- ¡Que los Otros se te lleven, maldito enano! -grita Ser Barristan cuando, entre espadazo y espadazo, observa cómo el Gnomo intenta escabullirse por alguna salida secreta.
Como se me llevarán a mí...
El Bravo nota que sus fuerzas comienzan a flaquear. Sobre todo cuando se vé, de repente, cara a cara con aquél que fue su amigo y que ahora no es más que un espectro helado que le mira con ojos distantes.
Pues nada, elijo a Tyrion :)