Partida Rol por web

De repente se escucha más jaleo de lo normal. Me desconcentro y me giro para ver de dónde proviene.

Para mi sorpresa, veo a Ismael y a otra chica, la nueva, corriendo hacia el bosque.

¿Qué demonios hacen? Eso no es propio de Ismael...

Entonces escucho las advertencias de dos de los prefectos, mientras los otros dos saltan y corren en dirección a Ismael y la chica.

¿Pero qué está pasando?

No sé qué es lo que está pasando, pero desde luego confío en los prefectos. Ya me contará Ismael luego en clase lo que ha pasado.

Me giro para mirar a Cielo y Nina.

-Yo haría caso a los prefectos. Mejor no movernos de aquí. Ya nos contarán lo que ha pasado después.

-¿Qué trampa? -cuestionó Sophie, preocupada, antes de ver por el rabillo del ojo como otro alumno se unía a ellos. Dio un tirón a la mano de Chris para soltarse- Sigue, te alcanzo ahora con la aparición -dijo simplemente.

-¡Eh, eh! Ya has oído a los prefectos de Slytherin y Huffleppuff, atrás -dijo alzando la varita en dirección a Flamel, con la mirada seria fija en sus ojos- . Vuelve al carro o los puntos para tu casa será el menor castigo que recibirás... ¡venga, arrea! -insistió, sin bajar la varita, frunciendo el ceño. Tan pronto como Artemis se diera la vuelta y volviera, ella misma se internaría en el Bosque.

No había sufrido ningún percance grave... relativamente. Para empezar, sus fabulosos instintos y reflejos de dibujante la obligaron a proteger sus posesiones más valiosas: mientras la barca volcaba, agarró la mochila y la elevó tanto como pudo. ¡Ah! Antes de que pudiera darse cuenta, se había sumergido entera en una oscuridad desconocida para la niña de ciudad, y en un frío empapado que le entraba por los poros como energía natural en modo sannin. Tuvo la absoluta seguridad de que iba a morir cuando notó el peso de las gafas desapareciendo, pero la inminencia de su muerte se alargó un poquito más al darse cuenta de que no veía bien. Porque entonces, su nariz ya estaba fuera del agua, y solo un 75% de su mochila se había mojado. ¡Mis... gafas, libretas, lápices, ukelele... cosas!

Cosa es una palabra muy curiosa. Cuando informaron a Abi de los sacrificios que implicaría mandarla a Hogwarts, le habían dicho una frase que contenía esa palabra, para que no se sintiera tan mal:

Solo son cosas, Abi.

Se fijó en una cosa: su mochila-hamburguesa flotaba más que ella. No mucho más, pero la cantidad de plástico que llevaba la fibra sintética de su merchandising la hacía relativamente impermeable, y la compartimentación de ensalada, queso, y carne, le proporcionaba un buen porcentaje de aire. Y todavía en otra: figura humanoide. Sin gafas, y además a oscuras, no llegaba a distinguir más que eso. Levantó su mochila, alejándola tanto como le era posible de la superficie acuosa. ¡Agárrate a mi mochila! La agarró fuerte de un extremo, y la posó suavemente en el agua sin soltarla, como las patas de un insecto zapatero. ¡Es redonda! Por algún motivo, eso era bueno. Así, pensaba ella, al menos no se separarían, y podrían luchar juntas contra la corriente.

Por suerte para ella, con tanta agua y oscuridad nadie lo notaría, pero estaba llorando. Mucho. ¡Bubble Shield! Porque tampoco perdía nada intentándolo.

Estaba absorto en mis pensamientos. Aun no sacaba de mi mente ese desgarrante grito de ayuda que, aparentemente, había escuchado solo yo. Pensé que quizás solo me lo había imaginado, quizás estaba cansado por el viaje y mi mente me estaba haciendo una mala jugada "Si, quizás habrá sido solo mi imaginación".

De repente, desde fuera, se escuchó un ajetreo. Aris advirtio ver que una estudiante se había adentrado al bosque y al parecer Ismael, el chico Slytherin de mi curso, la había seguido; tras ellos habían ido Chris y Sophie. Habrán escuchado lo mismo que yo? sino, porque adentrarse al bosque prohibido tan de repente.

