Y entonces todo pasa muy rápido. Primero el derrumbamiento que nos impide subir, luego la llegada de Eve y Zac en la escoba y, por último, el grito de Eve. Un grito desgarrador. Un grito que no deja lugar a dudas de que el resultado de aquel resplandor verde ha sido el que más teníamos. Me quedo en el sitio con mirada ausente, un par de lágrimas descendiendo por mi mejilla, y ni siquiera reacciono a tiempo para subirme a la escoba que Kaitlin acaba de llamar.
- No puede ser...- digo, mirando alternativamente a Duncan, Jackie y Carrie, esperando que alguno de ellos me confirme que se trata de un terrible error, que estoy teniendo una pesadilla. Y sin embargo, tiene que serlo. El grito de Eve ha sido tan real.
Vuelvo a acercarme a la pared. El desprendimiento ha acabado y juraría que había visto a Carrie dar con el camino fácil de subida. Tengo que llegar arriba como sea. Puede que sea algo masoca, pero tengo que verlo con mis propios ojos para creerlo. Y además, no podemos dejar su cuerpo ahí ni dejar escapar al culpable. Porque tiene que seguir ahí dentro. Nadie ha salido de la cueva desde el resplandor. Tenemos que encontrarle. Tenemos que vengar la muerte de Leo.
Tenía la certeza de que estaba muerto desde el mismo momento en el que vio la luz verde iluminar el cielo y sin embargo necesitó escuchar el lamento de Eve para darse cuenta de que en realidad había pasado. Se había cruzado la frontera y aquello había dejado de ser un "juego".
No pudo dejar de mirar a Kaitlin, destrozada, invocar la escoba para subir. No pudo dejar de escucharla llorar mientras chocaba de lleno con la realidad que había ahí arriba. Y ella, ¿qué sentía? Estaba confundida, casi turbada por las emociones que experimentaban sus compañeros de un modo tan intenso. Carrie no era una persona piadosa ni compasiva y sin embargo, sentía tanta pena como incomodidad.
Con un breve gesto volvió a invocar la escoba antes de darle un suave toque en el hombro a Kyle y señalarle a él y a Duncan con la cabeza, tendiéndoles la misma.
- Subid primero.
De algún modo sentía que lo último que quería hacer era estar en medio de tanto dolor sintiéndose ajena. Le dirigió una mirada incómoda a Jackie antes de encogerse de hombros y acercarse a su amiga.
Alex pareció satisfecho con las palabras de Oliver. La victoria estaba asegurada y solo quedaba tener paciencia.
- Fenomenal. Hasta entonces procura no meterte en líos.
Dicho aquello, la cabeza desapareció y Oliver quedó a solas en la sala común de nuevo.