Partida Rol por web

Heinrich Hoffmann estaba apunto de irse a buscar pistas mientras Mussolini y Mengele estaban a punto de irse a las manos, cuando ingreso a la sala con seis de los mas fieros y leales guardias de Hitler. 

Alto! ALTO! Separense! dos de los guardias se interponen entre ellos, mientra el resto espera una orden mia para acabar cualquier posible disturbio Ya han tenido tiempo suficiente y es el momento que nos den a un sospechoso para interrogar! cuando termino de decir la frase, dos asistente entran con una pizzara Bien! Tome cada uno un papel y escriba un sospechoso y entréguemelo. ​

Cuando finalmente cada uno de los sospechosos del Führer me entrega su papel, mis asistenten escriben los resultados, siete de los presentes votaron por el fascista italiano y los restantes habian dispersado sus votos en algunos nombres mas Bien Mussolini, usted viene con nosotros!

Cuatro de los seis guardias se acercan a Mussolini para llevarselo.

- Traidor

Hans Landa arregla su traje mientras se llevan a Benito Mussolini. -Nein, nein. Debió haber aceptado charlar amenamente con nosotros Herr Mussolini, y comer un delicioso postre. Pero Danke por su compañía- dice frío e indifente a la suerte de il duce.

Mengele se ajusto la bata cuando los hombres se llevaron a Musolini.
-Se recoge lo que se siembra, Italiano.

Ese sujeto italiano me parecio un manipulador. Añado, es curioso  que un lider este tratando de infiltrarse en el tercer reich, vergonzoso y creo que prontamente el pueblo de ese traidor pagará por su acción.

-Bueno, esperemos que el interrogatorio de sus frutos.-Digo al salir Mussolini por la puerta. -De lo contrario, seguiremos aquí encerrados sin poder serle de ayuda al Reich.

-Esa sucia rata ya esta condenada, que se joda por meter su nariz en asuntos ajenos a el, bastardo italiano-

¡Musolini! Ten aliados europeos para esto.

- La Wehrmacht se basta por si sola para conquistar a los enemigos y devolverlos al mar, no necesitamos incompetentes, en Africa ya demostraron que son una panda de holgazanes y desertores

Los guardias se acercan con aplomo a Mussolini, quien no se había mantenido en silencio desde que se habia dictado que era el la persona elegida por la mayoría de los presentes para ser victima del interrogatorio, de pronto comenzó con una perorata en italiano, y al parecer gran parte eran insultos y amenazas hacia todos los presentes.

Los guardias no dudaron en darle bastonazo limpio para callarlo y calmarlo, finalmente lo arrastraron hacia la salida.

Nuevamente los condujeron hacia sus habitaciones, solo que esta vez les cerraron la puerta con llave, a la espera de la noche transcurriera en paz.