Aca voy a ir poniendo cosas referidas a la ambientación. Ciudades importantes, territorios, mapas, etc.
Comienzo con la moneda corriente
Lupos, de oro y plata
1 Lupo de oro = 100 Lupos de plata
1 Lupo de plata = 100 Colmillos.
Los Colmillos son de bronce
Las tierras de Feralis se extienden salvajes por miles y miles de kilómetros a lo largo de variados paisajes. Montañas nevadas, verdes praderas y selvas tropicales se dibujan por los territorios conocidos y desconocidos de este fantástico mundo.
Los humanos que hoy se habitan en el plano de Feralis se encuentran distribuidos en muchas aldeas y ciudades pequeñas. Sólo hay una gran ciudad humana que actualmente se mantiene firme en aquel fiero mundo y es la gran capital de Adamar.
Las leyendas cuentan que fue en aquel lugar donde nació Ngué, el famoso guerrero humano quién recibiese la bendición de Lupus y fuese el primero de los hombres en adquirir la capacidad de cambiar su forma física sin apelar a las fuerzas numénicas.
La bendición del Dios licántropo le permitió al noble combatiente no sólo adquirir la forma híbrida de la que hoy gozan muchos, aunque no todos, los humanos de feralis, sino que también podía, según las leyendas, cambiar su forma a la de una fiera pantera negra que ostentaba, como Ngué, el tatuaje de una serpiente blanca que se extendía desde su brazo derecho hasta su pecho. Cuentan las fábulas que Ngué adquirió el favor de Lupus tras mostrar su valía combatiendo codo a codo con los generales Lycans en contra de las tribus que habían sido corrompidas por los demonios. Las batallas fueron sangrientas, violentas y desquiciantes ya que las de por sí extraordinarias capacidades físicas licantrópicas se veían exaltadas por los espíritus demoníacos que se valían de aquellos poderosos cuerpos. A aquello se sumaba el poderío desplegado por los nigromantes quienes utilizaban su don para reanimar una y otra vez los cuerpos caídos en batalla, así los ejércitos enemigos crecían constantemente puesto que sin importar para que bando combatiesen los soldados caídos, todos y cada uno de ellos renacía leal a los demonios.
Las gestas del “Guerrero Sombra”, como se conoció a Ngué en aquello tiempos, se expandieron a lo largo y ancho de todo Feralis. Fue así, se cuenta, como su historia llegó a los oídos de Lupus quién decidió concederle a él y a once de sus generales el don del cambio de forma a fin de inclinar la balanza en pos de los nativos de Feralis y sus aliados. Si bien aquel acto intensificó el rendimiento de las tropas humanas, no fue sino hasta que los doce archimagos sellaran las puertas planares que los propios de Feralis pudieron recuperar su hogar. Desde aquel entonces los humanos, atrapados en aquel mundo e incapaces de volver al propio vivieron en paz con los licántropos pues el respeto que Ngué y sus tropas habían ganado en el campo de batalla se extendió a toda la raza del hombre.
Si bien la guerra se decidió en el momento en que los portales planares se cerraron, muchas fueron las batallas que debieron librarse hasta lograr una paz definitiva. El guerrero sombra junto con Kivarha, líder del clan Tearsha y una reconocida general Lycan presentaron pruebas al concejo de guerra que demostraban que los demonios y nigromantes se habían replegado y abandonando el territorio conocido de Feralis. Ambos personajes exigieron al consejo que se les diera caza, ofreciéndose ellos mismos a liderar las tropas. Sin embargo, hombres y licántropos se encontraban ya hastiados de tanta batalla y ansiaban los días de paz, así el consejo decidió que aquellos seres ya no representaban una amenaza para Feralis y negó a los Héroes las tropas necesarias para llevar a cabo la cacería. Aquel fue el último día en que se vio a ambos guerreros y muchas fueron las lenguas que relataron como una pantera negra y un dragón azul abandonaban en un veloz vuelo la ciudad fortaleza de Vicencio con rumbo Noroeste hacia las gélidas costas del fin del mundo.
Adamar
Adamar fue, en tiempos muy anteriores a los días presentes, la capital del nuevo imperio humano que crecía y se fortalecía en Feralis. Los tiempos de paz y el hastío por la guerra permitieron que humanos y licántropos se relacionaran fuera de lo que había sido una conveniente alianza defensiva.
