I - Casa de María Gómez, Lavapiés.
A - Convento de Nuestra Señora de Atocha.
B - Casa y Cárcel, haciendo esquina con la Plazuela de la Villa.
C - Casa de Jacinto.
La nuestra muy grande Villa Imperial y Coronada, es así...:
Madrid está situada entre las montañas de la Sierra de Guadarrama y la llanura Manchega. El paraje es cruce natural de rutas, caminos y cañadas, lo que ayuda a que la Villa esté bien provista de todo lo necesario: Del sur le llegan el pan, el vino, el aceite y otros abastos, mientras que la sierra le ha dado desde siempre caza, ganado, piedra, leña, viento y agua. Estos dos últimos elementos son los que más fama dan a la Villa desde tiempos inmemoriales: los saludables vientos de la Sierra mantienen la Villa limpia del contagio de la terrible peste y las aguas subterráneas de Madrid son tan abundantes que hay en la villa más de setenta fuentes urbanas Al oeste de la Villa discurre un río, el Manzanares, en tiempos medievales llamado Guadarrama, como la sierra dónde nace. Pero dicho río tiene tan poco caudal que sirve sólo para regar las huertas vecinas.
La Villa está rodeada por una tapia o cerca, construida en 1625 por orden de Felipe IV. En su interior se encuentran cuatrocientas cincuenta calles, diecisiete plazas, trece parroquias, veinticuatro hospitales, treinta y seis conventos, cuatrocientas tabernas y nueve mil quinientas casas, en las que habitan más de 130.000 almas. La Corte tiene serios problemas para alojarlos con cierta dignidad. Por ello promulgó, en 1606, la ley denominada Regalía de Aposento, según la cual todos aquellos dueños de casas que tuviesen más de un piso debían ceder gratuitamente una o varias habitaciones a los cortesanos que el municipio le asignase. A este tipo de edificios se les denomina comúnmente de aposento, y hay censadas 1.470 en todo Madrid.
Es normal que el forastero que nunca ha visto nuestra Villa reciba una primera impresión muy negativa: Los palacios de nuestra nobleza son muchomás sobrios que los de otras partes de Europa, y gustan más de construir grandes caserones que suntuosos palacetes. Escasea el cristal, que es lujo caro, y muchas de las ventanas se recubren con papel. Eso sí, casi todas las casas con posibles guarnecen sus ventanas con rejas de hierro. Pero lo que peor impresión causa son las calles: la mayoría carecen de empedrado, lo que provoca barrizales en invierno y polvaredas en verano. A esto hay que añadir el hecho de que Madrid carezca de alcantarillado. Por orden gubernamental las porquerías deben guardarse en casa hasta las once de la noche, hora en la que, al grito de ¡agua va! pueden arrojarse por las ventanas... Así se va formando en las calles una sólida amalgama de barro, basura y porquería, en la que se pueden encontrar perros, gatos y hasta caballos muertos que nadie retira, salvo cuando la calle está ya realmente intransitable. Por ello es tan aconsejable el uso de carruaje, caballo o al menos silla de manos, ya que pisar semejante engrudo equivale a destrozarse el calzado en poco tiempo.
Si el visitante aún tiene deseos de salir de noche, sirvan un par de recomendaciones más para desanimarle: el único alumbrado que hay por las calles es el de alguna vela o candela dispuesta ante la hornacina de un santo o una virgen, y aún esto muy de trecho en trecho. Además, las casas no están numeradas. De noche no ronda nadie bueno por las calles. Madrid es acogedora, porque está acostumbrada a los forasteros. No en vano buena parte de su población ha acudido a ella a raíz de ser declarada Corte de las Españas... Pero los que llegan a la Villa con intenciones poco honradas, que se guarden, pues no por ser acogedora es la capital de las Españas poco severa: De la seguridad de las calles, así como de juzgar y castigar a los delincuentes se encargan los Alcaldes de Casa y Corte, cuyo número es de ocho. Su sede, desde la que imparten justicia, es la Cárcel de la Corte, y sus ejércitos son el centenar largo de Alguaciles de la Villa que patrullan por toda la población. Se les conoce popularmente como La Ronda, y es famoso su grito de guerra y a la vez petición de ayuda: ¡Justicia al Rey!
