Partida Rol por web

David, que había sido uno de los participantes en la muerte de aquella vil criatura, se sentía satisfecho. Desde que falleció la Guardiana de los vientos todas las criaturas deseaban actuar para arreglar la situación pero hasta aquel momento, nadie había hecho nada, y ahora todo eran represalias.

-A todos aquellos que ahora lamentan la muerte de Lilith, quiero recordaros que los cinco de nosotros que actuamos lo hicimos por un bien común, pero vosotros, los que ahora os costernáis, habéis acusado y aunque no habéis actuado físicamente contra ninguno de nosotros, lo deseasteis, simplemente no habéis tenido el valor de hacer nada por ser minoría...-Argumentó David al ver todas las represalias que estaban recibiendo.

- Ahi he de darle la razon a Gnomo...

-  Vaya, vaya...el gnomito ya no está callado en su rincón ni canta su feliz canción....

La hidra de cinco cabezas mira con tres de ellas a la que había soltado el inusual palabro.
Una de ellas, la que parecía ser la lider comienza a enfrentarse a ella -Estúpida, cierra la boca y no digas más tonterias.
Si, ahora algunos desconfian de nosotros ¿quieres que ese malvado gnomo nos mate? -le pregunta la segunda amenazante.
La tercera de ellas trata de solucionar la situación tratando de explicarse -No le hagais caso, no sabe lo que dice. De pequeña se dió un golpe en la cabeza y desde entonces no atiende a lógicas. Ya lo habeis visto, intentó ligar con el gigantesco cánido de tres cabezas.

La cabeza parlante, viendose acosada por tres de sus hermanas, se recoje timidamente aunque no duda en volver a refutar sus anteriores discursos con otra inteligente aportación -¡Hermafrodita!

Puesto que nadie pareció oir mi petición, comencé a juntar un poco de hojas para cubrir aunque fuera parcialmente el cuerpo de la súcubo. Estoy con el primer puñado de hojas que he podido recoger cuando escucho al grupo otra vez lanzándose acusaciones unos a otros. El pequeño gnomo justificándose, el payaso riendo, la gran hidra soltando estupideces...

-Increíble... increíble como siguen con las mismas, increíble como el tiempo continúa en marcha a pesar de que una vida ha sido arrebatada-, pienso, negando con la cabeza.

Deposito el primer puñado de hojas sobre el cuerpo de la fallecida y me dispongo a seguir con mi labor, sin prestar atención al resto de los presentes, los cuales no me prestan atención a mí. 

-Es increíble, como las criaturas que se denominan a ellos mismos las más nobles, son las primeras en matar llegado el momento- Sigo pensando mientras dirijo mi mirada hacia David el gnomo y la pequeña hada Seelie.

Es más que probable que Medusa tenga razón. Nuestro destino aquí no es sólo encontrar a esas almas corruptas, sino parece que nos mataremos los unos a los otros hasta que esto acabe.

Unos se van, pero seguirán cayendo más a este paso…no nos podemos lamentar aquí de que hemos perdido a una. Porque seguimos sin saber nada de quien tiene poder para ir acabar con la guardia… y el quedarnos lamentándonos no nos va ayudar de nada.
Dejo de volar para estar en tierra un rato, tras no ver nada fuera de lo común.

Cuantas muertes serán necesarias hasta que el intruso o los intrusos sean descubiertos? Lo único que parece ser que podemos hacer es intentar no equivocarnos,,, dijo con resignación y tristeza mientras miraba el suelo.

A pesar de ser el príncipe del mal, a pesar de que otros lo negasen, Azazel lamentó la pérdida de Lilith. Así que sin dudarlo ni un instante se unió al Angel Caído para ayudarle en su empresa de tapar el cadáver. Nadie se merecía una muerte así. Fuera un súcubo o el mayor genio del mal.

Miró con odio a todos los allí presentes menos al Angel. 

Aquello no podía seguir así, tendrían que poder encontrar una solución... ¿pacífica? El príncipe del Infierno se había escuchado así mismo pensar esas palabras, algo había extraño en él. Estar rodeado de aquellas criaturas mágicas le había ablandado su llameante corazón.

