Partida Rol por web

Año 1118, Otoño, Yogasha Shiro, residencia del Campeón Esmeralda.

Era una gloriosa mañana de otoño en Yogasha Shiro, el castillo del Campeón Esmeralda. La espléndida fortaleza se asentaba, serena, sobre una empinada colina rodeada por una llanura despejada haciendo imposible que ninguna fuerza enemiga lo suficientemente estúpida como para intentar tomarla pudiera siquiera acercarse sin ser advertida. Más allá, en la distancia, pequeños bosques salpicaban las inmediaciones de las Montañas del Arrepentimiento. El aire era fresco y vigorizante y el sol brillaba sobre el enorme símbolo del crisantemo, el mon del Campeón Esmeralda, que colgaba sobre las puertas del castillo.

En frente de la entrada principal del castillo, en terreno abierto, casi una veintena de samuráis habían sido reunidos, los jóvenes bushis y shugenjas más prometedores de todo Rokugan, entre los que te contabas tú, convocados por el llamamiento del mismísimo Campeón Esmeralda, Doji Satsume, el cual se encontraba frente a vosotros. Su figura era imponente, su cara cubierta de cicatrices severa y digna a la vez, os observaba desde lo alto de un estrado construido para la ocasión. Tras él reconocisteis algunas de las figuras más prominentes de Rokugan entro los que destacaban el reverenciado sensei del clan León Akodo Kage y el legendario sensei de la Escuela de Duelistas Kakita, Kakita Toshimoko.

¡Samuráis de Rokugan! Habéis sido escogidos por vuestros Daimyos para representar a vuestros clanes en este campeonato. Aquí vuestras habilidades, conocimientos y honor serán puestos a prueba para dilucidar si sois dignos de servir al Emperador como Magistrados Esmeralda. Para asegurarme que podéis realizar vuestras tareas apropiadamente se os agrupará en equipos de tres, todos de clanes distintos pues para servir al Emperador debéis dejar a un lado vuestras propias lealtades hacia la familia y el clan del que procedéis.

Estaba claro que esto último desagradaba a más de uno pero ninguno fue lo suficientemente maleducado para expresarlo frente al Campeón Esmeralda, el cual proseguía.

Seréis evaluados en todas las virtudes del samurái, poesía, combate, duelos, gracia, etiqueta y actividades atléticas. Los shugenja también tendrán ocasión de demostrar sus proezas. También se os examinará sobre el conocimiento de las leyes para asegurarnos que servirés bien como Magistrados Esmeralda. ¡Preparaos y que las Fortunas sonrían a vuestros esfuerzos!

Tras ello los samuráis comenzaron a aplaudir cuando Doji Satsume se sentó y comenzaron a mirar a un lado al otro preguntándose quienes serían sus compañeros.

Unos funcionarios al servicio del Campeón Esmeralda aparecieron portando una vasija donde introdujeron unos papeles con vuestros nombres escritos en ellos y la depositaron frente al estrado del Campeón Esmeralda y ante una señal de éste comenzaron a sacar papeles nombrándolos en voz alta.

Equipo número uno... ¡Doji Yuriko!

 Una alta y atlética samuraiko que ostenta el mon de la Escuela Kakita y cuyos agraciados rasgos son excepcionalmente bellos y delicados, aún más que los estándares de su clan. Su pelo, teñido de blanco, se derrama sobre sus hombros como una nívea cascada. Tras ser llamada hace una reverencia y se coloca a un lado donde una bandera con el número uno marca el lugar de reunión de este equipo.

¡Hida Yoshije!

El típico Cangrejo, musculoso y grande, muy grande. Una gran e irregular cicatriz, como de una quemadura, le cubría la mitad izquierda de la cara y el cuello y, sorprendentemente, realiza el ritual de saludar y levantarse con la misma fluidez que su antecesora.

¡Isawa Rokumaru!*

Ahora el equipo número dos. ¡Daidoji Toki!

