Partida Rol por web

El proceso químico funciona de maravilla,  muestra cuestiones algo difusas, y si encuentras algunas huellas, las pones con cinta pegante como el proceso normal, pero no tienes como compararlas, ciertamente pueden ser de cualquiera pues muchos ingresaron al cuarto (hasta tus mismos compañeros) sin guantes. No tienes como comparas,  sin embargo notas una formación algo extraña en una de las repisas inferiores.

Es como si algo hubiera estado ahi,  pues el polvo se acumulo... es extraño, no tienes idea de que significa. Puede ser un objeto no visto antes o algo que se llevaron los investigadores... es lo bastante grande como para ser atrapado en la cinta pegante completamente

Extrañado no solo por la música sino también porque la sra Petula se encuentre con el humor necesario para estar cantando a menos de un día de haber encontrado a una difunta en su casa me detengo un momento para aclarar mis ideas.

Arreglándome la ropa que llevo más como un medio de quitarme los nervios que por una real necesidad estética, fuerzo mi mente a serenarse y adoptando una máscara de hombre sonriente del tipo “propaganda de dentífricos”, me acerco hacia donde se encuentra la mujer haciendo el ruido suficiente para que me escuche llegar.

No me gusta nada tu actitud mujer…pienso…ni un ápice !merde!

Encuentras a Pétula, exactamente no esta con muy buen semblante, esta fregando los platos y cuando caminas hacia la cocina se da vuelta asustada y  temblando. Ohhhh... oh señor, me ha pegado un susto terrible.  Con un suspiro vuelve a poner los platos en el mueble, ¿se le ofrece algo?

Oh si, quisiera saber si ya ha decidido que almorzaremos hoy y de paso, me gustaría que me diga si usted ha asesinado a la señorita Dolores, pienso.

Disculpe por asustarle sra Petula, le digo no obstante mientras me acerco hacia la mesa para luego correr con cuidado la silla invitándola a sentarse, necesito hablar un momento con usted por favor.

Aquel hombre me resultaba cada vez más desagradable y sólo de pensar en quedarme a solas con él me producía bastante temor. Pero menos mal que, tanto el doctor como el señor Bishop no tardaron en regresar y pudimos continuar con la labor que nos habíamos impuesto.

Seguí ordenando la ropa de Dolores, doblándola con cuidado y colocándola en una de las cajas que habían traído, sin dejar de observar, de vez en cuando, con sumo interés lo que hacía el doctor, igual que una niña viendo una función de magia. Realizaba de manera mecánica el doblar y guardar, más interesada en saber lo que hacían los hombres que en otra cosa. Para mi sorpresa, sentí como caía algo que no había visto con anterioridad. Me agaché para recoger lo que claramente era una nota que alguien había dirigido a la señorita Aguirre.

—Oh... Caballeros, miren lo que acabo de encontrar.

Les mostré la nota para que ellos también pudieran leerla sin problemas.

—Creo que esta puede ser una buena pista para la policía ¿no creen? Seguro que ese tal Roberto, tiene nombre latino también... creo, —susurré más para mi misma que para ellos— sí, sin lugar a dudas ese tal Roberto era un admirador de la señorita Dolores.

Viendo aquella nota se me ocurrió que, aunque no había encontrado en el armario nada parecido a lo que estaba pensando, ni libros, revistas ni cuadernos, tenía curiosidad por saber si la joven llevaría algún tipo de agenda, o puede que un diario como muchos hacíamos. Pero de tener uno... ¿Dónde lo guardaría?

Estoy absorto en la tarea de esparcir talco por varias partes, en varias ocasiones encuentro marcas de dedos y utilizo la cinta que me consiguió el buen profesor para dejarlas impresas, catalogo unas cuantas como huellas de policías e incluso una que otra que pudiera ser de nosotros mismos, estoy casi decepcionado por no encontrar algo más contundente.... Pero cuando estoy por darme por vencido encuentro algo debajo de las repisas inferiores, esparzo el talco y después pego en la cinta la marca que quedo, me levanto y rasco mi cabeza, no entiendo lo que encontré..... les enseño a los presentes la impresión esperando que alguno de ellos me arroje una pista de lo que es .... - Aparte de muchas de las huellas de la Señorita Dolores y de las nuestras propias, sólo he encontrado esto ..

-A mí me parece más un fósil, no entiendo que pudiera hacer aquí algo como eso...-

-Mmm también me parece importante si supiéramos como contactar a ese tal Roberto-, respondo a lo que comunica la Señorita Collins.

Anne no encuentra nada asociado a un diario o algo por el estilo. Dentro de las otras cosas que entran en la caja son algunas fotografias de ella (con ropa) y accesorios para baile. Nada más.

Frente a las huellas, ciertamente el doctor no puede hacer mucho, no tiene como compararlas ni el equipo necesario, sobre el ratro que encontró no tiene mucho que hablar.

La mujer deja lo que tiene que hacer y simplemente espera que victor hable. ¿sí?...

Esta mujer cambiaba de estados de ánimo como ciertos calamares de color.