La noche se hizo... y la visión se hizo menor... Era la hora de actuar para los intrusos...

Quienj sabe que se descubrirá cuando la luz del día despunte... lo único que os une ahora son las palabras... vuestras voces inconexas serán escuchadas en oscuridad mientras pasa la noche...

Ya era de noche y la gente estaba muy callada.

Chicos... Hablad... Me da miedo que esteís todos tan callados.

¿Qué estais haciendo?

Sirena miraba a un lado y a otro intentando ver lo que hacía el resto de la gente que estaba callada.

Tras caer la noche y apaciguarse la luz del bosque, David entró en estado de somnolencia. La conciencia le advertía que dormir en aquella situación rozaba los límites de lo incomprensible, ya que sin sus sentidos a pleno rendimiento, su exposición al peligro iba a ser mucho mayor, pero el sueño le invadía poco a poco y luchar contra el iba a resultar inutil, ya que acabaría sucumbiendo. David sin decir ninguna palabra se alejó un poco de los demás y se acurrucó en las ramas desmoronadas de un árbol. Cerró los ojos y comenzó a sentir como un estado de reposo invadía todo su cuerpo...

La noche caí ante nosotros y todos estábamos callados. Por lo que decido el volar nuevamente para no quedarme dormida y estar despejada. Así a la vez observar los gestos y comportamiento de todos los allí presentes.
Me doy una vuelta despacio mirando uno por uno y quedarme en el centro volando, ante lo que pueda pasar en esta noche tranquila que se avecina…

ARGGG!!!! NOCHE NO GUSTAR A GRAN MINOTAURO, NOCHE NO VER GRAN HACHA, NO VER GENTE MALA

Oscureció, pero yo me sentía como en la noche. Además mis niñas veían por mi.  Me voy hasta una roca y me siento a esperar al alba. No se oye más que los ruidos de pequeños animales y al hada revolotear por ahi. Parece nerviosa...

No creo que consiga pegar ojo esta noche, y además tengo ganas de que los que han tramado este encuentro cometan el más minimo error...

De la oscuridad se escucho la voz del demonio del miedo, que divertido escuchaba y se alimentaba de quienes temian la oscuridad, mas como parece que los necesitaría pregunto.
-Y si tanto miedo tenéis a la oscuridad, porque no pedis aquella que vela por los fuego fatuos que ilumine con su candil, ¿Lampade, podeis hacer el honor?-Pregunto sin malicia, al menos en su tono sereno de voz.

El Ave Fénix estaba tranquilo. Un aura de luz lo rodeaba gracias a su flamante cuerpo envuelto en llamas. Pero no conseguía ver mas alla de unos metros. Esperaba, tranquilo, a ver que ocurria al amanecer.

La noche envolvía a la Hidra y al resto de criatura. Poco a poco todas parecian tranquilizarse, comenzando a caer en un profundo sueño. Y la hidra no era una excepción.

Una a una las cabezas comenzaron a caer en un estado de sueño, mientras el cuerpo gigante de la bestia se tumbaba en el frio suelo. Solo una cabeza habló antes de dormir, una cabeza que podría haberse ahorrado la saliva -Pitágoras

Estaba anocheciendo, y con la ayuda de Azazel conseguimos cubrir la mayor parte de la súcubo. 

-Creo que ya está, por lo menos está mejor que sin nada- Le comenté.

Tras una leve inclinación de cabeza me retiré a un árbol cercano para descansar, el día había sido muy duro y mañana podría ser aún peor, necesitaba dormir un poco.

La noche fue pasando... y la luna cayendo...

Cuando todos estaban casi dormidos el día surgió del suelo... el sol aparecía en escena y fue entonces cuando los rayos del sol dejaron ver de nuevo un nuevo crimen... allí ... al lado de de la figura de la Guardiana de los Vientos apareció un cuerpo destrozado... 

Los jirones de chaqueta negra lo delataron... el cuerpo pertenecía a Bargas... el demonio del terror y pesadillas había sucumbido al ataque de los asesinos... y ahora su cuerpo roto y destrozado quedaba bajo la figura helada de quien os trajo en concilio...