Calmatormenta (970 habitantes): es una pequeña ciudad en una costa escarpada, situada a varios días de viaje de cualquier ciudad importante. Las principales industrias de la ciudad son la pesca y las minería. En concreto, hay una gran mina de sal, muy próspera, en las colinas que dominan la ciudad desde el oeste. La ciudad tiene un ambiente fronterizo; la mayoría de los lugareños son pescadores y mineros, y sus ropas son tan toscas y ásperas como sus modales. La situación de la ciudad, en el borde de la civilización, la convierte en una base de operaciones muy conveniente para aventureros y pioneros que desean explorar las tierras salvajes que la circundan.
Está gobernada por el Magistrado Aurus. Vive en un gran edificio alzado en un risco, al sur de la ciudad, lugar donde celebra audiencias todas las mañanas. No es extraño ver a una larga cola de gente esperando a las puertas de su casa para realizar sus quejas, sugerencias, o buscar consejo. La zona más ajetreada de Calmatormenta es conocida como el Embarcadero Central. Este distrito mira al centro del puerto y su principal hito son cuatro grandes muelles que facilitan el comercio marítimo. Los capitanes no suelen atracar sus barcos en estos muelles, sino que alquilan los puestos de amarre y utilizan botes más pequeños para llevar las mercancías desde la embarcación a la costa. La sección norte de la ciudad está formada casi en su totalidad por viviendas, aunque está jalonada por posadas y tabernas aquí y allá. La vista más memorable para el visitante de Calmatormenta no proviene de la ciudad, sino de La Roca de la Luz Muerta, una isla yerma y desolada, sita en la desembocadura del puerto. Una vez fue hogar de un majestuoso faro, pero hoy día sólo quedan sus ruinas. Algunas noches, se pueden atisbar unas luces que brillan allá donde estuvo el viejo faro. Se dice que esas luces son producto de los fantasmas que moran en la isla.