Mis ojos se abrieron ligeramente, al escuchar aquella confesion de labios de Carrie.
Y liquidar a Leonard, era un incordio para nuestros planes.
Negué, con un deje de desesperacion, de desolación, mientras las lagrimas seguia cayendo por mi rostro. No lloraba por mi. No, yo no tenia miedo. Lloraba por mi hijo, y por Leonard. Leornard, que tantas veces habia abogado por Carrie. Leonard que tantas veces se habia preocupado por ella, cuando el resto le habia dado de lado. Leonard, que, a pesar de todo, habia querido considerarla, hasta el final y pese a todo, su amiga.
-El confiaba en ti. Incluso cuando dejó de confiar en Oliver. Seguia pensando que merecías la pena, que eras distinta al resto... - dije, recordando las conversaciones con Leo en las que habia salido en defensa de la Slytherin.
Traidores.
Aquella palabra retumbaba en mis oidos. De repente, volvi a sentir aquel mareo, aquellas ganas de vomitar. Solo que esta vez no era culpa del embarazo. Era el desengaño, la traicion, la decepcion que sentia al saber que todo, absolutamente todo, no habia sido más que un engaño.
Sabia que no podiamos confiar en ti. Sabia que tu corazón era negro. Lo sabia desde el principio, Carrie. Nunca me has gustado. Y aun asi, lo permiti. Por él, porque él creía en ti.
-¿Y ahora que, Carrie? ¿Que va a pasar? ¿Vais a acabar con todos nosotros? -pregunté, notando como la rabia iba creciendo en mi interior, como la sangre comenzaba a hervirme de nuevo en las venas. Y fue esa alusion al "nosotros" lo que me hizo pensar en los demas. En Eve, en Duncan, en Kyle. ¿Que habria sido de ellos?
-¿Donde estan los demas, Carrie? ¿Que habeis hecho con ellos? - pregunté entonces, mirándola, mientras tragaba saliva. Solo esperaba que estuvieran bien. Que estuvieran en otras habitaciones, amordazados, como yo. Que ninguno de ellos hubiera resultado herido en el combate.
Y mi mente volvio hasta mi hermano, el jefe del departamento de aurores y se preguntó qué estaría pasando alli afuera.
No des tu brazo a torcer, Larry. No te doblegues. Haz que todo esto al menos haya merecido la pena.
Alzó las cejas con claro sarcasmo cuando le dijo que Leonard confiaba en ella. Para empezar porque sabía que en ello sólo había una verdad a medias. Leonard había confiado en ella cuando la había creído necesaria, sólo entonces se había acordado de su existencia y de, por supuesto, su utilidad. Y sin embargo aquello no le habría impedido matarlo. No había un atisbo de pena en su mirada.
- No está en mis manos tomar la decisión de acabar o no con vosotros aunque si fuera por mí sólo moriría la gente necesaria, no le encuentro el sentido a las matanzas indiscriminadas - no iba a juzgar si Kaitlin entraba en esa gente -. En cuanto a los demás, Eve se marchó con Duncan y Lestrange aunque quisieron que fueras con ellos - esbozó una expresión irónica como queriendo decir que era incomprensible para ella que quisieran sacrificarse por intentar salvar la vida de Kaitlin -. O'Brien y Carrow han muerto.
Duncan se aferró a la mano de Eve cuándo ésta se acerco. ¡Se sentía tan culpable! Resultaba difícil mirarla a la cara sabiendo que había jurado protegerla y hacerla feliz. Ahora resultaba todo lo contrario. Eve había sufrido y seguía sufriendo. Se echaba a la espalda una carga que no le correspondía realmente.
