El grupo llevaba un tiempo en silencio y solo se oía el monótono criar de los grillos en aquella calurosa noche de verano. Galatea hacía esfuerzos por permanecer alerta, pero a pesar de haber despertado hace muy poco, el sueño la iba dominando poco a poco como si una poderosa niebla invisible y narcotizante se hubiera instalado en aquella ciudad fantasma.
Para resistir el sopor volvió a entablar conversación con sus compañeras: Hermana Hilda, hace un momento dijiste que a las almas corruptas se las puede reconocer por algunas "influencias". ¿A qué te referías exactamente?
Yo pienso que la virtud es algo harto difícil de reconocer y de juzgar y que, en realidad, tendemos a pensar que son malos los que, simplemente, son diferentes a nosotros. Por eso me interesaría saber cuáles son, según tu opinión, los síntomas de la corrupción de los yomas.
En silencio escucho, con una leve sonrisa, la conversación, en verdad quizás pueda aprender algo de todo lo que dicen.
...la mayoria de las "hermanas" ya habian regresado del templo, pronto sabremos el resultado de las votaciones, y que lider ha sido elegido para conducirnos a la victoria o a la derrota...
Tras escuchar las palabras de Miria me acerqué al resto de mis compañeras del grupo A, todas parecíamos guerreras capaces y dispuestas a enfrentarnos a los espectros. Mientras las saludaba llegaron a mis oídos las palabras de Galatea sobre que nos obligaran a dormir esta noche y eso me inquietó bastante:
- Espero que no nos duerman, eso nos dejaría a merced de los espectros y yo sinceramente prefiero morir luchando y defendiendo a mis compañeras. Pero no nos debemos preocupar de eso ahora, debemos prepararnos para lo que pase esta noche y dar lo mejor de nosotras.
No obstante... Quizá sea el poder de alguno de los espectros. Esperemos que las hermanas que aún no han dado señales de estar despiertas vuelvan pronto en sí...
Hablo en voz baja, mientras observo a todas mis compañeras con tranquilidad.
Cuando Miria decide sumar a Helen en el grupo A suelto un bufido exasperante
-¿En serio?-
Ante su silencio no me queda sino resignarme aunque sea de mala gana, pues de esta manera igualamos el número de miembros en cada grupo.
-Espero que no tardes tanto en despertarte si surgen problemas esta noche- Digo directamente a Helen.
Súbitamente reconozco el espíritu de una luchadora en las palabras de Flora. Si de repente me veo atacada por un enemigo o varias hermanas traidoras desearía que una compañera como ella también estuviera en la reyerta.
Nuevamente me siento infundada por una fiereza contra los enemigos encubiertos que nos amenazan desde las sombras esperando nuestro mayor momento de debilidad y clamando al cielo aunque, de hecho están mucho más cerca, proclamo la supremacía de las futuras Claymore's en este tenebroso duelo de máscaras.
-Sus tretas no les servirán para nada. ¡Si alguno de estos cobardes decide venir a por mí esta noche, aunque me encuentre dormida por algún extraño hechizo, le aconsejo que no me de ninguna oportunidad porque mientras me quede una gota de sangre en las venas, un soplo de aire en el cuerpo y una espada en la mano venceré o me los llevaré al infierno conmigo!-
No tengo miedo. El miedo es para débiles enclenques como las que nos sobran aquí. No me importa desafiarles jactanciosamente ni encontrarme sola cuando revelen su verdadera naturaleza y así se lo hago saber.
La oscuridad inundaba las ruinas de la antigua ciudad, las claymores se mantuvieron en guardia, mirando cada sombra con desconfianza sin saber de donde vendría el ataque. Pero la noche era demasiado oscura para sus ojos y lo único que podían saber con certeza es que el ataque era inminente...
Fin del día 0