Partida Rol por web

-Ya se pronuncian, pero tenemos un trabajo que hacer. Sentencié al voltearme, a mis espaldas, observando la cúpula invisible  conteniendo aquel vendaval que se levantaba en medio del pueblo.

Podría ser aquella fuerza misteriosa que había dicho Dagon, la que casi contiene para evitar una catástrofe, o bien pudiera ser un enemigo o uno de los muchachos reclutados a la fuerza como nosotros.

No importaba en el momento, y esperaba que pudieran arreglárselas solos, sabía que podrían, como yo tendría que enfrentar lo desconocido una vez más. Solo que ahora no lo haría sola.  

Las palabras de Paradise provocaron una sonrisa, un asentimiento al Stand, proseguida por una mirada de soslayo a quien ya era mi nuevo amigo y compañero de armas, Kouhei

Llevé el índice sobre mis labios, emulando la seña para el silencio. Tal vez no tuviera tanta suerte como la otra vez, en mi corazón deseaba que así fuera, que todo sucediera como habíamos planeado.

-Solo ilumino un poco la estancia. Contesté indicativa con un guiño travieso aliñando mi expresión facial.

Podría esperar un comentario apático de su parte, dirigido a mi o a su stand, pero tampoco me lo tomaría a pecho; gracias a  Paradise de pronto tenía una inesperada aliada con la que ni el propio Kouhei podría enfrentarse.

-¿Listos? Cuestioné, trasformando mi rostro en concentración consumada al tiempo que cautelosamente cruzaba el umbral roto de la roída entrada. A mi paso la luz diseminándose, llenando cada espacio de la oscuridad circundante, obligándola a revelar sus secretos y con suerte la localización o el rumbo que tomara aquel sujeto.

-Vaya nube de humo... o son los demás, o otras personas, o un fenómeno atmosférico muy raro...- me dije a mi mismo al ver esa extraña cúpula de humo. Era extraño: si; me llamaba la suficiente atención como para hablar de ello: no.

Jocelyne sonrió ante las palabras de mi Stand... genial, ahora se llevan bien, yuju... Bueno, en verdad me alegro, así al menos Paradise no amenazara a la chica. Respecto a la cortina de estrellas tenues que metió dentro, ella dijo que sólo era para iluminar -Ah... pues podría ser un poco más brillante si sólo es para eso- dije con tono apático.

Pregunto si estaba listo, yo simplemente asenti y cruce el umbral con ella... para haber estrellas, me seguía pareciendo muy oscuro. No se porque, Paradise en lugar de estar a mi lado lo estaba de Jocelyne, y parecía decirle algo en voz baja -Damisela, habeis indicado que está cortina boreal es para iluminar el local. No quiero inportunaros ya que enterramos el hacha, pero a mi señor le parece demasiado tenue... ¿me permitiriais proporcionaros a vos y a mi amo una mejor iluminación... o necesitais estás constelaciones para algo más?- le pregunto mi Stand a ella... vamos a ver, ¿pero de quien es el alma, mía o suya? ¿acaso puede hacer eso? Dios, mi alma es demasiado independiente.

Y en efecto, los puñetazos de gravedad aumentada chocaban con potencia bestial en las paredes derruidas, acompañados del característico sonido de la madera siendo destrozada... ¿Realmente destrozada? Al analizar el momento, las paredes seguían completamente intactas y sin siquiera la mínima abolladura en su superficie. En el momento, un nubarrón de polvo se esparció por entre el espacio, nublando la vista de Alexander. ¿Que diantres pasaba? ¡Los muros debían de haber quedado en menos que ruinas! Aun así seguían firmes y el polvo parecía provenir de la estructura, casi como si se derrumbara sin haberlo hecho. 

Pero de entre la densa capa de polvo generada por los golpes, sombras surgían prominentes de entre la bruma. ¡Eran denuevo los clones! Se construian denuevo usando el polvo del suelo como material. Se veían amenazantes y sonrientes, listos para un segundo round. 

Y usando una estrategia tan baja como la misma palabra, uno de los clones se abalanzó de entre la espalda de Alexander sin aviso previo, cargando con un potente derechazo directo en su rostro. Al impactar, el brazo del clon se desmoronó en arena y polvo esparciendose por el suelo en caída. Lo intrigante era que el ataque, aun con su notoria potencia, no había dejado marcas algunas en el rostro de Alexander, aun que sin duda el dolor había sido de lo más real. 