Una samuraiko con aspecto de dura, con su pelo negro sin teñir al estilo Grulla, ostenta los mones de la Escuela de yojimbos Daidoji. Una grulla de hierro.

¡Togashi Tetsuo!*

¡Soshi Madoka!*

Equipo número tres. ¡Akodo Toshiwara!

Un joven samurái León, serio y adusto parece que representa el epitome de lo que se espera de un bushi Akodo.

¡Yoritomo Genso!

Un enigmático cortesano Mantis del recién ascendido a clan Mayor. Poco se sabe de él aunque su aspecto es de lo más correcto y lo que más llama la atención de su persona es, sin duda, su inquisitiva mirada.

¡Doji Kenzo!*

Ahora comenzaremos con el equipo cuatro. ¡Mirumoto Tako!

 Un atractivo bushi que sonríe abiertamente al ser nombrado y se dirige con gran confianza al lugar marcado con el cuatro.

¡Iuchi Kageki!

 Un samurái bajito, con un físico para nada impresionante que compensa con una larga perilla y un cuidado bigote. El símbolo de la escuela Iuchi de Shugenja lo marca como tal, así como los pergaminos que penden de su obi.

¡Matsu Keiji!*

Equipo número cinco. ¡Matsu Sowara!

 Una seguidora de la Escuela Matsu de berserkers, su presencia imponía respeto e incluso un cierto temor pues parecía realmente un felino a punto de saltar sobre su presa.

¡Shoshuro Tajiki!

 Un encantador y atractivo joven que cubre su cara con una máscara de seda que no hace sino acrecentar la belleza de sus rasgos. En su hombro notáis el mon de la Escuela Bayushi de bushis.

¡Ashaina Chiyoko!

Una bella y gentil shugenja del clan Grulla con unos llamativos ojos color avellana y de modales impecables.

Y por último pero no por ello menos importante, el equipo número seis formado por ¡Kakita Ichiro!

 Todos reconocéis al hijo del mismísimo Kakita Toshimoko. Su porte, duro y arrogante es tal que no se molesta en ocultar una furibunda mirada hacia su padre, en el estrado tras el Campéon Esmeralda. Al margen de eso se rumorea que posee la misma habilidad que su progenitor con la espada.

¡Isawa Mori!

 El típico shugenja Fénix, ilustrado y pacífico, más pendiente de los kamis y del Tao que de otra cosa aunque, aún así, se desenvolvió con extrema corrección a la hora de incorporarse y colocarse junto a Kakita Toshimoko.

¡Hida Heinosuke!*

Tras la conformación de los equipos los funcionarios se retiran con su vasija y tras irse el Campeón Esmeralda y todos los samuráis que le acompañaban, representantes de todos los clanes, se dirigió a los samuráis a sus respectivas habitaciones para prepararse de cara a la primera prueba que tendría lugar en una hora. La prueba de kenjutsu donde cada equipo debería elegir un representante.

"Equipo número uno... ¡Doji Daidiji OoDoji Yuriko!"

La mujer hizo una reverencia y se coloca a un lado donde una bandera con el número uno

"¡Hida Un Yoshije!"

sorprendentemente, realiza el ritual de saludar y levantarse con la misma fluidez que su antecesora.

¡Isawa Rokumaru!

En este caso, es algo sorpresivo.
Se trata de un mozuelo tremendamente joven, y de semblante algo distraido, como mirando algo que para el resto no pareciese estar ahi. La bolsa de pergaminos que carga parece algo cómica a sus pequeñas espaldas.

"Saludos, señorías" digo tras retirarme con los compañeros "Creo que, desgraciadamente, no puedo servir al equipo en una prueba de Kenjutsu, más allá de alguna bendición sobre el arma"

Efectivamente, levanto un poco los brazos para que la cintura quede al descubierto: No llevo Katana sino tan sólo una modesta Wakizashi, que me sirve como simbolo de honor y posición más que herramienta de guerra

Dedico una inquisitiva pero no hostil mirada a los compañeros. No parece que haya dudas quien sería el mejor duelista entre nosotros: El clan hida lleva un Tetsubo como simbolo en su Mon. mientras que la escuela Kakkita tiene una grullah con una katana.