- No eres la culpable. Yo también confiaba en Carrie. Yo... hace unos años vi su humanidad. La vi llorar con rabia y verdadero dolor. Algo nos unió en aquella ocasión y sin embargo, ello me impidió ver la realidad.- hablaba en tono bajo mientras un anuncio de limpiadores mágicos ultrarrápidos era comentado en la radio de fondo- Aunque en cierto modo nos ha tenido en consideración. Quizás, quizás si no la hubiera animado y estado con ella aquel día y no hubiera protegido su mayor secreto, yo no estaría aquí ahora mismo. Y, a lo mejor, si tú no la hubieras tratado con esa amabilidad y consideración característica...- miró a Eve entonces a los ojos, mientras luchaba por no llorar. Era imposible imaginarse la vida sin ella. Tragó con dificultad, quedando en silencio por unos instantes, antes de empezar a narrar lo que había ocurrido tras su marcha.- me quedé fuera en el vestíbulo. Era extraño estar sentado al lado de Bolton. Parecía algo ausente y nervioso y yo no entendía por qué. ¿Por un simple examen de aparición de Carrie? Jamás habría pensado que le interesaba tanto y Zac nunca se mostraba nervioso en público, ni en un examen suyo siquiera. Le observé durante unos minutos hasta que unos pasos apresurados bajando la escalera nos distrajo. Era el jefe de aurores, Larry, acompañado por Harry Potter y el resto de su séquito de aurores. Pasaron corriendo hacia el Gran Comedor mientras Zac y yo nos levantábamos a la vez para dejarles paso, dejando un pasillo entre ambos para permitirles el paso. Dijeron "¡hay que parar ese examen falso de inmediato! Potter, ¿estás seguro de que esa Granger no es la verdadera?" y él dijo "¡Acaba de contactar conmigo la verdadera, señor! Hace unos días la secuestraron en una misión de la orden. ¡Estoy seguro!". - Duncan mantenía la mirada fija en Eve, pero su mente estaba reviviendo cada detalle de lo que narraba.- Entonces lo comprendí. Algo estaba ocurriendo. Esa Granger era falsa y seguro que el equipo que se había traído eran también cómplices. Miré entonces a Zac a los ojos, entendiendo entonces por qué estaba tan nervioso. Un plan estaba llevándose a cabo. Un plan peligroso. Entonces Zac salió corriendo, huyendo y empecé a perseguirle varita en mano. Todo ocurrió muy deprisa. Una batalla, ahora totalmente inesperada, acababa de comenzar nuevamente en Hogwarts. Duelos por todas partes, estallidos, explosiones, heridos... perseguí a Bolton durante muchos minutos a sabiendas de que si le perdía podría suceder algo aún peor. Entonces se reunió con un pequeño grupo de compañeros. Dos de séptimo, Nixie, Nicholas, Jackie... Por suerte me encontré con Ian, Aaron y Peter y entre los cuatro lidiamos el enfretamiento. Íbamos en ventaja por poco y entonces perdí la varita ante él. No pude más que lanzarme a por él con el fin de salvarme. Peleamos cuerpo a cuerpo hasta que me soltó que, si quería salvarte, debía rendirme.- volvió a tragar nuevamente, apretando la mandíbula con fuerza. El solo recordar los miles de terroríficos pensamientos que le asolaron ante la mención de Eve le producían el mismo pavor que entonces.- No lo dudé ni un momento. Me rendí y él cumplió el trato. No sé qué más habrá pasado en el castillo, pero necesitaban a Kaitlin para su fin. Para hacer rendirse al ministerio y la tienen. Solo nos queda saber cuál es el resultado y entonces actuaremos en consonancia. Si ganamos nosotros podremos volver a mostrarnos. Si ganan ellos, deberemos escondernos, al menos por un tiempo.
Entonces Eve cayó en la cuenta de algo que ni él había pensado.
- Tienes razón en lo de las varitas y Kyle. Me apareceré ahí y regresaré en menos de un minuto. Quédate aquí y estáte pendiente de Katherine y de la radio. No tardaré.
Separó su mano de Eve con gran dificultad. ¿Volver a separarse de ella?
Aquí está a salvo. Y no tardaré.
Con la promesa de regresar al momento Duncan desapareció dejando a Eve en aquel lugar con el único sonido de los anuncios de la radio.
A los pocos minutos Duncan regresó con las varitas, incluyendo la rota de Eve. Pero no había traído consigo a Kyle.
- Aquí están.- le dio una a ella.- ¿Alguna noticia?
O'Brien y Carrow han muerto.
Kyle. Kyle estaba muerto. De repente sentí una punzada en el corazon y las fuerzas me fallaron, haciendome doblarme hacia adelante, completamente derrotada- No... Kyle... No... - repeti, en un murmulo casi imperceptible, mientras la angustia volvia a atenazarme la garganta.
En tan solo veinticuatro horas habia perdido a mi novio y a mi mejor amigo. Y el dolor, en aquel instante, se hizo tan insoportable, que dudaba mucho que pudiera soportarlo ni un segundo mas. Dolia demasiado. Quemaba demasiado. Tanto, que incluso el hecho de que Eve y Duncan hubieran conseguido huir parecia ahora relegado a un segundo plano. Claro que me alegraba, claro que suponia un enorme alivio, pero en aquel momento, la imagen mental de Kyle muerto que mi mente habia decidido crear espontaneamente en mi mente lo suplia todo.
