presión sobre el cuerpo.

Niega finalmente al gesto de Varma, pensando que cortar la comunicación en estos momento podía ser contraproducente.

- Bueno querida, el espacio es un lugar oscuro y frío. Y nosostros somos como motas de luz que lo recorremos, apenas viendo donde ponemos nuestros pies para no tropezar y caer. He servido en Estigma, y ahí he visto... - el hombre mayor se detiene por un momento, papadeando una, dos veces. - ... Cosas extrañas. Hay veces que uno tiene que fiarse de lo que ve y otras no. Lo peliagudo es decidir en qué momento acertar con cada decisión. - Por último dirije una sonrisa afable y un guiño a la mujer, mientras retoma el esfuerzo de cargar y acarrear.

- No os preocupéis, saldremos pronto de aquí. Eso si Jared mueve esas manos. Ánimo señor Rath, un poco de trabajo honrado no te matará. - Markus sonríe afable de manera breve después de su pequeña chanza, tras lo que continúa trabajando, no sin dar un apretón de ánimo en el brazo de Varma.

Levanto la cabeza alarmado ante la frase trabajo honrado unida a mi nombre y me quedo mirando a Markus por si hubiera algo ofensivo en sus palabras. Como observo que no vuelvo a mi tarea con una sonrisa en los labios.

-En cuanto piense que esto es un trabajo honrado lo unico que veras, Markus, son mis talones. y aun asi solo un instante antes de desaparecer. Con tu bolsa, por supuesto.

La chanza de Markus alivia un poco mi ansiedad, en cuanto al comentario de la dama Li Halan, le obvio, simplemente porque era lo que estaba pensando yo.

-No le demos vueltas-pienso

El proceso de desmontaje de las piezas es mucho más engorroso que el de llevarlas hacia la otra nave, debido a la baja gravedad del satélite. Phileas os va guiando en todas vuestras dudas, alternando entre el casi histerismo cuando surgen problemas a la exaltación plena cuando le comunicáis los progresos.

Durante todo el periodo de tiempo que empleáis no se detectan lecturas extrañas de energía y las comunicaciones con la otra nave son fluidas. Elena parece que se encuentra mejor, pero continúa encerrada y las pruebas que va realizando el piloto son adecuadas.

Para cuando acabáis todos los trabajos lleváis casi 16 horas despiertos. El equipo recuperado reposa en la bodega de la Conquistador, junto con los cuerpos de los tripulantes muertos.

La cuestión que aflora, es ¿se une toda la gente de la lanzadera en la nueva nave o descansáis donde estáis ahora y emprendéis el viaje después de reuniros?

El humor de nuestro patrocinador es sumamente curioso, cruzado de insoportable detallista con emocionado fanático de los cachivaches que rescatamos, rallando en lo simpaticamente humano.
No recuerdo trabajar tanto y tan continuo en elementos tan extraños para mi como los que desmontamos, sujetos a una lógica técnica que intento asimilar, alegre de poder aprender.
Que las señales ominosas en forma de radiación o extravagantes comportamientos se atenúen ayuda a que pueda separar lo que hago con las manos de lo que pienso, dándome un respiro.
Pero no haciéndome olvidar.
Cuando abandonamos la nave herida y trasladamos el botín al Conquistador, retornando al ligero descanso de poder librarme por un rato del casco, estoy calmada pero no relajada.
El volver a contemplar los cuerpos de los asesinados por el piloto perturbado me recuerda que aunque crea que el universo pueda ser algún día el remanso de paz que anhelamos, constantemente las fuerzas del azar que nos proporcionan libertad acuden a evitarlo.
Una guardia eterna se me parece la que exige pero no la culpo por que la tengo bien asumida.
Aun después de tanto esfuerzo y agotamiento y con el deseo de desembarazarme por fin del pesado traje de vacío me convino a aguantar un poco mas.
Estamos cansados y deberíamos recuperar fuerzas pero para mantener la seguridad tendríamos que establecer un turno de vigilancias mientras descansamos ¿Que pensáis? ¿Por parejas seria lo mas sensato?

El traslado de todo el material no ha sido tan pesado como podría suponerse en un principio, gracias al Pantocrátor. Una vez la bodega está cargada y asegurada, el dilema está servido. Aparentemente la nave no tiene manera de acoger nuestra pequeña lanzadera en su interior, así que el "Peredur" parece destinado a reposar en esta roca, una vez abandonemos esta roca en la nave que hemos puesto a punto.