Bestias y hombres compartieron conocimiento y se recuperaron juntos de lo que fue la devastación. Codo a codo lograron sobreponerse y muchos fueron los logros alcanzados. Así fue como Adamar creció en tamaño y popularidad albergando tanto a humanos como a licántropos por igual.
Hoy día, lejos de aquellos tiempos de esplendor y paz, Adamar no es la ciudad capital del imperio humano sino que es la única ciudad humana medianamente relevante en todo Feralis y entre sus muros ya sólo se albergan “Hombres puros” y algunos pocos “Medio hombres” mas ningún licántropo. Este cambió en la distribución se gestó lenta y paulatinamente, nadie sabe hoy como comenzó todo pero llegó un momento en que una ferviente intolerancia creció entre las bestias y los hombres. Hoy día riadas de licántropos asolan los fértiles valles en los que los hombres cultivan y los ejércitos de Adamar apenas logran mantenerlos a raya. El resto de las ciudades, las menos poderosas se vieron sobrepasadas y cayeron inexorablemente ante las embestidas de los distintos grupos armados. Los supervivientes formaron comunidades, aldeas nómadas que se mueven constantemente de un lugar a otro evitando quedarse mucho tiempo en un mismo lugar a fin de evitar ser encontrados. En Adamar el odio por los licántropos creció a tal extremo que hasta los “Medio Hombres” son discriminados y reducidos a la servidumbre o a realizar trabajos mal pagos, para ellos los salarios son menores, los precios más caros y las leyes más inflexibles e injustas, es por eso que muchos se alejaron de Adamar y cuando llegan a ella evitan por todos los medios posibles revelar su capacidad de transformación. Así tristemente aquello que había llenado de orgullo a muchos hoy es causa de vergüenza y desprecio. No se sabe cuantos “Medio Hombres” quedan hoy día pero sí que cada vez es más infrecuente el nacimiento de estos, quizás se deba a que el poder que poblaba la sangre de los once generales que acompañaron a Ngué se diluyó y debilitó con el correr del tiempo, quizás, como sostienen los licántropos más fanáticos, a que Lupus retiró su bendición de los hombres.
La Hermandad de Heptálogos
Mucho es lo que se dice y poco lo que en verdad se sabe de la Hermandad. Hay quienes afirman que es un mito inventado para dar esperanza a los hombres que, como ya se sabe, están perdiendo poco a poco su lugar en las tierras de Feralis. Otros afirman que si bien la Hermandad de Heptálogos existió en algún momento pues constan registros hitóricos de aquello, hoy en día ha desaparecido y de sus miembros nada se sabe.
La historia nos cuenta que en los tiempos en que el “Guerrero sombra” caminaba todavía por el mundo, un grupo de poderosos magos pertenecientes a la orden de los Caballeros Blancos que servía al poderoso príncipe Archimago del Imperio Lapónico situado al norte de las tierras europeas, Odo, atravesó el portal planar que unía su mundo con Feralis por mandanto del mismísimo emperador. No existe registro alguno acerca de cual fuese el cometido de su misión o encomienda, sin embargo si se sabe que una vez se hubieron cerrado los portales algunos miembros disidentes decidieron separarse y conformar una nueva asociación a la que llamaron “Hermandad de Heptálogos”
Se dice que este nombre, que significa Siete Mesías o Siete dioses, fue puesto en base a una antigua profecía que relata cómo luego de un período de decadencia en el que la humanidad de Feralis fuera reducida casi a la esclavitud, siete héroes maestros de los principios surgirían para devolver al hombre el respeto perdido. Otras versiones de la misma aseguran además que estos titanes serán capaces de reabrir los portales planares y conducir al hombre nuevamente hacia su mundo de origen.
Los registros cuentan también que en tiempos más prósperos los maestros de Heptálogos se hacían presentes una vez al año en Adamar, aquel día se celebraba una inmensa festividad que tras presentar toda suerte de espectáculos era coronada por una ceremonia donde el Gran Maestro de la Orden elegía, de entre los candidatos, tres veces siete jóvenes de entre tres y seis años para formarlos en las artes místicas e intentar así hallar a los siete Logos que salvarían al hombre.