Ni siquiera me alegraba que Oliver tambien hubiera muerto, aunque era lo que más deseaba. - Quien lo hizo, Carrie... Quién... Q..quien los mató... - dije, con la voz entrecortada, entre sollozos cargados de amargura.
En aquel momento, solo queria desaparecer y dejar de sentir. Habia llegado a mi limite, como persona, y como cría de 16 años. No podia mas. No lo soportaba mas. Llevaba demasiado tiempo sufriendo y el destino parecia haberle pillado el gusto a eso de cebarse conmigo.
Carrie le lanzó una mirada de extrañeza que poco a poco se fue tornando en comprensión para acabar convertida en una sonrisa incrédula. La silla crujió de nuevo en cuanto se levantó, varita en mano, pero sin apuntar a ningún sitio.
- ¿Quién los mató? ¿Tan poco has comprendido, Kaitlin? - no se lo podía creer que a esas alturas no hubieran podido sumar dos más dos. Claro que la realidad era que su mente compleja había trazado una ecuación complicada de seguir, pero no se daba cuenta -. Yo he estado detrás de todo desde el principio. ¿La broma contra el gato de Colleman? Fui yo. Y muy útil por cierto, porque lleva con una imperius desde entonces transmitiéndome información. A partir de ahí Zac me lo contó todo, el grupo de mortífagos que necesitaba una distracción en el interior de Hogwarts para poder ir ganando poder en el exterior. Y teóricamente Carrow iba a ser el cabecilla de todo - soltó un sonido mitad risa mitad bufido mientras empezaba a pasear ante su prisionera -. El estúpido de Carrow al que me habían prometido y no paraba de intentar hacerme quedar en evidencia mientras os mentida y utilizaba. Se creía muy listo. Pero no fue capaz de trazar una distracción para Halloween. Incluso eso fue idea mía. Un veneno mortal mal hecho. Y la más afectada debía ser yo, por supuesto. Y entonces haceros escuchar una conversación con Jackie para que pensarais que estaba en pos de esos asesinos y dejarais de sospechar de mí. Y más o menos surtió efecto, ¿no? Al menos apartasteis vuestros recelos lo suficiente. Pero me aburríais tanto... no fui capaz de aceptar permanecer con vosotros. Sin embargo la idea de la tercera gemela debo admitir que fue una inspiración para mí. Fue entonces cuando ideé toda la absurdidad de resucitar al Señor Tenebroso. ¿Para qué? Estamos mejor sin él pero claro, sonaba propio de los mortífagos, ¿verdad? Y a mí me iba muy bien haceros creer que Carrow estaba detrás de esto, además de ese modo cuando se enterara creería que era mi venganza. Iluso - mientras hablaba zarandeaba la varita ante sí de un modo peligroso pero parecía presa de una frenética excitación rara en la controlada Carrie. Por fin aquello terminaba. Tanto fingir y aguantar. Estaba cansada... estaba exultante -. Lo del quidditch fue sólo un pequeño impedimento pero no truncó el plan de haceros llegar el libro para llevaros hasta el bosque y matar a Leonard. Carrow estaba fuera de todo eso, aunque no dudes que estaba planificando cómo hacerlo por su lado con la estúpida de Vicky y su gran amigo Jack. Deirdre se hizo pasar por mí y yo por Carrow... Y así maté a tu Leonard. Sorprendentemente fácil. Nunca se dio cuenta de que llevaba una liga encantada con un protego para parar su reducto - meneó la cabeza, aparentemente sorprendida, como si no comprendiera que la hubieran dejado llegar tan lejos sin atar cabos -. Y luego está lo de antes. La muerte de Carrow ha sido simplemente brillante si me permites decirlo. Volví a elaborar el mismo veneno pero esta vez mortal de verdad, junto a su antídoto. Deirdre tomó el antídoto y con el veneno hicimos un pintalabios...¿entiendes por dónde voy? No, supongo que no... Como el veneno tarda en hacer efecto, besó a Carrow antes de desaparecerse. Lo demás es historia, ¿no? Yo maté a O'Brien y supongo que fui débil perdonando la vida a Colleman y Lestrange. Por todo lo demás, se podría decir que estamos aquí gracias a mí - concluyó apuntando con la varita a Kaitlin, siempre guardando una distancia prudencial de la pelirroja, por supuesto.
Mi llanto se detuvo como consecuencia del impacto que causaron en mi las palabras de Carrie. ¿Asi que Oliver era inocente? ¿Habia sido sincero en el Gran Comedor? ¿Tampoco sabia quien habia sido el asesino de Leonard?
