No temas Caillech. Soy alguacil... quizás estés de suerte. Dijo sonriendo mientras miraba a su compañera "loba"
- ¿Sí? te estaré eternamente agradecida Anubis- dije con una reverencia-sé que no me libraré mucho más, pero agradezco tu intención. Estoy en el punto de mira y a todos no vamos a poder matar antes de la próxima sentencia- dije finalmente-.
Así, con esa aptitud no llegarás a ningún lado. Debes ser más positiva y contribuir a nuestra causa. Anubis cerró los ojos, como molesto por el comentario de su compañera. Que poderes tienes bella Caillech?
- ¿Poderes? los perdí tras mi regreso, Dioniso se hizo con ellos, era medium, tenía la capacidad de comunicarme con los muertos y tenía la habilidad de intercambiar dos almas, uno vivo por uno muerto- dije cabizbaja-. Me siento inútil por no poseerlos, podría hacer más cosas por nuestra causa, ahora solo puedo utilizar la palabra para no dejarme vencer.
Los cambios en Anubis era más que claros. El dios se había vuelto un demente y mientras se relamía sus labios huesudos y necróticos, se acercaba con una mirada lasciva a Caillech. No solo hablar... puedes hacer más cosas... dijo mientras su lengua jugueteaba con los ya dichos labios. Pero algo lo bloqueó momentáneamente. A su mente le asaltaron los recuerdos de su familia egipcia, su padre, su madre, sus hermanos/as... y como los había traicionado. Se retiró de Caillech con las manos en su cabeza mientras gruñía. Malditos remordimientos...
El rostro de Anubis cambió, se acercaba a mí de manera intimidatoria, pero tras unos pasos se agarró la cabeza y gruñó mientras decía algo entre dientes.
- Anubis claro que puede hacer más cosas de las que tú ni siquiera te podrías imaginar, pero te aconsejarías que no me pusieras a prueba. Ahora somos compañeros y al igual que tú deseo terminar con todos y obtener lo que tanto ansiamos - decía mientras me acercaba insinuante hacía él-
- Creo que deberíamos acabar con Atenea como dijimos anteriormente ¿Que opinas Anubis? -dije mirando al Dios que se debatía con el mismo con pequeños gruñidos-
Atenea... acabemos con ella dijo el dios chacal, recomponiendose de sus dolores.
Al intentar atacar a Atenea un resplandor te hace su presa. Tus manos se convierten en piedra,por fortuna tu poder divino es capaz de parar la petrificación y se queda solo en los dedos.
Esta semana no puedes votar.
Me cagon to xD no paran de revivir xD
Querido Anubis,es hora de saciar tu avaricia. ¿Quien sera tu victima?
Narrador, esta vez no quiero ejecutar a nadie, así si Atenea me "examina" debería ver que no hice nada en esa noche, ¿cierto? ¿o me equivoco? xD
Ando un poco perdido con esto de los días y demás xD Tendré que arriesgarme.