Partida Rol por web

Por mucho que caminas entre los vagones, no encuentras a tu querido amigo. Está todo muy lleno de gente que no dejan de murmurar cosas que no entiendes del todo.

- Sophie Mason y Nathael están tomando algo juntos en el restaurante, ¿Serán novios?

- ¿Qué dices? No pegan nada, seguro que están hablando de otro tema, quizás una estrategia para la copa de las casas. Son ambos de Ravenclaw ¿No?

- Por cierto, oí hace unos días que vieron a Evan Miller y Christian Weasly hablando pacíficamente ¡Sin gritar!

Miles de comentarios sobre otros alumnos inundan el pasillo, mientras la gente camina dando empujones y pisotones. Al fin, ves una sección libre en la que puedes entrar 4A, pero tu tranquilidad dura poco, ya que una niña de tu misma edad entra a la sección sin llamar.

- Hola, soy Liz Thomas.- Se presenta extendiendo su mano derecha.

Ismael no está solo, tanto Alexa Malfoy como Evan Miller se encuentran sentados con él. Este último está fumando un cigarro.

- Hola, Migue.- Saluda Evan mientras el humo se escapa de sus labios.- Que bueno verte, ¿Te apuntarás al Quidditch este año? Necesitamos gente, siendo sincero los actuales jugadores apestan. Demasiado. La última vez Hufflepuff nos dieron una paliza. Un hurón no puede ganar a una serpiente.

Alexa se mantiene silenciosa, mientras observa distraída sus uñas.

–Hola, soy Alice Pearson. Encantada –dije, sonriente, y le estreché la mano– ¿Tú también eres de primer año? Me alegro de tener alguien con quien hablar, no conozco a casi nadie aquí. ¿No habrás visto a un chico que se llama Ovlac?

No pudo evitar reír y alzar la jarra ante su comentario, para luego estallar en carcajadas mientras todos a su alrededor discutían sobre cual era la mejor casa. A decir verdad, ella ya lo sabía, y tenía bastante culpa en ello: Ravenclaw. 

El otro comentario, mucho más pesimista y sombrío, no tuvo respuesta, y hacía que Sophie se planteara a veces como tratar con él. Por otro lado, era precisamente aquello lo que le hacía tan atractivo; era como una de esas personas atormentadas que necesitaban cura y no la tenían, como ella misma. Le miró a los ojos mientras ambos bebían la cerveza. Ojalá ya dominara la legeremancia.

-Si vas no quiero que la líes, Nath -dijo en un susurro- Lo paso mal cuando os veo discutir, y no quiero que me obligues a posicionarme... -siguió diciendo, antes de sacar la varita con la mano izquierda y hacer un encantamiento desilusionador a su alrededor, de manera que el resto sólo les viera hablar tranquilamente, y que no repararan en sus palabras o sus movimientos. Acercó su mano derecha a la de él- Y quiero que vengas, pero... ¿te bastará con ir, estar conmigo... con nosotros, sin intentar molestar a Weasley? -propuso, ladeando el rostro mientras entrelazaba sus dedos con los de él, acariciándolos levemente.

Con todo mi movimiento no noté hasta el último segundo a los que estaban en la misma butaca que Ismael. Abrí la ventanilla del tren al notar el cigarro de Evan pero le devolví una sonrisa.

Evan me parecía un tipo adecuado dentro de todo lo que era la escuela, realmente un ejemplo a seguir en los aspectos académicos y, estando yo en una escuela, ¿Qué mejor modelo podía tener?

La Malfoy, por otro lado, me parecía un concentrado de todo lo repugnante que tenía su familia. Esto a mí no me preocupaba porque estaba en la misma casa que yo, poco me acercaba a ella de ser necesario e, idealmente, la evitaba. No es que no me resultara simpática, lo había sido siempre. Pero Migue sabía, ya que era algo bien sabido, que toda su familia odiaba a los "Sangre Sucia"... Y, nuevamente, ella era un "concentrado".

Nunca había entendido el tema de la pureza racial, él no era tan adepto a las bestias como Isma pero algo sabía y, al menos con los perros, el pedigree siempre conllevaba defectos y padecimientos terribles en el animal.
Mucho pasaba por su mente y notó que no estaba respondiendo a su prefecto, por lo que tuvo que responder con prisa -Alexa, Evan, hola- asentí como saludo general -y no Evan, vos sabés que... ¿Huffelpuff? ¿Me estás jodiendo?- hice una pausa y miré a los rostros de los tres para encontrar el rastro de una broma -bueno, pero, la respuesta es la misma. Prefiero la tierra siempre que sea posible-.

