Y el cansancio pronto hace mella en los dos. Lleváis un día muy ajetreado y en la noche anterior tampoco descansásteis demasiado, con lo que el sueño os derrota incluso antes de que Pember pueda llegar a leer mas de una página de uno de los diarios. (¿Teníais dos, creo recordar...?)
Y una cruel tormenta y un trueno que suena demasiado cercano te despierta sobresaltado. Tu corazón late a mil por hora, con la piel ardiendo como si te estuvieras quemando vivo aunque pronto el dolor desaparece por completo cuando descubres que eran imaginaciones tuyas, parte de una mala pesadilla, de la que, al igual que la noche anterior, no consigues recordar nada.
Lo peor es que son las 3 de la mañana y te da la impresión de no haber dormido nada, te parece que acabas de cerrar los ojos y no has sido consciente de que el tiempo ha pasado.
Y una cruel tormenta y un trueno que suena demasiado cercano te despierta sobresaltado. Tu corazón late a mil por hora, con la piel ardiendo como si te estuvieras quemando vivo aunque pronto el dolor desaparece por completo cuando descubres que eran imaginaciones tuyas, parte de una mala pesadilla, de la que no consigues recordar nada.
Lo peor es que son las 3 de la mañana y te da la impresión de no haber dormido nada, te parece que acabas de cerrar los ojos y no has sido consciente de que el tiempo ha pasado.
Me levanto sobresaltado y miro a mi alrededor, intentando recuperar la orientación. Me incorporo e intento relajarme. Me acerco hasta donde está durmiendo Ray a ver si él ha conseguido dormir.
Llamas por doquier, el fuego abrasador se acerca y el calor se torna cada vez más intenso, más doloroso, se acerca cada vez más, ya me alcanza y de pronto una fiblada de dolor me recorre todo el cuerpo, la quemazón es insorportable, grito de dolor y de mi se apodera un instinto salvaje de correr, de salir, de salvarme a cualquier precio...
Y al segundo abro los ojos y me encuentro en una casa desconocida, sin saber qué hago ni donde estoy, sudando y temblando. Hasta que recuerdo: es la casa de los Van Laaden, estaba leyendo la primera página de un diario y me habré quedado dormido.
Todo ha sido una pesadilla me digo a mí mismo en un burdo intento de tranquilizarme
Dejo el diario de los viajes de Brandon otra vez dentro de la mochila y aprovecho para consultar la hora. Las tres!! Me da la impresión que acabo de cerrar los ojos y ya han pasado unas horas. Vuelvo a recostarme en el sofá e intento dormir un poco más, pensando en cosas agradables para no volver a tener esa pesadilla espantosa: las partidas de ajedrez con mi tío, el piso que vi en Sussex Gardens y que podré alquilar en cuanto tenga un buen libro en el bolsillo, las tardes paseando por Hyde Park con esa chica tan encantadora, ese pub tan bullicioso donde sirven el mejor fish&chips de todo Londres y donde me lo pasaba tan bien discutiendo de literatura y de política, las campanadas del Bing Ben...
Hasta que sale por fin el sol.
Si dos: el diario de los viajes de Brandon, el de Allen y otro que supongo será el de Hancock que está bien guardado en la mochila a la espera de ser leído cuando no me queme vivo qual bruja en la hoguera.
:)
El rayo de luz que emite la linterna de Mr. Escribano atraviesa la arcada que conectaba las habitaciones donde los investigadores pasaron la noche, y Pember se gira hacia el haz de luz, bastante alterado y con unas gotas de sudor decorando su frente.
Y en esos instantes, un audible lamento y sollozo puede escucharse desde el sótano. Es muy débil pero lo percibís con claridad.
¡Salud!
Creo que ya puedo recuperar el ritmo. No estoy al 100% pero si un poquito mas liberado de obligaciones y tareas.
Sin embargo ambos investigadores deciden hacer caso omiso. Escribano se queda mirando a ver si Pember estaba bien, y Pember mira hacia la deslumbrante linterna de Escribano pero ninguno de los dos se anima a hablar, así que deciden echar una cabezada de nuevo, hasta el amanecer.
Y amanece.
Está amaneciendo....
Me desperezo frotándome los ojos y peinándome un poco el cabello, sin acabar de comprender del todo la terrible pesadilla de anoche, fuego, calor, luces que me apuntaban en la cara cegándome y gemidos de dolor que no sé si eran míos o de otro... Sólo ha sido una pesadilla...
Me levanto y me encamino hacia donde está Escribano para ver si está bien.
Buenos días! Ya está amaneciendo! Voy a la cocina a despejarme un poco con agua y de paso me cambiaré de ropa y me lavaré un poco, que debo hacer una peste...
¿Luego vamos a desayunar con los Kaltenhauser y dejamos con ellos al pobre señor West, que necesita cuidados?
Lo que daría por un típico desayuno inglés: huevos, bacon, tostadas, café, mmmm
Pues el mensaje del 14 no me apareció en novedades... :(
Buenos dias, Ray. Ufff! Qué mal he dormido! La verdad es que no tengo mucha hambre, tengo el estómago un poco revuelto, pero habrá que desayunar algo, al menos un café. ...y me da un poco de nauseas imeaginar a este guiri engullendo comida grasienta.
¿Como se encuentra usted, señor West? ¿Ha descansado?
¿West?
Estaba en el salón, ¿no?
Bueno, pues cuando Escribano se acerca al salón para preguntarle descubre que el anticuario de la Florida no está.
