Partida Rol por web

Bastet... si has podido hablar con Hypnos... ¿También podrías hablar con algún otro dios muerto?

Eso podría sernos bastante util en caso de que puedas usar tus habilidades con otros dioses.

-El tiempo corre y no tenemos nada, no hay acusados ni indicios de ellos, y muchos de los dioses siguen sin decir palabra.-La mujer se abanicaba elegantemente mientras su voz sonaba melosa y extraña.

-Que esta sucediendo ¿Acaso ya no nos hemos dado por vencidos?-Preguntaba detrás de su abanico mientras su cuerpo se movia pesada y cansadamente hacia una silla de marmol, preguntaba, pero realmente ni ella tenia algo claro. Tal vez el resto de asesinos se escondían entre los callados.

Kali se impacienta y se dirige Nyarlathotep. - Siento que hay algo raro en todo esto, somos pocos que hemos manifestado que poderes podemos usar con respecto al tema... Y los otros han callado... Mis cabezas no dicen ninguna palabra al respecto y no me alertaron del ataque que pude haber recibido... Es raro.

Yo.

Me pongo en pie y pongo mi mano sobre la piedra roseta, mientras esta brilla ligeramente y las palabras se mueven, pronuncio unas palabras en voz baja. Acto seguido miro a los presentes y vuelvo a vertir el Néctar en el interior de mi copa para beberlo de un sólo trago. Sacudo la cabeza por el ardor y sonrío, bastante más despejado.

¿Seguro que no deseáis? Oh, bueno. Yo ahora mismo estoy... Nublado para cazar traidores. De modo que mi voto va contra quien nuestra querida y caída, y traidora, Eris me ha puesto en contra. Sopesando, también, que intentó matarte delante de todos nosotros, exótica Kali.

Me vuelvo a la posición a la diestra de Caillech y me siento.

Quizás no te avisaron por que tu marido te salvó y no fué necesario. O quizás él mienta. Pero es tu marido, y confías en él. ¿No?

Sonrío con amplitud ante mis palabras, mirándola con serenidad. Suelto una leve carcajada.

Perdona, no debería de preguntar lo obvio. Posiblemente no fué necesario al resguardarte él con sus rezos. Espero que resguarde a algún otro inocente y así nos dé el tiempo para cazar a aquellos que desean terminar con nostros antes de que intenten terminar con él.

Extiendo mi mano hacia ella y él, con la copa vacía, a modo de ofrecimiento.

- Si confío en Shiva?... Obvio que confio en él... es mi esposo, por siglos... Que unión más sincera y eterna... Mira a Shiva - Porque no creo que después de tanto tiempo me ocultes algo, cierto querido?

Miró a Ra e inclinó la cabeza ante su padre -Si, puedo hablar con los muertos, pero mi vinculo se fija con uno cada vez, si hablo ahora con otro que no sea Hypnos, mi vinculo con Hypnos se anulara, y no podré volver a contactar con él, en cualquier caso, si tenéis preguntas o necesitáis que hable con otro Dios, no tenéis más que decirmelo- Miró a Anubis, estaba preocupada por su hermano.

Han caído otros tres, así que no habían acertado en su decisión el día anterior. Bajo la cabeza tras contemplar a todos los presentes. Sigue habiendo algún asesino entre nosotros, algún asesino especialmente inteligente que ha logrado disipar las sospechas. Y, seguramente, había caído más de un inocente en la votación. Suspiro y espero que Bastet se ponga en contacto con las víctimas.

Miró a Dioniso realmente sería -Eres muy listo, a nadie le has dicho que tienes presencia en el inframundo ¿desde cuando ese es tu poder? ¿se resistió mucho Hades a que se lo arrebatases?- lo miró fría.

Miró a los demás Dioses -He hablado con Hypnos como os comenté, y me ha desvelado que Dioniso tiene presencia en el inframundo, a todos os pregunto ¿es ese su poder? ¿le pertenece?-

Nyarlathotep bajo su abanico y sus cinco bocas hablaron de nuevo.
-Haces los mismo que el día anterior Chronos, solo te dejas ver cuando el día esta acabando y no hay nada de interés en tus palabras, tampoco parece que desees que esto se remedie, pero en cambio eliges como el resto. Una actitud cuanto menos cuestionable.

Se levanto de su asiento y sus tentáculos se pusieron de acuerdo para señalar al dios del tiempo antes, de caer de nuevo en su caos.
-Ha falta de pruebas con el resto, esta noche mi voto sera para ti y quiero que el resto conozca mis razones.

Dicho lo cual la mujer abotargada, volvió a ocultar sus voz y sentó de nuevo, mientras su mirada critica observaba a su elegido, por encima del abanico.

