Partida Rol por web

¿Perro acorralado? Como te gusta equivocarte Dionisio. Mi hermana no es una traidora, justamente lo dice para salvarme y se perfectamente que no la votareis, pues sabéis que ella no lo es. ¿Para que debería preocuparme? ¿Pedir un día más para que Atenea la investigue? ¿Acaso yo debo exigir algo así cuando sois vosotros quienes no paráis de examinar a la gente? Sería extraño que no examinarais a mi hermana si creéis que es una asesina... pero no es así, no lo creéis... Pensáis que es una treta para sobrevivir yo y sacrificarse ella Anubis miró a su hermana y le sonrió Te agradezco tú... sacrificio. Pero hermana, deja de decir que eres una traidora, no servirá de nada. Aquí nuestros compañeros dioses seguirán pensando que yo soy el traidor y que tú intención es salvar mi vida. 

Tras eso sonrió nuevamente y miró a los demás dioses: No voy a caer en vuestro juego. ¿Decir que soy un traidor? ¿Para salvar a mi hermana? ¿Es que acaso vais a ejecutarla? Me gustaría ver eso, ¿sabéis? me gustaría ver como asesináis a una inocente que solo quiere defender a su hermano. Espero que os quede claro: ni Bastet ni yo, Anubis, somos asesinos...

Niego con una mano.

No todos lo ven todo tan claro como yo. En cualquier caso, la decisión ya está tomada. Pronto el Demiurgo sellará el destino de uno de nosotros y, quizás, nos liberemos todos. O, quizás, no.
 

Esta bien. Dejemos que el Demiurgo elija según los votos, y que el destino haga su sentencia según lo que tenga escrito. Anubis cayó tras esas palabras. Se dudaba si volvería a hablar después de todo.