Partida Rol por web

Connor se quedó paralizada al ver las grandes fauces de la criatura. Ahora sabían que había pasado con los padres de los dos niños, pero aún quedaban muchas preguntas por responder.

Ashena, que había visto de todo estudiando el Otro Mundo pero que fue sorprendida y Connor, que no estaba para nada habituado a ver tales horrores, se asustaron y quedaron paralizados durante unos instantes en la entrada de la sala. Solo Borg, el guerrero esqueleto y el veterano Murgen cargaron contra la criatura que se deslizaba con extrema velocidad hacia ambos.

La alabarda de Murgen fue esquivada con suma facilidad pero la cimitarra del no-muerto logró rajar la carne verdosa. Un alarido subhumano os heló la sangre pero como decía el dicho, si sangra puede morir.

Sin apenas verlo venir, el brazo tentacular golpeó con la fuerza de un tronco el vientre del guerrero, dejándolo sin resuello.

Borg se llevó un manotazo a las costillas pero sus huesos resistieron el envite y su inexpresivo rostro dio a entender que el ataque no había surtido efecto. La antigua sirvienta siseaba a la espera de vuestros movimientos.

Borg siguió implacable atacando con la cimitarra, tarde o temprano ese monstruo tenía que caer.

Murgen volvió a golpear al aire, dolorido por el golpe. Acto seguido dio un paso a su derecha para tratar de flanquear a la criatura inmunda. 

Aun no era el momento de usar su música, era el momento de seguir usando la espada. Concretamente la espada larga que había encontrado en la mansión. Aunque fallo, pero esta vez no fue de manera estrepitosa. ¡Maldición, soy más hábil con el laúd que con la espada!

El no muerto, usando su experiencia en vida, continuó luchando con gran habilidad mientras que los otros fallaron sus ataques. La segunda cuchillada de Borg rajó el vientre de la sirvienta, haciéndola chillar por segunda vez. Muy furiosa, saltó por encima del no-muerto y con sus manos llenas de pinchos estampó la cara de la nigromante al suelo, dejándola inconsciente y con todo el rostro ensangrentado.

Viendo que no se movía, giró su largo cuello y volvió a atacar al guerrero huesudo. Éste, que se habñia quedado unos instantes pasmado al ver como su señora había sido golpeada y dejada inconsciente, no levantó su cimitarra a tiempo, haciendo que el enorme brazo cartilaginoso le golpeara la ya desdentada mandíbula como si un tronco se tratara. Muchos dientes cayeron al suelo.

Murgen aprovechando la ventaja táctica intentó acabar con la criatura, pero le resultó imposible acertar.

Connor fallo estrepitosamente con la espada. Puede que el karma le estuviera afectado, el hecho de que era un arma robada puede que afectara a su suerte.

Cuando la criatura trató de saltar, Borg le hundió su cimitarra sin miramientos.

Connor ve como su hacha se clava entre las costillas cartilaginosas del ser, quedándose encallada entre los sus huesos.

La sirvienta reacciona, lista para matar al agresor cuando de pronto la cimitarra del no-muerto le corta la cabeza. Inerte, la bestia cae al suelo.

La cabeza de la bestia, con lágrimas en los ojos, cayó rodando junto al cadáver calcinado del sirviente. Borg se quedó impasible mientras que Murgen se puso de cuclillas con tal de recuperar el aliento. Sangraba... Connor se acercó a Ashena, tumbada en el suelo, consciente ya pero muy dolorida.

La batalla había sido la más complicada que habían tenido hasta el momento y no había servido tampoco para resolver qué estaba pasando con Arkham y su casa. Solo teníais claro que los niños de la posada ahora era huérfanos.

-Vamos nigromanta, no se si serás capaz de resucitarte a ti misma -dijo un sonriente Connor levantando y poniéndose a Ashena a hombros.

-Volvamos a arriba. Ya estamos cerca... -musitó el veterano soldado.