Partida Rol por web

Acercándome al nuevo,
Disculpalas, estamos un poco deconcertados con las nuevas que nos han dado sobre el pantano y el torreón.
extiendo mi mano
Encantado de conocerte. Soy Akka y te doy la bienvenida a nuestro grupo. Tu nombre era Lazarus ¿no? te presento a Nita señalo a nuestra queríada pícara Ella es Dys, el enano Erthank y el gnomo Námarth

Parece que te llevas bien con Allustan ¿desde cuándo os conoceis?

A mi parecer, pequeña amiga, si me permitís que os llame así a pesar de no haber sido formalmente presentados, en este grupo la fogosa debe serlo vuestra compañera... ¡Vaya carácter! Lo cierto es que quizá he pecado un poco de grandilocuente en mi presentación formal y no debería haber alzado tanto la voz, pero es que hacía largo tiempo que no veía a Allustan, mucho más que no veo a Marzena. Pero quizá es el momento de que me presente como es debido, mi nombre es Lazarus Deadwing y tengo el dudoso honor de pertenecer a una pequeña aldea del norte, de la que casi nadie ha oído hablar, aunque eso no es óbice para que yo la denoste en público, puesto que es conveniente advertir que la apertura de mente de mis conciudadanos a duras penas llega a la de un asno. Mi profesión por si alguno me lo pregunta es la de guerrero e investigador, viajo por el mundo interpretando todos los sucesos que acontecen con los dragones lo que hace que en más de una ocasión me definan como "Alguien que toma el poder de los dragones" -digo intentando imitar lo mejor posible la voz de Allsutan-, aunque si eso fuera así probablemente habrías oído hablar de mí, no en vano el poder de un dragón es algo a tener en cuenta. Digamos, más bien, que la raza dracónica me ha bendecido con algunas pequeñas pinceladas de lo que su poder es. Y es lo que yo digo siempre: "Demasiado poder en un cuerpo menudo hace que gobierne el primero y no el segundo". Lo cierto es que es la primera vez que lo digo, pero no es un desatino, ¿o sí?

Encantado Lord Akka, efectivamente mi nombre es Lazarus, Lazarus Deadwing, concretamente -digo estrechando con fuerza la mano del paladín-. Gracias por la presentación del resto del grupo -mirando a Namarth-, vuestra reputación será tenida en cuenta mi buen amigo, aunque deberéis tener cuidado con las rocas del camino, las rozaduras no deben ser agradables en bolas de semejante calibre -completa guiñándole un ojo-. Lo cierto es que a Allustan no le conozco tan bien como a la buena de Marzena, ella nos presentó hará unos años cuando mi búsqueda de conocimiento me llevo hasta ella, momento en la que Allustan le estaba realizando una consulta y trabamos, por llamarlo de alguna manera, una suerte de amistad que hasta hoy ha proseguido. Ya sabéis que el camino hace extraños compañeros de destino, o algo así. El caso es que espero que vosotros tengáis a bien, en algún momento, si alguien os pregunta por mí, decir algo similar de mi persona, pues aunque mi ropa parezca mohosa, no soy ningún empobrecido de espíritu.

Nita alarga la mano a Lazarus.

- Encantada. como ha dicho Akka, yo soy Nita Leguacuriosa y hago las veces de exploradora y espía en esta compañía sin nombre.

Namarth se sonroja un poco y suelta una risita tonta cuando Nita lo mira, y aún más cuando el recién llegado y sus amigos empiezan a hablar de sus "bolas".

Vaya... encantado de conocerte Lazarus... dices que extraes tu poder de los dragones ¿no? Pero no de todos ¿verdad? Te has debido especializar en un tipo concreto, uno al que le gusta mucho hablar ¿no es así?.- Dice Namarth desconcertado ante el nuevo miembro del grupo, a la vez que lanza miradas cómplices a su amiga Dysh, seguro de que entiende lo que ha querido insinuar.

Hola Lazarus.. yo soy Erth, minero venido a aventurero por los avatares del destino, espero que sepas luchar y des lo mejor de ti, somos un grupo especialista en "meterese en lios". Perdona que me rasque tanto, no tengo falta de higiene, quiza he dormido sobre un hormiguero o quiza el mal se ha adueñado de mi piel, pero hoy me pica todo el cuerpo, si veo un rio... y eso que no me gusta el agua en exceso. Espro que el viaje con nosotros sea agradable.

Bueno, querido Namarth, lo cierto es que a pesar de haber conocido a tres dragones distintos, sólo uno de ellos me acogió desde el principio, además de haber sido el primero al que encontré, mi señor Deadwing era un dragón de oropel, muy simpático y enigmático, tuvo a bien adiestrarme durante largo tiempo hasta que me recomendó que saliese a perfeccionarme, cosa que he hecho hasta el día de hoy, aunque el perfeccionamiento y la calidad de pensamiento, así como la versatilidad en las artes que manejo, no es cosa de unos días concretos, sino, más bien, de un estado mental en el que me encuentro en todo momento, todo lo que nos rodea nos puede aleccionar, la misma reacción de los congéneres de uno al comprobar el poder que manejo nos alecciona sobre el día a día de nuestra existencia. Pero no se trata tanto de un gusto por la locuacidad como una necesidad de comunicación de pensamientos, creo que el no expresar hasta el más mínimo pensamiento de uno puede hacer que alguien no te ayude a complementar aquellos conocimientos que a ti te faltan, y nunca se es un hombre, o gnomo, o enano, completo hasta que no accedes al completo hombre, enano o gnomo que existe en el otro. Queda claro, ¿verdad?