Contemplo a los contendientes.
La fama de la escuela Kakkita es legendaria, y tener a una hace que uno se sienta bastante seguro en sus posibilidades. Pero por otro lado, no es la única Kakkita ¡Tenemos al hijo del campeón esmeralda!
Cht, será dificil.

De los demás, los que más me preocupan son el equipo de Togashi-san y Madoka-chan. Un dragón y un escorpión juntos son el peligro, como aceite y llama. Tambein Matsu Nowara, aunque no sin algun desprecio: Un berseker es alguien que niega la mente, y si niegas la mente niegas el alma. El Soshuro tambien parece alarmante: Se cuentan historias sobre escorpiones realmente inútiles, pero el parece saber lo que se hace.

El señor Yoritomo-san me parece alguien interesante. Al igual que yo, parece estudiarlo todo a su alrededor. Y estudio tambien a los Sugenja.
Iuchi-san pertenece a una escuela con fama de tener unos poderes únicos.
De Asahina-San puedo esperar un dominio del Viento y las Aguas.
Y de Isawa Mori... Es un compañero de clan ¡Que menos!
 

Kenzo se vio sorprendido al enterarse de que formarían grupos para el torneo, no tenía mucho problema en colaborar con gente de otros clanes y lo cierto es que así podrían suplir las carencias de los demás, que las suyas no eran pocas, aunque también diluía la posibilidad de destacar individualmente.

—Hai—. Fue su respuesta al escuchar su nombre, dio un paso adelante y poso su mirada en sus compañeros. El León parecía eso, el típico León, así que era fácil imaginar de que sería capaz. Por otro lado estaba el Mantis, había conocido muy pocos de ellos, pero le resultaba divertida su impertinencia.

Esperó a que todos los presentes fueran nombrados para reunirse con los que iban a ser sus compañeros. —Saludo, mi nombre es Doji Kenzo, es un gusto conoceros.

Heinosuke está aquí porque tiene que estar, aunque no lo entiende del todo, sin embargo, el camino está claro, lo único que no puede ver es el final. Es lo que se repite mientras deja que el sol le de calor a todo su corpachón, disfruta con el calor con los ojos cerrados.

Cuando oye su nombre gruñe y se levanta haciendo el ritual del saludo de forma algo extraña, se queda quieto un segundo, lo hace, se queda quieto de nuevo.

El cangrejo es grande como no podía ser de otra manera llegando casi a los dos metros de altura, no es joven, muchos inviernos han pasado por su cuerpo, llevándose el pelo de su cabeza con ellos, pero dejándolo en el resto del cuerpo. Cejas pobladas y rebeldes, una barba negra sin canas, y una tez morena, delatora de mucho tiempo al aire libre, enmarcan su rostro. Uno de sus ojos está cubierto por una tela blanca, de mal augurio para muchos y simple debilidad para otros.

Brazos grandes y velludos, remangado hasta el codo, descubren cicatrices grandes y pequeñas más allá de lo saludable y sostiene entre sus manazas, apoyado contra el suelo, un enorme Tetsubo, que está enrollado con tela sagrada haciendo la función de quien tiene la katana envainada.

Se sienta, pues es el último de los nombrados, esperando más indicaciones, que espera sean claras y sin lugar a interpretaciones, no hay nada que más le moleste a este Hida que los pájaros revoloteando sin un patrón obvio.

Soshi se sentaba bajo el sol matutino junto a sus supuestos congéneres samurái mientras escuchaba las palabras del honorable Campeón Esmeralda. Sin embargo, su mirada se desviaba del afamado Doji Satsume, anterior daimyo del clan de la Grulla, hacia los demás presentes. Algunos podían creer que como buen Escorpión estaba evaluándolos, buscando debilidades y fortalezas o quizá previendo cuáles serían fáciles de engatusar a su causa. La realidad no se parecía tanto.

