Mientras los demás se van a investigar al nuevo, con la excusa de tomar algo en un bar, vosotros tomáis rumbo al hotel. Es un edificio curioso, con una fachada de formas clásicas revestidas de colores modernos. Incluso tiene un reloj incrustado, mostrando la hora a toda la plaza. Lo que debiera ser la entrada principal, sin embargo, por pura lógica, lo es solamente para acceder a la cafetería del hotel. La entrada a recepción se encuentra en un lateral del edificio, ofreciendo una panorámica de la ría.
Accedéis a través de unas escaleras dobles, llegando a unas puertas acristaladas que se abren automáticamente a vuestra llegada. Desde ahí accedéis a un amplio recibidor, en el que se encuentra frente a vosotros una mesa de recepción donde una joven os observa esperando a que os acerquéis. Por un instante sus ojos se clavan en Danny, cuyo tamaño y aspecto peligroso provoca una mueca de nerviosismo que pronto se afana en disimular con una nerviosa sonrisa. Pero percibís el modo en que, a partir de ese instante, se esfuerza en evitarle con la mirada, centrándose en Luigi y, en menor medida, en Cagalli.
Buenas noches ¿En qué puedo atenderles?
Buenas noches saludo a la recepcionista, joven quizás me interese aunque no creo que Steff este de acuerdo en que traslade parte de mi negocio aqui. Se nos ha indicado que nos podrían enseñar nuestra nueva casa.
No se a que clase de acuerdo llegaron para montar aquí nuestro refugio asi que espero que sea la recepcionista la que aclare los puntos.
Cagalli observa el lugar y al recepcionista, no le llama especialmente la atencion, pero sin duda puede "estar ahi por si acaso", distraidamente observa la recepcion del hotel mientras se coloca una mano en la barbilla, la vampiresa iba a decir algo pero ya su hermano se adelanta, asi pues decide no decir nada, ella por el momento se conformaba con llegar rapidamente a la habitacion y poder tomar una ducha, o porque no, un buen baño y si era con hidromasaje mejor que mejor
- Umm espero que tenga hidromasaje, estara bien poder comer algo ahi mientras me tomo un buen baño, bueno a ver como es la habitacion
perdon, hasta el lunes no terminaba los examenes y entre una cosa y otra no me he puesto hasta hoy por umbria
Ante la afirmación de Luigi, la recepcionista trata de disimular con escasa suerte su consternación. Su rostro evidencia que no tiene idea de qué le estáis hablando, y que realmente no sabe por donde salir de la situación.
Perdón… ¿cómo dice? Esto es un hotel… ¿Quizás quiere decir que desean unas habitaciones…?
La joven sonríe, nerviosa y educada, tratando de salir del apuro con humor y estoicismo. Pero la verdad es que, si no está al tanto de ningún acuerdo por parte de Albret con el hotel, esas habitaciones no os van a servir de mucho…
Cagalli se acerca al mostrador caminando despacio y dice a la chica:
- Perdona a mi acompañante, pero estamos acostumbrados a que este todo hecho cuando llegamos a los sitios, otro de mis compañeros, supongo que habra dejado su nombre, el señor Albret que acaba de salir debe haber realizado la reserva
Se mantiene en su posicion mientras observa a la chica a los ojos con una sonrisa
Chasqueo la lengua con fastidio ante el desconocimiento de la recepcionista, ¿no se suponía que estaba todo arreglado?
Así es, nos digeron que ya estaba todo arreglado ¿acaso no es así? pregunto con cierto fastidio, dependiendo de como esten las cosas por aquí volveré a mi almacen, no será glamuroso pero al menos es un sitio "controlado".
¿El señor Albret, dice? -La joven recepcionista amplía aún más su sonrisa, aunque detectáis un gran nerviosismo al hacerlo- Oh, no, está todo arreglado, sólo déjeme confirmarlo antes...
La recepcionista coge el teléfono y marca una única tecla, saludando casi al instante, con voz suave y baja, como esforzándose en no ser oída. Sin embargo, estáis demasiado cerca como para que eso sea posible.
Señor, ya han llegado. Sí, las suites están preparadas. De acuerdo, así lo haré.