Dagon observó a León y su lengua afilada y penetrante, cortando con sus palabras la defensa cínica que poseía el peliblanco. Soltó una pequeña carcajada de incomodidad mientras en su mente reía por la astucia de su aliado. 

-¡La estúpida lanza no se equivoco! A menos no a favor de mi facción. Hablaba tratando de probar si aun seguían con intención de apoyar una noble causa que desconocen... ¿Debería dejar de ser retórico? ¡Bah! Ya no es necesario- Soltaba sus palabras con su voz por no decir más alegre- Ahora mismo no hay nadie que nos observe, en efecto no tienen ningún sistema de vigilancia con el que seguir nuestros pasos, almenos no hasta que el sol se oculte bajo el horizonte. 

Ahora Dagon había soltado su tono antipático y con duda y multitud de significados en cada palabra que decía. Algo habia cambiado en el, quizá su incertidumbre cambio para bien. 

-Como sea... ¿Quieres saber el porque sigo aquí? ¿El porque todos ustedes fueron arrastrados a la fuerza a este sitio de mala muerte? Todo recae sobre los desquiciados hombros de dos sujetos en particular... ¡Pero es una larga historia! Preferiría soltar el como van a ayudar a prevenir el moldeo lunático del mundo entero cuando nos volvamos a agrupar. 

Se paró un momento en el paso, observó con mirada de quien recobra su razón para vivir al cielo y este le devolvio la motivación. Se giro denuevo para observar a León y Joseph, esta vez decidido a ganar su confianza. 

-Tomare una decisión riesgosa, pero debo de hacerlo si quiero que les quede claro mis motivos puros. Mi Stand, Coming Undone, es capaz de degenerar cualquier objeto que toque con sus manos a cenizas en un área determinada. Es capaz de dar muerte a todo con sus manos, inclusive la luz y los seres vivos... ¿Ahora confían en que no tengo motivos putrefactos? No están en la obligación de hacer esto, pero me gustaría saber que hacen los de ustedes, aunque viendo al cuerpo danzante ya me hago una idea... 

La desfavorable oscuridad que se esparcía por el interior había sido debilitada por la nebulosa brillante que esparcía Shooting Star entre la fúnebre Alcaldía. Cada esquina llena de sombras ahora brillaba con el haz azulejo, se había difuminado la desventaja de las sombras. Ahora se veía una enorme escalera que chocaba contra la pared subiendo y de dividía entre dos, dos caminos a la izquierda y a la derecha que llevaban a diferentes sectores del edificio. 

Pero el interior estaba silencioso, muerto entre sus ecos y frío entre su voto de pena. Corrientes de aire gélido salían de entre las ventanas y los pasillos que permanecían aun engullidos por la oscuridad. En el piso inferior habían dos pasillos a los lados, pero habían sido cubiertos por barricadas de muebles viejos. 

Con una sonrisa agradecida, mientras Star manos juntas cruzadas sobre el pecho inclinaba la cabeza a su vez correspondiendo mi sonrisa hacia el stand compañero, negué un instante.

-No será necesario por el momento Paradise. Para mi es suficiente y cumple precisamente con lo que necesito.

Comenté mientras ya en la estancia observaba todo el local, estudiando con reserva cada espacio y recoveco. Una vez dentro, como era de esperar, el brillo se difuminó, magnificando su concentración y a la vez el resplandor lumínico que fácilmente alumbraba toda la sala. Cuando finalmente verifiqué  que la habitación se encontraba vacía pose mis ojos en un instante sobre el ascua, mirando hacia el stand posteriormente y continuar hasta el usuario.

-Creo que tendremos que separarnos otra vez si queremos cubrir más terreno. Pero si alguno descubre algo llamemos al otro como apoyo inmediatamente. ¿De acuerdo? Torcí un poco los labios, susurrando, más por costumbre aunque sabía que mis palabras eran camufladas por el brillo invisible a otros ojos enemigos, finalizando con un pedido severo, aunque mi tono distara de una orden rayando más en lo chistoso.  A no ser que el muchacho tuviera otra idea.    

 –Asegúrate de que esa ascua prenda, y ahora si podrán iluminar todo esto, vamos lúzcanse. 

​Le volvi a indicar a Paradise con un guiño cómplice, como si fuera una vieja amiga, ante de subir las escaleras dedicándole una última sonrisa a Kouhei para decidirme por la puerta de la izquierda, indicándole que tomara hacia el otro camino. En la parte más alta de la escalera me volteé mirando abajo, esperándolo desde lo alto para juntarnos una última vez antes de volver a separarnos.

