Partida Rol por web

La maniobra había surtido efecto y el riesgo tenía su recompensa. Ahora tenía al brujo frente a mí, más preocupado por el Jefe Escamahollin que por mi.

La justicia caerá sobre ti, Tartuk el brujillo mentiroso digo señalando con la espada al brujo justo antes de lanzarle un tajo horizontal dirigido a su barriga.

Con sus amigos y el líder kobold sumados al combate Rennor debe buscar otra opción de tiro así que se mueve pegado a las barreras y dispara al brujo. Su flecha atraviesa las defensas mágicas pero parece que ve frenada su inercia impactando con poca fuerza.

El brujo kobold gruño dolorido al recibir la flecha de Rennor en el costado, y sin embargo fue capaz aun de esquivar el ataque de la inquisidora aasimar, pero no lo suficientemente como para evitar al líder kobold.

Con un jadeo agónico, Tartuk escucho un fuerte crujido en su cabeza, y noto como la vista empezaba a apagarse... Se giro con los ojos muy abiertos mirando a Escamahollín, el cual agarraba con firmeza  su clava hecha de hueso, la cual aun goteaba sangre... El hechicero kobold abrió la boca para intentar decir algo, pero simplemente exhalo su ultimo suspiro, antes de caer muerto al suelo.

Durante unos segundos Escamahollín se queda mirando el cuerpo del brujo, sin creerse que todo hubiera terminado ya. -Ya esta echo... mi tribu por fin es libre... El kobold negro levanta la mirada hacia vosotros y sonríe con cierto nerviosismo... -Muchas gracias... habeis ayudado a mi tribu a librarnos de las oscuras maquinaciones del brujo... Mirando al resto, hace una pequeña inclinación de cabeza agradecida. -No tengo nada mas que ofreceros que mi gratitud, pero podéis quedaros con las cosas que tenía Tartuk... Hay cosas que le robamos a los canijos que ellos se lo robaron a los bandidos... seguramente esas cosas os servirán mas a vosotros que a nosotros... Levantando la mano, hizo un gesto hacia la sala. -Podéis ir mirando, yo mientras iré a avisar a mi gente... creo que nos marcharemos y buscaremos algún nuevo hogar... después de todo lo que ha pasado, no quiero quedarme en esta cueva...

Y al final aquel flechazo de Rennor señala el final del brujo. Han cumplido una misión y han liberado a los kobolds. Mara observa la escena dejando de cantar cuando el combate termina mientras Escamahollín habla con ellos. Asiente a sus palabras.

- Gracias a ti, Escamahollín. - Le responde ella cuando le dice lo de los objetos. - Estoy seguro de que encontraréis un buen hogar. Espero que vengáis al puesto de Oleg a avisarnos de vuestro nuevo emplazamiento. - Les dedica una sonrisa.

- Buen combate, espero que ahora podáis vivir en paz y se fortalezca el comercio entre los kobolds y el puesto de Oleg.

El líder kobold se detiene y os mira con una leve sonrisa en su hocico... -Si os soy sincero, me alegra saber vuestra buena disponibilidad para querer tratar con nuestra tribu en el sentido comercial, pero si somos realistas, eso no tiene futuro alguno... Nosotros no tenemos nada que podamos fabricar que a vuestras gentes os puedan parecer toscos o primitivos... los kobold hemos vivido siempre de la lucha... Aunque pensaré en que podemos ofreceros a cambio de vuestra ayuda y vuestros recursos... El kobold se giro y se rasco la barbilla con gesto pensativo. -En cuanto a nuestro nuevo hogar... posiblemente miremos al sur... Intentaremos encontrar alguna cueva que podamos hacer nuestro hogar... El kobold lanzo una pequeña mirada de reojo. -Ademas... Esta cueva os puede servir a vosotros, ya que hay bastante plata... 

Es ahora Mara quien esboza una amplia sonrisa. - Bueno, ¿Y por que no ofrecéis eso? Es decir, servicios comerciales de escolta y guía. Para cazadores, estudiosos o incluso aquellos que quieran establecerse en la zona? Sería una buena forma de vivir de vuestras habilidades y además ayudaríais a la gente. Sabéis pelear y conocéis el terreno. Se que al principio podría resultar.. impactante. Pero podemos hablar con Oleg para que os haga buena publicidad. No puedo garantizar el éxito.. Pero.. ¿No perdéis nada por intentarlo, verdad? -

El kobold se quedo pensativo al escuchar las palabras de Mara... -Ummmmmm... No lo se... nuestra gente esta acostumbrada a hacer ataques, no a proteger, pero si que es cierto que conocemos bastante bien toda esta zona... Dejadnos algo de tiempo para recuperar algo de poder... y quizás os podamos ofrecer soldados y exploradores... Por el momento, una vez que tengamos un lugar en el cual asentarnos, acudiré con algunos de los soldados para ayudaros contra los bandidos...