Carrie confesó entonces, una a una, todas las fechorias que habia cometido a lo largo de aquellos meses, sumiendome en el mas profundo desconcierto. Incluso contuve el aire, incapaz de seguir respirando, intentando asimilar todo aquello: que habia sido Carrie, y solo Carrie, la responsable de que ahora todas nuestras vidas estuviera completamente arruinadas.
La mire, en silencio, destilando el odio mas profundo hacia ella. Ya no habia pena, ya no habia angustia, ya no habia tristeza. Solo habia rabia, rabia contenido y una profunda decepcion. Decepcion al pensar que podia haber en el mundo una persona que fuera un pedazo de mierda tan grande como lo era ella. Alguien que, con solo dieciseis años, fuera capaz de hacer tanto daño a tanta gente. Definitivamente, era ella quien no se merecia seguir respirando.
-Eres una hija de puta. Y una asesina. Igual que mi hermana. -dije entonces, consciente de que habia sido Deirdre quien habia asesinado a Oliver, a sangre fria- Me das asco, Carrie. Me lo dais las dos. Os creeis muy importantes, os creeis un par de señoras oscuras de poca monta, de pacotilla. Solo sois un par de marionetas que creen bailar con melodia propia cuando solo saben bailar al son que otros tocan. Habrá que ver ahora cuanto tardan en haceros a un lado, ahora que ya no les servis. Sois muy valientes asesinando niños, asesinando compañeros, asesinados a personas que os querian y que os apreciaban, aunque vosotras no sepais lo que significa eso.
Mátame si quieres, Carrie. Matanos a todos, como has hecho con el resto. Eso da igual. Nada, absolutamente nada, cambiará la realidad: que estás sola. Que tienes una existencia miserable basada en tu amargura. Mirate. Tienes dieciseis años y estás muerta. Muerta Carrie, muerta en vida. Y lo seguirás estando el resto de tu existencia.
Acabé negando, manteniendo su mirada. Habria dicho que aquello me habia golpeado. Habria dicho que aquello me habria dolido. Pero lo cierto era que mi corazón ya se habia cansado y, a aquellas alturas, habia dejado de sentir, de sufrir por quien no merecia siquiera compartir el mismo aire que yo respiraba.
Las cejas de Carrie se alzaron con diversión ante todo lo que Kaitlin le había echado en cara, todas aquellas palabras de las que no tenía la más remota idea y que, presupuso, pretendía que le hicieran daño. Una sonrisa divertida se coló en su expresión, hallando en la gryffindor alguien mucho más absurdo de lo que hubiera imaginado conociendo a su hermana gemela.
- No tienes ni idea, Kaitlin - de hecho no se podía decir que hubiera un ápice de amargura en su voz -. Te equivocas del todo. Para empezar porque todo ésto, tener algo que hacer éste año ha sido simplemente revitalizante para mí - sus ojos brillaban con un entusiasmo totalmente fuera de lugar, aunque no tardó mucho en esbozar una mueva y ponerse más seria -. Y sobre tu hermana, no entiendes nada de nada. Le has hecho muchísimo daño, creyendo siempre al falso y mentiroso de Carrow antes que a ella, incluso cuando él la engañó de aquella manera y le dijo que aunque estuviera con Lestrange, estaba con ella - sus labios se torcieron hacia arriba en señal de desagrado -. ¿Quién ha traicionado a quién? Por supuesto, no espero que me digas que tú, nunca lo reconocerías ¿no? Pero así es como Deirdre lo ha vivido durante todo el curso, como una traición por tu parte, por parte de una persona que estaba dispuesta a apoyar y creer en cualquiera antes que en su propia hermana. Ni siquiera eres capaz de entender que ella siempre se ha sentido bajo tu sombra en vuestra familia y que lo mínimo que esperaba de ti era esa comprensión propia de los gemelos, que vieras tras su fachada de dura. Pero has estado demasiado ocupada en tu fantástica relación y te has acomodado a tacharla simplemente de despiadada sin pretender entenderla. ¿Sigues pensando que estoy sola? - de nuevo aquella nota de ironía -. Porque me parece que he cuidado mucho más a los míos que tú.
Increible. Asi era lo que estaba escuchando en aquel momento. Total y absolutamente increible. Miré a Carrie, negando, con un amago de sonrisa incrédula en el rostro. Aquello ya era demasiado.
-¿Preocuparse por mi? Carrie...¡Deirdre lleva toda su jodida vida intentando hundirme en la miseria! ¿¡De verdad crees que de la noche a la mañana voy a confiar en ella?! ¡Habria sido tan sencillo como decirme la verdad, como hacerme participe de todo, y no solo de esas medias verdades!- - exclamé, ante sus reproches sobre mi comportamiento con Deirdre.