Cuando por fin el peliblanco se tranquilo fue cuando Leon pudo cambiar un poco sus facciones aunque por dentro se mantenía estando algo exceptico e incluso seguía escuchando un poco las voces que le hacían sentir algo incomodo desde que le hablaron con anterioridad. Lo que dijo sobre la vigilancia era un información crucial, es decir que si podían observarles cuando el sol se ocultaba y las sombras se apoderaban del lugar era el momento crucial para que algún Stand enemigo pudiera observarles. -Al parecer comprendes bastante a quienes son tus enemigos, si tienes información entonces lo importante es que nos digas todo lo que sabes al grupo ya que estamos enfrentando a estos sujetos casi a ciegas.

Al escuchar por fin a un Dagon más suelto, una leve sonrisa apareció en sus labios comprendiendo que todo estaba mejor, que ya no se sentía atacado por la presencia ajena y que quizás podía empezar a confiar, aunque el mismo Leon desconfiaba de todos en tal momento. -Ya veo, entonces conoces al menos un poco lo que esta sucediendo aqui, quienes son esos pilares que evitan que podamos salir de aquí. -Volvió a mantener la compostura de un caballero. -Un stand como ese suena irracional, fuera de toda lógica, aunque ya veo las limitaciones que tiene y el porque no has podido hacer nada contra tantas personas. -Se miro la mano derecha y comenzó a crear un poco de hielo desde el aire y respondió con rapidez. -Puedo crear hielo tan duro como el acero. -Fue lo único que dijo, hasta ahora esa era la habilidad que su Stand había mostrado. Estiro la mano derecha y puso la mano en forma de puño mirando de reojo a Joseph. -Confió más aún en ti, si estas en peligro puedes contar con mi ayuda, tu también Joseph. Acabemos con estos tipos. -Pronuncio esperando un choque de puños entre los tres con una leve sonrisa en los labios.

El psicodelico muchacho rie en tono entusiasta ante la reacción salvaje y calculadora de Gabriel, sonríe ampliamente ante la lluvia tremenda de puños como balas y deja sus manos descansar entre los bolsillos de su abrigo deshilachado, casi como si el ataque no le importase o simplemente no tuviera manera de contrarrestarlo. 

Y efectivamente, la ondanada le impacta de lleno en diversas partes de su cuerpo, enviándolo con fuerza hacia el fondo de la capilla no sin antes recibir almenos ocho o nueve golpes en su cuerpo. Al caer, derribando en su viaje un buen par de candelabros oxidados, levanta un fuerte sonido de exaltación de su boca. 

-¡Kiaaahhhk! Eso fue... ¡Realmente duro! 

Y levantándose adolorido, seco una línea de sangre de entre sus labios. Las marcas de los puños sobresalían en sus ropajes y los nudillos de Nothing Else Matters se habían grabado en su mejilla derecha. Al incorporarse, se balanceo hacia atrás aun sobrecogido por el impacto del asalto pero logro recobrar su maltrecho equilibro. 

-Es... ¡Realmente rápido! Debía de probar en sangre propia su dureza, una lastima que no vea sus trucos de magia ¡Akhghhh!- Sollozo por el dolor-¿Será suficiente con eso? ¿¡A que hora llegará el nuevo cazador!? Se le hace tarde aunque tengamos todo el tiempo del mundo. Como sea y como acabe ¿Detalles de los blancos?... Un grupo de jóvenes de lo más variopintos, todos con trucos de magia fuera de lo común. Además de eso, el traidor de Dagon. Un hombre moreno y peliblanco con la muerte misma en sus manos, ¡No dejes que te agarre! 

La presuntuosa charla de detalles salía disparada a toda velocidad, sin seguir un verdadero sentido alguno, casi como si dijese todo lo que se le venía a la mente de un plumazo. 

-Pero son para tu desgracia demasiados en número ¿Donde se habra metido el maldito Flamcourt? ¡Me prometió un asesino de primera para controlar la plaga! Aunque quizá le estamos poniendo demasiado empeño en acabarla... 

Dark Paradise asintió, pero no sabéis si os ha sonreído o no debido al velo -Como deseéis damisela; pero si lo necesitáis siempre podéis pedirme ayuda- dijo con una reverencia típica de un mayordomo. Entonces volvió a mi lado y se quedo a mi espalda mientras caminaba... podría haber dicho algo sobre lo que opinaba, pero para que.

