Perdonen... Antes de que os vayaís... el coche de Jimmy es un Bolt Acer Fordor, de color azul que está aparcado en la acera de enfrente a la puerta del restaurante... Lo mejor será que salgan por esta puerta, dice señalando la puerta del cuarto, he cerrado la puerta principal.
El variopinto grupo mira la hora para descubir que faltan no más de 45 minutos para el encuentro de Jimmy en los muelles, tiempo más que de sobra para dirigirse al coche, ponerlo en marcha y llegar al muelle incluso con 10 o 15 minutos de adelanto.
Scott, tras revisar el cargador de su pistola se dirige a la puerta y tras dar un rápido vistazo a los alrededores, vualve a entrar en al restaurante en aproximadamente 5 minutos.
El camino está libre, en marcha.
Os dejo un último post en esta escena antes de cambiar.
O quizá más de un post.... ¿Quien va a conducir?. Este es el momento de decidirlo antes de comenzar la siguiente escena.
- ¿Tan poco aprecio le tienes a nuestras vidas que vas a dejar que yo conduzca? - dice sonriendo con cierta vergüenza. Se encogió de hombros - Está bien. No habrá mucha gente pululando ahora por la calle, será un paseo tranquilo - "será tranquilo" y "este sitio es seguro" eran dos de las tres frases que condenan a un grupo de aventureros al desastre. La tercera era... - total, ya nada puede ir a peor.
- Oh sí... vayámonos. -Se moría de ganas de salir cuanto antes de allí.
Todos aquellos desperfectos, la sangre, los cadáveres... ¿Cadáveres? Oh vaya... apenas se había vuelto a acordar del pobre Arthur, allí tirado en mitad de un infierno de cristales, restos de comida y demás enseres.
- ¿Vendrá la policía? Quizás quieran hablar con nosotros, aunque... -su mente volvió otra vez al cuerpo de Arthur.- Será mejor no tener que dar explicaciones. ¿Y los cuerpos? ¿Qué será de mi... acompañante? -Un punzada de verguenza pareció impregnar su voz.
-¿No sabes conducir? -pregunta con incredulidad arrancándole las llaves de las manos al chico- ¿¡Y por qué no lo dijiste, chico idiota?! ¿¡Querías que nos matemos!? Venga, salgamos de aquí. Yo lo llevaré.
Mike miró sorprendido a Sabena.
—Quizá se conozcan de algo —pensó.
Le había extrañado la forma de hablarle. ¿Quién no iba a saber llevar un coche? Como mucho no sabría hacerlo correr, conducir rápido en una persecución, pero mover el coche de un sitio a otro...
Mike recordaba ciertos momentos de su vida cercanos a persecuciones en un coche y algo le hacía estremecer. Al final siempre todo iba bien pero esos "paseos" en coche no acababan de convencerle.
Sin más, se caló bien el sombrero y caminó tras Sabena hacia el coche. Abrió la puerta derecha y se sentó en el asiento de atrás.