No Thor, no robo poderes, más bien los adquiero de forma mímica durante una noche. O al menos así lo creía, porque en estas 2 últimas manifestaciones, parece que o bien pienso como ellos... o ellos acaban pensando como yo.
-Ok Quetzalcoatl, sólo lo dije porque si era de sabidas te pediría que lo hablases con la persona, para asegurar el uso más justo de sus habilidades...¿que poderes has manifestado desde entonces? Puede que ello nos de alguna pista...Hoy fue el de Atenea y declarasteis inocente a Nyarlathotep, otro día fue el de Kali donde la ira os cego y acabasteis con cronos, que más poderes has sentido?
El de la primera noche me reservo que poder fue, luego como ya dije fue el de protector, que usé para intentar proteger a Atenea porque tenía claro que ella era inocente. Y los 2 siguientes ya los he mencionado, así que no se si es casualidad o sólo puedo adquirir poderes de los que aún están entre nosotros, así que si llego con vida a una próxima noche quien sabe si será uno de los poderes de los presentes en vida, o podrá ser el de uno de los que están en el inframundo. Tales poderes empezaron a manifestarse una vez nos encerró aquí el Demiurgo, así que no se si está enlazado con todos los presentes el primer día o sólo con los vivos en ese momento. - comentó Quetzalcoalt.
Ante esas palabras pensé que se trataba de un gran poder, aunque en cierto modo peligroso...
Me mantenía pendiente de cada una de las conversaciones abiertas entre la serpiente alada y los demás dioses. Poco a poco Atenea estaba analizando a cada uno de los presentes, poco a poco se estaba cerrando el círculo. Esperando que por fin se diera la caza de los traidores decidí recostarme en un diván de hielo y escuchar a los presentes.
Nyaruko seguía enfadada con aquel que había cambiado su voto sin su consentimiento, pero después dos de los presentes destaparon algo que ella conocía muy bien.
-Pues claro que no soy culpable, nunca lo he sido, y deberíais confiar mas en... EL caos REPtante.-Definió con palabras enigmáticas su ser.-Pero habéis desperdiciado una gran oportunidad de conocer al un verdadero traidor.
Después se giro a Atenea con cara alegre y con un dedo en su mejilla derecha.
-Debo proteger la galaxia de intrusiones no deseadas, es evidente que mi poder a de ser igual de importante.-Dicho lo cual se encuadro delante de ella.
-Pero solo lo usare para el bien.-Termino con una pose al mas puro estilo justiciero japones.
Nyarlathotep, me alegro que seas inocente, pero en lugar de quejarte agradece a Atenea que te defienda digo con serena pero seria.
Miro luego a la serpiente emplumada. Entonces Quetzatcoal, ¿cada día puedes mimetizar el don de un dios distinto a tú elección? pregunto con tono de curiosidad
Se agacho para mirar las canillas de Asclepio y luego alzar su mirada, su mechón que coronaba su cabeza se puso tieso.
-Agradecer por que, ¿Por no confiar en mi? A sido una tonta por desconfiar del caos reptante, no le agradeceré nada, en todo caso le tendrían que agradecer los traidores por perder una oportunidad mas.-Hablo muy seria, por primera vez, desde que tenia ese aspecto.
Después se incorporo y volvió a su mirada normal, estaba vez de reproche, pero sin aparente acritud
-Y bueno, ¿No va ha confesar nadie quien me cambio el voto? Quien lo haya hecho que lo piense bien, si ese es su único poder, confesándose le librara de futuras miradas como posible traidor.
Disculpad mi impaciencia pero temia que mi poder no funcionase si esperaba demasiado en usarlo, los nervios me hicieron fijarme en la apariencia y decidí atacar al antiguo monstruo de enorme lengua, ruego que perdones mi osadia.
Atenea, no te disculpes, bastante duro debe ser tomar esa decisión
Dirigí mi mirada hacia Nyarlathotep...
Estoy dudando si deciros algo, pero me expondría demasiado, aunque puedo que resolviéramos parte del entuerto de los votos. Estoy indeciso. Si me hubieran observado mi interior hubiera hayado la respuesta.
No sé muy bien si contaros parte de lo que he notado desde que stoy aquí, entre ustedes...