Y entonces vino lo mejor. Aquella parte en la que me acusaba de haberla traicionado y en la que afirmaba que Deirdre se sentia a mi sombra y solo habia deseado lo mejor para mi- ¿BUSCAR MI BIEN? ¿PROTEGERME? ¡HABEIS MATADO A LEO! ¡A LA PERSONA QUE MÁS ME IMPORTABA EN MI VIDA! ¡LO HABEIS MATADO, LAS DOS! ¡¿ESO ES PROTEGERME?!
¡ESTAIS LOCAS, CARRIE! ¡LOCAS! ¡OS HABEIS MANCHADO LAS MANOS DE SANGRE INOCENTE! - exploté finalmente, removiendome en mi asiento. Afortunadamente para Carrie, estaba amordazada. Y es que estaba claro que, en ese estado, no habria permanecido impasible ante la sarta de falsedades que estaba escuchando. ¿Ellas, un par de asesinas crueles y sin humanidad alguna iban a hacerme creer ahora a mi que yo era la mala por no confiar en quien llevaba toda la vida jodiendome? No, ni mucho menos. Por ahi si que no pensaba pasar.
Me habia tirado años, AÑOS, perdonando a Deirdre sus desplantes, disculpandola cuando no tenia disculpa, pensando en que, a pesar de todo, eramos hermanas y suponiendo que, en el fondo de aquel oscuro corazon estaba segura de que habia un hueco para mi. Y, durante años, no habia recibido nada, mas que desprecio por su parte. ¿Y ahora era yo la mala por desconfiar?
Visto lo visto, era lo mejor que podria haber hecho.
Frunció el ceño en señal de disgusto, pero al contrario de lo que pudiera pensar Kaitlin no eran por sus palabras sino por sus gritos. En realidad era por su culpa. Había pretendido ver en ella una sombra de su hermana cuando en realidad era una simple idiota. No había tenido la inteligencia suficiente para ver la verdad y ahora no tenía la cordura para comportarse ante sus captores. Era una idiota que decía preocuparse por la vida de su hijo más que nada en el mundo y ahí estaba, insultándola aunque Carrie le había asegurado que la vida de aquel bebé ni siquiera le importaba.
Negó suavemente con la cabeza. Había quien decía que los Gryffindors sí que eran inteligentes pero Carrie había llegado a la conclusión de que su impulsividad borraba cualquier atisbo de raciocinio de su ser. Dirigió la vista al techo, buscando paciencia. No la encontró.
Miró de arriba a abajo a su prisionera y de nuevo negó con la cabeza.
- Siempre me maravillará lo ilusa que es la gente, Kaitlin. Me criticas, me insultas, me gritas... y me pides que no le haga nada a tu hijo. ¿No captas la contradicción? ¿No entiendes lo estúpido que es por tu parte hacer lo primero y esperar lo segundo? Podría lanzarte cruciatus tras cruciatus hasta que perdieras a tu hijo, pero de repente eso me parece demasiado indulgente - era complicado llegar hasta Carrie. Y sin embargo aquellos gritos habían abierto una brecha en su indiferencia y habían encontrado su crispación junto a la cual siempre se hallaba su crueldad -. A ver qué te parece esto. Te voy a lanzar una imperius para que cuando acaben las negociaciones tu familia te recupere. Y mientras yo me voy fortaleciendo tú te debilitarás y mayor será mi poder sobre ti. ¿Quién sabe? Si dentro de nueve meses no me he cansado es posible que haga de ti la peor madre del mundo hasta el punto de que tu hijo te odie. Adiós Kaitlin. ¡Imperio!
Motivo: imperius
Tirada: 1d10
Dificultad: 9+
Resultado: 7(+13)=20 (Exito)
¿Dificultad para imperius?
Máster: Carrie, dificultad para imperius es la voluntad de Kaitlin, 9.
Kaitlin, para resistir la maldición tienes que tirar voluntad (+2) y superar el resultado de la tirada de Carrie.
Escuché a Duncan sin interrumpir ni una sola vez. Infiltrados y haciéndose pasar por Granger. Al menos no estaba de su parte. Que Hermione Granger hubiese estado también de su parte habría sido la llamada final a la locura y la rendición. En los minutos que Duncan estuvo desparecido, repasé todas sus palabras. Jackie, seguía sin poder creermelo... y Nixie, con lo buena chica que parecía...¡Si se me había declarado! Aaron había apoyado a Duncan y el resto, eso era positivo, positivisimo, había dado lugar a la razón por encima de a la tradición. Tal vez por eso era Ravenclaw y no Slytherin. Eso me daba esperanza. Aunque Duncan no pensaba lo mismo. El quería esperar hasta el final y en caso de "perder", debíamos escondernos, tal vez para siempre. Era ridículo...