Parecía que el camino se bifurcaba; yo propondría separarnos, pero prefiero esperar a que Jocelyne diga algo... ella era la que decía que mejor todos juntos, después se quería quedar sola, y luego me quería acompañar; su opinión cambiaba más que la orientación de una veleta, así que no se. Al final propuso que nos dividiéramos... pues vale. Le repondí encogiendome de hombros -De acuerdo. Si encuentro algo pego un grito y te aviso...- le dije con cierto pasotismo.

Luego ella indicó a mi Stand que iluminara la zona si quisiera... creo que esa orden debería darla yo, pero meh -Bueno Paradise, ya la has oído. Si tantas ganas tenías de iluminar estas ruinas, es tu oportunidad- le indiqué a mi Stand mientras subía la escalera para reunirme con Jocelyne antes de que cogiera su camino. Mi Stand, entonces, se acercó la ascua a la cara y volvió a pronunciar unas palabras como cuando estábamos en el motel -Revive the light: shine on...- y avivó la llama con un soplido que desperdigó pequeñas chispas por todo el alrededor. Esas chispas desaparecieron rápido; pero Paradise volvió a avivar la ascua, y entonces toda la zona fue iluminando de forma gradual hasta que parecía que estaban las luces encendidas, aunque luego mirabas y no veías nada que emitiera luz por el alrededor salvo la llama de entre sus manos. Miré un poco a mi alrededor más iluminado -Hum... ahora si que esta iluminado esto...- dije en general con tono apático -Creo que ya voy entendiendo que poder tiene Dark Paradise...- dije con el mismo tono.

Si hubiera entrado, seguramente mi situacion hubiera estado peor, ya que este lugar parece tambien estar hecho de la misma habilidad que me mantiene encerrado entre estas malditas casas seguramente esos malditos clones podrian aparecer con mas frecuencia, pero no tengo manera de salir, mas que buscando a esa mujer que me tiene como raton enjaulado... Al momento de sentir el puñetazo, me quede unos segundos en seco, no tengo marcas, pero si pude sentirlo bien... Eso significa que bien, podria afectarme a la larga, arena, polvo... Esas son dos cosas fundamentales, en este maldito, tsk...

-Bueno... Tocara entonces entrar... -Dije, de mala gana, mientras hacia aparecer de manera discreta, un campo de gravedad que mandaria a volar con fuerza a quien se acercara a un metro de mi persona, un campo de 360 grados, quizas asi podria entender mas, los limites de su Stand... Y adentrarme a la casa que queria destrozar.

Cuando los golpes impactan en Arion, Gabriel se levanta alzando una ceja. Chasquea la lengua algo decepcionado, ¿de verdad le ha dado así sin más, solo cerrando los ojos? Que Stand más débil entonces... El rubio tiene la esperanza de que esto siga siendo parte de la ilusión, pero no tiene demasiada fe en ello. Suspirando se yergue y se sacude la ropa.

- Kehe... Esperaba más la verdad, senpai~

El chico se mete las manos en los bolsillos, dándole la espalda a Arion. El puño de Nothing Else Matters sigue cerrado, agarrando algo, pero el Stand abandona la pose de batalla, guardando varias de sus manos en los bolsillos de la gabardina.

Mientras camina hacia la salida Gabriel gira el rostro para mirar parcialmente a Arion mientras le da la espalda.

- Kekeke... ¿"Demasiados en número"? Creo que subestimáis lo que habéis creado, Arion... Pero como el chico bueno que soy refrenaré mi ataque hasta que mandéis a ese "asesino de primera"... kekeke... 

La elección de palabras le hace gracia al chico, que no parece tomárselo muy enserio. A fin de cuentas parece que ha derrotado a su "jefe" sin apenas esfuerzo, sin tener que usar el poder secreto de su Stand.

Y con una leve risa, si Arion no tiene nada más que añadir, Gabriel Arnson sale de la capilla con las manos en los bolsillos y su nuevo compañero/poder siguiéndole de cerca, caminando justo detrás de él con una de sus manos aún cerrada en en el bolsillo de su gabardina.

Se dirige a buscar a los "objetivos".

