Partida Rol por web

-sillas, silla, no creo que un par de asientos vayan a ser un problema Herr Goebbels- dice aún con la sonrisa.

-Aunque claro, quien está tan nervioso como para rechazar un vaso de leche, lo estará también como para tomar asiento tranquilamente y tener una conversación civilizada entre caballeros. Porque no dudo que todos aquí somos caballeros- comenta.

-Heil Hitler!-Fue lo único que dijo el Dr.Mengele hasta que se marcho el Führer.

"Como que traidores, acaso piensa que yo una eminencia en medicina, tengo tiempo que perder en estúpidas traiciones, tengo muchas mas cosas en las que pensar, no puedo perder el tiempo que estas memeces propias de soldados. Pero siendo una orden directa que remedio me queda"

No estaba nervioso estaba molesto y por ello encendió su pipa mientras observaba al personal allí reunido.

-Un italiano con su poder en declive y una zorrita de pelo enrulado, esos dos pueden ser los traidores en potencia, uno por Envidia italiana y otra por ser una mujer débil y con demasiados aires de grandeza-Comento sin miedo pero en voz baja, aun era pronto pera especular pero no haba mas remedio.

Después de prestar atención a todas las palabrerías baratas que se decían unos a otros, intento calmar la situación 

- Camaradas, todos sabemos que no estamos entre corderos, que somos auténticos lobos que luchan por la prosperidad de Alemania, y de nuestro Führer. Por eso os invito a pensar...-una breve pausa y continuo hablando-

Adolf Eichmann, ​siempre ha cumplido su deber.

Coronel Vogel,  en silla de ruedas y sigue luchando por Alemania.

Erwin Rommel, joder instruyo a millares de soldados en la primera guerra mundial.

Hans Landan, oficial de las SS apodado "el cazador de judíos" por su gran habilidad para capturar judíos.

Hans Rudel, un gran piloto que a combatido en situaciones muy difíciles.

Heinrich Himmler, buena gestión policial y Orden de las SS.

Heinrich Hoffmann, con sus fotografías inmortaliza nuestro poder.

Hermann Göring, también combatió en la primera guerra mundial como piloto de caza al mando del escuadrón  Richthofen.

Joseph Goebbels, hizo buen trabajo encargándose de la propaganda nazi cuando todo esto simplemente era un sueño.

Y yo que fui asignado al mando del Grupo de Ejércitos Norte durante la exitosa invasión de Polonia, y mas operaciones como todos los aquí presente.

Todos los que e nombrado luchamos por este país y por nuestro Führer, ahora los demas que pueden decir en su defensa, aparte de que se refugian en cuevas como ratas. -

Por unos minutos me quedo catatonica, sin poder hablar, sin poder fijar la mirada, hasta que por fin los hombres empezaron a hablar y algunos incluso pareciar acusarme!Pe...per...pero señores, yo soy solo una sim..simple secret...secretaria las palabras se me atragantaban y para peor, empeze a sozollar yo no se porque el Führer me encerrado aqui! 

-Es evidente chiquilla, porque sabe que eres una traidora. De todos los presentes tu eres la mas desechable.-Contesto a la secretaria obviando al soldado una vez mas su cuadrada cabeza no veai mas alla de lo que queria ver.

Sin siquiera dudarlo Il Duce avanza hacía Mengele y le propina un fuerte schiaffo* con el reverso de la mano.

- Tenga mucho cuidado acerca de quien habla, ¿Me oyó? El movimiento fascista, que dio la vuelta al mundo, lo cree yo ¡Yo! ¡Yo y nadie mas! Usted no es mas que un mero engranaje administrativo en una maquinaria mucho mas grande de lo que usted puede imaginar... y si estoy "en declive" es debido a que fui traicionado por elementos vendidos a la causa aliada (estoy seguro y ya lideare con ellos), que creo que es lo mismo que el Führer trató de decirnos, así que fíjese bien a quien es el que insulta. En Italia no hicimos la Revolución Fascista sin mancharnos un poco las manos - dice casi a los gritos pero, ya un poco mas tranquilo, continua - Señores - y mira a su alrededor - creo que la clave sigue siendo la misma ¿Quien de nosotros está en una posición para crearle mas daño al Reich y a sus aliados? 

Casi todos militares. Duros años de entrenamientos y templados en el calor de la batalla... pero se nota el nerviosismo y la tensión, la mayoría son incapaces de controlarse, pero otros se mantienen tranquilos, fríos y calculadores... esos son los peligrosos.

Me acerco a Gertraudl y pongo una mano sobre su hombro y le hablo en voz baja.