"¿Por qué estoy aquí?" Era la pregunta que recorría la mente de Madoka una y otra vez mientras miraba a los demás samurái con su porte alto, tan confiados de su lugar en la vida, sabiendo que eran los campeones que representaban a sus distintos clanes, esperando dar lo mejor en el torneo y llevarse honor y gloria y contactos para su vida futura. Sin embargo, ella no se medía al resto. Una shugenja mediocre que estaba marcada por un fallo, no encajaba de ninguna forma en el discurso del Campeón Esmeralda. "¿Acaso se me envía como una pantalla? ¿O la idea es mandar a alguien a fallar?" Se preguntó mientras miraba al otro Escorpión del encuentro, a quien no conocía de nada.

En eso escucha su nombre de repente y mira hacia adelante sobresaltada, hacia donde ya se estaba dirigiendo una mujer con los colores de la Grulla. Soshi se para también y empieza a ir hacia ellos, donde hace una reverencia de presentación simple aunque no dice nada, intentando más que nada no mirar al monje o a la Daidoji a los ojos sabiendo que podía brindarles mala suerte por su ojo descolorido y malo. "Pobres malditos que les tocó conmigo. Es como un grupo de dos y medio."

Keiji oyó su nombre y se levantó para realizar una reverencia correcta pero claramente impetuosa, tensando sus brazos a los laterales de su tronco, para dirigirse al punto de reunión del equipo 4.

Todos los presentes pudieron observar al joven Bushi, de complexión atlética, y portando un kimono anaranjado en el que se podía ver claramente el mon de la familia Matsu, tanto en su pecho como en su espalda, éste último parcialmente cubierto por una No-Dachi. Sumando éso a su ímpetu, cual felino dispuesto abalanzarse sobre una presa, se podía reconocer que encarnaba todas las presuposiciones que se asumían sobre los Matsu.

Al reunirse con sus compañeros de equipo, Keiji los saludó cordialmente con gestos y volvió a centrar su atención en el Campeón Esmeralda y sus asistentes, puesto que no habían terminado de asignar los equipos, y no fue hasta terminar ésta que empezó a valorar a los 2 samurái que le acompañarían durante el torneo.

-Poco sé de los Shugenja del Clan Unicornio, vamos a tener una primera reunión interesante. Por otro lado sí sé qué esperar de los Bushi del Clan Dragón, aunque creo que para la prueba de Kenjutsu soy el más indicado de nuestro equipo.- Pensó el León al fijarse en ellos.

Antes de que termine la hora cada equipo se reúne para determinar quién lo representará en esta primera prueba, la de kenjutsu.

Equipo 1:

 Hida Yoshije: ¡Esta prueba es mía, soy la mejor opción! Afirma cruzando los brazos sobre su enorme pecho.

Doji Yuriko: Hace una leve reverencia hacia el Cangrejo y sonríe amablemente. Hai, Hida-san, me parece correcto que nos representéis en la prueba de kenjutsu. Estoy segura de que todo es como decís...

Equipo 2:

 Daidoji Toki: Mira al monje de arriba abajo fijándose especialmente en su katana. No dudo de vuestra destreza Togashi-san pero creo que sería la más indicada en esta prueba. Ni siquiera mira a Soshi Madoka...

Equipo 3:

Akodo Toshiwara: Con preocupación mira al representante Grulla pues su aspecto es más de shugenja o cortesano que de bushi y con una inclinación dice: Me presento humildemente para esta prueba, honorables compañeros.

Yoritomo Genso: Tras mirar también la Grulla, con aspecto serio, devuelve la reverencia al Akodo. ¡Hai! Estoy conforme con ello Akodo-san.

Equipo 4:

Mirumoto Tako: Con una sonrisa afectada dice: Está claro que en esta prueba el estilo Niten será el más adecuado, honorables samuráis...

