De improviso, una juvenil voz toma la palabra.
-Padre ¿Por qué no aceptamos la tregua? -dice Erkenbrand, el joven heredero del Folde Oeste- Si aceptamos, los rohirrim dejaríamos de pelearnos y estaríamos más unidos, además podríamos destinar a todos los guerreros del Entaguas al Vado del Isen para así protegernos mejor de las incursiones.
Al escucharlo, todos os hacéis la idea de que Erkenbrand podría llegar a ser un gran señor ya que a pesar de su edad, pareciera encarnar a la perfección la diplomacia y el pragmatismo de su madre con la estrategia y el pensamiento militar de su padre… Mientras que Esfled le dedica una orgullosa sonrisa a su hijo, Éogar le otorga una cálida mirada de aceptación aunque cuando este se gira hacia vosotros solo podéis notar que sus ojos ya no tienen la anterior calidez sino que parecen igual de fríos que antes.
-Entiendo la propuesta del Rey y vuestros argumentos, y sinceramente me gustaría creerlos pero a diferencia de vosotros conozco de sobra las tretas de Cenric. Desde que Fengel le nombró Tercer Mariscal, ese gusano ha intentado arrebatarme mi puesto y no solo he tenido que usar todo mi ingenio para obstruir sus intrigas sino que debido a sus tratos comerciales con Gondor tuve que intensificar las incursiones contra los dunlendinos para así poder conseguir un botín capaz de igualar los regalos que le hacía al viejo Rey… -aunque el tono de Éogar sigue siendo igual de hosco que antes, cada vez os queda más claro que aunque ambos Mariscales tienen su parte de responsabilidad, el verdadero causante de la división de Rohan fue el ambicioso Rey Fengel- A pesar de que me he ganado enemigos dentro de mi propia tierra por las acciones que tuve que tomar, no soy un tirano y por eso le daré a Mildryd mi permiso y bendición para comprometerse aunque la tregua con ese advenedizo es harina de otro costal. Cenric y los suyos nos deben demasiado, no solo por los wergelds que nos adeudan sino por los guerreros que hemos perdido y que podía haber destinado en los Vados del Isen para así detener las incursiones de los dunlendinos.
Todos: En primer lugar, he tirado las ventajas de todos los que faltaban postear y por eso Barald es el único que consigue dados adicionales que puede usar el mismo o dárselo a un compañero (obtiene dos dados y como siempre, el límite es uno por tirada). Además, como la interpretación de Aldor fue convincente a pesar de la pésima tirada, he decidido que Galadan le diera su dado adicional.
Aunque os he puesto turno, este es más que nada para adelantar un poco el ritmo. Eso significa que la prioridad a la hora de considerar tiradas la tienen los que todavía no han posteado (Andir, Erekose y Elreychapa) pero aún así el resto (Nerghan y Falenthal) pueden volver a intervenir.
Nerghan: Como te he otorgado el dado adicional de Galadan, tu tirada ahora tiene un resultado de 11 así que puedes elegir entre mantener el fallo o gastar un punto de Esperanza para obtener un éxito.
Barald gana el segundo punto de avance en el grupo Percepción.
- Mi señor, no soy un político, pero ante la ausencia de un valedor mejor, vos debeis ser el valedor de Lady Mildryd. Por tanto deberiais poder imponer ciertas condiciones para este casamiento por el bien de milady. Puesto que como dice la canción un heredero que no ha heredado ¿no depende de las migajas de su mujer?
Motivo: Cantar
Rangos de habilidad: 2
Fatigado
NO: 12
Tirada: + (3, 5)
Total: + 5 = 5
Fracaso
Motivo: pespicacia
Rangos de habilidad: 2
Fatigado
NO: 14
Tirada: + (6, 6)
Éxito espectacular
Te acabo de poner el mensaje en modo "Solo para el director" por varias razones que tu personaje debería tener en cuenta (y si tenías dudas tendrías que haber preguntado antes, joer xDD):
-A vosotros os da igual el casamiento (el cual no es más que una manera de afianzar la tregua uniendo ambas Casas), vuestro objetivo es llevar a ambos Mariscales a la mesa de negociación para que así lleguen a un cese de hostilidades.
-Mildryd es una viuda de notable posición en el Folde Oeste y por lo tanto no necesita un valedor sino simplemente el permiso de su señor ya que es la capitana del éored de Éogar (lo que sería equivalente a la líder de la guardia personal del Mariscal). Además, si lees el turno verás que este ya se lo ha dado.
-Decir que Éogar debe imponer condiciones es atentar contra vuestra propia misión ya que le dais más razones para ser aún más inflexible en sus exigencias.
-Y por último, si ves con detalle las tiradas (y también las notas) del turno que he puesto antes verás que ya no eran necesarias las tiradas de Perspicacia.
Te acabo de poner el mensaje en modo "Solo para el director" por varias razones que tu personaje debería tener en cuenta (y si tenías dudas tendrías que haber preguntado antes, joer xDD):
Toda la puñetera razón.
