La linterna del Sr. Ohrin despeja las sombras de la noche y revela la entrada de una cueva. La entrada es amplia, quizá de tres metros de altura y de unos dos metros de altura. El cono de luz no revela nada de su interior desde ahí, pero sí descubrís grandes cantidades de heces en las inmediaciones y parte del interior, así como de pequeños huesecillos animales.
¿Punto por desarrollar la relación entre personajes?
Si puedes explicar en qué aspecto importante ha cambiado o evolucionado la relación con los personajes, sí puedes. Perdón por no haber contestado días atrás. Por algún motivo, leí tu mensaje pero se me olvidó hacerlo al postear...
-De oso eran las huellas que nos encontramos antes - respondió con seguridad. También encajaba el tamaño. Los osos habían sido muy abundantes en el pasado en aquella región. No ya tanto a día de hoy
Aquella criatura parecía sacada de las leyendas. De leyendas que ella conocía. Leyendas que le habían contado de niña, tanto en reuniones familiares como en la escuela.
-En esta región hay historias de criaturas similares a lo que hemos visto. Gigantes violentos, que se alimentan de seres humanos y habitan profundas cavernas. La gente lo llamaba Olláparo, en otras zonas Ollapín. También podrían ser los Mouros, aunque estos supuéstamente construían edificios. En cualquier caso parece creo que es obvio que las leyendas tienen una base real.
Observó la entrada de la cueva y las heces acumuladas a su alrededor.
-Parece que hemos encontrado su hogar. Aquí encontraremos respuestas.
Espero a que decidáis un lugar al que ir o una acción que llevar a cabo.
A dentro de la cueva.
Si, hacia allá irían. Al menos Sharada, linterna en mano, y Threkor, que parecía tan dispuesto como ella a desentrañar el misterio yendo a las mismas entrañas de la Tierra. (Claro, no son propiamente las entrañas. La litósfera del planeta es de al menos varias decenas de kilómetros de profundidad y esto sólo unos pocos metros, pero bueno, a ellos les parece que así es, y a uno también le parecería así estuviera dispuesto a entrar de la misma manera.)
Entremos a la cueva, colegas.
Averiguemos que hay adentro.
Comenzó a adentrarse, la luz rebotando en las paredes de las grutas con ese brusco movimiento que era la amplificación del de su cuerpo agachándose y moviendose entre pedruzcos.
Hagamos una apuesta sobre esta cultura. ¿Les parece? Quien la gane será invitado por el resto a su restaurante favorito, en su ciudad favorita. ¿Quién se anima? -Con lo que les pagaba Alma Mater, esto no era una proposición problemática. Aunque Sharada no lo hacía por banalidad, sino para animar a la construcción de hipótesis.
Yo comenzaría con lo siguiente: Los templos tienen forma de fauces, de osos. Este era un grupo de homo sapiens, u homo neandertalis, que, en uno de sus rituales, se transformó -genéticamente, que no místicamente- en animales. Y han vivido así aquí, en las cuevas, por decenas de miles de años, en hibernación. Y que sólo hasta ahora despiertan, por los deslaves y re-apertura de las cuevas.
Van ustedes.
Su hablar se entrecortaba con los esfuerzos de avances por las cuevas. Sabía que allá adentro encontrarían más estructuras.
¿Que tan sofisticadas? Esa será una clave importante para resolver este misterio.
Volví a alumbrar a la entrada de la cueva donde había desaparecido el ciervo.
Vamos, señores. Investiguemos el interior de la caverna. No creo que encontremos nada agresivo allí y sí algunas respuestas.
Me adelanté hacia la entrada de la cueva y enfoqué hacia el interior caminando lentamente hacia dentro.