Cuando Duncan volvió lo primero que noté fue la ausencia de Kyle.
- ¿Dónde está...? - ¿por qué no le había traído? ¿Por qué dejaba su cuerpo abandonado, sólo, en medio de la nada? ¡Era Kyle! Pero no iba a recriminarle nada, no era lo correcto y no estaba en situación. - Sólo anuncios. Si te interesa tienen oferta en repelente de duendes. - no tenía gracia, no ahora, pero estaba simplemente rota y no tenía nada bajo control, ni a mí misma. - ¿Puedo? - le dije pidiéndole mi varita y la de Kyle - Por qué no se podrá usar reparo en una varita...- pensé amargamente en voz alta. Me guardé los pedazos en un bolsillo de la túnica antes de acercarme a Katherine. Esperaba que la varita de Kyle no me rechazase.- Ennervate.
Esperé unos segundos a ver si surgía efecto.
-Kat.. ¿Me oyes Katherine?
Motivo: Ennervate
Tirada: 1d10
Resultado: 9(+10)=19
Ni siquiera tuve tiempo de reaccionar. No tuve tiempo de pensar. Tampoco habia nada que pudiera hacer. Solo intentar resistirme. Intentar no sucumbir a aquella maldicion, oponerme a ella con todas mis fuerzas.
Sabia lo que aquello implicaria, lo que Lewis podria hacer en el futuro con los mios. Y necesitaba impedirlo por todos los medios. Pensar que tendria que doblegarme a su voluntad, pensar en que podria hacer lo que deseara conmigo, que podria usarme para hacer daño a los que mas queria. Pensar en todo aquello me producia la mayor de las angustias. Preferia la muerte, claro que la preferia.
Sin embargo, no pude elegir. No tuve alternativa. Cerre los ojos, con fuerza, esperando que mi sola voluntad fuera suficiente para salvarme de un destino tan cruel.
Pero no fue asi. Aquel conjuro me impacto de golpe, y noté como mi voluntad se quebraba, inclinandose ante Carrie, sin nada que pudiera hacer, sin opciones a defenderme.
Cobarde.
Motivo: Noooooo
Tirada: 1d10
Dificultad: 20+
Resultado: 5(+11)=16 (Fracaso)
El hechizo surtió efecto en Katherine que despertó de la inconsciencia bastante alterada. Se levantó al momento ignorando el dolor en la clavícula y en la cabeza, con los ojos muy abiertos y la respiración entrecortada.
- ¡¿Qué ha pasado?! ¿Dónde estoy? ¡Y Oliver!
Duncan se sentó a su lado, pasándole el brazo por los hombros, intentando apoyarla.
Duncan:- Lo importante es que estamos a salvo.
Katherine:- Eso no me alivia del todo, Duncan. ¿Qué ha pasado con el resto? ¿Por qué estamos aquí? ¿Qué ha pasado? ¡Tenemos que ir a socorrerles!
Intentó levantarse pero el chico se lo impidió.
Duncan:- Relájate Katherine... ahora no podemos hacer nada...
La reacción de Katherine me rompía por dentro. Yo tampoco quería estar ahí, escondida como una cucaracha, mientras a saber qué les ocurría a las personas que me importaban... Pero ella además estaba en una posición de ignorancia peor que la mía, ya que ni siquiera sabía qué le había ocurrido a Kyle, Kaitlin y Oliver. Me parecía injusto dejarla en esa posición vulnerable, aún sabiendo que contarle la verdad le haría daño.
- Katherine... - me acuclillé frente a la chica y le cogí de las manos en señal de apoyo. Le expljqué lo que Carrie me había dicho y lo que le había confesado a Oliver antes de que este cayese ante el veneno. Le expliqué lo que Duncan me hbía contado y por último lo ocurrido con Kaitlin y Kyle. Para cuado llegué a ese punto dos solitarias lágrimas recorrieron mis mejillas y desvié mi mirada hacia Duncan, suplicante. - Tiene que haber algo que podamos hacer... ¡Somos magos, y somos buenos! No podemos salvar al mundo pero no podemos abandonar a nuestros amigos... Tal vez podemos infiltrarnos con un hchizo de invisibilidad y sacarles de ahí... No puedo con más muertes sobremi conciencia...