Entre tanto Pember ha llegado hasta al cocina y se pone a accionar la bomba para extraer agua del pozo.¨"Ñiec ñiec ñiec! resuenan los engranajes de la anticuada máquina, mientras el agua comienza a ascender hacia el fregadero.
Tirada oculta
Tirada: 2d3
Motivo: Cordura pesadilla
Resultados: 3, 3
Gluc hluc gluc.
¡¡¡CHOFFFF!!!! El agua sale de golpe por la oxidada cañería y salpica hacia todos lados, empapándote la camisa y el rostro. El agua resulta tibia y la impresión no resulta para nada reconfortante, y mas cuando te das cuenta de la tonalidad carmesí del líquido.
SANGRE
Tirada: 1d100
Motivo: cordura
Dificultad: 59-
Resultado: 91 (Fracaso)
Tirada: 1d3
Motivo: cordura
Resultado: 3
Lo dije con intención de que me oyera, pero no se si estaba en el salón... Supuse que no andaría muy lejos... Mis disculpas.
Contesto a Escribano mientras voy camino de la cocina
¿Dormir mal dices? Pues si yo te contara mi sueño...
Gluc hluc gluc. Estas cañerias americanas...
¡¡¡CHOFFFF!!!!
¿Será posible? Vaya mierda de cañería!!! Ni en los peores arrabales de Londres se encuentran tan malas!!!
Entonces algo me dice que no es agua clara, aún con los ojos cerrados por la impresión del chorro, tiene otra consistencia, quizá es de barro o de suciedad metida den la cañeria y que ayer por pura casualidad no salió.
Pero cuando abro los ojos y contemplo la sangre en mis manos no puedo evitar un grito de espanto:
¡¡¡AGHHHH!!!
Rápidamente doy varios pasos atrás y me quito con furia la camisa empadada y la voy envolviendo y quitándome frenéticamente el rastro de la sangre en cara, los brazos, las manos, sobre todo de las manos.
Y entonces recuerdo un pasaje de Shakespeare: Lady Macbeth sonámbula, presa del remordimiento, se levanta cada noche a lavarse las manos manchadas con la sangre derramada a causa de ella, por el ascenso de su esposo.
y ese recuerdo hace que pase del horror a la risa histérica casi sin solución de continuidad, sanglotando de vez en cuando, echándome en el suelo, dejando caer la camisa sangrienta en el suelo y pasándome los dedos mesando el cabello...
Lo pongo para Escribano porque del grito que he pegado se ha enterado todo Michigan!
XDD
Cuando oigo el grito voy corriendo a la cocina a ver que a pasado. Veo a Ray cubierto de sangre. Bueno, así aprenderás a no tocarte los granos. Qué poco original es este "ente". Lo de la sangre ya está muy visto. Venga, límpiate y vamos a desayunar.
Por cierto, West no está... O se ha hecho caquita y ha huido o esa sangre es suya.
cuando digo corriendo no me refiero a esprintando, sino a "sin dilación" o "rápidamente"
Ante las palabras de Escribano le dirigo una mirada furiosa y empiezo a pensar que si le ocurriera algún "accidente" le podría echar la culpa al ente. Pero rápidamente desecho esta idea, básicamente porque no quiero acabar en el manicomio tratado por psicólogos o parapsicólogos como él, francamente.
Así que me levanto lentamente y voy hacia él, parándome enfrente suyo, con los ojos brillantes de la rabia y apretando los puños - Si no fuera porque soy un inglés civilizado, y no chusma que aún no ha salido de las cavernas, ahora mismo también emanaria sangre de tu nariz, Escribano.
Y dándole la espalda me vuelvo a dirigir al grifo esperando que salga, esta vez sí, agua normal con la que acabar de lavarme, ponerme una camisa limpia y seguramente tendremos que volver otra vez con los Kaltenhauser a pedirles un poco de café. Y tengo que devolverles la manta que me prestaron anoche!
La ruidosa bomba de agua sigue sondeando en las profundidades pero no saca a la luz, ya no sangre, sino mugre y suciedad mientras emite desagradables ruidos posiblemente derivados de un tiempo excesivo de inactividad.
Finalmente comienza a salir agua aunque el olor no es demasiado agradable.
Soy un inglés civilizado, soy un inglés civilizado, soy un inglés civilizado, soy un inglés civilizado, soy un inglés civilizado...
Esta letanía me ayuda a calmarme, al mismo tiempo que bombeo furiosamente este charracho que estaría aquí desde los tiempos en que América era una colonia incipiente hasta que por fin sale agua.
No es clara y cristalina pero servirá para acabar de limpiarme. A continuación me pongo una camisa nueva, salgo de la cocina y cogo la cartera y mi libreta. Doblo cuidadosamente la manta y salgo por la puerta llevándomela consigo bajo el brazo.
Después me dirigo a casa de los Kaltenhauser para devolvérsela sin importarme lo más mínimo si Escribano me sigue o se queda en la casa. Tampoco me importa West. Debe haber salido corriendo durante la noche hasta el pueblo donde habrá tomado algún medio de transporte hasta su casa y se habrá metido en la cama asustado.
Que enfadica es el guiri... Bueno, ya se sabe que a esta gente no hay que hacerles mucho caso... ¡Qué poco sentido del humor!
Sigo a Ray hacia la casa de los cuidadores, sin darle importancia a sus comentarios. Estoy cansado, y tal vez un poco asustado, pero desde luego que eso nunca me quitará mi sentido del humor. Al fin y al cabo, esta es una estupenda ocasión de vivir todo lo estudiado hasta ahora, y me resulta una experiencia enriquecedora. No hay que dejarse dominar por el miedo...