El otro órgano de gobierno de la Villa es el Concejo de Madrid, encargado del abastecimiento, administración y buen hacer de la Villa. Los enfrentamientos entre el Concejo (considerado corrupto) y los Alcaldes (teóricamente honestos) son moneda corriente, y el forastero hará bien en no tomar partido en sus reyertas, ya que, como todo matrimonio mal avenido, ninguna de las partes implicadas soporta las injerencias de terceros.
Las distracciones en la muy grande capital de las Españas, son...:
Bodegas y Bodegones
En la villa, las tabernas también reciben el nombre de Bodegas. Son locales poco iluminados, tanto más oscuros cuanto peor sea la fama del barrio donde se encuentran. Hay dos tipos de bodegas en la Villa: las que venden vino caro y de renombre, (y que no pasan de diez o doce) y las que venden vino barato, bastardo y anónimo, que serán unas cuatrocientas en todo Madrid. Está absolutamenteprohibido que una Bodega venda los dos tipos de vino. Las bodegas no tienen más decoración que los pellejos y las botas de vino que cuelgan del techo. Hace las veces de barra un par de tablones puestos sobre algunos barriles.
Pero si lo que se busca es llenarse bien la barriga, el visitante tendrá que dirigirse a uno de los numerosos Bodegones (también llamados Mesones) de los que tan bien surtida está Madrid, pues en una Bodega está absolutamente prohibido servir nada de comer. Un Bodegón es un buen negocio. Los platos habituales que pueden degustarse en ellos son la Mano (Pezuña cocida) de Ternera, el Carnero Verde (aderezado con especias y verduras), el Mirrauste (Carne con especias, almendras, canela, limones y nueces), el Jigote de Camero (Pierna.de camero adobada con limones, vino y especias), la célebre Gallina en Pepitoria (guisada con pimienta y yema de huevo) y especialmente la Olla Podrida, plato siempre presente en los Bodegones, y que es antepasado del actual Cocido madrileño. Bolsillos escasos de recursos deberán contentarse con los llamados platos baratos, aunque no por ello menos sabrosos: Callos cocidos, Albondiguillas y Grosura (despojos fritos como sesos, lenguas, bofes o criadillas).
Corrales y Comedias
Las obras teatrales (llamadas genéricamente comedias, aunque se trate de dramas, para diferenciarlas de los Autos Sacramentales) son especialmente apreciadas en Madrid, Sevilla, Valencia y Barcelona. La Villa es una de las ciudades de Europa donde se disfrutan de más y mejores representaciones escénicas. Las representaciones se realizan en los patios interiores de las manzanas de casas, que muchas veces suelen usarse como almacenes y corrales (de ahí su nombre). Posteriormente, se habilitarán edificios destinados exclusivamente a ese uso, y se popularizará el nombre, más culto, de Teatros. La forma y disposición de estos Corrales es la siguiente: Se entra a ellos por un zaguán estrecho, techado, que desemboca en un patio al aire libre. La escena está al fondo. En los laterales y sobre el zaguán de acceso hay unas galerías de tres pisos, con palcos y barandillas.
Pasear y darse un verde.
Pasear es la distracción de moda de la nobleza madrileña, que, aunque vestida con ropas severas de tonos graves, gusta de exhibirse. Evidentemente no lo harán a pie, en una villa de escasísimas calles empedradas, sino en carruaje, auténtico símbolo del rango social que ostenta su ocupante. Aquellos pícaros y farsantes que hacen ostentación de una nobleza que no tienen se arriesgan a sufrir un severo castigo por parte de las autoridades. El coche es de gran importancia en los asuntos amorosos. Al cruzarse dos carruajes, es obligado parar para intercambiar saludos. Es normal que los amantes acuerden encuentros casuales de esta guisa... e incluso que se produzca un rápido trasvase de ocupantes de un vehículo a otro. Estas paradas galantes pronto provocaron que los paseos dejaran de realizarse por las calles y plazas de la Villa, trasladándose a las (más discretas) zonas verdes que rodeaban la ciudad. si a los amantes se les va el santo al cielo y les coge la oscurecida en los descampados, pueden ser presa fácil de los ladrones, pícaros y valentones.