Debía inventarse, si no existía ya pensó Víctor, una palabra que definiera dicho estado.

Como ella no se sentaba el hombre se mantuvo también de pie, aunque pensando como abordar un tema ya de por si incomodo desde una postura incomoda también.

Maldita mujer.

Sr Petula, comenzó al fin, quería comentarle algo que me ha preocupado pero no se como se encuentre usted de ánimos para escucharlo, indico, le digo esto porque no quiero traerle mas quebraderos de cabeza de los que ya, obviamente, ha de tener.

Víctor miro a la mujer brevemente, pero como esta no daba muestras de decir nada prosiguió con su mentira.

La otra noche, dijo mirando hacia la puerta, los detectives me “sugirieron” que era muy “extraño” que nadie hubiese escuchado nada salvo usted señora, volvió a mirarla a los ojos, y aun mas que fuera la primera en entrar al cuarto cerrado.

Apurándose a continuar Víctor dijo, claramente me ofusque por tan bruscos comentarios y les reproche su actitud indicándoles que como dueña de la casa era obvio que usted tuviera una llave maestra de todas las cerraduras, proseguí entonces, esto pareció calmarles un poco, pero volvieron a la carga indicándome que varios de los inquilinos habían recibido unos misteriosos frasquitos los cuales fueron dejados por el Sr Szymczack luego de su brusca salida, indique volviendo a mirar hacia la puerta, yo también he recibido dicho frasquito sra Petula, ¿y usted?, ¿Qué sabe del sr Szymczack?

Mmm oh querido. Dice la mujer un poco sorprendida. Yo tambien recibi la medicina del doctor, pero yo no la abri, le di la muestra a los detectives del caso cuando la pidieron, por otra parte, bueno, tengo el sueño muy ligero y el sonido del algo que se caia, como un golpe seco me despertó y fui a ver que pasaba, antes de eso, había escuchado el agua correr en el baño, pasos de alguien que bajaba las escaleras y luego las subia, pero eso no me alertó sino el golpe de despues, es que fue muy fuerte, me sorprende que ninguno de ustedes lo haya escuchado. Dice de manera temblorosa. No tuve que utilizar la llave para entrar a donde ella, la puerta estaba sin llave.

Sobre el profesor Szymczack, el viejo vive desde hace dos meses aquí, trabaja en el colegio privado para señoritas de Boston,  muy cerca de aquí...

No había nada que pudiera resultar de interés o que pudiera arrojar alguna luz sobre la muerte de la pobre Dolores, a excepción de la nota que bien podía ser el simple aviso de un admirador. Porque, viendo las fotos, había que reconocer que la señorita Aguirre era guapa y no me extrañaba que, también debido a su trabajo, tuviera toda una corte de admiradores a la puerta de su camerino. Pero nada, no había nada más que nos pudiera servir. Así que fui guardando sus cosas en la caja, poniendo especial cuidado en su ropa. Me detuve unos segundos observando uno de sus vestidos en concreto.

Este debe ser el vestido al que hacía referencia la señora Woliski. Tiene razón, es casi igual al que lleva la muñeca del cuadro.

Me estremecía al darme cuenta que nuestra anfitriona tenía razón, incluso Dolores se parecía a la muñeca. Había estado observando durante bastante tiempo el cuadro mientras esperaba a ser interrogada y me daba cuenta que era cierto... Demasiadas coincidencias.

Deja de pensar tonterías. Las palabras de Victor te han dejado huella. No existen los fantasmas ni nada parecido. Sólo son coincidencias, nada más que coincidencias.

¿Pero de verdad todo eran coincidencias?

Cuando terminé de guardar las cosas, y al oír al doctor, me acerqué curiosa a ver el rastro de lo que había encontrado con cierta repugnancia, y otra imagen me vino a la cabeza.

—Vaya, parece que la casa está teniendo un problema de bichos, ¿no les parece? Ayer el señor Szymczack mató uno en la mesa y ahora aperece esto... ¿un fósil dice usted?

Demasiadas coincidencias. El vestido, los bichos y...

—No sé si se dan cuenta que es la segunda muerte que se produce en esta casa de forma un tanto trágica. Y las dos eran chicas de... digamos... no muy buena vida.

Eran reflexiones que hacía en voz alta, quizás como forma de convencerme a mí misma que sólo eran un cúmulo de fatales casualidades, al fin y al cabo ¿cómo iban a tener relación cosas tan distintas entre sí?

—Creo que aquí ya no podremos hacer más. Mmm... ¿Cómo se encontrará el profesor Szymczack?

Me dispuse a salir de aquel cuarto donde no tenía ninguna intención de quedarme sola. Lo único que llevaba en la mano era la nota que había encontrado.

—Quizás la señora Woliski ha oído hablar en algún momento de este tal Robert...

Uno de los comentarios de la Señorita Collins me saca de mis deducciones acerca de la especie a la cual podría pertenecer el espécimen (bicho) en la cinta adhesiva, la detengo suavemente del hombro antes de que salga de la habitación -¿Segunda muerte dice usted? ¿trágica y otra chica?, discúlpeme pero no estoy enterado de lo que se refiere, ¿me podría explicar un poco más?- Espero ansioso la repuesta y el gato de la casa llama mi atención al pasearse enfrente de la habitación.