A ver como he sacado un fracaso y tengo el defecto imprudente... pues queria darle un "poco" de chicha. Basicamente que se equivocara al intentar arreglar las cosas. A lo mejor lo que se podria solucionar con que "alguien" diga algo como el cantar no dice eso... o lo que sea.
La noche y el hidromiel trajo al beornida la paz del descanso del guerrero pero el amanecer le recordó la dolorosa herida sufrida con los dunlendinos, después del desayuno el Mariscal les recibio y mientras sus compañeros hablaban se sintió un poco fuera de sitio, esas negociaciones podrían marcar el futuro de esas tierras y la responsabilidad para llevarlas a buen era muy pesada.
Según avanzaba la reunión cada vez se sentía más cansado, las heridas sin cicatrizar y la tensión del momento hacían mella en su cuerpo hasta que en un momento que se hizo el silencio decidió intervenir, carraspeó ligeramente y le dedicó al Mariscal una leve reverencia, -Señor, disculpe la osadía de este humilde trotamundos, no soy un gran orador ni estoy acostumbrado a estar en presencia de grandes personalidades pero solo quería decirle una cosa, provengo de las tierras de los beornidas y en los bosques de mis ancestros durante décadas sufrimos a manos de nuestros enemigos, aun siendo de corazón valiente y de brazo fuerte vivíamos con miedo hasta que el gran Beorn nos acaudilló y bajo su mandato los pueblos se unieron dejando atras las pequeñas rencillas en pos de un futuro mejor y hoy en día somos un pueblo fuerte y orgulloso y que se cuiden los que nos deseen hacer algún mal porque se lo devolveremos aumentado por diez, asi que piense hasta donde puede llegar el pueblo de Rohan si se unen bajo la enseña del rey Thengel.
Motivo: impresionar
Rangos de habilidad: 4
NO: 12
Tirada: 5 + (6, 4, 5, 4)
Total: 5 + 19 = 24
Gran éxito
usé un dado extra
Me sorprendo ante la predisposición de Éogar ante la propuesta del Rey, aunque es gracias a las intervenciones de su hijo y esposa. También tenemos suerte de que Mildryd esté dispuesta a aceptar, puede que aún exista cierto afecto entre ambos y la situación se resuelva de buena gana.
.-Mi señor Mariscal, con haber dado permiso a la Dama Mildryd para aceptar la propuesta del Rey, avanzamos en nuestra misión pero queréis transmitir una petición ante el Mariscal Cenric y el Rey Thengel como condición de matrimonio?-le pregunto humildemente al Mariscal del Folde Oeste.
Esperanza: 7/10. Gasto, gasto, gasto, gasto, gasto, gasto.
Tomo mi mandolina y mientras mis compañeros hablan la voy afinando para presentar mis razones por las cuales Eogar debe aceptar lo propuesto por el Rey
-Mi estimado Mariscal, un joven bardo como yo sólo tiene su arte para transmitir su sentir, puesto que las estrategias y decisiones de grandes señores como usted me son difíciles de entender, ya que jamás he tenido semejante responsabilidad. Sólo puedo traerle esta humilde canción que creo que puede representar lo nuestro Rey quiere para La Marca con esta propuesta que nos ha honrado con traerle.
Comienzo con una melodía solitaria por unos momentos para luego acompañarla:
Ya entregué mi corazón
y otros te dieron la vida entera,
las fogatas de ese amor
no encienden sólo en primavera.
No me pidas olvidar, no me pidas desarmar,
desde niño aprendí que “patria”
es memoria y sueño bajo la piel.
Mira mis manos, llenas de hermanos.
Que tu sangre cante en el viento
como bandera de libertad.
Volveremos a soñar
nosotros somos parte de un sueño.
Volveremos a cantar
sobrevivientes de tanto infierno.
Todo un pueblo soñará, todo un pueblo cantará,
la sonrisa de los que sueñan
hará un camino hasta la verdad.
Mira mis manos, llenas de hermanos.
Que tu sangre cante en el viento
como bandera de libertad.
Motivo: Cantar
Rangos de habilidad: 3
NO: 14
Tirada: 4 + (1, 6, 6)
Total: 4 + 13 = 17
Éxito espectacular
Mientras el resto habláis con Éogar, Eothred comienza a recitar unas ancestrales estrofas de los tiempos en los que los rohirrim eran uno de los pueblos del norte que habitaban en Rhovanion, las cuales hablan de las obligaciones y el deber. Sin embargo, los originarios de la Marca recodáis que esas mismas estrofas luego hablan de los derechos que tienen los hombres sobre las decisiones de las mujeres y por eso Heruwyn no tarda en callar al joven jinete de un rápido pero fuerte codazo en las costillas, el que por desgracia no pasa desapercibido ante los ojos del Mariscal
Luego de escuchar lo que el resto tenéis que decir, finalmente Éogar toma la palabra aunque al principio mira a Aldor.