La joven coge tres tarjetas y os las tiende con una mano ligeramente temblorosa.
Todo arreglado. Estas son las llaves electrónicas de sus habitaciones, todas en la cuarta planta. Ya han sido debidamente acondicionadas según las indicaciones suministradas por el señor Albret, y la propia planta tiene acceso restringido a clientes y personal no autorizado. El personal de mantenimiento aún no ha instalado el sistema de bloqueo del ascensor, pero en cuanto lo tengan les suministraremos una llave del mismo. En sus habitaciones hemos dejado una cesta de frutas y una botella de cava, cortesía del director. Hay una última cosa, el director me ha pedido que les solicite sus datos para nuestro registro interno, a fin de tener informado a nuestro personal de sus identidades y que así sepan que deben tratarles con la debida deferencia. No es... un problema ¿verdad? -La joven vuelve a sonreír, nerviosa.
Asiento con la cabeza aun no muy convencido del acuerdo ni como se ha llevado. No me gusta todo esto pero lo decideré despues de haberlo visto todo.
Preferiría ver las suites antes de tomar la decisión de quedarme aqui si no es demasiada molestia. Le indico a la recepcionista. Si así lo decido no tendré problema de indicarle mis datos. ¿A donde debería ir? Pregunto observando las reacciones de la recepcionista.
Cagalli sonrie levemente y acercando su rostro al mostrador dice:
- Claro, como dice mi amigo primero veremos las habitaciones, aunque tengo muy buenas referencias de este hotel.
Extiende la mano para que le de su tarjeta y dice:
- Si creo que me gustara el lugar parece agradable, pero no estes tan nerviosa, no mordemos
Finaliza con una inocente sonrisa
La recepcionista duda un instante, pero apenas tarda en responder con la educación y profesionalidad que parece caracterizarla.
Por supuesto, ningún problema. Les acompañaré a sus habitaciones para que comprueben que todo está en orden. El registro podemos hacerlo más tarde, o mañana.
La joven sale del espacio de recepción, tras pedirle a otro trabajador que salga de un pequeño despacho interior para ocuparse de su puesto. Mientras tanto, Danny parece poco dispuesto a acompañaros a las suites.
Id vosotros, yo voy a dar una vuelta antes de descansar. Regresaré antes del amanecer.
Con tan escuetas palabras, el Brujah Antitribu sale a la calle.
Vuestro acompañante se marcha y quedáis los dos en compañía de la recepcionista, que os acompaña hasta un ascensor cercano a la entrada. Al entrar, marca la última planta, y esperáis a llegar. Cuando las puertas se abren, salís a un pasillo cerca de unas amplias escaleras a las que se ha acoplado una reja -esperáis que provisional- que impide al personal no autorizado ascender hasta esta planta.
La recepcionista coge una de las tarjetas y la introduce en la ranura lectora de una de las puertas, abriéndola para que paséis al interior.
Cagalli observa la habitacion y dice:
- No esta mal, si no le importa que nadie me moleste durante el dia estoy muy cansada del viaje y deseo descansar
Mira a la chica y dice bastante seria:
- Y nadie es nadie absolutamente
Aceptable, digo aunque sigo pensando para mi que hay demasiados cabos sueltos, como quien financiaba todo esto y como. pero hasta que hable con el que reservo el lugar no tomaré la decisión de quedarme. Concluyo la frase.
La recepcionista asiente ante vuestras palabras, unas exigencias que parecen resultarle aceptables.
Nadie les molestará. Todo el personal del hotel ha recibido indicaciones de realizar los servicios de limpieza y mantenimiento en esta planta única y exclusivamente a petición de ustedes, y en el momento en que ustedes lo requieran. Respecto al registro, puede hacerse mañana si gustan, o pueden acordarlo el director y el contratante sin problemas.
Si no desean nada más, les dejaré que descansen.
La recepcionista espera un instante, por si queréis añadir algo, y si no lo hacéis abandona el lugar de regreso a su puesto en la recepción, dejándoos solos con vuestra intimidad. No falta mucho para el amanecer, como mucho os dará tiempo a una breve conversación.