Partida Rol por web

"Fue como si una manada de rinocerontes hubiera chocado con una manada de elefantes", es la descripción que dan muchos de los supervivientes de la última batalla por la Llanura de Pravia.

El choque entre las dos fuerzas es apoteósico y no tarda en convertirse en un completo caos. Tanto la Federación como el Imperio han puesto toda la carne que les queda en el asador, y no queda más táctica que la de correr hacia adelante matando a todo aquél que no lleve una armadura del mismo color que la tuya. Pronto se pierde cualquier tipo de cohesión de unidad, y por toda la zona solo puede verse una enorme amalgama de marines y legionarios disparándose y golpeándose en una vorágine de muerte y mala leche acumulada que por fin es liberada. Intentando aprovechar los huecos que deja el constante movimiento de soldados, o simplemente aplastando a los que no tienen tiempo de apartarse, los vehículos de ambos bandos recorren el terreno abriendo fuego sobre los del contrario, gastando todo lo que les queda en su arsenal.

Se suceden numerosos actos heroicos por ambas partes, combates y acciones que pasaran a las leyendas. Desde una posición privilegiada, los hombres del Teniente Bryant abren fuego concentrado, causando una auténtica matanza entre los imperiales. El martillazo final lo da el Soldado Publio, que preso de un frenesí inautido en el ya de por sí fánatico guerrero, se lanza a la carga en solitario sin dejar de dar gritos. La visión de lo que solo puede ser un loco termina de romper la moral de los legionarios, que finalmente echan a correr en desbandada, sin ningun tipo de orden.

Los marines los persiguen durante un rato, pero ellos también están agotados. La campaña apenas ha empezado hace una semana, y ya se ha librado una enorme batalla que ha tenido un coste demasiado alto para ambos bandos. La Llanura de Pravia es ocupada por la Federación, que consigue el tiempo necesario para consolidar su posición en la superfície del planeta. El precio a pagar, el 2º Regimiento ha perdido casi todos sus vehículos y la mitad de sus tres mil hombres, aunque el Imperio ha sufrido bajas similares. Ambos bandos acuerdan de manera implícita darse el tiempo necesario para recuperarse de la desgastante batalla, antes de que pueda darse otro enfrentamiento similar.