Partida Rol por web

Frederick escuchaba que abajo había un murmullo cada vez mayor, se dio cuenta que no era buena idea que lo encontrasen allí, en la escena donde había sucedido el "accidente". Miró a Eduardo que aún estaba estupefacto por el shock y decidió dejarlo solo, tal vez tenía que poner sus ideas en orden al igual que él lo había hecho.  Bajó con tranquilidad las escaleras y salió de la casa para sumarse al alboroto. Sin embargo no se acercó al cuerpo del historiador, tenía claro que ese hombre ya había dejado de existir, de él se encargaría la policía o la morgue. Le llamó la atención la presencia del vendedor de periódicos que hablaba con una mujer mas bonita que la media, pero bastante escandalosa a su gusto - Tenía usted razón, esta casa está maldita- le dijo al hombre con seriedad, cruzando su mirada con la de él. Frederick sabía lo que había visto, y la naturaleza de esas cosas era obra de la mas siniestra oscuridad. No sentía miedo, al contrario, gustaba de esas temáticas, simplemente estaba sorprendido de haber tenido la oportunidad de ver con sus propios ojos lo que sus libros describían tan a menudo.

  Un grupo de policías abren su camino entre la multitud, una es el típico uniformado y el otro un inspector que parecía estar a cargo -Muy bien, escuchamos que hubo un... ¿John?- El inspector miro a su viejo amigo a la cara, sus cansados ojos se llenaron con sorpresa, alegría, furia y decepción en rápidos intervalos -¡Que mierda haces aquí!- El uniformado miro al inspector con confusión, lo que causo que este se tranquilizara un poco -Em... No importa. Gonzales, acordona el area y toma testigos, yo voy a investigar que mierda pasó- El uniformado, ahora llamado Gonzales, volvió a la patrulla y sacó un cordón de cinta amarillo -También llame refuerzos, inspector- Agregó el cadete al volver.

-Muy bien, gente...- El inspector miró al señor Dooley y asintió una vez -Señor Dooley, que bueno volver a verlo- El viejo hombre simplemente dio un gruñido afirmativo -A ver... Me temo que tendré que llevarlos a la comisaria para interrogarlos apropiadamente, ¿Hay alguien más dentro de la mansión?-

-¿Sirenas? ¿Policía? Esto... ¿Esto no es entonces... una broma pesada? Oh, por todos los cielos...- todo este procesamiento sucede en mi cabeza durante unos largos instantes. Para cuando reacciono, Frederick ya está saliendo de la habitación, y yo estoy aquí... sólo... con la cama esta... -¡Ay, mamá!- es mi grito de guerra antes de salir corriendo detrás de los demás. Para cuando salgo hay un gentío enorme lleno de griteríos. -¿Qué... cuánto tiempo pasó...? Eduardo... debes calmarte... tú puedes-

Trato de enfocarme más en la situación. Está esa vieja gritona... No, Witz ya se está encargando súper bien. Queda... el señor de los periódicos calumniándonos, y el policía... Este se ve amigable, al menos está hablando con John. Hmm...

Corro desde la puerta de la mansión hasta el investigador, tomándolo de las manos, y con mi mejor cara de desesperación (vamos, que bastante natural era...), exclamo: -¡Gracias! ¡Gracias a Dios que vinieron! Estaba esa cama...- lo suelto para agarrarme el cabello -... y Gillian se acercó, y luego ¡FIUUUUUM!- con un ademán de un pájaro volando -¡Salió por la ventana!- Vuelvo a tomarlo de las manos, con dos segundos de silencio, lo miro profundamente a los ojos otro segundo más, y -¡AAAAAHHHHHHH!- le grito manteniendo la mirada.

"Mierda!" había olvidado por completo a nuestro peculiar amigo... sonrío algo apenado de la historia, pero termino asintiendo -Esa es la versión corta - Digo mientras le doy la mano a mi viejo amigo.