No os preocupéis, mi buen enano, si os pica debéis rascaros, si os duele debéis sanaros, y si el cuerpo os da un retortijón debéis expulsarlo, pues no hay nada peor que una picazón, herida o retortijón sin respuesta. En combate... son numerosas las heridas que mi cuerpo ha sufrido aunque también lo son las que mi espada ha infligido, mi mejor arma es mi intelecto, aunque no rechazo un buen directo, y es que el aspecto -dice mientras señala a una espada que en su costado izquierdo reposa sin vaina, llena de muescas y, al igual que con la armadura, llena de orín (o al menos en apariencia)- no es lo que prima, el más pequeño de los animales tiene la mordedura más fea, y la más fea de las espadas puede ser la desencadenante del fin... Soy claro, ¿verdad?

Tras dar un par de vuertas en derredor, sin incidentes, Skrik aterriza con uno de sus característicos grititos agudos, muy nocivos para el tímpano, levantando briznas de polvo y tierra por doquier. En cuanto Dyshire baja al suelo, el murciélago repta "subrepticiamente" hasta la mochila de la mediana, y comienza a "hociquearla" hacendosamente, tratando de advertir y sustraer alguna golosina.

Entre tanto, la druida se dirige al grupo, acaricia la cara de Akka de pasada y avanza directamente hacia el nuevo:

-Tienes mecha para rato, eh ¿galán?- comenta la druida, apoyando una mano sobre el peto de la armadura del recién llegado - Cielo, recuérdame que no te permita gastar energías de esta manera.- dice Dysh hablando al paladín de costadillo, sin dejar de mirar a Lazarus, mientras da un par de palmaditas como de "condescendencia" en el peto -Me gusta que las reserves para mí.- entonces se vuelve hacia Allustan y pregunta con cansancio -Bueno, vamos a seguir charlando toda la mañana, u os gustaría ver a Marzena para la hora de cenar? Seguro que también tiene mucho que aportar sobre sus experiencias con expoliadores del ecosistema...- entonces Dysh ve lo que la murciélaga está haciendo y endurece el gesto -¡SKRIK! ¡Te estoy viendo, mamífero revoltoso! ¡Deja esa mochila ahora mismo! Obad-Hai, dame paciencia... ¿qué voy a hacer contigo?- se lamenta haciéndose la rendida.

Skrik se hace la avergonzada doliente sin mucho convencimiento, en la típica pantomima que ambas, ama y mascota se traen los últimos días, antes de abrazarse y hacerse unas carantoñas la una a la otra. Acto seguido, Dysh recoge sus cosas mientras se prepara para partir.

¿Expoliadores del ecosistema? Una vez me encontré con unos individuos que se dedicaban a talar de forma sistemática los árboles, se lo había pedido no se quién para no se qué cosa, el caso es que me quedé mirándoles, en silencio, mientras me narraban los hechos y cuando terminaron les pregunté: ¿Qué sería de vuestras casas sin el techo? ¿Qué sería de vuestros cuerpos sin el aire?. Como no parecieron entender a qué me refería, y no estaban dispuestos a parar, tuve que persuadirles un poco, no hubo más muertes ese día, ni de vegetación, ni de hombres. Aunque supongo que no es a eso, con exactitud, a lo que vos os referíais, ¿o sí? -mientras cambio la dirección de la mirada-.

Querido Allustan, en cierta manera comparto el pensamiento de esta buena mujer, que desde mi llegada me trata con cierta furia contenida, supongo que le habré pillado en mal día, puede que mi presentación no haya sido la adecuada, pero divago, cosa poco frecuente en mí, lo que quería decirte es que como ella bien dice deberíamos partir ya, mi corazón late de impaciencia por ver a mi querida amiga, mi mentora en lo que se refiere a los hombres, Marzena. Además, recientemente he estado con Deadwing y palabras de recuerdo le traigo de su parte.

-No creas que vas a ablandarme con esas historietas, don elocuente; pero... bueno, puedo que consigamos llevarnos bien después de todo. Ya veremos...- añade Dysh entre prepoténte, pícara y desinteresada -En marcha.- termina, mientras comienza a caminar.

Recogo todas las cosas y las meto de nuevo en la mochila, llevándola a la carreta de Nita.
Cuando reanudamos la marcha, aprovecho la cercanía de Nita y Dys
Casi no sé nada de dragones, la verdad. Lo que cuentan las leyendas, aunque siempre exageran ¿cómo son realmente? ¿habeis visto a alguno?

El resto del viaje transcurre con pocas novedades. Solo os cruzais con un pequeño grupo de peregrinos de St. Cuthbert que van a Lago Diamante.
El torreón está cerca.