- Creo que simplemente con que nuestras gentes y las tuyas no se peleen ni se ataquen ya saldremos ganando todos-dijo la semielfa una vez había recuperado el resuello del combate- ¿Teneis un mapa de la zona? Seguro que lo conoceis mejor que nosotros y nos vendría bien para acelerar nuestro trabajo aquí-le preguntó.

El final del brujo había llegado, y con ello la tranquilidad al resto de la tribu. Mientras miraba a mi alrededor, escuchaba atenta lo que decía, tanto el jefe Escamahollín como el resto de mis compañeros.

En un principio recibí con descontento las palabras del jefe, pues la idea era comenzar una especie de alianza, si bien, ellos tenían otros planes en mente.

Mara, sin embargo, supo darle la vuelta a la tortilla y seguir intentando hacerle ver que, cualquier intento de alianza sería bueno para la tribu, aunque en cierto sentido, recordando anteriores episodios, entendía sus dudas.

Lo que dice Mara no es ninguna tontería. Entiendo lo que dices, pero también piensa en lo que te estamos planteando. Una alianza duradera con el puesto de Oleg os podría permitir vivir tranquilos en esta región, y usar vuestras habilidades belicosas en la misma dirección que nosotros.

Si vais a otra zona, nada os asegurará de que la zona esté exenta de peligros. No ya otro brujo, pero si otros asentamientos de cualquier otra raza que sean más poderosos que vosotros.

Sea como sea, la decisión que toméis seguro que será la mejor para vosotros. Eso sí, te recomiendo que, si necesitas un segundo, elijas a Nakpik. Ha demostrado muchas cualidades, entre ellas valentía y fidelidad.

Dicho esto, solo quedaba esperar a que pensaran, hablaran y tomaran una decisión. Si bien, nosotros no podíamos estar allí esperando, pues teníamos otras misiones que cumplir.

Si decidís quedaros, haznos llegar algún objeto o enviar a Nakpik. Os deseo la mayor de las fortunas y que Gorum os guíe dicho esto, estiro la mano y agarrando el antebrazo del jefe, me despido de él. De la misma forma, me despido de Nakpik Muchas gracias por todo. Mantén fuerte ese brazo y haz caso a tu jefe, que ha demostrado querer lo mejor para vosotros.

Una vez acabado el combate y tras haber hablado con el líder kobold, el grupo tomo los tesoros almacenados por el brujo kobold, y salieron de la cueva en dirección a los caballos. 

Fuera de esta estaba la totalidad de la tribu de los escamahollín, los cuales celebraban entre chillidos de victoria el fin de la tiranía de Tartuk, al veros los kobold gritaron mas fuertemente y vitorearon a sus nuevos héroes, los cuales habían dado fin al malvado brujo.

Mientras cargabais a vuestros caballos, visteis como se acercaba Nakpik seguido por otros cuatro kobold. -Gracias por habernos librado de Tartuk... Ahora supongo que empieza una nueva oportunidad para nosotros... El kobold miro a sus compañeros, los cuales al fijaros mejor, visteis que eran los mismos que estuvieron con vosotros el el puesto. -Nosotros cinco hemos pedido permiso al jefe para acompañaros para vuestra guerra contra los bandidos... Nos hubiera parecido mejor daros un ejercito de verdad, pero dada la escasa población de nuestra tribu en este momento es lo mejor que podemos ofreceros. Los cuatro kobold tendieron sus lanzas hacia adelante y os miraron con seriedad. -Nuestras lanzas están a vuestro servicio.

Mara parpadeó a la vez que contemplaba la escena con los chillidos de júbilo los cuales le hicieron sonreír. Contempló aquello sintiéndose agradecida y complacida por haberles liberado y dado una oportunidad. Siempre era mejor hacer eso.

- Tengo que escribir una balada sobre esto. - Piensa en voz alta antes de mirar al grupo. - No tenéis que lamentar nada. Agradecemos toda la ayuda que podáis prestar. -

- Será un honor contar con vosotros contra los bandidos pero lo cierto es que no hemos decidido cuándo vamos a ir contra ellos, quizás queráis ayudar a vuestra tribu a mudarse y dejarnos alguna manera de contactaros cuando los vayamos a atacar.

La oferta de Nakpik ciertamente me habia cogido desprevenida. No esperaba ese ofrecimiento. Era cierto que habían demostrado mucho valor y capacidades, pero la lucha contra los bandidos iba a ser mucho más difícil, de eso no me cabía duda.

Antes de contestar, Rennor se adelantó con sabias palabras. En parte, no sabíamos todavía cuál sería el siguiente paso que dar y la tribu iba a necesitar brazos ágiles y fuertes para protegerlos.