"Entonces quizás no haya sido solo mi imaginación" Me quito mi túnica y de un tirón la corbata roja y dorada, dejándolas en el asiento. Rápidamente, y sin decir nada, salgo a escondidas del carruaje y me escabullo por debajo de este.

Mi canción se cortó en el momento en el que me acabé cayendo al agua, dado que no podía cantar bajo el líquido; lo sabría yo que intenté cantar en la bañera. Lo que esperaba del Lago Negro bajo el agua tampoco fue algo que me esperase... ¿Por qué había tanta basura debajo del agua? Si es que era una sinfonía bastante... asquerosa en sí. Tendría que ver como ir limpiando poco a poco esas incoherencias musicales para devolver la sinfonía a su música original.

Pasé a volver a la superficie, dando patadas en el agua para mantenerme a flote. - Un poco de sinfonía mojada, pero estoy bien... Pero una sinfonía distinta esta... - Dije, notando el temblor en el agua, pero mi futuro compañero ya se había vuelto a meter en el agua. ¿Qué debería hacer? No podía dejarlo solo... Pero ese temblor me daba cierto miedo. Volví a internarme en el agua, intentando ver lo que estuviera viniendo, y quizás así intentar indicarle a mi compañero que debíamos marcharnos al bote rápidamente...

Esperaba que no fuera nada malo...

"Tengo que saber qué era eso que escuché" Pienso para mis adentros mientras me escabullía, a gatas, por debajo del carruaje, hasta quedar en la parte trasera de este. 

Tras recomponerme y sacudir la tierra de mi pantalón, hago que, tanto mi contextura como mi rostro, tomen la apariencia de uno de los prefectos que no había salido de su carruaje. Rodeo a escondidas el carruaje del que había salido, hasta estar entre este y el de los prefectos.

Aprovecho el descuido de los prefectos, que tenían su atención en Artemis, y me abalanzo andando rápidamente al bosque, intentando, con mi nueva apariencia, pasar inadvertido frente a Evan y Sophie, esperando ser lo suficientemente rápido para que no les de tiempo de sospechar del engaño. 

"Gracias Arti, te debo una" Pienso mientras pasaba junto a ellos, yendo en dirección hacia donde habían ido Chris y los demás chicos.

Adelante úsala y ya verás lo que ocurre, conoces las reglas no puedes hechizarme o te meterás en muchos líos Mason.

¡Venga dale! Es más, ni voy a sacar la varita. - le increpo a Sophie sin bajar la mirada. - Ahora, puedes seguir perdiendo el tiempo o permitirme ayudarlos y terminar esto rápido.

¿Y bien Mason?

De pronto noto a Isma correr hacia el bosque con la nueva, normalmente lo aplaudiría pero el bosque prohibido es peligroso. Además estaría cometiendo una falta que restaría puntos a la casa.

Pero era Isma y, si realmente tuviese que cortarse un dedo por alguien de Hogwarts, ese sería su amigo Ismael. Por idiota que fuese algunas veces.
Como agravante no había sido el único: Artemis se había bajado y se había puesto a discutir con la preceptora de la casa Ravenclaw, y el imbécil de Tate también se había lanzado a la carrera con un conjuro poco sutil. No pensaba hacer lo mismo que ellos, eso sería un peligro poco juicioso.

-Mierda- dijo al ver correr a tantos hacia el bosque -Me van a tener que cubrir con su hermano, pero más importante: recuerdenme matar a Ismael...-.

No creo que los hermanos Miller entendiesen lo que sucedió a continuación pues seguramente solo habrían visto una cabeza girar. Al instante siguiente Migue se difuminaba en el aire gracias a una poción que no habían visto. No lo vieron saltar del carro, la noche, aun despejada tras la lluvia, no era óptima para ver a otros.

A medida que corria como loco hacia el bosque y alcanzaba a Tate debido a no precisar ser sutil, las manos del joven mago tanteaban las pociones que aun llevaba.

