Partida Rol por web

La casa del Doctor Arkham

EPÍLOGO

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06/03/2021, 00:17
Director

Te arrojaste sin dudarlo un segundo. Estabas cansado, cansado de toda la aventura, de toda tu vida entre brumosos bosques, persiguiendo a desgraciados por culpa de un señor sediento de sangre. Harto, muy harto. Te arrojaste a un portal de fuego sin pensártelo.

Esperabas una muerte instantánea mas no la tuviste. Hacía un calor terrible, tanto que cada bocanada de aire que dabas parecía quemarte las entrañas. Decidiste mirar a tu alrededor y te sorprendiste cuando, a no más de una legua de donde estabas parecía haber una ciudad.

Caminaste hasta llegar a sus puertas y, extenuado, te arrodillaste ante sus enormes portones metálicos. Estabas en la Ciudad de Latón y estaba gobernada por el Gran Sultán de los Efreet, del cuál llegarías a ser un leal servidor. Bajo su estandarte, recuperaste las ganas de luchar y de matar. Con tu alabarda templada con el fuego eterno del Plano Elemental, lograste atacar y conquistar numerosas tierras. Ascendiste de capitán a comandante y de comandante a general. Eras Murgen el Aparecido, o como te llamaban los pueblos que habías sometido: "el segador".

Un día el Sultán te invitó a su gran salón y te preguntó:

-¿Cómo puedo recompensarte por todo lo que has hecho por mí, Murgen?

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06/03/2021, 00:27
Director

Tras los incidentes en la casa de Arkham volvéis al castillo de Strahd para informarle de todo lo que os había pasado.

El vampiro os recibió cordialmente y tras escuchar la larga perorata de aventuras y desventuras que habíais vivido en esa mansión decidió interrumpiros e invitaros a su mesa. Como era obvio, él no tocó nada del festín y solo se llenaba una y otra vez su copa de cristal de un líquido más que sospechoso.

Pero la nigromante y el bardo no estaban allí para juzgar al Barón sinó más bien para reclamar lo que con mucho sufrimiento se habían ganado. Connor no se atrevió a decírselo pero Ashena sí:

-¿Y bien... qué hay de lo nuestro?

El barón sonrió ante la valentía impertinente de la joven.

-Bardo... tu me dijiste que tras el trabajo pedirías tu recompensa. Pues bien, soy todo oídos. En cuanto a ti, Ashena, tienes permiso total para que juegues con tus artes oscuras. Te nombro comandante de la 1a Legión de No-muertos de Barovia.

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06/03/2021, 09:09
Connor Villalobos

Connor miro su laúd destrozado, el último golpe había hecho añicos el mástil del instrumento y ahora este no volvería a ser el mismo. Si me concediera un nuevo instrumento y permiso para tocar el las posadas de Barovia, sería todo lo que necesitaría. Aunque unas monedas tampoco vendría mal, tengo que adaptarme al nuevo instrumento y eso lleva tiempo. Un tiempo durante el cual no podre tocar y ganarme la vida con mi música.  El bardo prefirió ser comedido a la hora de pedir se recompensa. 

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06/03/2021, 10:23
Ashena Meckari

- Os ira bien Barón, pues sabéis reconocer el talento, os aseguro que vuestra Legión será la más poderosa de todas, nadie hará sombra al poder de Barovia.

Connar había cumplido de sobras su papel de muro de carne, con su sacrificio acabo con el monstruo y con la apertura dimensional, una pena que no quedara nada de él para levantarlo, no hay mejor homenaje que seguir sirviendo en la no muerte.

Pero ahora se abría una tremenda oportunidad para Ashena, muertos poderosos y un buen suministro de cuerpos para investigar... la nigromante se permitió el lujo de sonreir.

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06/03/2021, 17:40
Murgen

Murgen se encogió de hombros, sin duda jamás esperó este desenlace. Sólo quería terminar con todo, fue el deseo de poder elegir su propia muerte lo que le llevó aquí ¿Fue una burla divina? ¿Un premio? ¿Ha sido real?

El desierto, la arena, los pueblos sedientos de sangre que recorren las ardiente dunas. Los pueblos del desierto eran duros, indómitos e imparables. Por un momento se sintió libre, por un instante breve, pero nadie es realmente libre en el universo de Murgen. A veces recordaba a la aberración de aquel sótano lejano, a veces recordaba al bardo y la nigromante, incluso al maldito saco de huesos, todo ello formaba parte de un pasado lejano. Ahora era un hombre influyente, de gran posición, vivía cómodamente y ya no combatía en las primeras líneas.

Fue convocado por el sultán, nunca se sintió seguro en ese lugar, vivía con la inseguridad de ser decapitado en cualquier momento. La pregunta le pilló desprevenido, no lo esperaba. 

¿Recompensa? - dijo con poco convencimiento. - Efendi, solo se me ocurre una recompensa justa. Un sepulcro, para cuando me llegue el momento, donde mi alma y cuerpo tengan reposo eterno e imperturbable, que jamás pueda ser atormentado o invocado mi espíritu. Eso es lo que deseo. 

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07/03/2021, 18:39
Director

Y así fue como Connor consiguió un laúd hecho de madera noble y se convirtió en el músico de cámara del barón. Ashena se convirtió en una temida comandante y llegó a tener un ejército de muertos vivientes a su servicio, lo cuál hizo temblar a las naciones colindantes.

En cuanto a Murgen, llegó a visir de los Efreet, algo que jamás un humano podría haber llegado a soñar.