Los Autos de Fe
Otro de los grandes espectáculos que ofrece la Villa y Corte son los solemnes Autos de Fe que periódicamente organiza la Inquisición en la Plaza Mayor, y a los cuales acude la nobleza y el populacho como si de cualquier otro festejo se tratara. El Auto de Fe se produce una vez efectuadas ya las pesquisas, detenciones, interrogatorios y torturas, cuando el reo ha confesado y se ha dictado sentencia. Sacan a los presos de amanecida y se forma una procesión, cantando (en latín) el Credo en voz baja, y seencamina hasta una gran plaza pública elegida de antemano (en Madrid, normalmente la Plaza Mayor). Allí se ha preparado con antelación un gran tablado de madera, Inquisidores y reos suben a las graderías centrales, sentándose los reos en las más elevadas: Los condenados a muerte arriba, los condenados a galeras abajo, los que han de ser azotados en las gradas inferiores, El obispo del lugar (o a veces, un dominico) se coloca frente al altar y lanza un agresivo sermón destinado a provocar el horror y el terror a los castigos inquisitoriales Terminado el sermón, uno de los secretarios lee uno a uno los nombres de los condenados, el crimen que cometieron y su propia confesión así como el castigo que les va a ser impuesto. El reo debe escuchar todo ello de pie en mitad del tablado central, encima de un taburete y con un cirio en cada mano. Al finalizar, se hacen cargo de él los representantes de la justicia secular, que ejecutan la pena en el mismo instante.
Corridas de Toros
No es conveniente que el viajero abandone la Corte de las Españas sin antes contemplar, al menos una vez, el espectáculo de las corridas de toros. Con todo las de la Villa de Madrid son, de largo, las de mayor renombre y fama, quizá debido a la asistencia Real. Las corridas se llevan a cabo en la Villa siempre el lunes, ya que el Domingo era el día del Señor, y no estaría bien que se dedicara Su Sagrado Tiempo a ejercicios frívolos. Este curioso deporte se puede practicar de dos maneras: a caballo o a pie. Se celebran esporádicamente corridas de toros en varios puntos de la Villa.
Y por último, otras distracciones (que más bien diremos "vicios") de esta muy grande Villa nuestra...:
Mentideros
Se trata de lugares de reunión de la gente ociosa de la Villa. En ellos la gente se reúne en pequeños corros, y discuten de los más variados temas. Es un sitio ideal para escuchar rumores... y para difundirlos.
Casas de Juego:
Reciben popularmente los nombres de Coimas, Garitos, Leoneras y Madrachos. Para abrir un garito es necesaria una Real Licencia, que el Estado solamente otorga a soldados inválidos de guerra (llamados estropeados) y a oficiales sin recursos económicos. En ellos se juega a cartas, siendo los juegos más populares el Hombre, el Faraón, el Siete y Llevar, los Cientos y muchos más. Estánprohibidos todos aquellos juegos en los que solamente interviene el azar, como los juegos de cartas en los que se apuesta a carta tapada (Carteta, Parar, Vueltos, etc), y todos los juegos de dados.
Prostitución
El responsable de la Casa ante las autoridades es un hombre al que se le conoce como padre, y que tiene que evitar en lo posible que haya disturbios dentro del local. Le ayuda a regentar el mismo una mujer de cierta edad, muchas veces una puta vieja, a la que llaman tapadora: Deben avisar al Consejo tan pronto como alguna de las chicas contrae una enfermedad infecciosa, para que se la aparte del negocio hasta su curación.