Momentos más tarde, la puerta de la sala se abrió y pasó Zac con dos mortífagos adultos y Larry. Aunque no sonreía y se mostraba más frío que nunca, Carrie podía ver en su mirada el brillo de la victoria.
Zac:- Sana y salva.- comentó mirando a Kaitlin que se presentaba algo ida pero sin dar verdaderas muestras de estar bajo una imperius. Zac sacó un pergamino y se lo extendió a O'Hare junto con una pluma- Ahora firma.
Larry tenía su mirada en Kaitlin. No parecía nada orgulloso de lo que iba a hacer pero no le quedaba otra. Su determinación sería inquebrantable y el saber que iba a salvar a su hermana sería lo único que le ayudaría a soportar las críticas.
Segundos más tarde, firmó el papel y se lo extendió a Bolton que lo cogió con calma.
Zac:- Fabuloso. Ha sido un placer hacer negocios contigo. Ahora os recomiendo que os larguéis cuanto antes. Espero no volver a veros.
Entonces el chico posó su mirada en Carrie a quien se acercó.
Zac:- Vamos. Tenemos un sitio más al que ir y todo habrá acabado.- las defensas del castillo se habían esfumado y por tanto se podían aparecer y desaparecer a su antojo. Zac pasó su mano por los hombros de Carrie y la miró, la sonrió con chulería y ambos se desaparecieron.
Al momento estaban en un despacho bastante cuidado: el despacho del ministro de magia. En él estaban el propio ministro y el señor Bolton junto a dos hombres más. Zac extendió el pergamino sobre la mesa.
Zac:- El jefe de los aurores se rinde. Ahora solo le queda firmar su dimisión justo al lado.
Señor Bolton:- Se ha decidido que yo me haga cargo- comentaba con orgullo. Sería el próximo ministro de magia- Habéis hecho un trabajo expléndido. Digno de ser recompensado. Dime, Carrie Lewis, ¿con qué quieres que te obsequie? ¿Un puesto en el ministerio? ¿Dinero? ¿Inmunidad?
En cuanto aparecieron en la sala en la que ella vigilaba a la prisionera Carrie volvía a estar sentada en la misma postura que antes, vigilando a la joven con fijeza e impasibilidad. Ni siquiera se levantó con prisas, simplemente se acercó a Zac para echar un vistazo al pergamino y dedicar un firme asentimiento a lo que aparecía en él.
Enarcó las cejas ante la sonrisa del joven cuando le comentó que tenían algo más por hacer pero el único comentario al respecto fue para su prisionera.
- Adiós, Kaitlin.
Una cruel oleada de regocijo la invadió por dentro al ver a la persona que le había hecho perder la paciencia derrotada por la firmeza de su voluntad, pero no dijo nada. Había algo más que una simple reprimenda en sus acciones; era estrategia de futuro. Si el control sobre un gato había significado tanto, ¿qué no haría el control sobre la hermana del jefe de aurores? Infinitas posibilidades se abrían ante sí.
Estaba pensando en eso cuando se aparecieron en el despacho del Ministro de Magia al cuál Zac no tardó en exigir una cesión de poderes que se hizo efectiva bajo la atenta mirada de su padre. Y entonces aquello. Le ofrecían una recompensa inesperada. Enarcó una ceja.
- No crea que su promesa de inmunidad me tienta, si le da tanto valor a la palabra como su hijo o como yo misma sé que la incumpliría en cuanto fuera necesario - sonreía, divertida, mientras forzaba a su mente a trabajar -. No, lo que quiero es el antiguo esplendor de la casa Lewis. Liquidar las deudas contraídas por mi padre y volver a tener una herencia, aunque obviamente todo bajo mi cargo, mi padre puede seguir pudriéndose en Azkaban hasta que recapacite. Y - su sonrisa de amplió, volviéndose juguetona y probablemente dando de ella una imagen algo infantil dadas las circunstancias - unas vacaciones. Ha sido medio curso muy ajetreado.
Larry corrió a salvar a su hermana en cuanto el enemigo se esfumó. Se alegraba de que hubieran cumplido su trato y la dejasen con vida. Lo que quizás no podía imaginar en aquellos momentos el hombre era que la mente de su hermana estaba encerrada en una pequeña parte de su ser, hipnotizada e incapaz de salir de nuevo a flote. Bajo la imperius Kaitlin observaba todo con extrañeza, incapaz de pensar por sí misma, notando que todo lo que hacía era como partiendo de la base de ser una marioneta. Había hecho muy mal en gritar, en reprochar y en insultar al enemigo en aquella posición tan poco ventajosa. ¿Cómo saldría ahora de aquella? ¿La seguiría utilzando Carrie Lewis para sus fines hasta que se cansase? ¿Lograría zafarse en algún momento de la maldición? ¿O resultaría que alguien se daría cuenta y podría librarla de algún modo? ¿Qué sería de ella ahora que el mundo mágico emprendía una nueva era?