- Más allá de eso Varma, lo cual es totalmente recomendable, yo abogaría por que el personal en el Peredur se reuniera con nosotros aquí ahora mismo. - Markus hace una ademán con ambas manos, abarcando la nave en la que nos encontramos. - Será más fácil coordinar las guardias de las que hablas, y así la partida será más rápida en cuanto hayamos dedicado unas horas al descansar. Por cierto Drake, ¿Cómo sigue Elena? ¿Aún está confinada? - El hombre maduro parece prestar atención al personal a bordo, en orden de determinar su estado de ánimo. 

Reflexiono un poco y la propuesta de Markus me parece acertada. Levanto el pulgar.

-De acuerdo Markus, parece un buen plan. Por cierto los que se han estado mano sobre mano en la otra nave- por no decirlo mas crudamente- pienso- quizas deberian hacer los primeros turnos de vigilancia. Yo estoy reventado.

Y me siento apoyado en una pared con un suspiro de alivio.

-En cuanto recupere el resuello, podiamos ir a rapiñar unos colchones y dormir todos juntos. Para que no haya sorpresas, si os parece.

De Acuerdo. Hagamoslo - asiento tan agotada como para ni siquiera bocetar mas que un gesto neutro - Hagamos algo de Té en el hornillo para la guardia, mientras los demás se resituan.
Pienso que el el Hermano Daichi y yo deberíamos alternarnos en los turnos.
Me meso hacia atras el cabello para desembarazarme de algo del entumecimiento del trabajo y masajearme las sienes. Lo cierto es que ni siquiera pienso se aun se ve mi macula. Tranquila dentro del cansancio añado-
Por si es necesario volver hacer algún de esos 'Trucos'

El resto de viajeros desocupan la lanzadera y mueven todo el equipo hacia la nueva nave. El último en abandonarla es el ingeniero.

Si os parece adecuado, dejaré todos los sistemas conectados, por si acaso. Las baterías no le durarán más de dos días y nunca podrá volver a despegar, pero si la necesitáramos, nos ahorraremos mucho tiempo.

La nave está bastante llena. No hay camarotes asignados, excepto en el que está Elena encerrada, con el Hermano de Batalla haciendo guardia en su puerta. Tampoco hay ningún lugar donde podáis dormir todos, apenas reuniros. Descontando la bodega, claro.

Markus parece estar de acuerdo con el plan del Ingeniero de dejar en activo la lanzadera, para una posible emergencia. Mejor tenerla disponible y que no hiciera falta, que al contrario.

- En cuanto a cómo distribuirnos, parece que en la parte central de la nave hay cuatro camarotes dobles, lo suficiente para que los dos que estén de guardia estén situados cómodamente en la salita contigua a esos camarotes, alternando alguna patrulla para comprobar el camarote de Elena que sería el más cercano hacia la proa de la nave, mientras los que no están de turno descansan en las citadas habitaciones dobles. Me parece el lugar más a propiado y espacioso para descansar unas horas, antes de que salgamos. - El alto hombre maduro, mira a todos mientras acaba de preparar sus cosas.

- Además, si alguien sale de su habitación, o muestra algún comportamiento extraño, le veríamos salir de donde estuviera descansando. Quizás tengáis alguna otra sugerencia. - Markus mira a la concurrencia, mientras señala el lugar al que se refiere.

Asiento mientras Markus desgrana su idea.

-Esa es precisamente la idea que tenia, bien expuesta Markus. Muy militar.-digo sonriendo

Por alguna razon me ronda que el descanso no va a ser tal y estoy francamente inquieto. Pero el cansancio se va apoderando de mi y prefiero no pensar en ello.

-Ahora bien, desde luego, la pistola debajo de la almohada como ponen en las novelas.-pienso para mi.

Escucho el plan de Markus apoyada en un manparo y una ligera sensacion de vertigo.
Es un buen plan y no se me habria ocurrido otro mejor.
Tomo algo de Té y me refresco la mente con el calor desde el estomago.
De acuerdo. Entonces organicemos los turnos - asiento guardándome el deseo de proponerme como voluntaria con el fin de evitar discutir con la galantería involuntaria y también secretamente queriendo que me dejen descansar.
Aun que no creo que duerma nada. Me sentare en el catre con la espalda contra las paredes y meditare en estado de duerme vela como si estuviéramos en medio de la nada y la oscuridad. Pero con un manta caliente al frente y grueso metal a la espalda.
En un aparte añado solo para los oídos del veterano guerrero - Asegurémonos antes de la guardia que los sistemas de soporte vital estén protegidos y no se pueden manipular. Y que nuestros cascos no andan lejos.