-Si así es como quieres que sea, adelante, Nyarlathotep. Sin embargo, lo creas o no, te diré que soy inocente. Prefiero mantenerme pasivo, observando cada una de las reacciones de los demás dioses, antes que enzarzarme en una acalorada discusión que podría llevarnos a sospechar de forma totalmente infundada en otro dios, posiblemente inocente. Como es más que probable que haya pasado hasta ahora con algunos de los caídos. - murmuro.

-Los inocentes, acogen la locura como su salvación, hablan e intentan razonar, pues son inocentes y no desean la muerte. Los culpables, están seguros de sus palabras y creen que serán escuchados porque la razón y la serenidad les acompaña-Contesto bajo su abanico, mientras este estaba siendo usado.

-Se muy bien lo que digo, soy señora de la locura y la razón.

-Dime una cosa, mi querida Nyarlathotep. Si hubiera tratado de convencer  a todos desde el principio de que soy inocente, ¿me habrías creído? No hace falta que respondas, estoy bastante seguro de que la respuesta es no. Pero tranquila, el tiempo pone a cada uno en su lugar. - sonrío. - Sé muy bien lo que digo, soy el señor del tiempo. - digo, en respuesta a su última frase.

Suelto una ligera carcajada ante las palabras de la diosa egipcia. Miro de reojo a Kali y decido no intervenir, aguardando la respuesta de su marido, de modo que inclino mi cabeza.

Nadie preguntó, y no lo consideré importante por ahora. No escuché nada que pudiera desvelar quién es, o no, culpable.

Me encojo de hombros y retiro la copa que ofrecía a Kali y a Shiva, aunque no la lleno. Niego con la cabeza, con una ligera pesadumbre.

Puedo escucharles desde poco después del primer amanecer, aunque poco tiempo me resta ya de poder hacerlo. No pertenecía a Hades. Me fué, en cierta medida, otorgado por su poseedor orignal, el cual no era mi querido Hades.

Sonrío ampliando ligeramente más mi sonrisa. Escucho la conversación entre los otros dos dioses.

Adoro la locura y el éxtasis.

Son mis únicas palabras, que consiguen que mi sonrisa vuelva a ser más sincera.

-Mis sospechas no hubieran caído en ti, si como el resto hablaras con los demás y no te limitaras a mirar como hacen Posesion u Odin, aunque estos a diferencia de ti, esta claro que no les importa su final, pues ni siquiera votan a su culpable.-La voz salio de ella pero como paso la primera vez ninguna de sus bocas parecía hablar pues solo se retorcían y se movían sin sentido o razón, ahora la protección de su rostro, estaba en uno de sus gruesos y blandos brazos.

Kali mira con extrañeza las palabras de Dioniso, y ni se preocupa del desagrabio recién percibido. - No entiendo que intentas decirnos Dioniso... Pero por ahora confío en ti asique no indagaré más en interpretar tus palabras. Luego dirije la vista hacia Shiva. - Amado mio, volviste a caer en trance que no respondes nuestras preguntas?.

Pregúntame lo que desees, Kali, y responderé.

Le sonrío con delicadeza.

Sencillamente, como bien dice la diosa felina, ahora mismo una parte de mí se haya en el inframundo. Un don que no es mío, y que me ha sido, en cierta medida, otorgado por su propietario original.

Kali, querida, realmente creía que no tenía que responder a semejante pregunta. Si bien es lo que necesitas, aquí te hablo.

Mi poder va más allá de rezar por un alma caída. Pero no, no lo revelaré ahora. Lo siento. Es de vital importancia que mi silencio ahora se haga presente. Cuando haga uso del resto de mi poder, lo diré.

Permanecí atenta a las diversas conversaciones que habían surgido desde el último asesinato, especialmente atenta a la conversación de Dioniso que tras su supuesto poder, ahora todos los ojos miraban a él con cierto recelo.

Decidí seguir observando las reacciones de cada uno de los que se dudaba..thor, shiva, Dioniso....quería estar atenta ante cualquier acción que me hiciese ver que entre ellos había un culpable. Aunque intentaba negarme a mi misma de la posible culpabilidad de Dioniso, sin entender porque motivo lo hacía.

No puedo evitar sentir la mirada de Caillech y me giro para mirarla, rápidamente me coloco a su lado con una sonrisa tranquila mientras poso mi mano en su gélida mejilla, aunque apenas las yemas de los mismos.

¿Sucede algo, hermosa Cail*? Pareces preocupada.

Mis ojos buscan los de ella en espera de su respuesta. La preocupación se puede notar en mi voz sin necesidad de esforzarse en lo más mínimo. Pese a mi voz, mi sonrisa tranquila permanece en mi rostro. Unas zarzas salidas del suelo sostienen la copa vacía y mi vial.