Intenté llevar la conversación hacia otro lado -Ustedes también ¿Cómo pasaron las vacaciones?- miro a Isma -¿Y has visto a Ross? Creí que nos encontraríamos en este vagón-.

Ese era un código, e Ismael seguro lo entendería, porque jamás en su vida Migue había llamado "Ross" a Kevin. Para él siempre usaba las expresiones "Rosso", "Kevin", "Forense" o, en la privacidad y para molestarlo "Rulitos".

¿Cómo?

Su pregunta me pilla por sorpresa. Me quedo un par de segundos de pie, sin saber qué hacer o responder.

-Bueno...

Decido sentarme finalmente sin su permiso expreso. Pienso rápidamente algún tipo de respuesta amable. Me siento a su lado y continúo:

-Supongo que dependerá del hada en cuestión. Habrá algunas que me gusten y otras que no.

Qué conversación más rara para empezar el curso. ¡Y qué respuesta más mala!. Anda, dile algo antes de que empiece el silencio incómodo.

-¿Tú has visto alguna?

Tras abrir la puerta, observo en silencio como Iris consigue el hechizo,  para luego aplaudir con una sonrisa.

Chris tiene razón Iris, eres en verdad muy buena. - digo con una sonrisa franca mientras ingreso al compartimento y abrazo a la menor de los Weasley, para luego saludar a Christian. 

La verdad es que me la pasé de campamento con mis padres, al menos las últimas dos semanas, fuimos a pescar e incluso mi mamá me enseñó a hacer fuego sin magia ni mechero.

Fue bastante agradable, pero de verdad ya extrañaba la escuela,  en especial a ustedes chicos.

¿Qué tal les fue a ustedes? - pregunto con genuino interés. 

Acompañe a Artemis con los aplausos al ver la escena de cuando la pequeña Iris, imitando a su hermano, hacía que su varita se iluminara. -Bien hecho Iris!-

Me adentro, después de Artemis, en el compartimento de los dos Weasley e inmediatamente somos recibidos por un abrazo de la risueña y pecosa Iris, seguido de una amistosa bienvenida de su imponente hermano mayor. A las pequeña Weasley ya la conocía desde hace tiempo, fue un verano en el que visite la madriguera, era muy risueña y amable con todo el mundo y solía jugar con ella cada vez que la veía en el andén, cuando los Weasley la acompañaban a despedir a Christian.

-Yo pase el verano en casa, por fin logré que mi perro Albus dejara de morder mi escoba- Decía de forma casual mientras tomaba asiento -La verdad me aburría sin ustedes, tenía ganas de volver a Hogwarts-. Volteo la mirada hacia Iris y le hago caras graciosas, cambiando mis orejas a las de un conejo y mi boca al pico de un pato. Alert Reference

Abi asintió con la cabeza, emocionada por el suculento conocimiento que le entregaba la señora. Apuntó el nombre del responsable de las golosinas mágicas al lado del dibujo del vagón que estaba haciendo. Le sorprendió mucho, puesto que esto fue lo que apuntó:

Verti-Bot, grageas de todos los sabores.

¡Entonces también hay robots brujos! Aunque por muy emocionante que fuera, seguía sin querer probar las increíbles golosinas... eeegs, café. Una vez haía probado el café, y para nada era lo suyo. Tenía gusto a jornada laboral, cosa que no atraería a ninguna persona en su sano juicio, y Abi era una niña. El chocolate y las rocas comestibles eran lo que de verdad despertaba su apetito, y además eso son dos euros con...

¡Oh! Miró a los lados, comprobando que no pasara nadie peligroso que pudiera manchar la reputación de aquella señora tan amable. ¿De verdad nos lo regala? Entonces sí, una rana, un zumo, y... Muy sneakymente, Abi le devolvió el guiño de ojo a la señora, y prosiguió a buscar su monedero. Su hamburguesa hizo ruido a ukelele mientras movía cosas de lugar, y le alargó el dinero a la señora del carrito.

Sonreí mientras escuchaba las palabras de la mujer del carrito, la música amable y agradable, era un buen inicio para un concierto en mi opinión, y pasé a rebuscar en mis bolsillos en busca de los sickles y knuts que debía darle por lo que había pedido. - La música sobre eso será silenciosa. - Dije con una sonrisa, pagando por lo que había pedido y recogiendo esos dulces cuando ella me los tendió. Ahora quizás era mejor avisar a Abi de lo que hacían las ranas y demás... Mejor cerraba la ventanilla, para evitar que las ranas acabaran escapándose del vagón.

