Partida Rol por web

Bien, pues todo decidido entonces. Don Gaspare tenía una grata sonrisa mientras se levantaba de su asiento.

Ya puedes salir y unirte a tus compañeros. Le diré a uno de mis hombre que os aloje provisionalmente en una de nuestras casas, al menos durante estos primeros días hasta que os asentéis en la ciudad y decidáis instalaros en algún barrio de vuestro gusto.

Don Gaspare te da la mano efusivamente y te acompaña hasta la puerta donde te despide con una palmada en el hombro.

Mike sale de la habitación y se une a Benny, Isabella y Scott mientras el Señor Panepinto llama a Jimmy que entra en la habitación.

Tras unos cinco minutos de espera Jimmy sale y se acerca a vosotros.

Bien amigos, el Señor Panepinto me ha pedido que os aloje en uno de nuestras casas hasta que cada uno de vosotros decidáis instalaros en otro sitio así que vamos para allá y os enseñaré vuestro nuevo "hogar".

La noche anterior Mike, Scott, Benny e Isabella era unos ciudadanos alegres y despreocupados que buscaban encontrar su camino en la Norteamérica de los años veinte.

Ahora inician una nueva vida al servicio de la Mafia. ¿Que nuevas aventuras les deparará su incorporación al mundo de la ilegalidad?

Brindó con sus compañeros y aunque el licor hacía que le escocieran las heridas del labio nunca degustó con tanta intensidad un trago.

Les iban a asignar casa, trabajo y puede que un futuro. Era mucho más de lo que podía pedir en su situación. No era mal comienzo para un tipo normal y anodino como Benny Morton.

Comenzaba una nueva vida para Isabella, una vida en la que esperaba ver cumplidos todos sus sueños de lujo y fama. Atrás quedaban las miserias pasadas y ahora, con el vaso en la mano brindando con sus nuevos compañeros, veía un sol radiante en su futuro.

Las noticias eran buenas, saldría del cuchitril en el que ahora vivía para alojarse en una casa seguramente mejor. No veía el momento de poder tener vestidos bonitos con los que lucirse en las noches de la ciudad y ser la admiración de los hombres y la envidia de las mujeres. Sí... parecía que la vida le sonreía por fin a Isabella.

Sí, por una vez la vida sonreía al bueno de Scott. Había encontrado un sitio al que pertenecía. Sí, en la guerra tenía hermanos de armas, pero nunca perteneció al ejército realmente. Y lo vivido allí, francamente, esperaba olvidarlo. Pero quién podía olvidar?

Bebió, no sólo para brindar con sus compañeros, sino para intentar olvidar. 

Una vez más, fracasó.