Partida Rol por web

Nueva Nueva York. Manicomio para Robot desquiciados.

No sabes por qué, ni como ni se hoy es jueves o julio. Solo sabes que un tipo tan normal como tu a caido en una institución normal para robot. Algo recuerdas de haber atacado a un policia y auna mujer en una farmacia, pero no sabes muy bien que ha pasado, Solo escuchas las voz que te dice:

- La respuesta a todo es 42... no importa que te pregunten, siempre es 42.

Entonceseres llevado con una camisa de fuerza por una enfermera robot a una oficina. Ahí Se encuentran con el doctor Perceptron, quien te dice:

- Buenos dias, humano. Has sido traido al manicomio de robot porque el de humanos esta lleno, aca te hemos hecho un cambio de aceite y puesto un convertidor de gases nuevo... Dime, sientes como que tus circuitos logicos funcionan mal?.

El cambio de aceite explica el mal sabor de boca y el convertidor por qué te duele cuando te sientas.

Miré con ojos extrañados a la bola luminosa, si es qué todavía tenía los míos, degustando sonoramente el aceite recién cambiado. Me removí en la silla, con el trasero adolorido.

-Bueno, pues gracias por la atención, ehm, ¿Pepetron? Pero es que con una pizza hubiera sido suficiente, ¿verdad José?- pregunté al amable latino que me había acompañado a todos lados desde hacía varios años. Curioso que nunca envejeciera...

Perceptron mira (lo supones, aunque no tiene ojos) a quien le hablas y pregunta:

- Y digame, su amigo José es humano como usted, una imagen residual de algun trauma de infancia o un ser bidimencional que solo puede ver usted por un extraño don mutante? Se lo pregunto por si ess necesario cambiar su unidad procesadora de imagen.

Moví los ojos como cansado de escuchar siempre lo mismo. Que imágenes, que alucinaciones. ¡Mentira!

-Mire jefe, mi amigo José es tan real como usted o yo, ¿sabe? Lo que pasa es que usted no tiene ojos como para comprobarlo. Además, ¡no soy un mutante! ¡Puaj!- exclamé asqueado.

Luego, me puse a pensar en su propuesta de tratamiento. Me paré y corrí al otro lado de la silla, aterrado de esa máquina extraña y enfermiza.

-¡No te atrevas a poner una... ehm... un solo fierro en mis ojos Pequetron!-

Perceptron se te queda mirando (¿?) mientras entras en pánico. No obstante, con la mano te da una descarga electrica que te deja medio tonto y te dice:

- Mis antepasados fueron maquinas de electroshock... Pero eso no es lo importante. Le digo que no creo que esté loco, aunque no soy especialista en humanos. Creo que su amigo es un ser bimencional de algun universo paralelo, asi que le enviaremos a la Universidad Steven Spielberg para que le hagan algunos analisis.

Y son preguntarte si estas deacuerdo, te apretan mas la correas de la camisa de fuerza y te suben a una ambulancia y te dejan frente al departamento de Genetica Cuantica Nuclear. Ahi te ponen un bosal (tipo doctor Lecter) y te llevan adentro en un carrito.

Babeé todo el viaje hasta la universidad, hasta que me dejaron frente a una puerta donde me trataban como al caníbal de alguna película de suspenso.

Indignante!

-¿Cuál es el problema matones? ¡Yo soy vegetariano!-

Cuando te dejan en ese lugar no sabes muy bien de que va todo esto, solo que te pica la nariz y esa camiza de fuerza no deja que te rasques. Entonces pasa a tu lado un tipo raro, que parece mirar a cada mujer como si fuera algo comestible. No obstante, pasa tan rapido a tu lado que que ni te mira.

Al rato, llegan un par de mastodontes con cara de poca inteligencia y te miran un poco, después leen una nota que han dejado clabada con un imperdible a tu camisa a de fuerza y dicen:

- Lo mandan desde el manicomio de robot, asi que debe ser uno. Llevemolos a dentro.

Cuando estaban adentro te sacan todo lo que te impedia moverte y te dejan en el vestibulo de un edificio lleno de cosas extraordinarias. No obstante, te gruñe el estomago al pensar en el aroma a comida que te llega desde una de las puertas.

Comencé a caminar por el vestíbulo guiado por el olor a comida.

-¡De pelos! ¡Vamos a comer bien esta noche José!- exclamé alegre.

Cuando llegué a la puerta, la abrí lentamente, viendo del otro lado