Partida Rol por web

Tony te acompaño a la cocina atraves de salas donde podias reflejarte en el suelo. Los pies te deslizaban en el pulido marmol pero lograbas mantener el equilibrio con gracia. Estabas segura de que los humanos no lo notaban. Te llevo a una estancia aun mas rara, llena de armarios metalicos. Unos emitian frio y otros eran para dar calor. No habia una chimenea donde calentar la comida al fuego. En su lugar pequeñas fogatas salian de otro mueble de hierro.

Te indico una mesa para que te sentaras y se puso frente a ti medio sado en un plato blanco de un factura igualmente rara para ti. Al menos los cubiertos no habian cambiado demasiado. Sabia que era una cuchara y el pincho de dar vuelta a la carne, solo que de un tamaño mas pequeño y como todo en ese mundo... de metal.

Los humanos se habían vuelto locos. Miro con recelo los diferentes aparatos que conforman lo que, en teoría, se supone que es la cocina. Para mi gusto, muy poco práctico todo. Cuando me alcanza la comida, cojo el extraño tenedor. Demasiado pequeño. Lo acerco un poco hacia mis ojos para contemplar mejor el material del que está hecho. Tiene un color muy semejante al del resto de la cocina. Dirijo mi mirada con extrañeza hacia Tony, el tenedor, la cocina y el plato de la comida. Demasiado raro todo para mi gusto.

Acerco el utensilio hacia la comida para coger un poco, pero me arrepiento a mitad camino. Dubitativa, vuelvo a mirar a mi anfitrión en busca de respuestas. - ¿Qué es esto?

- Eso es filete de ternera con crema de champiñones.- dijo Dracon algo divertido por tu curiosidad.- Puedo hacer que te traigan algo mas sencillo, puede que la gastronomia moderna no sea de tu gusto.- sugirio tomando un tenedor y cogiendo un pedacito que se llevo a la boca, lo saboreo y lo trago.- Pero como puedes ver no esta envenenado. Era algo muy habitual en tu tiempo, eso de envenenar a los enemigos ¿Cierto? Ahora eso esta pasado de moda.

- ¿Y cómo se acaba con los enemigos ahora? - pregunto sarcástica, aunque llena de curiosidad. Ya me había quedado claro que las cosas habían cambiado, y que tendría que ponerme al día lo antes posible. Sobre todo teniendo en cuenta que, al parecer, hacía siglos que los humanos habían olvidado la existencia de las gárgolas

El que Tony de un bocado a la comida me anima a probarla. El hacerlo con un utensilio tan pequeño hace que la operación sea más costosa de lo deseando, pero finalmente consigo el objetivo. Mi primera reacción no es del todo positiva, y frunzo el ceño intentando determinar si me gusta o no lo que acabo de llevarme a la boca. ¿Dónde había quedado la el gusto por la carne roja? Bueno, sea como sea, no está mal. Continuó comiendo mientras espero la respuesta a mi pregunta

- Campañas de desprestigio, opas ostiles, algunas veces es necesario un asesinato siempre que parezca un accidente.- te explico.- Ahora las cosas son mas sutiles, mas complejas pero dan mayores beneficios. Cualquiera puede hacerse rico si sabe jugar sus cartas.- Te aseguro.

- Campañas de ¿¿¿¿¿qué????? - pienso alucinada. En fin, no importa. Me quedo con sus últimas palabras. Beneficios y sutilezas, eso es lo que quiero. Me llama la atención lo mucho que recalca el tema del dinero. Al parecer, los humanos siguen siendo igual de avariciosos y ambiciosos que siempre. - Hay cosas que no cambian - pienso. - Parece que estamos en el mismo bando - le contesto. Me interesa llevarme bien con él.

- Como ya le dije, podemos sacar un beneficio mutuo de esto. Si me disculpa, voy a hablar con mis hombres para que mantengan los oidos abiertos. Si alguno de los suyos esta en la ciudad lo sabremos por la mañana.- Te aseguro.

Asiento con la cabeza para indicar a Tony que estoy deacuerdo con su marcha. Cuando sale de la cocina, me termino de un bocado la comida que me queda en el plato. Medio saciada y algo más tranquila, me dispongo a observar con cuidado lo que me rodea.

El ruido de una explosion te sobresalto, parecian cañonazos. Miraste por la ventana y viste resplandores de coleres en el cielo, fuegos artificiales del año nuevo pero que para ti eran magia poco mas o menos. Alli, entre resplandores azules y amarillos viste algo que llamo tu atencion.

El castillo, tu castillo, estaba sobre uno de aquellos edificios de vidrio y cristal. Estaba lejos pero podias llegar hasta el. Rompiste la ventana y escalaste por la fachada para tomar altura. Las corrientes eran distintas pero sabias como usarlas, tardarias un poco pero llegarias al castillo.