Iuchi Kageki: No se que deciros, Mirumoto-san, pero lo cierto es que ambos dos, vos y Matsu-san, parecéis igual de válidos para esta prueba...

Equipo 5:

El representante de este equipo es Matsu Sowara. 

Equipo 6: 

Kakita Ichiro: Kenjutsu... Iré yo.

Isawa Mori: Se encoge de hombros expresando su indiferencia a cual de los dos poderosos bushis represente al equipo. Honorables compañeros, yo aquí he de mantenerme al margen, dejo esta decisión en vuestras sabias manos.

Le dedico una mirada cómplice al buen Isawa Mori. Creo que de hecho, me suena haber estado juntos en alguna ceremonia. Quizá un Gempuku de alguno de nuestros mayores, o una celebración en honor a Kyoko, la sensei de nuestra sensei.

Con una leve reverencia, le hago ver que le reconozco, y que le deseo que la oportunidad de demostrar la valía de la escuela, la familia y el clan.

De vuelta a mi grupo:

"Honorables compañeros, no soy especialmente ducho en duelos y esgrima, y tan sólo conozco los preceptos sobre El Libro de los Cinco Anillos"

"¿Que tal si vamos a algun lugar apartado, y hacemos como los grandes duelistas, estudiandonos los unos a los otros antes del duelo? Sin desenvainar. Sólo el estudio. Así podríamos conocer mejor nuestra valía, acero en mano, y aprender del coraje y poderío del gran Hida-San"

Finalmente, hay algo que le intriga. No por su presencia sino por el significado. Y ese algo es Hida Heinosuke-San. Un samurai venerable, un gran veterano, con el rostro lleno de canas y el cuerpo de cicatrices. Sin desmerecer lo más mínimo su talento en la batalla -del que estoy bien seguro- puede que le queden tantos años de vida, como los que yo tengo ¿Por que habran juntado a un anciano y a un niño en la prueba?

Por las miradas de ambos hombres estaba claro que se dejaban llevar por las apariencias, no conocía al León, pero estaba casi seguro de ser más hábil que él con la espada. Pero también sabia del orgullo de su clan, y a pesar de sus palabras estaba seguro de que no aceptaría fácilmente que le llevasen la contraria.

—He sido adiestrado desde niño en el uso de la katana, aunque entiendo que todos queremos aportar lo mejor de nosotros al grupo, solo espero que me dejéis demostrar mi valía cuando llegue el momento de los duelos—. Kenzo le dedico una leve sonrisa y una ligera inclinación de cabeza a Toshiwara, no era orgulloso y no quería empezar el torneo discutiendo, solo esperaba que llegado el momento el León tuviese la misma deferencia.

Keiji no se echó atrás ante la propuesta del Dragón:

-Los Matsu siempre hemos sido los guerreros más feroces del Clan del León, y creo que en una demostración de Kenjutsu yo soy el candidato más adecuado; pero respeto la opinión de Mirumoto-san.

Tras una breve pausa al ver que ninguno de los 2 iba a retirar su propuesta como candidato más adecuado, Keiji añadió:

-Estamos en un impás, con 2 Bushi válidos como candidatos, y creo que la forma más rápida de solucionarlo será que muestre mis habilidades con la espada ante ustedes, y así reafirmar mi punto.

Dicho esto, Keiji procedió a mostrarles sus habilidades de Kenjutsu a los otros 2 samurái.

Jaaajajajajajaja, me encantan estos Fénix con sus ocurrencias y su sentido del humor, ¡vaya que sí!

El tremendo Hida acompañó sus palabras con una amistosa aunque quizás inapropiada palmada en el hombro del shugenja mientras, riéndose, se encaminó a un atril lleno de bokens de madera que serían los instrumentos a utilizar para la primera prueba. Aún se reía y meneaba la cabeza. Pero si no lleva ni katana jajajajajajaja

Ya frente a los bokens tornó su hilaridad por un gesto serio mientras examinaba con atención los bokens para, finalmente, elegir uno y dar unos golpes al aire para probar su equilibrio y peso. Con éste le partiré las costillas al que ose enfrentarse a mí, ¡vaya que sí!

