Partida Rol por web

Resignado, Rever suspiró. Realmete deseaba que optimismo de aquel grupo no acabase jugándoles una mala pasada a todos.

- Está bien, si queréis hacerlo así, iré con vosotros, al menos así estaré seguro de que queda en manos de la policía.

Echó un vistazo a su alrededor. No es que fuese un lugar ideal para vivir y esconderse, pero le había prestado un buen servicio. Cuando volviese, sería para llevarse sus escasas pertenencias y buscar un nuevo refugio. Aquel lugar ya no era seguro.

Ya sin nada más que interrogar y como solución decidís entregarlo a la puerta de la comisaría central del distrito. Previamente realizáis una llamada anónima para dar aviso. Aunque expectante por lo que explicabáis, el policía decide comunicar lo al interior.
Desde la azotea de un edificio cercano veis como sale dos policías y recogen s TigerShark, el cual estaba atado con el cable de acero a una farola. Miraron a los alrededores para ver si encontraban quien lo dejo allí.
Tras cumplir con éxito vuestra primera misión conjunta, decidís cuales son vuestros siguientes pasos personales y que colaboración conjunta llevaréis. Eran ya las 3:30 h de la madrugada de un nuevo día laboral.

Me dirijo al resto del improvisado grupo para exponer mis ideas.

- Caballeros, creo que será mejor que nos retiremos "a meditar" y poner en orden nuestras ideas y nuestra información. Ya no podremos sacar nada más de este asunto durante esta noche y mañana será otro día. Estoy seguro que cuando amanezca, cada uno de nosotros tendrá su vida y hará lo que tenga que hacer para buscar información e investigar. Así pues, os propongo que nos reunamos la próxima noche (la de mañana) para intercambiar información y ver como continuamos con el caso. Podríamos citarnos en la azotea del almacén donde luchamos con esos tipos por si podemos sacar alguna pista después de que la policía haya "recogido" el sitio. ¿Qué me decís?

Tras asegurarse de que la policía apresaba sin problemas a Tigershark, el grupo se encontraba reunido en lo alto de un edificio en plena noche. -Me parece bien. Por hoy no creo que podamos hacer más.- Respondió Arma a las palabras de Zero. Había sido una noche emocionante y agotadora en partes iguales y, ciertamente, mañana tenía cosas que hacer que no tenían nada que ver con detener un intercambio ilegal.

-Ha estado bien combatir a esos lunáticos con vosotros. Hasta mañana.- Dijo dedicando una breve mirada a cada uno de los allí presentes y, sin más dilación, emprendió el vuelo para regresar a casa. Si se retrasaba más en volver, a penas podría descansar. Y mañana sería un día muy largo.

- Me parece bien. Mañana nos vemos.

Fue la respuesta carente de emoción que dio Rever antes de ponerse en marcha. Tenía una mudanza que planear, y debái encontrar un nuevo refugio lo antes posible.

Kaito estuvo pensativo durante el regreso. Sólo cuando ya estuvo de vuelta en el y ano tan seguro refugio, la armadura volvió a desaparecer. El joven maldijo al comprobar que, de nuevo, su transformación súbita había desgarrado la ropa que llevaba por la parte de la espalda. Recogió sus escasas pertenencias, metiendolo todo en una bolsa de viaje. Los jirones  de camiseta y sudadera también, ya que pretendía dejar las menores pruebas posibles de su estancia allí.

Mientras hacía hueco para que todo cupiese en la bolsa, seguía pensando.

¿Habría llegado a hacerlo? ¿Podría haber matado a ese delincuente? Ahora, con la cabeza más fría, parece algo incorrecto. Puedo entender la moral con la que los otros han tomado su decisión, pero es de esa moral de la que se aprovechan los delincuentes para reírse de una sociedad asentada en la compasión. Pero, si es así... ¿dónde está el límite? ¿En qué momento se cruza la línea entre hacer lo que es necesario y convertirse en un criminal? Es todo tan... ambiguo... tan confuso.

Recordó los cadáveres que habían quedado tras su primera transformación. En aquel momento se había horrorizado. Se había dicho a sí mismo que él no era un asesino. ¿Había cambiado algo desde entonces? ¿Qué le estaba haciendo ese traje? ¿Era ese el precio de tratar de hacer lo que es justo?

¿Y qué hay de esos tipos? Van por ahí, deteniendo criminales. Al menos en general parecía que sabían lo que hacía. Tengo que volver a verlos, podrían saber más del caso de la droga Forte. Debo llegar al fondo y resolverlo. Se lo debo a Sakura. Y puede que ellos puedan ayudarme.

Tuvo la bolsa lista enseguida. Tampoco es que tuviera mucho que recoger. Se vistió con algunas de las prendas que le quedaban sin destrozar y se preparó para dar una vuelta. Necesitaba encontrar un nuevo lugar. Y cuanto más cerca estuviese de aquel, mejor. Si alguien hostil regresaba, informado por aquel criminal, podría verlo llegar e incluso tender una emboscada. De hecho, si no encontraba nada mejor, una posición alejada de la original pero en el mismo solar en alguno de los otros edificios. Ya vería, sobre la marcha, como siempre desde el accidente. Pero debía darse prisa. También necesitaba descansar, pues la mañana siguiente debía ir a cuidar el jardín del señor Kurosawa.

Luego de despedirse del grupo de Heroes Daisuke regresara a su casa, al otro día tocaba ir a clases sin embargo la adrenalina de todo lo acontecido me complico los intentos de dormir. Luego de una mala noche, una jornada complicada en la escuela y una siesta reparadora me dedicare a navegar los sistemas de hospitales donde pudieran estar alojados Rika y Jin. Quizas pudieramos hacerle una visita secreta para intentar sacar más informacion, ademas de vigilar que no planearan fugarse de las fuerzas policiales.

Luego rastreo todas las noticias que existan al respecto y busco informacion acerca de los hombres peces de Jupiter para ver que más podriamos saber al respecto. 

- Bueno, creo que ya ha sido suficiente por una noche, deberíamos de poner un lugar fijo donde encontrarnos si es que decidimos trabajar en conjunto otra vez. ¿no les parece?

Arma surcó el cielo nocturno de la ciudad en dirección a su casa. Su primera incursión como héroe justiciero había sido de lo más emocionante y llena de sorpresas. No solo por haber detenido la venta de aquella droga y haber podido explorar más su poder. Fue el hecho de conocer a otra personas con habilidades especiales y con motivaciones similares a las suyas. Y había combatido a su lado, como un equipo.

Con todos estos pensamientos en su mente, el viaje resultó tremendamente corto para el joven aprendiz de superhéroe. Aterrizó con cuidado en la azotea del bloque de dormitorios, se concentró para volver a su apariencia normal y bajó con sumo cuidado hasta su habitación. Un bostezo se le escapó en el momento que puso un pie dentro. Hasta ese mismo momento no se había percatado de lo cansado que estaba realmente. Notó el peso de sus párpados impidiéndole mantener los ojos abiertos por mucho rato seguido. Se puso el pijama todo lo rápido que pudo y programó tres alarmas en su móvil tras ponerlo a cargar en un enchufe junto al escritorio. Era algo que solía hacer cuando temía quedarse dormido al día siguiente, colocaba el teléfono de modo que tuviese que levantarse de la cama si quería desconectar la alarma. Mañana tenía clase y no podía faltar si no era por un buen motivo. Y decir que pasó la noche luchando contra una banda criminal no sonaba como una excusa creíble para el profesor.