-No sabía que fueras del tipo religioso, Akane.- Tomé aire y suspiré, aunque en realidad sonaba más al bufido de un oso, mientras tomaba asiento en una de las sillas del camarote, incluso montando mis pies en lo que parecía un pequeño banquillo. -Si acaso quieres sugerencias para hacer algo más con esa cabeza... Podrías sumergirla en una gran esfera de ámbar y tenerla como tu propio trofeo de casa.- Reí un poco por mi propia broma, negando con la cabeza mientras me ponía cómodo.
-¿Y acaso en este reunión también estaré incluido? ¿Cuento con esa inmunidad o lo mejor será que me quede en el barco a esperarlas?-
Escuché la pregunta de Feros y decidí encontrar respuesta.
Voz, estas ahí? -pregunté, aunque sabía la respuesta a esta pregunta, lo hice más por educación que otra cosa- La protección de Todo se extiende a toda mi comitiva o tan solo a los elegidos que nos reunamos?
Buenas, Akane, la inmunidad diplomática es para tí, Iferka y Feros que sois los que habéis sido contactados por mí, por orden del todo, para esta reunión.
No había mucha historia entonces. - Que aburrida eres cuando te lo propones. Pensó para sus adentros, pero, lo que la dejó extrañada totalmente es la pregunta del General. Esperaba, siendo uno de los pocos aliados que teníamos, que fuera uno de los miembros de este concilio. Excluirlo me parecía algo insignificante, pero una pérdida de tiempo, ya que, habría que ponerle al día posteriormente.
- Ni me planteo tu ausencia.
La inmunidad es para los tres, pero no estéis confiados. A pesar del control que Todo ejerce sobre los trece, son bastante indisciplinados y tienden a hacer realidad lo que desean -tomo unos segundos como si recordara algo e hizo una mueca de disgusto- Yo solo confío en la palabra de dos de ellos. Voz y Vida. El resto o son un misterio para mi o directamente ya los considero mis enemigos.
Akane tomo otro sorbo de la bebida.
Feros, soy la elegida de Erebo, hablo directamente con mi dios, no soy religiosa. Ser religiosa es creer en algo que esperas sea verdad. Yo se que es verdad. No necesito creer.
Bien, cual es el primer destino que queréis visitar? -preguntó a la pareja.
-A dónde el viento nos lleve- Fue mi única respuesta, solo que entonces apunté hacia Iferka, básicamente dejándole la elección de nuestro destino a ella.
- Eso es devoción pura, saber que algo es, sin haberlo visto. Comentó por lo bajo a modo de burla. Lo que no se sabía era si se burlaba de Acane, de la religiosidad o simplemente era una puñalada al viento, y que cada cual se lo tomase como desease. Mientras, por su mente corría la idea de visitar la catedral de ella, mientras pensaba que no sabía de un templo de Bóreas o Saxa, más que los Glaciares y Lagos Congelados. Su aplicación era práctica, y sabía que en las alturas, el frio aumentaba, pero no sabía si eso, las las alturas, también serían su dominio.
- Pues si no hay más lugares que visitar, para aumentar los conocimientos previos, habrá que ir a visitara los que consideras que con ellos podemos parlamentar. Ni se planteaba buscar a los considerados enemigos. Si lo tenía en esa estima, por algo era, y no deseaba luchar en esos momentos.
¿Bóreas, Saxa, algún lugar al que ir primero?
Te refieres a los dragones? -pregunté ignorando sus palabras anteriores. Iba a ser una reunión con los trece muy divertida si seguía con esa actitud. No es que le importase insultarlos o molestarles, pero sería sin duda interesante ver hasta que punto Todo tenía control sobre ellos.
Me parece bien, disfrutemos de unos días de hospitalidad dracónica antes de ir a la reunión.
Tras ello doy las ordenes pertinentes para que nos traigan la cena, así como invito al capitán a que se una a nosotros.
Así seremos 3 para que Iferka pueda divertirse -pensó con una sonrisa.
Informo al capitán de nuestro destino
Hizo un ademán con la mano izquierda, ofreciendo su apoyo. - Si, si... a ellos me refiero. Comentó con un tanto de disgusto y de insatisfacción, por no poder hacer "los deberes", antes de aproximarse a la zona.
- Pero me gustaría ver mapas del lugar donde vamos, o cartas de navegación (Comentó, ya que era un barco) para poder ver rutas de aproximación, de huida tanto a bordo como a pie, lugares donde ocultarnos, donde pedir ayuda...
Observo a Iferka y sonrio.
Esta claro que no sabe sobre el continente central -pienso mientras afirmo con la cabeza.
Vamos al continente central. Una tierra controlada por los dragones. Aventurarnos allí sin haber sido invitados sería una interesante forma de morir... y rápida -comento recordando el suceso de la plaza, no el segundo, el primero- pero tenemos la invitación personal del lider de la comunidad. Estaremos bien.
Sospechando que Iferka, aunque me creyera no estaría satisfecha, añado.
Sin embargo, el capitán podrá proporcionarte toda esa información, por lo menos los mapas de navegación. Dudo que nunca haya estado allí. -dice ofreciendo una copa de vino a sus compañeros y sirviendose finalmente una ella misma.
Por los dioses y el éxito en la misión encomendada -levanta la copa en su dirección.
DJ, corrigeme si me equivoco, que no recuerdo mucho
Levantó su compa brindando con ella, mientras silente, pensaba en las Cartas de Navegación.
No había dudas, es que había trabajo que hacer y rutas que preparar, para poder... usarlas en caso de necesidad.
-Nunca mejor dicho, ¡Salud!- Con una amplia sonrisa di un trago largo de la copa hasta que quedara poco más de un cuarto, y al ver que era tan poco lo que quedaba, me terminé el resto y procedí a servirme otra, esta vez si me la tomaría con más calma.
Mientras Iferka se concentraba en sus cosas, yo decidí de momento disfrutar de la cena y tratar de tener una conversación agradable con el capitán del barco y Akane.
Os traen la cena, pescado a la brasa con patatas asadas y de beber vino y cerveza.
Sin embargo, el capitán del barco no tiene ni idea de donde está esa isla central y mucho menos tiene cartas de navegación ni ningún tipo de información de la zona por lo que Akane tiene que indicarle por donde se encuentra.
Pasa la noche, tras la agradable cena, sin ningún contratiempo y tras despertar os encontráis desayunando algo de pan con queso y tomate y un zumo de naranja. Al salir del camarote tras ello, divisáis a lo lejos lo que debe ser la isla central según vuestro capitán.
En cuanto atracáis el barco en la costa bajáis, y no hay ningún ser con forma dracónica de momento; pero todos los humanoides que veis por allí tienen el cuerpo lleno de tatuajes. Hay una representación de un dragón enorme en una estatua de piedra en una fuente de agua.
Al poco de desembarcar se os acerca un par de humanoides de estos llenos de tatuajes y os pregunta uno de ellos de forma cordial bienvenidos a nuestra ciudad ¿a qué debemos vuestra visita a esta tierra?