Partida Rol por web

La música de aquella chica... Era bastante rara. No era nada agradable en sí, como si fuera algo de una película de terror que vi una vez. - No pasa nada... - Dije, entrando en el baño para cambiarme rápidamente, dado que no quería hacer esperar a Abi y a Dulce, y encima ya casi estaba terminando el viaje. Pronto pasaríamos a estar en Hogwarts, así que pasé a vestirme lo mejor que pude, pasando a terminar e ir al vagón donde estaba con Abi y Dulce.

- Ya estamos llegando. ¿Preparadas? - Dije, recogiendo las dos ranas que no me había comido, junto con la tarta de melaza y me termino de beber el jugo para estar completamente listo, asegurándome de tener todo listo. Varita guardada en su funda al alcance de la mano, dulces en bolsillos, ropa en el baúl... ¡Todo listo!

— ¿Presión? ¿Por qué lo dices? Es sólo una escuela, ¿no? No creo que sea más dura que cualquier otra. —La chica me estaba empezando a hacer sentir realmente mal. Esperaba que esta chica fuera una excepción y que los demás alumnos no fueran como ella.

— ¿Sangre sucia? —Aquello ya era el colmo. Me levanté del asiento y la miré fijamente, furiosa—. Perdona pero yo no te he insultado en ningún momento. ¿De qué vas? ¿Te crees mejor que los demás? Si sólo has venido a burlarte de mí, te invito a que te busques otro vagón. No quiero estar con alguien que se mete con los demás porque sí.

Parecer que ya estamos por llegar. ¿Iris necesitas ayuda con tu equipaje? - pregunto con amabilidad mientras abro mi rana de chocolate, listo para cogerla al vuelo.

Yo este año me postulo para guardián, sólo vean como he pulido mis habilidades, con esta ranaffle... No aparten la vista o se lo pierden. - anuncio mientras me dispongo a cazar mi rana de chocolate.

Lentamente abro sólo dos solapas de la caja reduciendo el campo de acción de la rana y cuando esta asoma, la cojo rápidamente y para la boca.

No te imbas a esccapar. - digo con chocolate en la boca. 

Perdon chicos, pero estas ranitas son muy inquietas, jejeje.

Una vez con la rana camino a mi estómago, mi túnica bien puesta y mi equipaje a mano, espero la respuesta de Iris por ai necesitaba ayuda con su equipaje.

-No te podrás deshacer de tu buscador estrella- Me regodeo inclinandome hacia adelante y expresado una sonrisa.

-Además, estuve practicando la maniobra Tate todo el verano- Recuerdo haber hecho esa maniobra en un partido contra Slytherin el año pasado, en un intento de capturar la Snitch; sin embargo, lo único que conseguí fue un brazo roto y una semana de hospedaje en la enfermería. -Este año, las dos copas serán para Gryffindor- Vuelvo y me reclino hacia atrás hasta toparme con el espaldar del asiento.

La tarde se estaba presentando a través de la ventana del compartimento, el sol se apreciaba en el occidente y las pocas nubes eran bañadas por la luz escarlata del ocaso. Ya casi habíamos llegado a Hogsmeade y dentro de poco estaríamos en el gran comedor de Hogwarts, comiendo y celebrando las nuevas incorporaciones a las casas. Copio a Artemis y preparo el bolso que cargaba encima.

-Bueno, el cine y los videojuegos la verdad es que son increíbles... al nivel de la música, definitivamente -admitió, antes de echarse hacia adelante en la mesa mirando al mediano de los Miller- . Supongo que no te interesará, pero llevo unos meses investigando un Encantamiento que permite... bah, no te interesa, da igual -dijo, dejando la frase en el aire. Iba a retomarla, cuando sonó aquel aviso, y se puso en pie como un resorte.

Con un rápido movimiento de varita acercó su túnica, que descansaba en el asiento de al lado, junto a Nath, y se despidió de este con un movimiento de su mano, antes de hacer lo propio con los dos hermanos Miller y con Máximo.

-No os olvidéis nada... voy a los primeros vagones a por los alumnos nuevos -explicó. Se giró en dirección al comienzo del tren pero, tras un par de pasos, se giró y señaló a Aristóteles- . Encantamientos habilitadores, Filósofo -dijo simplemente- , y que yo sepa, sólo mi hermano y yo los conocemos -zanjó, encogiéndose de hombros y abandonando el vagón.