¡Que mierda haces aquí!

-Lo mismo me pregunto!... En cuanto a nosotros, le estabamos haciendo un favor al Sr. Rockeford, lo conoces? Es el "nuevo" propietario de esta casa; nos pidió que investigaramos ciertos asuntos... personales, del lugar.

Me quedo pensando un poco, aunque Smith era mi mejor amigo, no me creería lo que acababa de pasar, así que seguiría con la historia

-Todo marchaba bien, hasta que ocurrió este accidente

Mientras hablo con con Smith, miro como una señorita que no parecía estar relacionada con los mirones se atoraba en un matojo, le sonreí en un tono divertido; sólo estaba provocando al inspector, una broma entre nosotros que había surgido hace mucho.

-Realmente es necesario que vayamos a la comisaría? Inspector?

Witz estaba a las puteadas con la gente de afuera, fue una suerte que llegara el detective y acordonaran el area, o iban a tirar piedrazos... Todos saben lo que iba a pasar, y que no sería culpa de Witz, sino de su arma...

Finalmente el buen hombre nos vino a romper las bolas cuando estábamos trabajando

-Macho- Le dice Witz al inspector tocándole el hombro -Estamos laburando, no podemos ir, me entendés??- Le dice guiñando un ojo mientras le suelta un dinerillo, bastante bajo el monto, Witz no tenía mucha plata y no estaba para derrocharla.

John se lleva la mano a la cara, y la mueve de un lado a otro en signo de desesperación.

un loco, un drogado, un malandro y un muerto... en qué se ha metido.

¡¡Mmmmm!! Aquello se estaba poniendo feo con tanto policía y tanto curioso: Mala prensa para una actriz estar involucrada en una muerte como aquella.

Eva logró desenganchar la media, aunque está quedó irremisiblemente lista para ir a la basura. Hablaría con quien fuera y le había recomendado para esa película: Algún representante que ella conocía, ya podía tener una buena excusa o se iba a llevar una buena patada en el culo.

Despacio, muy lentamente, logró alcanzar el tumulto de gente que había en la puerta. Era una suerte que aquellos hombres aparecieran por allí en el momento justo y la policía se entretuviera con ellos.

 - Por favor... permítame pasar... gracias... gracias... un momento... si... gracias...

Y al final acabó por alcanzar la calle entre el gentío. Se alisó la falda y la chaqueta corta y comenzó a buscar con la mirada un taxi... ¿Por qué nunca venía uno cuando más se necesitaban?

Frederick estaba aún mirando al señor Dooley cuando el inspector comenzó a hablar con John, era posible que esos dos se conocieran? El alemán se detuvo a observar el espectáculo, lo que vio le pareció una continuación impecable de los extraños sucesos que había presenciado arriba, Eduardo gritaba desesperado contradiciendo la versión del "accidente" que los presentes habían escuchado de John, Witz intentaba convencer a un Inspector con unos pocos dólares frente a un grupo numeroso de testigos y la señorita que había hecho un escándalo ahora pretendía irse cuando el Inspector acababa de decir que ella, como testigo de la muerte, debía ir a declarar. La locura podía respirarse, cada cual actuaba de un modo irracional e incivilizado, afortunadamente el tenía claro lo que pasaba, estaban malditos. Tomó con firmeza el hombro del viejo vendedor de periódicos - Lo ve? lo ve? Es como usted decía, debimos escucharlo- dijo sumergido en sus ominosos pensamientos.

