Partida Rol por web

Tras regresar de tu última cacería, regresas a tu ciudad natal. El séptimo día de la última dekkana comienza en su segunda hora de la mañana. Te has asomado desde el balcón de la habitación de la Posada "La Forja de los Aventureros", que consiste en una disposición de pequeñas cabañas sobre diferentes ramas de un gran maderadique.

Unas voces llegan a tus oídos. Parecen que un par de personajes abajo hablan entre ellos junto a la puerta de entrada, la que conduce a la taberna.

- Parece ser que el Gildar el alcalde del pueblo vecino de Querbarr lo va a tener difícil este año - dice una voz - he estado allí y se habla del tema de las desapariciones de niños va a ser difícil ser reelegido en la fiesta de la Cumbre del Escudo.

- Hasta en la taberna se habla del tema - responde una segunda voz - He escuchado que un nigromante comanda unos orcos que aparecen ocultos en un velo de oscuridad qué el hechicero nigromante crea.

- Se rumorea en las tabernas de Querbarr que el alcalde contrata aventureros para saber del paradero de los niños desaparecidos - interviene una tercera voz - Y parece que ofrece mucho dinero. Un primo acaba de venir de allí, no se habla de otra cosa.

Los interlocutores ríen y la voz del primero añade:

- Su reelección están en juego, seguro que su hermano rico ofrece mucho dinero ya que le interesa que su hermano siga de alcalde.

Jilokasin Malkavian habia estado de viaje durante un largo tiempo, al parecer habia tenido suerte con ir a aquel lugar ya que lo primero que oyo al entrar fueron rumores de que el alcalde necesitaba aventureros y para algo tan importante como investigar la desaparicion de niños , se puso a pensar que una criatura que solo cogiera ñiños deberia ser muy vil y portanto peligrosa , puede que una secta que solo sacrificara niños o algo peor 

Asi que se dirigio lo mas rapido posible hacia el alcalde (en Querbar) pues hacia tiempo que estaba el aviso y queria llegar a el 

La mañana iba transcurriendo despacio. Te esperaba una copiosa comida antes de partir. Por estos tiempos los caminos principales eran relativamente tranquilos a plena luz del día, y siempre pasaba algún transeúnte en carreta que siempre se ofrecía a llevar a algún viajero, siempre y cuando no tuviera aspecto sospechoso.  El Camino de Querbarr, un camino bien trazado que que Argluna con la villa es muy frecuentado por mercaderes.

el sol lucia en ese dia casi primaveral. cuando se alimento bien estaba preparado para realizar el viaje prtrechado eso si con algunas raciones de viaje entre las que se encontraban galletas queso y pan que compro ese mismo dia y tambien iba acopañado de su su inseparable odre de agua y su petaca de licor 

Se quedo en la puerta un tiempo esperando por si habia algun carro que salia en su misma direccion  sino saldria andando y por el camino pararia algun carro

Las actividades en Argluna empiezan bien temprano. Entre el ir y venir de los arglunos ves una carreta de un hombre que parece tomar el camino de Querbarr. La parte de atrás del carromato está lleno de sacos. Un lugareño le saluda con un ademán de brazo.

- Hoy vas un poco tarde a repartir la harina ¿no Farnon? - le pregunta.

- Sí, Maesen - responde el conductor del carro deteniéndose - Hoy se me ha hecho tarde en el reparto. Hace una hora que debía acabar mi reparto por la ciudad.

Buen hombre va en direccion Querbarr? me disponia a ir caminando hasta alli pero si pudiera ir en la parte de atras de su carro le estaria muy agradecido

el aspecto rural de aquel hombre le daba una sensacion de gentileza es probable que aquel hombre accediera a llevarle 

-  Hola, viajero - se gira para saludarte. 

Frunce el ceño al ver tu atuendo, pero luego sonríe.

- Claro, allá voy suba.

El amable hombre hace sitio para que puedas subir. PArece que está acostumbrado a llevar a desconcidos.

- Debo llevar los suministros, ¿conocéis Querbarr, señor?

el noble corazon de nuestro heroe se sobrecoge a legre ante tan candidas palabras

Pues no , la verdad es que soy un aventurero y a llegado a mis oidos que Querbarr los necesita para investigar un extraño suceso que atormenta al pueblo, se trata de la desaparicion de ñiños ¿ a oido algo sobre ello ?

quizas tenga una agradable conversacion y puede que un poco de informacion antes de llegar a su destino

- Uh cierto, el alcalde y su hermano el bastardo están muy afectado por la situación.

El amable conductor le ofreció la mano a modo de saludo:

-  Mi nombre es Farnon, viajero.

El mio Jilokasin Malkavian

tendiendole la mano

Cuenteme lo que sabe acerca de ello ,pues me servira de ayuda

- Ayuda - Farnon parpadeó levemente - ¿Qué ayuda puede ofrecer un simple trabajador como yo. 

Con una leve sonrisa se apartó el flequillo de forma despreocupada.

- Sólo sé que el alcalde que el alcalde está desesperado y ofrece una recompensa por una respuesta.

el heroe agradece la informacion mientras espera llegar a su destino para resolver aquel misterio

Pronto llegáis al pueblo en plena actividad. Farnon se había mostrado muy extrovertido y te había llenado los oídos con detalles vanales que apenas merecían tu atención.  El carruaje se adentró hacia la plaza.

-  Aquí te dejo, amigo Malkavian  -  señalando la posada que había sido bautizada como EL Ciervo Silboso -Te recomiendo esa posada, es la mejor. Buenos días.

Muchas gracias , te estoy muy agradecido.

Dicho esto cojo mi mochila y entro a la posada a ver que me espera :)

Cuando llegas a la plaza puedes ver que una caravana comercial ha terminado su destino en la aldea. Los mozos andan atareados descargando los carros, cargándose los sacos a la espalda y llevándolo a unos almacenes. Otros aldeanos andaban ocupados en su quehaceres. Puedes ver una posada de gran tamaño, un letrero de madera de gran tamaño mostraba con grandes letras pintadas de rojo: Posada del Ciervo Silvoso. 

De repente, escuchas gritos de aldeanos corriendo y el ruido del metal es percibido por tus agudos oídos. De repente una multitud de orcos irrumpen en la plaza. No estás muy seguro de dónde han salido y pero llevan con él a un anciano de larga barba blanca recogida en una cola en una jaula de madera. Lo llevan protegidos por media docena de orcos, que se apresuran por abandonar la plaza. Detrás de ellos una docena de orcos  se desperdiga por toda la plaza. Sus cimitarras teñidas de sangre se movían con celeridad de un lado para el otro rebanando y masacrando. El sol se había oscurecido. Uno de ellos te ve y se lanza hacia ti con su ruinosa cimitarra.

me dirijo hacia la taberna corriendo reuyendo el combate y grito

Nos atacan los orcos , esta taberna tiene puerta trasera?

depaso busco con la mirada por si hay algun aventurero

De la posada sale un un hombretón grande, con una altura imponente y unas enormes espaldas con una espada en mano. Observas como un orco avanza hacia él. El guerrero de aspecto bárbaro sonrie al orco y está dispuesto a hacerle frente.