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Cuando llegó al cuarto vagón, fue fijándose en los distintos habitáculos en busca de su hermano hasta que dio con él. Como era de esperar, no estaba sólo, sino que tenía un par de compañeros con él; se las daba de tímido, pero era tan popular como ella... sólo que en otro sentido, o para otro grupo de gente.

-Vamos, vamos... ¡los alumnos de primero van a perderse! -exclamó, entre risas, aprovechando la confusión para, con su varita, alborotar los equipajes de los presentes antes de tomar el suyo propio (que su hermano había llevado hasta allí); podía ser prefecta, pero cuando no estaba de servicio... ¿por qué no molestar un poco?

Tan pronto como hubo tomado todo, se adelantó y siguió avanzando por el tren hasta llegar al primer vagón, donde posiblemente ya hubiera otros prefectos (o antiguos prefectos como ella, mejor dicho), preparándose para bajar antes que nadie del tren y poder dirigir a los alumnos nuevos.

El tono de Dulce asustó un poco a Abi, aunque no necesariamente de una forma negativa. Solo un poco de miedo a lo desconocido que aumentaba la curiosidad. ¿Habrá profesores malos? No te preocupes, Dulce, seguro que no es tan duro como esto: le dio el último mordisco a su rock cake, demostrando que lo duro era comestible. Aunque realmente se había preocupado un poco... mi madre dice que lo suave le gana a lo duro... aunque no sé qué significa... 

El altavoz dio la tan esperada noticia, y llegó Marcus. Abi casi se puso a aplaudir de la emoción, pero al final se contuvo un poco, y solo se levantó del asiento, y extendió los brazos, libreta en una mano y lápiz en la otra. ¡Bieeeeeeeen! Guardó sus instrumentos de trabajo pictórico, y sacó su túnica de la hamburguesa. Su abuela le había dicho que si ya era suficientemente mayor como para irse de casa, tenía que hacerse ella misma la mochila, así que también le hacía ilusión ver que la había doblado bien y estaba suavecita. Se la puso llena de orgullo, sintiéndose tan genial como Kurisu con una bata de laboratorio. Y hasta hizo un poco de pose:

¡Preparada! Solo que ella era una niña rechoncha y friki y mágica de 11 años, no una cientíica prodigiosa de 17. Detalles menores, según su perspectiva actual (en 2D), tremendamente influenciada por la emoción y la compañía agradable. ¡Magic Abi ha nacido! Vamos a aprender magia... 

Narwhal blast...

- Corre Abuelo!!!! Que pierdo el tren!!!!! Gritaba Ovlac a su viejo abuelo mientras intentaba buscar desesperadamente el anden 9 y 3/4. Era la primera vez que iba a la estación. Sus padres eran muggles y no habían ido a Hogwarts por lo que decidieron que la persona más indicada para acompañarle en su primer día fuese su abuelo, desgraciadamente habían cogido una caravana horrible en el coche y llegaban con el tiempo justo. 

Ovlac corría de un lado para otro intentando buscar el anden, sin éxito alguno, hasta que por fin encontró la entrada secreta, no tenia claro como la atravesaría y no le hacia ninguna gracia correr y darse un buen golpe asi que se quedo mirando fijamente hasta que sin darse cuenta lo agarraron y lo empujaron. Cuando ya se temía lo peor atravesó como por arte de magia la pared de ladrillo y otra nueva estación apareció ante sus ojos.

Una vez al otro lado escuchó el sonido del tren que parecía tener ganas de marchar así que se despidió de su abuelo con un abrazo cogió su equipaje, comprobó que Buztantxo, su lagartija, no se había movido de su bolsillo y se subió lo más rápido que pudo al tren. Le pareció haber visto a Alice en el cuarto vagón por lo que fue directamente hasta el, era la unica persona que conocía, al menos no viajaría solo.

Después de que sonó el altavoz, me rasco un poca la cabeza

Que pasada, si no es que yo haga perder tantos puntos

Me termino la cerveza de un sorbo y miro que la prefecta ya se haya alejado un poco

Doña museo

Luego me dirijo a Aris

tengo muchas ganas de volver a la cocina y probar los nevos ingredientes y recetas que he traído , este año si he tenido la precaución de anotarlos en un cuaderno  - mirando  la señal de su celular  - y que juego estuviste jugando?