Pareció claramente complacido con las palabras de la chica, a la que veía cada vez más cerca de pertenecer a su propia familia. Caminó por la sala una vez que se quedaron a solas padre, hijo y ella mientras los otros se llevaban al antiguo ministro de magia, posiblemente a Azkaban como venganza a toda su política antimortífagos.
Se sentó en la silla, detrás de la mesa y la observó de forma penetrante.
- Tus deseos son órdenes. Mañana mismo tendrás todo lo que has pedido y posiblemente algún que otro obsequio más por nuestra parte; si bien las vacaciones las tendrás desde ya y no te quepa duda de que siempre serás un miembro importante en nuestra comunidad. Podéis retiraros. La sanación del sistema mágico necesita acción inmediata.
En los últimos meses el mecanismo de pedir-gratificación inmediata de Carrie había desaparecido en gran medida debido a los acontecimientos recientes por lo que la respuesta positiva del señor Bolton le produjo una oleada de satisfacción que nada tenía que ver con la indiferencia que la hubiera asaltado en el pasado.
De todos modos seguía sin ser una persona agradecida así que se limitó a hacer una leve inclinación de cabeza por el reconocimiento que le había hecho aquel hombre que, por otro lado, le debía tanto, pues Carrie había sido la cabeza pensante de todo aquello y ella sabía, con la certeza que da el egocentrismo, que se iba a convertir en un pilar importante para la sociedad mágica, cuando no en aquel movimiento de alzamiento mortífago.
Sin decir nada más salió por la puerta del despacho junto a Zac, a quien dedicó una mirada divertida.
- Ha sido un día largo, ¿verdad? - comentó como si nada -. ¿Y ahora?
- No podemos hacer más, Eve. ¿Qué resolveríamos yendo ahora mismo de nuevo al castillo? Con Kaitlin de rehén solo conseguiríamos que nos matasen.- está actuando como un Gryffindor... lo entiendo. Está cansada y destrozada pero es importante que pensemos con claridad.- Ya os lo he dicho. Ahora mismo solo podemos esperar que nuestro bando gane. Si no es así...
Pero las palabras de Duncan cesaron al notarse un cambio en la sintonía de la radio. La música había sido sustituida por una voz mucho más grave.
Radio:- Últimas noticias. El ministro de magia acaba de firmar su cese, cediendo su puesto a Craig Bolton tras una de las grandes revueltas después de la caída de Lord Voldemort hace cinco años. El famoso grupo anti-muggle que lucha por la supremacía de la magia sobre el mundo se ha hecho con el poder. Al parecer las secuelas que dejó la guerra de hace unos años no han hecho más que expandirse. ¿Merece la pena preguntarse si ha sido por culpa del cuerpo de aurores? Probablemente no merezca la pena. Lo que sí queda claro es que nos encontramos ante un cambio radical en nuestra política.
Duncan cerró los ojos con pesar. No lo habían conseguido. Probablemente Kaitlin estuviera bien, puesto que el trato habría sido liberarla a causa de la rendición. Larry nunca hubiera permitido ser el culpable de la muerte de su hermana. Ahora ya estaba claro.
Duncan:- Ya sabemos lo que ha pasado. Ahora los bandos se intercambian.- Katherine se limpió una lágrima que descendió por su mejilla.- Tocará contraatacar.
fin ^^
Zac salió junto a Carrie, exhultante aunque sin mostrarlo. Era el hijo del ministro de magia. Por el momento era un buen comienzo.
Miró a la chica cuando le preguntó qué hacer a continuación y exhibió su ya tan conocida medio sonrisa antes de entrelazar sus dedos con los de ella.
- ¿No querías vacaciones? Hay un sitio a donde quiero llevarte.
Una vez más y haciendo acopio de gran maestría, Zac Bolton se desapareció junto a Carrie para aparecer en lo alto del Waterloo bridge de Londres desde donde la magnífica vista nocturna se expandía ante ellos.
Se colocó detrás de ella, abrazándola mientras ambos miraban el grandioso paisaje.
- ¿Ves esta pequeña inmensidad? Todo esto... el mundo, ahora es nuestro.- hizo una pequeña pausa, disfrutando de las vistas, del aire fresco que hacía bailar sus ropas y su pelo, del olor de Carrie, del momento- Disfruta. El mundo es tuyo.