- Cuidado con las ranas, que saltan y se intentan escapar. - Dije, recordando una vez que tuve que realizar una persecución por mi casa dado que la rana no se quedaba quieta. Pasé a dar un trago de mi zumo, gustándome el sabor, antes de pasar a abrir una de las cajitas de la rana de chocolate, dejando que diera un salto antes de cogerla y darle un buen mordisco, sintiendo el sabor a chocolate en mi boca.

- Sobre las casas, nos dividen al llegar en cuatro casas, que son Hufflepuff, Ravenclaw, Slytherin y Gryffindor. Hufflepuff es la casa de los que trabajan duro y leales, Ravenclaw de los que premian la inteligencia, Slytherin son los que tienen ambición y Gryffindor valentía. - Dije, omitiendo el que Slytherin era considerado como la fuente de magos oscuros y demás, pero no quería juzgar a un libro por su portada, ni un concierto por la primera nota. Seguramente hubiera más Slytherin que fueran buenos, dado que ambición podía también equivaler a hacer el mejor concierto del mundo, o curar algo que no tenía cura antes.

Ella observa cada gesto que haces, analizando cada movimiento. A pesar de saber que posiblemente tiene tu edad, parece un año o más mayor que tú.

No, no lo conozco.- Dice sin pensarlo.- Por ahora al único que conozco es al idiota de mi hermano Dean. Es el líder del equipo de Quidditch de Hufflepuff.- Por uno segundos guarda silencio.- ¿De qué casa quieres ser?

Las caricias de Sophie siempre habían conseguido tranquilizarle de alguna manera. Con su mano libre aleja la cerveza de ellos, mientras se inclina peligrosamente hacia delante.

¿Quieres que vaya contigo? ¿Qué pensarán los demás? Si incluso haces un hechizo para que no vean esto.- Murmura señalando sus manos entrelazadas.- Iré, nunca digo no a una buena fiesta. Y para tu información, nunca comienzo yo las discusiones. Ese Weasly es... incorregible. Pero me mantendré apartado, si de alguna forma eso hace que pasemos un rato solos... Lo que me preocupa es ¿Dónde harán la fiesta sin que Dumbledore o Snape se enteren? 

Le hizo una peineta con la otra mano ante su comentario sobre el hechizo.

-Si esto va subiendo de tono créeme que necesitaremos el hechizo, Malfoy -comentó, con una sonrisa. Solía llamarle así, por su apellido, cuando intentaba picarle. Ella también se echó hacia adelante entonces, y le besó; fue un beso algo largo, meloso, de cariño, y que decía muchas más cosas que sólo eso. Cuando se separó lentamente, le miró a los ojos y le dedicó una media sonrisa- . Y seguro que quieren hacer el cumpleaños en la Casa de los Gritos o el Invernadero... -se encogió de hombros y negó con la cabeza, como si fuera lo más lógico- No pueden hacer nada en Hogsmeade... y el Invernadero... bueno, nunca van a vigilar allí; ni siquiera los prefectos solemos hacerlos -agregó, encogiéndose de hombros- . Tiene algunas zonas peligrosas, así que asumen que los alumnos no son tan idiotas como para ir... pero bueno, a veces vamos -dijo finalmente, riendo y acariciando su mano.

Evan asiente, realmente lo ha ofrecido para ser "amable", a su extraña manera. Tanto a Alexa como a él le cuesta imaginar a Migue sobrevolando el campo detrás de la Snitch dorada o cualquiera de las otras. 

Pase las vacaciones en la campiña francesa, nada del otro mundo.- Murmura Alexa evocando sus recuerdos del lugar.

¿Y tú hermano?- Pregunta Evan.

Como siempre, igual de estúpido y reservado. Lo llevamos con nosotros porque a mamá le da pena, de cierta forma a mí también. Padre aún no le dirige la palabra, a no ser que sea para criticarle.- Todos conocían por boca de Alexa la mala relación entre el líder Malfoy y su primogénito.

Tampoco es tan grave, ¿No? Sé que es el único Malfoy que no es de la casa Slytherin, pero... Tampoco es algo para repudiarlo.- Las palabras de Evan caen en el vacío puesto que la rubia solo encoge los hombros. No le importa la vida de su hermano, muchas veces había deseado ser hija única.