No fue hasta que el doctor me detuvo que no me di cuenta que, precisamente ellos dos, no habían estado la noche anterior cuando la señora Woliski nos contó lo acontecido hacía unos años.

—Oh... Es cierto, ustedes se habían ido cuando nuestra anfitriona nos contó lo que había sucedido en esta casa hace unos años. Por lo visto, uno de los inquilinos metió a escondidas a una mujer en su cuarto. La mujer, fumadora, se quedó dormida con el cigarro encendido y eso provocó un incendio. El hombre consiguió huir, pero los bomberos cuando apagaron el incendio se encontraron con el cadáver de la joven, creo que era una... bueno... una prostituta. Algo sumamente trágico. Del hombre nunca se supo nada más, debió huir al darse cuenta de lo que había hecho al saltarse las nomas de la casa, me imagino que también los remordimientos porque una mujer hubiera muerto por su culpa haría el resto.

Me quedé unos segundos en silencio pensando si se me había olvidado añadir algo más.

—Creo que el suceso ocurrió en un tercer piso que ya no existe. Justo encima del cuarto que ocupa el señor Lusting. Trágico, muy trágico, como lo acontecido esta noche.

-Ahhh eso explica porque en el cuadro de la entrada la misma casa tiene 3 pisos- Escucho con atención lo que comenta la Señorita y peino mi barba en tono reflexivo y expreso mi pensamiento en alto mirando hacia arriba como sacando conjeturas. -Pues como usted lo comenta sí es muy raro, pero deben de ser solo coincidencias, de lo contrario usted también estaría en peligro dado que también es una joven guapa .... hasta el último momento me doy cuenta que no es un comentario para nada apropiado, bajo la mirada hacia el rostro de la Señorita y al mismo tiempo bajo mi palma abierta hacia mi pecho en señal de disculpa- Perdón no fue mi intención asustarla-.

Vaya, se dijo Víctor para sí, el dato de donde trabajaba ese viejo era una buena pista para seguir. Sin dudas debía investigarlo.

Levantando las manos en actitud conciliadora entonces, Víctor le sonrió a Petula mientras negaba con la cabeza lentamente.

No hace falta que me explique cómo encontró el cuerpo de las señorita Dolores querida señora le dijo comprador, no dudo de usted, - mentía por supuesto, estaba casi convencido que la vieja tenía algo que ver con el Dr. ese, algún siniestro trato entre ambos casi con seguridad -, pero de todas formas le agradezco que confíe en mi para contarme esto Sra.

Y creo que lo propio seria también poner sobre aviso al buen profesor de las presunciones de la policía, es lo que corresponde a un buen samaritano ¿verdad?, inquirió, le agradecería me indique como llegar a la institución.

Pero mientras anoto Sra, apuro cómplice, dígame, ¿Qué piensa usted del resto de los inquilinos?, ¿duda de alguien Sra,?, confíe en mí, puedo ser su apoyo si lo precisa, concluyo meloso.

Yo... la verdad. Dice Pétula. No sé. No creo que que sean ninguno de ustedes, estoy segura que se trata de una persona que entro a la noche, deje la puerta del jardin abierta... fue mi error. Nunca podre perdonarmelo. La única persona con un trabajo inmoral era Dolores, pero... bueno, era la única de la que desconfiaba, pero fue justo ella quien murió.

Mientras conversan la puerta del Profesor se abre, y sale el anciano con no muy buena cara, parecia cansado y tras un buenos dias, entra al servicio de baño y cierra la puerta.

Mientras eso ustedes siguen hablando sobre lo encontrado y sobre sus teorias. El profesor Bishop parece en silencio.

Claro, responde Víctor con parquedad mientras piensa que la astuta vieja no le ha respondido lo que pregunto.

¿No querrá indicar donde trabaja el viejo o lo habrá olvidado?

Maldita sea, en que líos me meto pensó.

Sra Petula, volvió a preguntar, ¿podría usted decirme donde ubicar al buen profesor?, directo y al hueso, ya si se negaba las cosas estarían mas que claras para Víctor.

En el segundo piso, claro, en su cuarto... pensé que habia dicho que no se sentia muy bien y que por eso no trabajaba hoy. Dice Petula ya en una actitud un poco tajante parecia importunarle las preguntas.

Vaya arpía pensó Víctor sin dejar de sonreír, cambia de humor como las chicas de burdel cambian de amante, ¿pero por que le molestan tanto mis preguntas?, esconde algo, eso seguro.

Debo averiguar que.

Pero no ahora.

Muchas gracias señora, y disculpe usted las molestias que le estoy ocasionando, le dijo indicando con el “que le estoy” en vez de con el “que le pueda”, que soy muy consciente de su animo adverso.

Sin decir más salgo del lugar y me dirijo a donde el resto de los “investigadores” se encontraban.

Luego de eso…veremos.