Y en efecto, la sombria Alcaldía se iluminó en un instante por la chispa de Dark Paradise, aunque la vista no fuera alentadora. Era el panorama vivo de la tristeza, de la melancolía del pasado y los fantasmas sollozando por su vida pérdida. En cuadros rasgados se veían pinturas panorámicas del puéblo en sus tiempos dorados, gente sonriente por el hecho de estar viva, de disfrutar de cada segundo infinito ahora en aquella pintura. En el sitio de conexión entre las escaleras se encontraba postrado en fotografía primitiva un afable hombre calvo excepto en sus canosas patillas, con el aspecto de un granjero sosteniendo un tridente para paja que le sobrepasaba su altura, rechoncho y feliz. 

Pero mientras la pareja dispareja avanzaba separada por cada lado de la escalera, un crujido de madera debajo de sus pies se hizo escuchar tortuoso. Los escalones se derrumbaban por el peso que soportaban, desmoronandose en segundos y dejando a los jóvenes a merced de la gravedad. Fue una caída breve, se podría suponer, pero la diferencia estuvo en que atravesaron el suelo de la triste Alcaldía mientras que las luces de sus Stands se desvanecían por la repentina sorpresa. 

La madera caía a la par que Kouhei y Jocelyne, directo a un enorme cuerpo de agua oscura por la falta de luz. Era un cuarto enorme, de tamaño igual de grande al perímetro total de la Alcaldía, o eso se podía especular por que su fondo se perdía entre la oscuridad. El agua estaba helada, tocada por el dedo congelado de la muerte. Columnas de concreto se esparcian por entre el sitio, sosteniendo la estructura y cayendo debajo de la profundidad del agua, donde estaría su base. 

​Pero entre la penumbra, un tremendo sonido se esparció como un eco atónito. Las columnas se estaban desmoronando sin ser acto de alguna persona o Stand visible. Se derrumban como si el tiempo les cobrará justo ahora las cuentas. No se veía a nadie en lo profundo y los pilares seguian cayendo, para la mala fortuna de los jóvenes, cerca de ellos. Los escombros caían y se perdían en la notoria profundidad del agua, cerca de ellos ¿Querría el destino que un pedrusco les aplastara en un parpadeo todo su ser? 

La pregunta murió en mis labios sin pronunciarse. "¿–Estas bien Kouhei?" Se había formulado mi mente, una consulta en base a su  renuente expresión facial nuevamente y palabras monótonas. Cuando finalmente creía que había logrado un paso adelante con el chico, este volvía a sumirse en su apático desapego emocional y físico a cualquier situación, incluso cuando Paradise había iluminado la estancia. Un fulgor e iluminación muy diferentes al mío, diferentes propósitos, pero viendo que el chico había mencionado la visibilidad y la propia Paradise insistía en cumplir con los propósitos de su usuario no tuve corazón para negarles ese placer pues yo misma buscaba maravillarme ante el poderío de mis compañeros.

Pero ahora la pregunta nunca formulada, apenas una idea, derrumbándose entre los escalones que nos separaban a distintos extremos de la habitación,la silueta del joven al subir la escalinata fue lo último que mis ojos aterrados capturaron. Distancia que pretendía tomar para dar espacio y tiempo a superaciones personales, creía que ya había forzado demasiado la cercanía con un ya renuente Kouhei, siendo una epopeya que hubiera aceptado embarcarnos juntos en la caza de aquel sujeto y en mi inocencia creía que tal vez un poquito de espacio ahora después que ya éramos “amigos” le serviría bien.

Lo que no contaba era que los pasos que dábamos adelante fueran precisamente los últimos que marcarían el comienzo y finalización de nuestra aventura. Una trampa, o simplemente el peso de los años desmoronándose ante la fuerza del presente. Aquella insondable habitación desbordada de agua sedienta por tragarnos hacia el profundo y negro abismo emulando las mismas fauces de la muerte, con aquel abrazo gélido aturdiendo los sentidos y las extremidades.

Sabía que podía luchar si quería, nadar buscando alguna salida, iluminar la estancia con el propósito de ganar con la visión una idea general de donde caían aquellos pilares invisibles. Mis pupilas midriáticas observaron alrededor, viendo sin ver. Tenía opciones, tenía salidas, pero todas me fallaron en un momento de desesperanza, cuando había luchado por aferrarme a un propósito o existencia que diera sentido entre todos aquellos muchachos y situaciones. Con un débil, muy tenue palpito Star pretendía iluminar y proteger, con la fuerza que precisamente escapaba en mis pulmones sumergidos de agua. Un débil latir, como el corazón que se apagaba, haciendo presa desgarradora en mis oídos con un alocado palpitar que poco a poco desesperado comenzaba a producir una arritmia descontrolada, próximo a detenerse.