Claro, hay muchas criaturas mágicas ocultas por las inmediaciones de Hogwarts solo debes saber donde mirar.- añade entusiasmada al ver que te interesas en la conversación.- Hay hadas en el bosque prohibido, yo he estado hablando con ellas varias veces. También hay criaturas acuáticas muy interesantes en el lago negro, pero hay algo que me inquieta ultimamente... ¿Quieres saber mi secreto? Si tu respuesta es afirmativa, tu vida estará en peligro, entenderé si no lo quieres saber.

Iris rompe a reír entusiasmada mientras ve como el animago se transforma una y otra vez. Con su pequeña mano acaricia la oreja del conejo entusiasmada.

Las nuestras estuvieron bien. No fuimos a ningún lado especial, pero nos quedamos en casa ayudando a nuestros padres.- Responde Chris con simpleza ante la pregunta de su amigo.- Tu perro es demasiado travieso, ¡Digno de Gryffindor!

Oye, Chris, ¿No les vas a contar?- Pregunta Iris, de pronto, intentando captar la atención de su hermano. La ceja rojiza de Chris se enarca dudoso, no entiende a que se refiere su pequeña hermana.- ¡Uuh, eres un bobo! Sobre Evan Miller.

Ah, eso. Bueno... El prefecto de la casa Slytherin y yo hemos llegado a una especie de... ¿Acuerdo? Sí, por llamarlo de alguna manera. Hemos decidido mantener la paz durante una noche...- Iris interrumpe a su hermano, soltando la oreja de conejo y dando un enorme salto emocionada.

¡Para hacer una fiesta!- Chilla saltando de un lado a otro.

Tranquila, pequeña. Aún no es seguro, tenemos que hablar con los futuros prefectos de Ravenclaw y Hufflepuff.- Responde colocando su mano sobre la cabeza de la pequeña para que se tranquilice.- Si Sophie Mason es escogida como prefecto, como todo el mundo comenta, no creo que ponga impedimento. Pero a saber quién es el prefecto de Hufflepuff.

La mujer os da vuestro pedido y os cobra encantada cada cosa. Antes de irse, se despide con una sonrisa amable mientras observa con orgullo las futuras generaciones de brujas y magos.

¡El zumo de calabaza está fresco y delicioso! Según los rumores, el mejor zumo de calabaza sales de las calabazas de Hagrid, uno de los profesores de Hogwarts. Pero este solo ofrece sus calabazas una vez al año en Halloween.

De pronto la puerta se abre, y una pequeña niña morena de ojos azules entra en la sección.

Hola, ¿Puedo sentarme con ustedes? Es que me dan miedo los grandes.- Sus enormes ojos azules miran el suelo cono nerviosismo mientras los dedos de sus manos juegan inquietos.- Por favor...

Qué chica... ahora sí que ha despertado mi curiosidad. Voy a seguirle el juego.

-¡Claro! Me encantaría conocer tu secreto. Prometo no contárselo a nadie.

A ver qué se inventa...

–Qué guay. –Aún no me quedaba claro qué era el Quidditch. Pero por lo poco que había oído debía de ser un deporte. No sabía que había equipos en Hogwarts. –Pues no lo tengo muy claro. Creo que me gustaría Hufflepuff o Ravenclaw. Con las otras casas no me siento muy identificada. ¿Y tú?

Él corresponde el beso algo sorprendido. Ha extrañado a Sophie mucho más de lo que pensaba. Ella era sin duda una de las múltiples razones por las que Hogwarts sería siempre su hogar, casi se alegraba de haber repetido de curso. Todo con estar lejos de su padre. Él era la peor persona que jamás había conocido. El beso es más tierno que ardiente, ya habría tiempo para eso. No era plan de perder los papeles en el tren.

Ella se aleja y comienza a hablar de posibles lugares de la fiesta, pero a él eso no le impota en absoluto. Irá, sea donde sea, todo con tal de molestar a Weasly y poder disfrutar de algo de compañía. No todos los días los leones y las serpientes se ponían de acuerdo con algo tan importante como una fiesta.

Dudo que lo hagan en la casa de los gritos. Weasly no meterá allí a su pequeña hermana. Con el calor que hace aún, espero que no sea en el invernadero.- Hace una pausa pensativo.-  La sala de los menesteres sería mejor.

Muchas veces esa sala le había salvado de múltiples problemas, entre ellos ha llevado allí a muchas chicas. También va allí cuando quiere estar en soledad, cosa casi imposible con un edificio donde habitan 400 adolescentes.

Aunque lo del invernadero, podría ser un buen escondite para nosotros, Mason.- La llama por su apellido, para molestar un poco a la joven, pero antes de que ella vuelva a rechistar se lanza sobre sus labios algo hambriento.

Una cosa era segura, había extrañado a Sophie.