Batirse en duelo
En la Villa y Corte los lances de honor están a la orden del día. A pesar de estar prohibidos por disposiciones reales y por la Iglesia (a partir del Concilio de Trento) se suele hacer bien poco caso de tales edictos. En caso de ser detenidos in fraganti los castigos que dicta el Rey van desde el arresto domiciliario si no ha habido víctimas hasta el destierro de la Corte por un tiempo determinado, la cárcel o incluso el cadalso. Las razones que llevan a dos individuos a batirse en duelo son numerosas. Por desprecio, cómo ofender a alguien por no mirarle al pasar. Por insolencia, cómo mirarle demasiado. Por herir a un criado de la casa, pues éste es prolongación de su personalidad, etc. Arrojar el guante a la cara o al suelo equivale a una bofetada es por lo tanto un claro signo de desafío, que ningún hidalgo de sangre caliente dejará de responder.
Galantear monjas
El galán, vestido con sus mejores galas y haciendo poses gallardas, rondará por el convento exhibiéndose ante las monjas, escuchando misa en su iglesia y mirando de reojo hasta descubrir la hermana o novicia joven que le sea de su agrado. A ésta le hará llegar, mediante el oportuno soborno o amenaza a la criada o celadora del convento, la primera carta de amor, concertando cita. Un discreto juego sentimental que en ocasiones, pasa a mayores. Entonces es cuando se rompe la clausura.
Extractos de Villa y Corte recopilados por Orthanc
Vocabulario
Acibarrar: Coger a alguien y lanzarlo, normalmente contra una pared, puerta o ventana
Acogerse a la antana: Acogerse a sagrado, refugiarse en una iglesia, donde la justicia civil no tiene autoridad.
Ahembrado: Afeminado
Apiolar: Atrapar, apresar
Arma negra: Arma de fuego (en contraposición a la arma blanca, que es la espada)
Avisón: Alerta
Bayuca: Taberna de mala calidad.
Berreadero: Burdel, Mancebía
Bravonel: Matón de oficio
Boca de fuego: Pistola
Boca de jarro: A quemarropa
Bubas: Sífilis
Burlador: El que hace burla a las mujeres, cortejándolas y seduciéndolas sin pensar en casarse luego.
Cabalgada a Francia: Coger la sífilis
Canario: Chivato
Carda: Delincuencia
Colorada: Sangre
Comba: Tumba
Corpo de Mahoma: ¡Maldición!
Cuajo: Valor
Dama de medio manto: Prostituta
Descuidero: Ladrón
Deshuesada: Lengua
Desmirlar: Cortar las orejas
Despachar por la posta: Matar
Dueña: Criada de confianza. Sus funciones pueden ser de ama de llaves o de acompañante de las mujeres de la casa.
Enseñar la herradura: Huir, salir corriendo
Escote: Pago, recompensa
Estaribel: Cárcel
Figón: Taberna
Filosa: Espada (ver Toledana)
Fusta: Dados trucados. La expresión “el dado me salió fusta” quiere decir que las cosas no han ido como uno esperaba
Gandalín: Criado
Gente de la liga: Gente del mundo del hampa
Gurullada: Policía
Huesos de muerto: Dados
Jacarandina: Delincuentes, gentes de mal vivir
Jaez: Ropa
Jayán: Espadachín a sueldo, asesino.
Lindico: Despectivamente, señorito, jovenzuelo de buena familia y escaso cuajo.
Lienzo: Pañuelo
Mancebía: Prostíbulo
Mascando a lo pío: En argot, beber
Matasiete: Bravucón
Meter el dos de bastos: Robar
Milanés: Pistola pequeña
Palma (hacer la): Fullería que consiste en cambiar un dado normal por otro trucado
Pisaverde: Presumido
Piltra: Cama
Piltrofera: Prostituta barata. Puede usarse como insulto.
Puntadas: Patadas
Retraerse: Ver Acogerse a la antana
La Santa: La Inquisición
Señor de la Garnacha: Juez
Sonante: Dinero
Toledana: Espada
Trinchante de gargueros: Verdugo
Trulla: Alboroto, griterío
Turmas: Testículos
Turquía: Pistola (ver Boca de fuego)
Untar: Sobornar
Valentón: Matón (ver Bravonel)
Viento: Confidente
Vizcaína: Daga más larga de lo habitual, que suelen llevar los jayanes a sueldo
Zorra: Borrachera