El cuerpo espectral de Dioniso se hace tangible en el mundo de los muertos. Teneis un nuevo compañero entre vosotros.
Mi cuerpo se materializa y suspiro.
Maldita sea... Mi querida Palas... Eso sí que no me lo esperaba.
Sonrío abiertamente.
Bienvenido seas Dioniso, aunque a ti no te hemos hechado tanto de menos por aqui. Le digo al Dios griego, mientras le sonrio.
¿Sabéis por qué se desconfía de Chronos? Pregunto con voz neutra. No sé, es de alguien del que yo no había considerado sospechar... pero ahora que lo veo, no me es del todo descabellado.
Que estupidez. Bajo la mirada y me encojo de hombros. Por lo que me acabas de decir, es obvio que no es uno de los asesinos (o ÉL asesino). Los asesinos tienen que estar atentos a todos los detalles, tienen que asegurarse de controlar la situación. De cualquier manera, si lo hubieras dicho quizá te hubieses salvado de la muerte, Dioniso.
No es la muerte lo que me preocupa, querida Eris.
Respondo, dedicándole una tranquila sonrisa.
Tu poder me obligaba a intentar destruir a Anubis para poder dejar mi alma en paz. Las opiniones estaban muy divididas y lo ví un momento propicio, pero el destino ha deseado favorecerle a él. Como bien dices, no puedo condenar a quien no sé culpable o que se salvará.
Dionisio, al ultimo que esperaba ver aquí es a ti como residente fijo, pero caemos como moscas y no podemos permitirnos tantos juicios de valor, la justicia no es algo que podamos permitirnos y tu sabes que no me equivoco Dionisio, el problema es precisamente que todos de repente les surge la necesidad de la justicia y durante siglos se han permitido actuar por sus egos y caprichos. Ahora es elmomento de ser irracionales y no guardarnos de nuestros deseos, buenos o malos. Me voy a un ricón a sentarme algo pensativo.
En una explosión de arena y oscuridad el padre del tiempo hace su aparición. De la oscuridad también surge Hypnos con los ojos rojos de haber tenido un largo sueño
Bostezo pesadamente.
-Vaya, parece que ya no le gusto a la diosa gato.
¿A qué te refieres, Hypnos? Habla. Ordeno con voz tranquila. Decirnos que pasa entre los vivos.
Se cansó de jugar.
Respondo con una sonrisa amigable.
Querida Eris, él estaba preso de la diosa felina.
Hypnos gracias por lo que hiciste.
Chronos mira a su alrededor y suspira.
-Vaya, al parecer yo también he caído. No debí intentar espiar a los culpables. Al menos espero que mi discurso seguido de mi muerte les haya hecho pensar. - murmuro sin dirigirme a nadie en concreto. - Saludos a todos.
-Y me temo que usó mis palabras en contra de Dionisio para acabar con él.
Miro a Ares y niego con la cabeza.
-Cualquiera hubieseis hecho lo mismo si hubieseis visto llegar el ataque... Por ahora nos están acribillando a los griegos...
Vilmente, además, querido Hypnos. Pero no importa, estaba protegiendo a Anubis, yo lo hubiese hecho en su lugar.
Miro a Cronos e inclino mi cabeza.
Sí, supongo que tienes razón, querido Cronos. Espiar no siempre es bueno... ¿Cómo funciona eso?
Sonrío débilmente.
-Tú, entre todos los dioses, ¿me preguntas eso? - no puedo evitar esbozar una sonrisa. - En fin, cambiemos de tema. En vida, escuché que uno de los presentes tenía la posibilidad de comunicar el mundo de los vivos y de los muertos. ¿Cómo funciona?
Ya no importa, el asesino o los asesinos se saldrán con la suya.