-¿Estás loco o te drogaron? Al menos conjurá tu escoba- escuchó una voz cerca Tate -Hay encantamientos para ver en la oscuridad...-. A la par que lo decía lamentaba no haber llevado más Lechuzapias, pero nadie podría haber previsto aquello.

Al gusto a pollo con cerezas de la poción de invisibilidad se sumó uno a tierra y hierba recién cortada. Su vista se adaptó a la noche y su oído comenzó a detectar los más ínfimos detalles.

Todo era caos a nuestro alrededor. Las olas balanceaban el bote, y el agua caía sobre nosotros. Pronto estuvimos calados de arriba abajo.

Marcus actuó de forma muy extraña: Mantuvo completamente la calma, y de repente comenzó a cantar una canción que yo no había oído jamás. No supe cómo reaccionar a eso.

Continué abrazada a Ovlac con todas mis fuerzas, pero la barca se agitaba cada vez con mayor violencia, hasta que una ola que me dio directa en los ojos, combinada con una fuerte y repentina sacudida, hizo que me soltase por un momento. En esos momentos no podía ver nada, y antes de poder orientarme, noté cómo el bote se volcó completamente, lanzándome al agua.

El agua era gélida, y la oscuridad apenas me permitía ver nada. Lo único que distinguía era una figura cerca de mí, pero no acertaba a distinguir quién podía ser. También me pareció que esa persona sostenía una especie de flotador.

Nadé hacia arriba con todas mis fuerzas, y me agarré al flotador. Sin embargo, pronto noté que algo tiraba de mi pie. Lo agité violentamente, pero fuera lo que fuese no me soltaba, y no me dejaba salir a la superficie. Traté de gritar, pero lo único que conseguí fue soltar unas burbujas por la boca. Moví los brazos con todas mis fuerzas, desesperada, pero era en vano.

Tras lo que pareció una eternidad, empecé a notar cómo me fallaban las fuerzas. Nunca iba a salir de ahí. Nunca llegaría a conocer el mundo mágico. Nunca volvería a ver a mi hermano, a mis padres, o a mis amigos…

Tu oído se agudiza, intentas encontrar de nuevo la voz o un rastro que pueda indicarte donde está la persona en peligro. Pero algo te asusta.

Te has equivocado de camino, la respiración de la chica suena muy lejana pero no es eso lo que llega a atemorizarte.  A lo lejos, quizás a varios kilómetros una respiración pesada resuena por todo el bosque. Quizás un simple mago no pudiese detectarlo pero tú sí. Esa bestia desconocida, es grande. Muy grande y pesada. Jamás habías escuchado algo así. No puede ser un animal corriente, ni un enorme oso respira así, es mucho más grande.

Chris escucha en silencio los palabras que Artemis le susurra en el oído sorprendido. Intenta meditar cual será la mejor opción, sin duda el muchacho les sería de ayuda pero la idea de poner a su amigo en peligro le atemoriza. Artemis no está preparado para entrar en el bosque prohibido aún no.

- Baja la varita Sophie.- Murmura soltando la mano que le agarraba.- Por favor, mantened ambos la compostura. Artemis aprecio de verdad tu ayuda, pero vuelve al carro. Yo puedo controlar esto sin problemas.

Él apoya su mano en el hombro de su amigo, sabiendo que su actitud puede enfadarle pero no quiere ponerle en peligro. Nadie está preparado para ir al bosque prohibido, quien sabe cuantas bestias y seres oscuros habitan allí.

- Vuelve y cuida de mi hermana, por favor.

Artemis se siente confundido, incluso algo mareado, ¿Qué ha pasado?

- Mierda Sophie...- Murmura Chris irritado por la actitud impulsiva de su amiga.- No tenías que haber hecho eso. Esto tendrá consecuencias.

Artemis quieres volver al carro, es lo que más deseas en el mundo en este momento. Sabes que es lo mejor para tu casa y lo más seguro para ti. Debes volver a tu carro.
 

Ovlac vuelve por el pez atrapado, pero no le da tiempo a liberarlo. Un enorme tentáculo lo agarra por la cintura y lo expulsa hacia el exterior.