-Tranquila Traudl, si no has echo nada malo no tienes por que preocuparte.

Me mantengo atento a la conversación pero sin intervenir, por lo menos hasta que pase la primera sorpresa y se calmen los ánimos.

Heil Hitler! Eso fue lo único que el piloto había dicho en presencia del Fuhrer, mientras hacía el saludo a la romana*. La verdad es que entendía la preocupación de Hitler. Un atentado contra el Führer era un asunto serio. Estaba en juego el destino de toda la nación alemana. Pero no sabía por qué le habían convocado a ese lugar, rodeado de tan altos cargos del Reich. Había vuelto después de ser derribado en pleno territorio soviético, y había sido mandado unos meses a casa para poder recuperarse. Pero hacía unos días lo habían convocado al Führerbunker. No sabía el motivo, pero Rudel pensaba que tenía algo que ver con el atentado sucedido en la Wolfschanze que había dado la vuelta a Alemania. Aunque los responsables habían sido ejecutados, parecía que sus secuelas todavía se dejaban ver.

De modo que allí estaba. Con su uniforme de gala, su Cruz de Caballero con Hojas de Roble en Oro, Espadas y Diamantes en éste, y una ligera cojera, Rudel se hallaba cohibido ante tantas personalidades. No sabía quien de ellos podría tener motivos para asesinar al Führer, pero acabaría descubriendolo.

Aquí cada uno tenía su opinión, y con tanto mandamás acostumbrado a que se le obedeciera mal pintaba lo de llegar a algún acuerdo razonable.

Primero me sorprendió la actitud de Landa, un jefecillo del tres al cuarto que no había hecho nada por el Reich y que si mejor idea era hacernos una pregunta que por obvia parecía un insulto y a la cual no respondí.

Luego se produjo una pequeña discusión sobre… ¿Sillas? Me pasé la mano por el pelo, en el campo de batalla muriendo mis hombres y aquí discutiendo sobre frivolidades.

- En fin, así es, todos somos grandes personalidades al servicio del Führer, pero lo mejor es que llevemos esto como caballeros, acepción de la dama por supuesto, pero me refiero a que no es necesario de discutir para ser eficaces

- Es evidente por que estas aqui princesa... porque las mujeres solo tendríais que estar en casa y con los niños... que para eso es para lo que estais en el mundo. Entonces eres la principal sospechosa para mi.

EL Doctor dio un paso hacia atrás y apunto estuvo de dejar caer la pipa al suelo, quien se creía ese Italiano para golpearle de esa manera, un fascista acabado y arrinconado, una comadreja que roe lo que el Führer el echa en el plato.

"Ya caerás traidor, y contigo tus cuatro cabras y doce hectáreas serán nuestras y tus soldados mis juguetes"
Mengele no volvió a decir palabra, ahora se mantenía observando con odio a Musolini, mientras su pipa humeaba en su mano.

Un tanto sorprendido por la acción de Mussolini no puedo mas que volver a pedir calma. -¡Por favor!, no es menester llegar a las manos, desconozco como se solucionan estos temas en su patria pero pienso que esa no es la vía adecuada.

Aún un tanto perdido por la situación sigo pensando en los posibles enemigos de Alemania que se encuentran en la sala y confiando en darles caza.

- Muy bien señores, bravo, buen comienzo entre nosotros, acabamos de llegar y ya nos damos de ostias.-Sin mirar a nadie en concreto continuo hablando - solo debemos pararnos a pensar quien puede tener envidia del poder de Hitler, o quien puede sentirse frustrado por alguna decisión que hizo Hitler, y no le fue muy favorable. aunque no lo vería muy razonable ya que todos seguimos con el, porque creemos en la causa por la que estamos aquí.- Paro de hablar un segundo y tomo aire - Pero me hago una pregunta, ¿ Que mierda le abran ofrecido al traidor por llevar acabo el asesinato?, quizás impunidad, darle un buen puesto en el gobierno alemán si desaparece Hitler.

El día termina y aun no tienen un sospechoso certero para entregar a Hitler. Los guardias abren una puerta y los trasladan a otro sector del bunker donde hay un complejo de habitaciones, son pequeñas y tienen poco mas que una cama, una mesa de luz y una comoda. Aunque son acogedoras, carecen de baño privado, aunque hay un baño general para hombre y otro para mujeres.

Los guardias esperan que entre y les informan que vendran por ellos al amanecer, acto seguido, se retiran y cierran la puerta.

Lo primero que notan cuando estan solos, es que solo hay una manera de escapar de ese sector y es a través de la puerta que entraron.

Quedan solos, cada uno en una habitación y sin forma de escapar