La última gran celebración de la que se tiene registro data de seiscientos noventa y nueve años atrás. En aquella oportunidad se presentó entre los postulantes el primer hijo varón del rey Zaris, Herthon. Zaris ascendió al trono en circunstancias “obscuras” y su gobierno fue despótico y autoritario. Herthon había heredado aquel carácter egoísta y agresivo de su padre, y aún a la tierna edad de tres años podía verse en sus ojos y gestos la maldad de su progenitor. Una vez finalizas las celebraciones los miembros de la hermandad se agruparon y eligieron a los veintiún nuevos miembros de la orden. Herthon fue despreciado producto de las características que compartía con Zaris y no se contó entre los nuevos integrantes. A la mañana siguiente diecinueve familias lloraban la muerte de uno de sus pequeños mientras que otra clamaba por la vida dos jóvenes agonizantes que morirían antes de llegado al medio día.
Zaris y sus clérigos declararon que las muertes se debían a un castigo divino pues la hermandad de Heptálogos había sido corrompida por los demonios que antaño atacasen a los Lycans y los humanos. De inmediato se decretó el arresto de los maestros de la orden y se prescribió a la hermandad. Zaris y la cúpula eclesiástica de Adamar decretaron la inquisición y persiguieron fervientemente a la hermandad de Heptálogos dando caza a sus integrantes y partidarios. La orden se eclipsó y desapareció luego de que varios de sus miembros cayeran presa de los ejércitos Zaristas y las tropas destruyeran dos de sus templos.
Otra versión de la historia cuenta que Zaris, sintiéndose ofendido por el rechazo de Herthon, encargó a sus asesinos acabar con la vida de los veintiún niños y aprender a los siete maestros para tomar así el control político de la poderosa orden.
Fuera cual fuese la verdad de lo ocurrido, lo cierto es que tras esa ultima ceremonia la Hermandad de Heptálogos desapareció y con ella mucho del conociento que esta
El Ampala es una criatura fuerte y ágil que habita en estado salvaje en las zonas de alta montaña. Su tamaño es similar al de un caballo pequeño lo que lo hace perfecto para el transporte de cargas y personas por los estrechos caminos de cornisa que rodean las cumbres y los pasos entre montañas. Antiguamente, cuando había paz entre hombres y licántropos y cuando todavía existían multitud de ciudades humanas, los hombres los utilizaban como medio de transporte dada la nobleza y resistencia física de las criaturas
La Raza Maldita
Los Gnolls semejaban a los licántropos hiena en su forma híbrida, pero los Gnolls eran incapaces de cambiar su forma. Por eso se los consideraba una especie diferente a los licántropos y, por ese mismo motivo, se los despreciaba y combatía. Muchísimo tiempo atrás, antes incluso de que los demonios avanzaran sobre los planos, los gnolls habían sido una raza noble y pacífica, habían compartido con los bárbaros licántropos sus avanzados conocimientos en metalurgia y chamanismo e incluso habían tenido contacto con los humanos en el plano del hombre.
Las leyendas cuentan que fue allí donde uno de sus chamanes tomó contacto con un nuevo arte mágico, mediante este conocimiento pudo modificar sus rituales para abrir su mente no sólo al espíritu de la Naturaleza, sino que además pudo comunicarse con otras entidades. Aquellas existencias le obsequiaron nuevas habilidades con las que llegó a ser un poderoso brujo, respetado y conocido en todas las tribus Gnoll. Aquel poder trajo consigo una avidez por lo terrenal, por la posesión y el reconocimiento que la cultura Gnoll rechazó. Fue así como con la ayuda de “las voces” sometió una a una a las aldeas de su civilización y convirtió a la suya en “La raza maldita”.
Los pocos que lograron salvarse se escondieron y desaparecieron de la vista de cualquier ser viviente. Los malditos, en cambio, desataron una guerra feroz contra sus anteriores protegidos, sometieron a muchos y a los que no pudieron los asesinaron apoderándose para siempre de las tierras del norte de Feralis donde, no por casualidad, comenzó la invasión que sumiera a Feralis en centurias de obscurantismo.
Calendario de Feralis
Horas del día: 28
Períodos del día:
- Mañana (de 14Hs a 21hs)
- Tarde (de 21Hs a 28hs)
- Primera noche (de 0hs a 7hs)
- Segunda noche (de 7Hs a 14Hs)
Días en la semana: 7
Semanas en el mes: 7
Meses en el año: 7
Días totales en un año: 343