Sonreí ante el entusiasmo de Abi, claramente con ganas de disfrutar de Hogwarts y su música se reflejaba. Quizás un poco alto de volumen el ukelele, pero estaba bien eso. - Genial. Vamos a hacer una cosa... - Dije, cogiendo el zumo de calabaza y un pequeño recipiente improvisado, vertiendo parte del zumo ahí, para compartirlo con Dulce. Sabía que Abi tenía su propio bote de zumo de calabaza.

- Propongo esto. Da igual donde acabemos, que vamos a disfrutar juntos de Hogwarts y formar un concierto que sea digno de recordar. - Dije, alzando mi botella en algo que mi padre hacía de vez en cuando en ocasiones especiales, llamado "chin chin". Me parecía apropiado en esta situación, y esperaba poder disfrutar junto con ellas todo lo que pasara en Hogwarts, dado que aunque en música existían los solos, la verdadera música sonaba mejor cuando todos los instrumentos se apoyaban entre sí para realizar la canción.

¡Oh!

Aquella ocurrencia entusiasmaba mucho a Abi. Se sentía como uno de esos momentos trascendentes, colgados en algún lugar luminoso en el tiempo, en el que está comprimida toda una serie, con el subtexto flotando... dentro del zumo, por ejemplo. La rechoncha bruja novicia agarró el zumo que había dejado al lado de la ventana, y puso un poco de su parte para Dulce. Hasta añadió sus propias palabras a la propuesta de Marcus.

Y un retrato de digno de colgar. 

Alzó su botella sonriente. Aquello era el comienzo de algo... mágico.

El calor se sube a las mejillas de Dulce, nunca había tenido amigos de su edad. La pequeña niña estaba tan acostumbrada a estar con su hermana y dar clases privadas en clase que nunca imaginó que haría amigos tan pronto. Las palabras llenas de aliento y emoción se guardan en lo más profundo de su corazón. Siente la necesidad de llorar de alegría, pero no lo hace. No quiere parecer una rarita delante de sus nuevos amigos.

Dulce agarra el tarro como si fuese un tesoro preciado. Es la primera vez que alguien le regala algo, sin que fuese su familia. Ella alza el tarro y golpea suavemente los recipientes de los otros.

Gracias, chicos. Seremos amigos para siempre.- Una hermosa y tierna sonrisa reluce en su rostro mientras aguanta las ganas de llorar de emoción.

Mira, niña...- Antes de que Liz pudiera seguir insultando a la pobre Alice, la puerta de su compartimento se abre mostrando a un pequeño niño.- Ya nos veremos.

Sin nada más que añadir, sale golpeando con su hombro el brazo de Ovlac indignada.

Yo he viajado con mi familia a Barcelona, alquilamos una casa a pie de playa para uso privado. No sé donde esta Ross pero hubiera sido estupendo tenerle con nosotros.

Escucho como hablan todos y los miro a todos interesado, llegado el momento clavo mi mirada en Alexa sin decir nada ante todo el tema de su familia.

Trato de buscar en la mirada de Evan y Alexa ya que los conozco muy bien que me expresan sus miradas con el tema de la familia de alexa, ver si su miradas me dicen lo mismo que sus palabras.

A migue lo conozco ya y creo que es sincero por su falta de discreción, pero ellos dos son especialistas como yo en que no siempre nuestras palabras reflejen nuestros sentimientos.

—Esa niña… —murmuré enfurruñada entre dientes— ¿Quién se ha creído que es? —Entonces me fijé en que Ovlac me estaba mirando confundido. Traté de olvidar mi discusión con Liz y sonreí, como si me acabara de dar cuenta de que estaba ahí. —Hola, Ovlac. ¿Dónde estabas? Te he estado buscando por el tren pero no te encontraba. ¿Qué tal todo? Yo tengo muchas ganas de empezar. «Espero que no haya más en la escuela como Liz», pensé.

Evan rehuye la mirada mientras se levanta a coger las cosas para salir del tren, en cambio Alexa tiene una expresión apenada que no pasa desapercibida por tus ojos.