"-Lo siento Khouhei, lo siento mucho." Fue la segunda frase que se formuló en mi mente, tan clara que creí haberla pronunciado, pero no, se perdía en la negrura de mi subconsciente como aquella agua oscura que me envolvía en una tumba prematura.

Lo sentía y lamentaba, sabiendo  que la potestad en generar un escudo capaz de protegernos a ambos estaba en mi poder, que había fallado mi promesa de ser una amiga incondicional para ayudarnos, no solo a él sino a toda aquella gama de alocados chicos con los que el destino me había topado.

Exasperadamente luché con las últimas de mis fuerzas haciendo frente a la oscuridad y el agua que me absorbía, esquivando aquellas columnas, pero las fuerzas nunca me correspondieron.

Mientras veía el paisaje bastante desolado que era ese ayuntamiento gracias a la luz que proporcionó Dark Paradise, note como un crujido debajo de mis pies que me hizo mirar abajo y vi unas grietas -Ains... esto va ha doler- pense con apatia justo cuando el suelo se nos abrió bajo los pies.

La caida, aunque duró poco, me dejo algo dolorido, lo normal cuando caes de plancha contra una especie de piso inundado. Nade a la superficie, donde de milagro esquive una columna derrumbandose. Estaba congelada, y no se que tenía, pero ese agua hizo que mi mejilla cicatrizada me escociera una barbaridad y me irritara un poco los ojos.

La verdad es que este no era momento para pensar en eso y en ser apático; fuera esto una trampa planeada o un accidente causado por el estropeado estado del edificio, teniamos que esquivar esas condenadas columnas y nadar hacía una orilla. Mi Stand flotaba por encima del agua, aunque estaba totalmente empapada, pero parecía que su ascua no se había apagado -¡Señor! ¡Esta usted bien!- exclamó ella antes de que la cortará -No tenemos tiempo para que te preocupes por eso... ilumina la zona para que veamos, ¡ahora!- le exigi, a lo que ella respondió acercándose ansiosa la ascua al rostro -Revive the light: Sun- pronunció avivando -¿Sun?- pense antes de ver lo que hizo. Esta vez, plantó en medio una enorme bola de luz en medio de la habitación que incluso dolía verla... vale, por eso dijo Sun.

-Vale, tenemos luz, hay que nadar Jocelyne- dije, pero no recibí respuesta... por primera vez en todo lo que llevo aqui, me preocupe -¿Jocelyne?- pregunté mientras buscaba a mi alrededor; cuando abrí los ojos más viendo a la chica hundiéndose en el agua -¡Jossie!- exclamó alarmado por primera vez. Sin pensarlo demasiado, cojo aire y me zambullo en el agua tratando de acercarme buceando hacia ella intentando esquivar las columnas que continúan cayendo. No... No, no, no, ¡no! ¡no voy a cargar con más muertes de gente que me importa; aunque sea la chica que me ha abofeteado la cara! Jocelyne... de los dos... quien tiene que morir ¡soy yo, no tu! ¡tu mereces vivir!.

El peliblanco dio lo que seria hasta la fecha, su acción más sincera en forma de una sonrisa con la vista pérdida hacia el horizonte. 

-Nuestra carta de triunfo será la confianza entonces. No se sienten... ¿Extraños? Les trajeron sin su consentimiento a un sitio decaído por voluntad de un desquiciado, no saben bien siquiera porque luchan, pero lo único que saben es que lo hacen por su libertad, en general el libre albedrío del mundo entero... 

Pero entre las palabra de Dagon, una sensación recorre el cuerpo de León. Algo le avisa del movimiento de sus dos compañeros lejanos, siente como Kouhei y Jocelyne caen almenos unos 10 metros hacia un extraño campo. Era eso... ¿Agua? Sentía las partículas del hidrógeno y el oxígeno en cantidades suficientes para ser una enorme piscina. 

Y mientras Dagon se perdía en sus palabras, el paso del grupo avanzaba hacia la pescaderia que habia mencionado Jocelyne. Un enorme cartel que avisaba; "Paraíso del Pez Joe's". En la cadena de almacenes y tiendas ya afectadas por el tiempo, esta era sin duda la más grande y la más intimidante. Su interior estaba completamente oscuro, además de que sólo se veían jaulas pequeñas de pescado oxidadas y desperdigadas sin orden alguno. La puerta era solo un marco vacío y las ventanas estaban en la misma situación.