—He sido adiestrado desde niño en el uso de la katana, aunque entiendo que todos queremos aportar lo mejor de nosotros al grupo, solo espero que me dejéis demostrar mi valía cuando llegue el momento de los duelos—

El León hizo una reverencia hacia su compañero Grulla. 

Podéis contar con ello Kakita-san, el duelo de Iaijutsu es vuestro. 

Quedando claro que esta prueba la disputaría él, se dirigió al atril de los bokens donde escogió uno de ellos y se colocó en posición.

No quiero menospreciar vuestras técnicas ni vuestro entrenamiento, Matsu-san, pero me reitero en lo dicho, el estilo Niten es el más apropiado para esta prueba.

Hace una profunda reverencia y se dirige, sin más, a por un par de bokens...

Le dedico una mirada a la heredera de los Doji

"Sentido... del... ¿amor? Vaya, debe de ser una expresión cangrejo"  le murmuro "Ah, humor" digo al notar la corrección

Sin embargo, cuando dice ese "¡Vaya que sí!" me entran escalofrios. Un recuerdo horrible, un terror reprimido y casi olvidado.

De todos modos, finalmente entiendo por qué la señora Doji Yuriko ha dejado pasar la oportunidad, pese a ser de la escuela Kakita: Estando frente al Sensei, y frente al hijo del Sensei ¿Por que humillarse? Me suena que una de las partes de los duelos es retirarse si la diferencia es inconmensurable. Y que se considera honorable.

No estoy menospreciando a Yoshije: Se trata de que su escuela va orientada a machacar cualquier alimaña de las Tierras Sombrías, ya sean Gaki, Corruptos o incluso un Onis ¡No en ganar duelos!

"En ese caso, os deseo la mejor de las suertes, compañero"
Y le doy una bendición, por parte de los Kami de la Tierra que velan por el cangrejo, por parte de los Kami de Fuego que enseñan al Fénix, y de los puros Kami de Jade. La bendición no es magia. Ya que eso podría ser considerado "Trampa". Es sólo eso: Mandarle, con mi bendición.

Kakita Ichiro: Kenjutsu... Iré yo.

El Hida se mantiene con las piernas cruzadas, en una aparente postura cómoda pese a su armadura pesada. Mira de arriba de abajo con el ojo sano al Kakita, aunque el ojo ciego le sigue, y asiente con la cabeza.

-Demuestra tu valía Kakita-san- le anima al compañero de grupo.

Hasta él ha oído hablar de la destreza de Ichiro con la katana. El orgullo hace agujeros en la muralla, como se suele decir.

Madoka mira para abajo sin mirar ella tampoco a la Daidoji. Era consciente de que la prueba no estaba apuntada a ella y que poco tenía para aportar a su equipo. Seguro, podría hacer trampa para darle un pequeño empujón a la Daidoji pero, ¿con qué motivo realmente? Nadie esperaba que Soshi o su equipo ganase el torneo, eso era seguro.

A quien sí miró fue al silencioso monje que compartía equipo con ella. ¿Qué sabios pensamientos se escondían tras esa máscara de silencio que portaba Togashi? Ni siquiera había objetado o aceptado el cumplido de la Grulla sobre su destreza. Quizá comprendía que uno era dueño de lo que calla y prisionero de lo que dice, algo que un fallecido le había dicho a Madoka mientras viajaban juntos.

Soshi observó a Daidoji mientras esta iba a prepararse para combatir. ¿Actuar o no actuar? En otras situaciones no lo hubiese dudado tanto, pero ¿cuál era el objeto de su inclusión este torneo? Una cosa era segura, si dudaba a cada esquina tampoco se iba a enterar. "¿Pero estoy preparada para actuar?" Las heridas del pasado todavía la ralentizaban.