Rennor tiene razón. De momento será mejor que ayudéis a vuestro pueblo a encontrar un nuevo lugar donde asentaría y, cuando lo hayáis conseguido, podéis ir a vernos la idea del explorador era mucho mejor, pero dudaba de que tuvieran forma de hacernos llegas esa información si no era viniendo en persona.

Mientras tanto, no dejéis de entrenar, pues el combate contra los bandidos será difícil y tendremos que estar preparados.

El kobold gira la cabeza hacia su tribu, la cual estaba empezando a recoger todas. -Ummmmm... supongo que tenéis razón... Nakpik hace un gesto hacia sus compañeros, los cuales se retiran volviendo con el resto de la tribu. -Por lo que he oído, el jefe planea llevarnos a unas viejas ruinas que encontraron hace un tiempo nuestros exploradores... Imagino que si algo ha tomado las ruinas y es demasiado poderoso, volveremos a la cueva... Sea lo que sea o bien yo, o alguno de los otros, iremos a avisaros de nuestro nuevo hogar... El kobold os entrega una especie de pergamino algo arrugado. -Tomad... es un mapa de algunas zonas que habíamos explorado... Os recomiendo que las reviséis de nuevo por si acaso, ya que ha pasado un tiempo, y no somos tan meticulosos como vosotros... El kobold sonrío antes de despedirse y volver con su clan, antes de que estos emprendieran la marcha, alejándose poco a poco de la zona.

- Muchas gracias Nakpik, si necesitáis ayuda para despejar las ruinas avisadnos - Rennor va hacia Brisa y carga su equipo. Nos vemos.

Mara asiente con la cabeza antes las palabras de sus compañeros. Y es que iba a ser mejor que estuviesen todos juntos tras todo lo que habían sufrido. Aceptó el mapa con una sonrisa y tras eso hizo algo impulsivo, que algunos podrían considerar extraño. Se puso de rodillas y abrazó a Nakpik. - Gracias por todo. Estaremos esperando noticias. Y como dice Rennor, si necesitáis ayuda, avisad- Dijo antes de levantarse dejando que volviese con el resto antes de que ellos mismos se pusiesen en marcha.

- Bueno, parece que es hora de seguir explorando con nuestra misión y continuar explorando. -

Todo había terminado. El sonido del cráneo del brujo al ser partido liberó al demonio del hechizo que le tenía prisionero, del miedo que le atenazaba, y le hizo girar hacia los demás. Una sonrisa perversa se dibujó en sus labios al ver la escena, a Tartuk con la cabeza abierta en medio de un charco de sangre, y a sus compañeros felicitando al líder de los Escamahollín por su tan ansiada libertad. Sin embargo no se acercó, no después de haber huido, resultando inútil, sino que permaneció en un segundo plano, apoyado contra la pared, con la espada caída hacia un lado, en silencio. Ni siquiera habló mientras los demás recogían los tesoros allí guardados, recompensa por su acto, ni hizo comentario alguno mientras salían de la cueva, al exterior dónde esperaba el resto de la tribu.

Incluso, se quedó callado cuando Nakpik se acercó, evitó los comentarios maliciosos, las bromas y las chanzas. Estaba alegre por haber vencido, pero no se sentía en posición de ir más allá. Era una sensación extraña, como ver un hecho heroico como espectador, sintiendo la emoción de haber formado parte pero sin ser decisivo. Era un orgullo, y a la vez un lastre en su espíritu, y temía que cualquier palabra que saliera de su boca rompiera ese débil equilibrio. 

Así que calló, asintió cuando tuvo que hacerlo, montó en el caballo cuando los demás lo hicieron, y se puso en marcha cuando llegó la hora. Y durante todo ese tiempo, se prometió así mismo que el próximo capítulo sería diferente, sería mejor.

La semielfa les dedicó unas palabras en su propio idioma antes de marcharse con el resto de su grupo. No había sido una tarea fácil pero habían conseguido librarse de una amenaza y a la vez encontrar unos aliados inesperados. No demasiado útiles pero en aquel lugar salvaje sería difícil encontrar algo mejor.

-Bueno parece que todo ha ido bastante bien-les dijo a sus compañeros mientras subía al caballo- deberíamos descansar, tomarnos un poco de guiso de rábano lunar en el puesto y seguir explorando las zonas de los mapas de los kobolds. Seguro que encontramos algo interesante, ¿no creeis?-por primera vez en varios días el optimismo había vuelto a Khastal.

Tras la marcha de los kobolds, el grupo se volvió a poner en camino de regreso hacia el puesto, para poder descansar un poco y relajarse, habían acabado con el brujo kobold y se habían ganado la lealtad de los pequeños reptiles, pero aun quedaba mucho por hacer en las Tierras Robadas...