-Emm... Señor, por favor traquilise...- El intento de calmar a Eduardo por parte del inspector fue interrumpido cuando vio a la señorita Eva intentar escaparse -¡Señorita! ¡Señorita por favor!- Rápido como un policia con nada mejor que hacer, corrió hacia donde estaba la actriz, la agarró por el brazo (de forma gentil pero firme) y la trajo de nuevo hacia donde estaba el resto

-Miren... Lo lamento mucho- Mira a el doctor con cara de "estoy cansado de tus mierdas, Doe" -Pero me temo que tendré que llevarlos a todos a la comisaria, y si se intentan resistir pues los llevare en esposas- Como si hubiera sido practicado de antemano, un par de agentes uniformados altos e imponentes aparecieron por entre la multitud y se situaron a cada lado del inspector -Ahora, si me pueden seguir hasta la patrulla-

El inspector parece haber ignorado por completo los intentos de soborno del señor Witz, pero le di una mirada que decia "No me jodas y segui caminando"

Witz tenía en estos momentos un enorme problema... La idea era salir de ahí sin papeleos ni mierdas parecidas, pero por lo visto tendría que ser como ordenaba el inspector...

No quedaba ninguna solución, pues el dinero no le hacía gracia -Mierda, y pensar que si lo agarro a bifes lo rompo todo...- Pensó el cazarrecompensas.

-Mirá flaco, yo no me meto con tu laburo... Te parece bien venir a joderme el mío??- Dijo clavando repetidamente su dedo índice en el pecho del inspector casi en forma amenazante

-Witz por favor, tengo que recordarte que acaba de morir alguien?- Miro al calvito un poco cabreado - Smith, no es necesaria tanta parafernalia, iremos... es sólo que, los ánimos están muy alterados por lo que acaba de pasar... ¿Quién es la señorita? -Me sorprende esta actuación de Smith, pero supongo que es necesario viendo la locura en que esto se ha convertido tan rápido... algo me dice que lo mejor será alejarnos de esa casa por el  momento. El escritor también se ve bastante alterado: - Sr. Muller! - le hablo amigablemente para que se acerque un poco - venga, lo necesito cerca para hablar de lo que acaba de pasar; el accidente. -Frederick realmente sabrá algo? es esto cosa de hechicería? por primera vez desde el accidente estoy racionalizando las cosas... lo que pasó ahí... no fue normal. Y lo que es peor, pudimos haber sido cualquiera.

Witz no pensaba admitirlo, pero estaba cagado, y esos nervios le jugaban en contra. Sin embargo John lo devolvió a la realidad, seguían en la casa, y cualquier lugar era mejor que esta puta casa

-Pfff... Como digas...- Dijo secamente a John haciéndose el macho -Espero que no te tome todo el puto día, tengo cosas que hacer- Le dijo finalmente al inspector, más asustado que enojado, pero había que discimular, Witz Fitzjerald no siente miedo.

El oficial insistía en llevarse a todos a la comisaría, sin dudas sería un lugar muy amplio, Frederick no lo conocía ni tenía el menor interés en hacerlo. John lo llamó, intentaba reforzar su versión aún no entiende nada, su mente se niega a la verdad se dijo, pero entendía la importancia de dar una sola versión de los hechos para liberarse pronto de esos policías, no todos parecían haberlo comprendido. Miró al vendedor de periódicos - Mr. Dooley venga con nosotros, usted fue de los primero en llegar al cuerpo del historiador y además sabe que esta casa es propensa a... la muerte. Me lo advirtió y yo no lo escuché... los antiguos dueños locos y nuestro compañero muerto... usted me lo dijo y yo...- se interrumpió al darse cuenta que todos estaban escuchándolo, incluso el oficial. Se forzó a recuperar la compostura y caminó a un lado de John, dispuesto a ir hasta la comisaría de Boston.

Dirijo mi vista hacia la señorita cuando el detective la llama, y me quedo mirándola. La conozco de algún lado, pero no me termina de cerrar... Mi cabeza entra en un modo de procesamiento mental que requiere extrema concentración, tratando de recordar.

Ustedes ven a Eduardo parado y mirando a la nada, ignorando todo a su alrededor. Cuando el detective lo quiere llevar, no me inmuto, ni siquiera lo oigo, y termina trasladándome a los empujones. Todo el viaje en el auto de policía sigo con la mirada perdida...