-Os equivocáis, le he dado a Mildryd mi permiso para contraer nupcias porque aunque sea su Señor, no tengo derecho a influir en su vida personal pero eso no significa que esté dispuesto a hacer las paces con esa escoria advenediza de Cenric -os dice el Mariscal, quien luego de intercambiar unas miradas con Esfled, vuelve a hablar- Por lo tanto, si queréis que el enlace sirva como garante de la paz entre nosotros, antes el… Tercer Mariscal y yo… deberíamos sentarnos en un terreno neutral e intentar llegar a un acuerdo -agrega con un tono sosegado que apenas cubre su desprecio por Cenric- Aunque mientras tanto podéis regresar a Edoras y decirle al Rey de mi voluntad de negociar y de que por el momento estoy de acuerdo con el compromiso. Además, antes de anunciar cualquier enlace, Mildryd debería reunirse con su prometido y por eso no solo os solicito sino que también os ordeno que la escoltéis hasta los vados del Entaguas, porque imagino que allí estará esperando el tont… Esmund ¿verdad? -finaliza de forma tajante mientras procura evitar insultar al futuro esposo de su capitana.
Todos: Felicidades, el encuentro ha terminado y no solo habéis conseguido convencer a Éogar sino que también habéis logrado hacer que esté dispuesto a negociar con Cenric sin demasiadas exigencias. Por lo tanto, podéis seguir hablando con el Mariscal pero ya no es necesario que hagáis más tiradas. Además, luego de esta interacción vuestra tarea será escoltar a Mildryd hacia los vados para que se reúna con Esmund, luego ya podréis regresar a Edoras a darle la buena noticia al Rey Thengel (y cobrar vuestra recompensa).
Elreychapa: Como las palabras de tu personaje atentaban demasiado contra vuestra misión y además has fallado una tirada de Cantar (y no de Persuadir, Impresionar o Inspirar), he hecho que Eohtred entonara una canción apropiada al principio pero después no tanto y por eso te han callado antes de que metieras más la pata xDD.
Barald gana el segundo punto de avance en el grupo Personalidad. Dengal gana el tercer punto de avance en el grupo Costumbres.
Barald escucha atento a lo que el mariscal está diciendo, en su interior siente un gran entusiasmo por que este es el primer paso para realizar el cometido impuesto por el Rey.
-Señor, partiremos raudos para cumplir sus ordenes, el Rey recibirá con alegría esta buenas noticias. Le comenta el Beornida con una sonrisa en su cara mientras le hace una pequeña reverencia.
Eothred rehuye el contacto visual tras el codazo. Aun convaleciente de sus heridas se plantea si el viaje es lo que mas le conviene ahora, pero la recompesa y la posibilidad de acudir a una boda anima el corazón del joven Rohirrim.
Algo se alegra en mi corazón, aunque un enlace entre mortales me resulta a la vez un asunto agridulce. No entiendo del todo el interés o la importancia de un compromiso que tiene un tiempo limitado. Pero a la vez algo me dice que nunca entenderé todo lo que significa para un humano prometer que dedicará su corta vida a una sola persona, o a un solo destino.
De todas formas, quizás yo también pueda aprender mucho de observar los acontecimientos entre Myldrid y Esmund. Ya el Rey Thengel y la Reina Morwen nos advirtieron que ni Éogar ni Cenric querrían negociar de primeras la paz. Así que el enlace entre sus súbditos era la excusa para forzar sus almas de acero a doblegarse: primero por necesidad y respeto a sus capitanes, quizás después por voluntad propia de no dañar más a Rohan.
Ahora, el primer paso era juntar a Myldrid y su prometido, que la esperaba en el Vado del Entaguas. Que ellos sellaran su compromiso en persona era de vital importancia.
- Partiremos, señor y señora, lo más prestos posible, si las circunstancias lo permiten -.
Miro a mis compañeros heridos, Eothred, Heruwyn y Barald. Sus miradas me dejan claro que no piensan quedarse atrás. Heridos y magullados, ninguno tiene la mirada baja, ni se deja doblegar por los tajos que los dunledinos les infligieron. Me dejan claro que no van a permitir mostrarse débiles ni ser un impedimento para cabalgar mañana a primera hora hacia el este, de vuelta a la Marca.
Quizás su mortalidad es lo que hace que esta gente nunca tenga tiempo que perder.
Luego de despediros del Mariscal y de su familia, salís de la tienda junto con Mildryd aunque una vez fuera ésta os comunica que todavía tiene tareas pendientes y que una vez termine con ellas, se reunirá con vosotros en la entrada al campamento. Sin nada más que agregar, la escudera se marcha y vosotros regresáis a la tienda que os cedieron para así recolectar vuestras pertenencias y prepararos para el viaje.
Al cabo de casi una hora de espera en la que os entretenéis charlando entre vosotros y viendo como los hombres de Éogar comienzan a levantar el campamento, finalmente Mildryd aparece aunque lo hace a lomos de una imponente yegua baya. Tras deciros que ya está lista para partir, ponéis rumbo este y comenzáis con vuestro viaje de regreso al corazón de Rohan.
Cambiamos de escena: Capítulo 5: Un rojo atardecer