Las aguas están tan oscuras que apenas puedes distinguir algo, en la lejanía puedes ver una especie de cola larga, grande y de color blanca. Parece la cola de una sirena.

Pero no te da tiempo de nada más, un enorme tentáculo rodea tu cintura y te manda al exterior.

Por mucho que Abi intenta ayudar a su reciente compañera, es incapaz de salvarla. El aire se escapa de sus pequeños pulmones tan deprisa que comienzan a ver borroso.

Dos enormes tentáculos las agarran por la cintura y de un suave tirón parte el alga que agarraba el pie de la joven bruja, para acto seguido llevarlas hasta el exterior.

Los tentáculos os expulsan al exterior, posicionando vuestros pequeños cuerpos con delicadeza sobre la arena de la playa, donde todos los nuevos alumnos y Hagrid os observan, algunos preocupados y otros con fastidio.

- Chicos, ¿Estáis bien? ¿Os llevo a la enfermería?- Os pregunta preocupado Hagrid de rodillas a vuestro lado.- ¿Qué ha pasado?

Ambas chicas observan todo en silencio, sin mover ningún músculo.

- ¡Eh, tú pelirrojo, vuelve al puto carro ahora mismo!- El grito de Evans suena alarmante. No hay nada que enfade más al prefecto de Slytherin que un Gryffindor desobediente.

- El dragón está lejos, ¿verdad?- Pregunta Cielo observando a Nina, la cual asiente pero no añade nada más, esperando ver como transcurre los acontecimientos.- Quizás deberíamos advertirles ahora que hay un dragón...

- ¿Estás loca? Por supuesto que no diremos nada, ninguno de los tres.- Bufa Nina volcando los ojos.

Por un momento, me pareció ver algo... ¿Una sirena? A lo mejor podría cantar con ella alguna vez, pero de repente algo se aferró a mi cuerpo, un tentáculo. El grito que hice de sorpresa y algo de miedo, no esperaba eso en absoluto y temía que acabara en lo más profundo. Sin embargo, en vez de ir hacia abajo, iba hacia arriba, hacia la superficie y pronto acabé en la orilla, intentando respirar por un momento, pero pronto pasé a recuperarme.

- El barco zozobró, sin saber por qué, y caímos al lago. Vi Un montón de basura en el lago... También una cola blanca... como de sirena. Y un tentáculo me trajo aquí. - Dije, intentando levantarme aunque estaba cansado después de todo esto. La primera lechuza para mi padre iba a ser bastante entretenida... Y posiblemente acabara con una llamada a mi futuro jefe de casa para ver que demonios había pasado en sí. 

- Abi, Alice, Jaure, ¿cómo estáis? - Pregunté, acercándome a ellos para intentar ayudarles a levantarse, o ver si necesitaban alguna ayuda en sí. La música ahora mismo era una que necesitaba un reposo pronto en sí... Sobre todo porque yo mismo me sentía con ganas de entrar en la cama para dormir, aunque con hambre.

Evan no es capaz de distinguir con la mirada al alumno que corre hacia el bosque, te has disfrazado de Pendegast pero has vuelto tu rostro para que no se diera cuenta de nada. Tampoco se da cuenta que Migue desaparece con ayuda de una pócima. 

Una voz al lado del Tate le alerta.

-¿Estás loco o te drogaron? Al menos conjurá tu escoba- escuchó una voz cerca Tate -Hay encantamientos para ver en la oscuridad...

Reconoce la voz al momento, Migue lo ha seguido corriendo todo lo que ha podido de forma astuta, mientras los hermanos Miller los cubren todo el tiempo que puedan. Pronto observan a lo lejos a Sophie, Chris y Artemis discutir. La prefecto de Ravenclaw lanza un hechizo sobre Artemis. Será mejor que no os vea, ella podría distinguir que no eres su hermano con facilidad.

Si os adelantáis a ellos, pronto llegan a un cruce de caminos: Uno hacia la derecha y otro a la izquierda.

¿Cuál deciden tomar?