Partida Rol por web

Mezclando mi sangre y mi saliva, junto a la poción que genero desde mi propio interior, penetra firmemente en Bastet. Ahora ella podría vivir, y mi alma estaría en paz con ella. Sonrío, las deudas siempre se pagan.

Espiaras esta noche?

Deambulo de lado a lado presa de mi insomnio, me choco con alguna que otra columna mientras mi pensamiento se enmaraña: Ahora irán a por mí, me van a buscar. Aunque con fortuna tan sólo me buscarán por los cuartos de las diosas. Observo el sueño de la serpiente emplumada... Es magnífico. Y a él le debo mi vida. Paso también por la habitación de Asclepio, quien duerme agotado tras su último uso de poder. Eso significa que ya no podré volver nunca más. Agacho la cabeza y sólo me resta poder salvarme hoy y poder terminar con esta masacre. Casi arrastrando mis pies, sabiendo que mi querida y pura Caillech terminó en el bando de los traidores, sintiéndome sólo, termino observando a Shiva, quien está casado con la exótica Kali, quizás él ha tenido tiempo de disfrutar de su vida en pareja... Yo no. Y posiblemente no lo tendría. Pero mis pies me traicionan, y a pesar de saber que está en mi habitación termino por observar a Bastet dormir, tan plácida, le acaricio la mejilla, pues aunque mi muerte me dá igual, no deseo que ella caiga. Beso su frente y caigo entonces en que debería de ir a ver su hermano. De camino paso frente a la habitación de la diosa Atenea e inclino mi cabeza, ha hecho cuanto está en su mano. Está claro que pronto comenzará el acto final, pero entonces lo escucho. Es el final. Miro alrededor, esconderme no basta. Sólo se me ocurre una idea, tan loca como improbable: Hago crecer varias viñas espinosas llenas de uvas, algunas explotan dejando un líquido por el suelo, mientras cojo un racimo y lo estampo contra mi pecho y meto varias uvas en mi boca, las masco para que corra el líquido rojizo desde mi boca, me tiro sobre la vid más cercana aunque me raspe y entorno mi mirada. Definitivamente he muerto, aunque la batalla ha sido cruel. Puro teatro... Sus pasos se escuchan más cerca, su sombra se cierne sobre mí...

Deambulas por doquier y vas a buscar a quien quieres: A Anubis. Lo ves,cavilando en su locura,vienmdo quien sera su objetivo. Un aura de maldad lo rodea

Mis palabras resuenan con eco mientras algunas plantas crecen alrededor de Ra, inyectándole la vitalidad que necesita. Es algo temporal, pero necesario. Con él, todos los dioses egipcios estarán entre los vivos.